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viernes, 27 de septiembre de 2013

Heridas Abiertas y Galardones

La historia nunca absolverá al régimen español por sus embates en contra del periodismo vasco. La hemeroteca no lo va a permitir.

Aquí lo que nos informa hoy Gara:


La aportación de «Egin» (1977-1998) y «Egunkaria» (1990-2003) a la sociedad vasca cuenta con un reconocimiento oficial. La Diputación de Gipuzkoa les entregó ayer sus Placas de Oro en un acto que va más allá de la reparación histórica y conlleva un importante mensaje político. Los trabajadores recordaron que diez personas están encarceladas por «Egin» y que falta por juzgar la causa económica de «Egunkaria».

Ramón Sola

Quince años después de una madrugada tórrida de julio en Hernani y diez después de aquel amanecer helador de febrero en Andoain, «Egin», Egin Irratia y «Egunkaria» tuvieron un reconocimiento institucional que quizás, desde la humildad de los proyectos y de sus trabajadores, nunca previeron ni soñaron. Un acto solemne pero a la vez sincero y sentido que, según remarcó la Diputación, honra el trabajo, la profesionalidad y la aportación a un país de estos medios represaliados.

Estas Placas de Oro de Gipuzkoa recaen en proyectos comunicativos a los que no une solo el brutal cierre policial, sino también su origen, puesto que nacieron de aportaciones económicas populares y altruistas, con decenas de miles de personas detrás. Aquellos tiempos los recordaron en sendos vídeos Mariano Ferrer, primer director de «Egin», y Joan Mari Torrealdai, último presidente del Consejero de Administración de «Egunkaria». Por eso, entre otras cosas, «Egin» y «Egunkaria» eran más que dos medios al uso. Y también por eso, como subrayó Iñaki Iriondo, su pérdida no fue solo un perjuicio hecho a un grupo de trabajadores, sino a un país entero.

Ante extrabajadores de los medios cerrados por la Audiencia Nacional -la sala se quedó pequeña- y un buen número de autoridades, la Diputación ensalzó en el caso de «Egin» valores como «la coherencia, la profesionalidad y la construcción nacional». Recordó el modo en que enriqueció el panorama de la prensa, monocolor en Euskal Herria, tras la muerte de Franco. Mariano Ferrer destacó que con la llegada de «Egin» por primera vez «íbamos a contar nosotros, los vascos, qué queríamos ser».

En la presentación se destacó igualmente que fue «voz de muchos sin voz» y que hizo una labor destacada en el periodismo de investigación (su mayor referente, Pepe Rei, no faltó a este acto pese a sus graves problemas de salud). En cuanto a Egin Irratia, se subrayó la frescura que aportó a las ondas y la apertura a otras voces y temáticas.

Iñaki Iriondo, entonces redactor jefe de «Egin» y hoy cronista político de GARA, se encargó de recoger el premio dada la ausencia obvia de los máximos responsables periodísticos y empresariales, encarcelados todavía 15 años después. Recordó Iriondo que «'Egin' y Egin Irratia no los cerraron los lectores ni los oyentes. Aznar lo ordenó, Garzón lo firmó y otros muchos lo aplaudieron».

Acompañado de Tomás Arrizabalaga y de Ixiar Arteaga (esta de Egin Irratia), Iriondo no pasó por alto lo que ocurrió después de aquel «pobre de mí» del 14 de julio de 1998: «Decenas de trabajadores nos quedamos en el paro, pero no parados. Además de organizar protestas y buscar solidaridad, que encontramos a raudales, en medio de aquella conmoción hubo la suficiente lucidez para decidir que lo que había que hacer era sacar un diario al día siguiente. Aquel primer 'Euskadi Información' fue nuestra victoria y la de una buena parte de este pueblo».

Paralela fue la trayectoria de «Egunkaria», en el ilusionante inicio y en el abrupto final. Torrealdai repasó aquellos orígenes que hoy día contempla «como un milagro», con el impulso de hasta 90.000 personas con sus aportaciones económicas. Y recalcó el modo en que se garantizó un euskara de calidad, con un libro de estilo y una formación de periodistas que luego, a su vez, se han convertido en escuela para otros.

En representación de los trabajadores de «Egunkaria» intervino Gurutze Zabaltza, quien, como Iriondo antes, proclamó que «estamos orgullosos, dimos los mejores años y en premio recogimos muchos grandes momentos», aunque también el enorme sufrimiento del cierre, las detenciones, el proceso....

No obstante, tampoco en este caso la represión logró cercenar la aspiración social de un diario en euskara. Pronto surgió "Berria'', «con lo que aprendimos allí y el apoyo del pueblo». "Euskaldunon Egunkaria'' fue absuelto, sin que el daño ya se pudiera reparar de ninguna forma. Pero queda por juzgar una parte, la llamada causa económica. Así que la última mención de Zabaltza fue para los imputados -«este premio es vuestro»- y acabó en una exigencia clara: «'Egunkaria' libre».

Con la Placa de Oro a ese diario, la Diputación reconoce el mérito de haber logrado un diario en euskara y, a la vez, europeo, moderno, plural e independiente. «Independiente también de los medios en castellano», saludó Zabaltza.

Aunque el pasado y el presente duelen -desoladoras resultaban las imágenes actuales de la rotativa y redacción de «Egin»-, la Diputación valora que los dos medios pusieron una semilla que va creciendo y que aún hay mucho que contar. Ojalá, buenas noticias, apostilló Iriondo.






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