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lunes, 26 de agosto de 2002

Sin Respiro

Gorilesco, así se debería de describir el comportamiento de José María Aznar en lo que respecta a su postura hacia Euskal Herria.

Lo que lo impide es su estatura, tanto física como política, lo cual impide verlo como un imponente gorila y lo hace ver más bien como un patético babuino en el paroxismo de una rabieta.

Lo cual no lo hace menos peligroso cuando de la afectación de los derechos civiles y políticos del pueblo vasco se trata.

Lo mismo va para Baltasar Garzón.

Dicho lo anterior, les dejamos con el seguimiento que La Jornada hace del embate en contra de Batasuna:


Batasuna "no tendrá respiro" luego de la votación de los diputados, advierte Aznar

El juez Garzón podría prohibir las actividades de la coalición durante cinco años

Batasuna "no tendrá ni un minuto, ni un segundo de respiro porque el lunes empieza el final de la cuenta atrás para el brazo político de ETA", afirmó anoche el presidente del Ejecutivo español, José María Aznar, en referencia a la sesión del Congreso que ese día votará un texto que insta al gobierno a pedir en el Tribunal Supremo la proscripción de esa coalición independentista vasca.

"No le vamos a dar respiro, ni el gobierno, ni los partidos democráticos, ni se lo van a dar los jueces de la Audiencia Nacional (principal instancia penal española)", sostuvo Aznar en un acto ante militantes de su Partido Popular (PP).

Paralelamente, el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, decidirá probablemente el mismo lunes la suspensión durante cinco años de las actividades de Batasuna, respaldado por el apoyo que el viernes le dio al respecto la fiscalía, que consideró no sólo que Batasuna "forma parte de la organización terrorista ETA", sino también que está "sometida" a este grupo armado vasco, responsable de 41 muertes desde enero de 2000.

La suspensión de actividades de Batasuna significará el cierre de sus locales, es decir, la prohibición de organizar actos públicos y de utilizar la sigla y el nombre de Batasuna. En cambio, sus diputados regionales y concejales seguirán ejerciendo sus mandatos hasta su término.

El gobierno de Aznar convocó para la tarde del lunes a la sesión extraordinaria del Congreso de los Diputados con un único punto del orden del día: votar la moción para que el Ejecutivo someta la petición de proscricpión de Batasuna por sus "probados" vínculos con ETA.

Este procedimiento en el Parlamento fue posible luego de que a finales de junio pasado, 90 por ciento de los diputados aprobó la denominada Ley de Partidos Políticos, que contempla la posiblidad de prohibir formaciones políticas que "de forma reiterada y grave" incurran en situaciones tales como "vulnerar sistemáticamente las libertades y derechos fundamentales promoviendo, justificando y exculpando los atentados contra la vida".

Según el gobierno español, el sometimiento de Batasuna a ETA y el hecho de que no haya condenado los atentados, en particular el del 4 de agosto en Santa Pola, que mató a dos personas, entre ellos una niña de seis años, son elementos suficientes para que el Ejecutivo impulse la ilegalidad de la coalición.

El PP y el Partido Socialista Obrero Español, el mayor de oposición, anticiparon que el lunes votarán a favor de la moción. En cambio, los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unió y la coalición Izquierda Unida se abstendrán. Los primeros son reticentes a involucrar al Legislativo en un procedimiento judicial y los segundos consideran que la proscripción de Batasuna debilitará la lucha contra el terrorismo.

El Partido Nacionalista Vasco, en el poder en el País Vasco desde 1980, votará contra el pedido del Ejecutivo, por considerar que la prohibición de Batasuna puede llevar a que muchos de sus simpatizantes opten por la clandestinidad o incluso la pertenencia directa a ETA, lo que a su juicio sólo servirá para agravar el conflicto.

El sábado, el vocero de Batasuna, Arnaldo Otegi, sostuvo que el presidente del País Vasco, Juan José Ibarretxe, debe aclarar si va a convertirse en "agente ejecutor" de la estrategia del PP, al tiempo que afirmó que el proyecto político de la coalición se encuentra "absolutamente arraigdo" en el País Vasco, y por consiguiente "no se puede arrancar con medidas judiciales ni represivas".

Otegi vaticinó además que el País Vasco se va a convertir "en el Stalingrado de un fascista llamado José María Aznar". 




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