Nuestra amada Navarra sufre una terrible enfermedad, es una enfermedad enquistada que supura hediondamente, es la enfermedad de una clase política entreguista que utiliza todos los medios a su disposición para preservar el dominio español sobre Euskal Herria. Esos medios incluyen a los consorcios noticiosos con su nave insignia, el Dario de Navarra.
Gracias a Rebelión nos llega este relato que expone al Diario de Navarra en toda su franquista podredumbre:
Gracias a Rebelión nos llega este relato que expone al Diario de Navarra en toda su franquista podredumbre:
Jesús María Tomás JiménezRebelión
El 30 de enero publicó Diario de Noticias mi artículo "Hasta la victoria siempre", en el que hacía una valoración de las repercusiones que la ya archiconocida sentencia del TSJ de Navarra traía consigo al darnos la razón a la 'Plataforma de la Ribera + Centrales No', frente a las pretensiones del Gobierno foral, Ayuntamiento de Castejón y empresas eléctricas por convertir la Ribera del Ebro en una ruina medioambiental.
Envié el artículo en cuestión también, entre otros medios, a Diario de Navarra. Además del correo que envíe a su redacción central, y como siempre hago, también envíe el artículo a su redactor en Tudela, Sr. Jesús Manrique Troyas, con el siguiente texto:
"Jesús, te envío un artículo de opinión sobre las térmicas de Castejón con la esperanza de que por fin lo publiquéis en vuestro periódico, ya que a lo largo de estos últimos 4 años, sólo habéis publicado 1 de la docena larga de artículos que hemos escrito. Entiendo que nuestra opinión no es la que comparte la línea editorial de vuestro periódico, pero ésta también alguna vez merece la oportunidad de ser publicada en vuestro diario, aunque sólo sea para que en días posteriores publiquéis todas las contrarréplicas que estiméis. También nuestra opinión es noticia, y más ahora, cuando la justicia nos da la razón. Esperando noticias tuyas al respecto.
Un abrazo. Jesús Mari"
Cinco días después, (ya publicado el artículo en Diario de Noticias), recibí la respuesta del Sr. Manrique:
"Hola Jesús Mari, he consultado lo de la carta y en principio no hay problema en publicarla (a pesar de lo que pienses sobre la línea editorial del periódico). La única pega es que es demasiado larga y habría que quitar el párrafo de agradecimiento que viene al final y quizás alguna cosa más. El titular es posible que también haya que cambiarlo sobre todo por centrar el tema en las térmicas. Si no tienes inconveniente en que haga estos recortes me lo dices y la publicaremos un día de estos.
Saludos y un abrazo. Jesús"
Era obvio que entre mi artículo y el que surgiese de sus arreglos y recortes, cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Admiré, eso sí, el sibilino cuidado que ponían en hacer que la poda de la prosa no la entendiésemos como mordaza sino como virtud protectora del buen ánimo de sus lectores. La coletilla de "habría que quitar.... y quizás alguna cosa más" es una genialidad. A pesar de caer transido de emoción por los altos y desinteresados desvelos de Diario de Navarra por proteger a la sociedad navarra de hechos que pudieran provocarla el maligno delirio de pensar libremente, contesté lo siguiente:
"Estimado Jesús. Sinceramente me ratifico en lo de la línea editorial del periódico para el que trabajas. Como comprenderás no acepto lo que planteas. La libre expresión no pasa por justificar recortes, cambios de título o extensiones de texto. Pasa por que se respete, aunque no se comparta, los pensamientos y las formas de expresarlos literariamente por parte de los que creemos y defendemos otra visión y otra forma de ver el mundo, en este caso con sentencia judicial a nuestro favor incluida. Tomo nota de lo que planteas o te han dicho que nos plantees. Sinceramente, espero que el ser periodista no implique sumisión acrítica a lo que significa la censura, refinada en este caso, que nunca he aceptado y menos aún en estos tiempos en los que ser libre para pensar y actuar, es de suma importancia para combatir el miedo y la cobardía, provocadas por la ignorancia y sumisión en la que líneas editoriales como la del Diario de Navarra nos quieren someter.
Un saludo. Jesús Mari".
