Olimpismo Españistaní

Y bueno, con respecto a la puja españistaní en pos de los juegos olímpicos del 2020, les traemos este texto desde Gara:

Récord olímpico

Manuel Millera | Miembro de Attac Navarra-Nafarroa

España no necesita presentarse a unas olimpiadas para batirlo. Se basta con la pandereta que usan sus gobernantes para dirigir al país, o grupo de nacionalidades, como prefieran. Somos campeones del mundo en corrupción sincronizada, lanzamiento de ladrillo o dopaje sin perseguir. Podrían haber hecho como Roma, cuando vistas las dificultades internas, decidió retirarse. Podrían haberse fijado en la resaca de las Expo, con el estadio de La Cartuja en Sevilla, por ejemplo, usado en 2013 para un amistoso de fútbol Noruega-Ucrania y una asistencia de 200 espectadores. En el estadio de la Peineta, en teoría futuro campo del Atlético de Madrid o el Centro Acuático, donde se pone un ladrillo diario en cada uno, para justificar que las obras continúan. O en la Caja Mágica, que hace caja una vez al año en el open de tenis, mientras los vecinos del barrio no pueden entrar para hacer gimnasia o botar un balón.

Fue adjudicada a FCC, vinculada con Luis Bárcenas a través de su expresidente, José María Mayor Oreja (hermano del exministro del Interior español), quien reconoció al juez Pablo Ruz haber entregado al extesorero del PP 600.000 euros en dinero negro en 2011. Pese a que el proyecto del estadio multiusos ubicado en el barrio de San Fermín se presupuestó en 120.000 millones, su coste total terminó disparándose hasta los 294 millones, un 250% más de lo previsto. Podrían haber tomado nota de que la fiesta del hormigón produjo una burbuja que al explotar nos ha dejado manchas de cemento en la camisa de diario, imposibles de limpiar... Podrían haber hecho tantas cosas, con un mínimo de lógica y sensatez, pero...

Sabiendo que la ciudadanía está muy susceptible con todos los recortes realizados, por la excusa de la falta de liquidez, no han tenido el menor reparo en engañarnos de nuevo con el cuento de la lechera, inflando la cifra de ingresos y desvirtuando la de gastos. Llegaron a afirmar que estaban garantizados 50 y tantos votos del comité... Y la prensa se hace eco de todo, como si fuesen las tablas de la ley de Moisés... Tampoco nos iba a costar nada el rescate bancario y llevamos entre 60 y 200 mil millones.

Según Alberto Montero, la simple pretensión de querer organizar unos Juegos resulta ya una broma de mal gusto. La cita de Atenas generó un déficit de más de 9.000 millones... Van por el tercer rescate... y cada vez peor. Nos gustaría saber, si el Sr. De Guindos tuviese una enfermedad que fuese tratada con un medicamento durante un año y empeorase, seguiría tomando dicho medicamento en segundas o terceras dosis.

Ni la mente ni el cuerpo están sanos con el capitalismo. Sin médicos, maestros o servicios sociales suficientes, nuestro nivel de vida decae a pasos acelerados. Los medios modelan nuestro cerebro a los intereses dominantes y el cuerpo está repleto de los venenos de la contaminación, por no hablar de las exigencias dopantes a los deportistas para mejorar el espectáculo circense de la competición. Citius, Altius, Fortius.

Varios récords nos adornan, como 6 millones de parados, la mejor generación de la historia de jóvenes universitarios emigrando, el mayor porcentaje de políticos que no saben inglés y, sin embargo, conocen de maravilla el egipcio (poner las manos una en la espalda, otra hacia delante, bien abiertas hacia arriba, para algún sobrecito) medalla de bronce en exportación de armas, y un gasto militar que nos provoca una deuda insoportable.

Si las olimpiadas fuesen un verdadero apoyo al deporte y no un inmenso negocio que algunos rentabilizan con el dinero de todos, si el deporte se entendiera como un bien social para todas las personas, como salud humana y diversión y fuese apoyado por las instituciones, si el olimpismo tuviese algo de democrático, si las multinacionales que promocionan zapatillas fabricadas por niños y niñas en condiciones de esclavitud no estuviesen tan cerca, si algunas perso- nalidades no se metieran donde no les llaman, tal vez podríamos sentir tristeza del tercer fracaso madrileño, pero... ¿cuántas cortinas de humo son necesarias para tapar las miserias de la crisis actual? Gibraltar y la cita del 2020 en la puerta de Alcalá estaban marcados con letras de oro en una selecta agenda, ¿qué fabricarán ahora?

Es cierto que en la piel de toro surgen muchos buenos deportistas, pero no es, en absoluto, por los méritos de nuestra política deportiva ni la genialidad olfativa de sus dirigentes. Es más, la subida del IVA en el deporte y la cultura, ya está muy dicho, puede matarles a ambos. Una de dichas dirigentes, es Marta Domínguez, exconcejala, senadora del PP por Palencia, exvicepresidenta de la RFEA y presuntamente pillada en renuncio. Su cinta de color rosa no se ha descolorido nada desde entonces, sigue corriendo como un Galgo por los pasillos de su partido.

Afirmo que este «palo olímpico» es bueno para la ciudadanía, y malo para constructoras y advenedizos. Nuestra olimpiada es muy otra, y no hace falta esperar a 2020, sin infraestructuras faraónicas, ni despilfarros en protocolo. Conseguir que la supuesta democracia política no se deslice hacia la dictadura económica. Que la ciudadanía prefiera salir a correr al parque de las decisiones sociales, antes que para ver por la tele desde el sillón el partido del Congreso. Que lancemos muy lejos la corrupción y el enchufismo, que saltemos por encima de las limitaciones que imponen los bancos, las leyes clasistas y los recortes sociales. Que seamos rápidos en tomar conciencia y defender nuestros derechos, antes que sea demasiado tarde. Que seamos fuertes en la solidaridad ante los atropellos del sistema de mercado y en la defensa del planeta, que lanza claros mensajes de socorro. Que seamos capaces de vislumbrar dentro del oleaje y la niebla mediática, si el correcto camino en nuestra frágil embarcación a vela hacia la meta, pasa por el carril del euro o no. Corra este otoño en salir a la calle... salte con su pancarta, lance sus consignas, el griterío puede ser de récord.

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