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miércoles, 2 de enero de 2019

El Movimiento Obrero Vasco

Iniciamos el año y como siempre, 2019 viene con grandes retos para el pueblo vasco.

No se pueden cometer errores y el análisis del escenario debe ser muy meticuloso, nada puede ser obviado.

Por lo anterior, les presentamos este texto dado a conocer en el blog de Borroka Garia da!:


Borroka garaia da!

Es cierto que los liberales españoles que invadieron “las provincias vascongadas” respondían al imperialismo y dieron forma al nacionalismo español en beneficio de la burguesía española necesitada de un marco territorial bajo control para su mercado, ahora bien, lo que no es cierto es que los “carlistas vascos” respondieran a una especie de foquismo guerrillero abertzale que no sería más que una idealización falsa. Llegamos tarde, muy tarde. En esa época la conciencia de pueblo y de clase más bien era difusa. Después de las guerras el abertzalismo originario fue una reacción tardía, que nunca llegó a superar en la práctica el fuerismo (autonomismo) para acabar siendo fagocitada por la burguesía en la Euskal Herria occidental y por los terratenientes en Nafarroa Garaia y tuvieron que pasar décadas hasta que partes de la clase obrera tomaran la bandera del independentismo. El movimiento obrero vasco como tal también fue una reacción tardía. Y siempre el catolicismo en medio retardando y envenenando todo.

Las primeras expresiones organizadas de la clase trabajadora vasca fueron a manos de los anarquistas sobre 1870, aunque duró poco, debido a lo que más tarde llegaría a ser un clásico, ilegalización y persecución de las actividades. Con la abolición de los fueros (1876) se empiezan a desarrollar y consolidar las condiciones económicas de explotación, enriquecimiento de la oligarquía y malestar social, que condujeron al nacimiento de la protesta.

Para 1890 en adelante, el epicentro de la protesta y origen del movimiento obrero vasco se localiza en la zona minera de Bizkaia donde se aplica un capitalismo salvaje similar al inglés que fue bien estudiado por Marx. Los sindicatos y agrupaciones obreras estaban prohibidas. Aunque los patronos tenían su propio sindicato: la Cámara Minera, donde se reunían los magnates de la ría y presidida entonces por Sota, el oligarca que llegaría a ser el mandamás y verdadero líder ideológico del PNV.

En las primeras huelgas que se llevaron a cabo en nuestra tierra no existía aún ni movimiento comunista ni nacionalismo vasco. Existía un sindicalismo socialista clandestino dinamizado por cuadros de UGT y PSOE de carácter agresivo y radical, partidario de la huelga, las barricadas y enemigo de pactos con la patronal. Este sindicalismo estaba prácticamente en guerra contra la guardia civil y el ejército español, ya que desde la capitanía de la región militar norte (Gasteiz) enviaron tropas que llegaron a la zona minera, con varios batallones. Este ciclo de las primeras protestas, o el nacimiento de la lucha de clases moderna en Euskal Herria terminaría con la ruptura de la III Internacional. Son expulsados los dirigentes sindicales radicales del PSOE y UGT con la instalación de la socialdemocracia española. En adelante solo los anarquistas y comunistas vascos protagonizarían las acciones.

Hasta 1911 no se fundan ELA ni CNT. ELA surgiría con la idea de conformar un sindicato exclusivamente vasco como así tenía intención Sabino Arana para contrarrestar al sindicalismo sucursalista. Sin embargo, al mismo tiempo se permitió que entraran no solo obreros, sino también empresarios conformándose en el primer sindicato amarillo e interclasista de la historia vasca, contrario a la huelga y al anti-capitalismo radical entonces muy extendido en las masas obreras y sustituyéndolo por la negociación amistosa, la colaboración y el pacto. Sus miembros suelen ser militantes del PNV-CNV. Es, por tanto, un sindicato de vocación interclasista colaboracionista, que no oculta su relación estrecha con el partido. Hasta el punto de que varios miembros de su dirección son al mismo tiempo diputados del PNV en Madrid.

Coincidiendo con la ruptura interna del nacionalismo (PNV-Aberri y PNV-Comunión, entre 1917-1921), que se gesta en los años veinte, tras la primera guerra mundial y en plena crisis de las fábricas de la ría también empieza el proceso lento de desligamiento del PNV,y a separar los intereses obreros de los empresariales, lo que lleva a coordinarse tímidamente con UGT ya en su proceso de moderación.

En ese momento de división en el nacionalismo vasco tradicional surgen los primeros abertzales (jóvenes) que empiezan a reconocer la existencia de la lucha de clases, a posicionarse en contra de la armonía interclasista en las empresas, y a apoyar las protestas y huelgas. Lo cual da inicio a otros dos de los clásicos, las discusiones por el no reconocimiento de la explotación de los obreros vascos con la disculpa de la fraternidad nacionalista y las expulsiones. El resultado con el tiempo fue la expulsión de los jóvenes, la refundación del PNV (1921) y la aparición de una izquierda política independentista (ANV y Jagi-Jagi).