Con ello supuse que este sainete llegaba a su fin, pero me equivoqué. A los pocos minutos recibí el siguiente mensaje del Sr. Manrique:
"Hola patro, échale un vistazo al correo de abajo para que veas lo trastornada que puede llegar a estar la gente. Este tío además de ser un poco corto (porque la carta iba a salir con todo su contenido menos la chorrada de los agradecimientos) es un sinvergüenza. Perdona que me he calentado. Saludos"
Nada diré, aunque pueda ser el deseo de muchos lectores, sobre la posible etiología del calentón que sufrió el Sr. Manrique, ya que no es posible saber con total certeza si "patro" es el diminutivo cariñoso de una señora minúscula o el modo que usan en ese diario cuando hablan con su patronal. Mi respuesta fue:
"Como comprenderás mis referencias a ti como 'estimado Jesús' ya no tienen cabida. Tampoco creo que eso te preocupe demasiado teniendo en cuenta el tipo de persona que, según tu sabio criterio, soy. No caeré en la provocación fácil de insultarte como tú me insultas a mi al calificarme como tío trastornado, corto y sinvergüenza. Estoy convencido además que no es la primera vez que me dedicabas este tipo de lindezas cuando hablas con tus colegas; es más, soy consciente que en esta ocasión los 2 hemos tenido suerte, porque lo habitual entre quienes tenéis semejante don oral es que te acuerdes de mi madre, de mis posibles tendencias sexuales o de protuberancias óseas que me salen de la frente. No me conoces de nada pero efectivamente me has clavado como si me conocieses de toda la vida. Estoy trastornado porque no me gusta vivir en un mundo injusto, cruel, hipócrita, donde la sociedad está alienada, e intento en la medida de mis posibilidades luchar contra eso, y es verdad, eso trastorna, pero también te diré que me da igual; porque da sentido a mi vida. Soy corto, muy corto. Pero no creo que sea motivo de tristeza para mi. Cada día descubro lo ignorante que soy , y soy feliz al saber que hasta mi muerte estaré aprendiendo algo todos los días, porque también eso da sentido a mi vida. En cuanto a la vergüenza, es cierto que no me avergüenzo de lo que pienso aunque no sea lo que piense la mayoría. El artículo en la página 5 del Diario de Noticias viene entero. Ellos no han tenido problema ¿Por qué será? Te garantizo que esta conversación electrónica se conocerá públicamente. No lo dudes. No me avergüenzo de ello".
Mientras escribía este mensaje, el Sr. Manrique me envío otro más. Es éste:
"Hola Jesús Mari, como habrás podido observar, te he mandado un correo que no iba dirigido a ti. La verdad es que siento las expresiones que incluye ese escrito hacia tu persona, pero realmente creo que las acusaciones que haces tanto contra mí como contra mi periódico no son justas y faltan a la verdad. Hablas de censura cuando no teníamos ningún problema en publicar la carta con vuestras opiniones sobre el tema y mi propuesta no era censura, sino simplemente eliminar un párrafo con una lista interminable de nombres que a la gran mayoría de lectores no les iba a decir nada. Realmente siento mucho el contenido del anterior correo y espero que me disculpes. Un saludo. Jesús"
Por la tarde fui privado de mis anhelados y escasos minutos de modorra que se apoderan de este tío trastornado, al recibir la llamada de Ignacio Calvo, jefe de Local del periódico, para decirme que el Sr. Manrique había cometido un error, (ya me parecía a mí, ya. Desde el primer momento sospeché que yo no era "patro"). Acto seguido decidió castigar mi falta de vergüenza y sesera con una diatriba larga y aburrida sobre líneas editoriales imparciales, objetividad, buenos profesionales... Me resultó bastante repetitivo y poco creíble, tal vez porque trataba sobre temas que en ese diario no terminan de dominar.
No seré yo quien descubra la línea político-editorial de Diario de Navarra que en su dilatada historia, ¡ciento cuatro años nos contemplan!, apenas ha variado. Durante décadas escribieron sus editoriales con una mano mientras que la otra la mantenían abierta con el brazo firme en alto. Ahora, esta postura se ha adaptado a los nuevos tiempos y esa mano está en el bolsillo sujetando con fuerza la billetera. Entiendo por tanto, que sea más difícil que sinvergüenzas como yo publiquemos un artículo de opinión en ese periódico que convencer de que se ponga un preservativo a un numerario del Opus Dei, (por otro lado, fieles mecenas de esa otra libertad de expresión que se cocina en Cordovilla). Ser ateo practicante me priva de la capacidad de absolver, pero a cambio, gracias a Dios, me hace ser librepensador lo que me permite respetar todas las opiniones. Por eso respeto la opinión que de mí tienen los redactores de ese diario. Es más, la tomo como un elogio tan importante como el que ya hace años me dedicó el ejército español al calificarme como inútil total para servir a la patria. Gracias a sus lisonjas me he dado cuenta que puedo ser un triunfador en su mundo, pues soy tonto y sinvergüenza; el no va más. Por ello desde aquí me postulo como columnista de Diario de Navarra, lo que sin duda daría un toque de color rojo, de roja pasión, a las páginas de su boletín. Se lo piensan, y cuando decidan algo, me mandan un correo.
* Jesús María Tomás Jiménez. Plataforma de la Ribera + Centrales No.
Oh la gloria de interactuar con gentuza que no sabe como usar correctamente el correo electrónico.
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