Debido a la “desviación” de ELA, el ala derechista del nacionalismo vasco (ex-lehendakari Aguirre) junto a integristas españoles (Marcelino Oreja o Luis Villalonga, ) intentan la creación de un sindicato cristiano. AVASC (Agrupación Vasca de Acción Social Cristiana). La solución que ofrecía AVASC y su presidente, que era empresario y dueño de una fábrica de chocolates, no era otra que aceptar el orden capitalista como necesario y la doctrina papal como arbitraje y solución de moderación a unos problemas sociales y económicos, que estaban dejando sin trabajo y sin salidas a multitud de trabajadores. En el fondo de la propuesta AVASC, que hubiera sido un sindicato fascista vasco de inspiración católica, se encontraba el eterno intento de la falsa confraternización empresarial, entre obreros y patronos de la misma “raza”. Es decir, el modelo sotista, en estado puro, que había saltado por los aires gracias a la reacción de los obreros vascos y a las denuncias político sociales de Eli Gallastegi “Gudari”, Etarte etc…

A pesar de que, a partir de 1947, la insoportable situación social y laboral en Euskal Herria empieza a provocar protestas y huelgas intermitentes, convocadas por ELA-CNT-UGT, que en los años 50 son importantes, la dura reacción policial y patronal mantuvo el movimiento obrero en su derrota de 1937. No sería hasta 1959 que surgiría CCOO. En su origen Las Comisiones eran una organización espontánea, que se copia de un sitio a otro. Cuya función es convocar las asambleas, exponer el problema y ejecutar los mandatos de las asambleas. El PCE, a pesar de que tenía su propio sindicato (OSO) apoyará la participación de sus miembros en las comisiones. Y poco a poco su interés se convertirá en control. Incluso el Frente Obrero de ETA, tendrá varios miembros en su fundación. También Txabi Etxebarrieta tuvo contactos con las comisiones obreras de la ría de Bilbo, tras la V Asamblea, etc. Era una época de tanteo de las fuerzas políticas, sobre todo PCE y ETA, en busca de una coordinación e identificación con el nuevo movimiento obrero.

LAB nace en una fecha tardía (1975) respecto a los demás sindicatos vascos. Si suponemos que LAB representa, mas o menos, el movimiento obrero a la izquierda del nacionalismo vasco, habría que explicar el porqué del retraso al respecto, no solo del movimiento obrero socialista o anarquista, sino también de las CCOO de los años sesenta.

En el momento de su constitución LAB, se proclama anticapitalista, asamblearia y nacionalista. Se presenta como una organización de masas, incluso rechazando la denominación tradicional de sindicato. El intento de LAB es llevar a la práctica laboral y sindical el ideario del nacionalismo revolucionario de la V asamblea. En esta línea LAB participará como miembro activo en KAS, la coordinadora socialista e independentista vasca. Sus planteamientos iniciales recuerdan también los primeros pasos del movimiento obrero vasco. El enfrentamiento radical con el capitalismo, el rechazo a las negociaciones que no sean por mandato asambleario y las barricadas y la huelga como arma irrenunciable del movimiento obrero.

Ha llovido muchísimo desde todo esto. El sindicalismo de acción o de representación asamblearia, que está en los orígenes y fundamentos del movimiento obrero vasco, desapareció del horizonte de la llamada lucha de clases. También la acción directa y los movimientos de masas que transcienden las cuatro paredes del lugar de trabajo. Las opciones de plantear una alternativa total al capitalismo fueron desapareciendo de los programas y de los debates . El movimiento obrero vasco nacido de la lucha de clases murió en su día. Su objetivo, incluso en medio de la peor de las crisis, ya no es cambiar el sistema es mejorarlo. Aprovechar su creación de riqueza y participar en el reparto. Algo así como decir: Otro capitalismo es posible al calor de las elecciones sindicales. Sin embargo, de la misma manera que las condiciones empeoran, cada vez más gente es consciente de que otro capitalismo no es posible, de que el sistema y su clase política le tienen cogida la medida al sindicalismo vasco y de que hacen falta cambios transcendentales para llevar la lucha de la clase trabajadora vasca a otro nivel superior. Si aprendemos un poco de la historia hay cosas que aun siguen irresueltas u otras que se perdieron sin ningún motivo y que serían de gran valor a día de hoy.

Para que la burguesía hoy sea dominante en Euskal Herria necesita de varios principios a parte de la violencia de estado; la separación identitaria de la clase trabajadora vasca a través de la pinza que se retroalimenta del españolismo y el nacionalismo burgués,regionalista, el control de la ética y moral sobre las acciones de la clase trabajadora a lo que se llama convivencia, y la moderación e integracionismo de los agentes representativos de la clase trabajadora. Estas tres cosas son victorias históricas del capital y los estados en Euskal Herria y el dique principal de contención.

La burguesía siempre está dispuesta a hacer lo que sea para mantener sus privilegios. Esto hoy por ejemplo supone que ataquen con saña expresiones del movimiento popular como ayer mismo en el gaztetxe de Gasteiz o durante estos días en la huelga de las huertas de Peralta, mientras que al mismo tiempo nos muestran sus caras amables de cambio y de convivencia e intenten hacer tracción de la clase trabajadora para ponerla bajo sus intereses. Por eso resulta significativo que ante la avalancha reaccionaria y “progre” contra los gaztetxes estos se hayan defendido mediante la acción directa asamblearia y por ahora hayan ganado la batalla que seguirán ganando mientras sigan en ofensiva o que la clase obrera vasca nativa o “extranjera” haya roto todos esos principios en Peralta y no le tenga miedo ni a las barricadas. Los y las emigrantes fueron en nuestra tierra, no colonos, como le gusta decir a cierta burguesía vasca mientras lo explota en su beneficio o los y las mantienen hoy mismo en guettos-escolares, sino víctimas del capitalismo vasco-español y al mismo tiempo la chispa que hizo arder la pradera de la lucha de clases. En un futuro puede que sean las que vuelvan a avivar las hoy ascuas. Elementos que van apareciendo lenta pero inexorablemente para conformar el nuevo ciclo de lucha radical por la completa libertad de Euskal Herria frente a estados y burguesías.






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