Podemos ya no podía seguir jugando al "no sé de que voy" en la CAV por una simple razón, a diferencia del resto del estado español, con la excepción de Nafarroa, Catalunya y Galiza, en esa autonomía el electorado sí que cuenta con partidos políticos que no son "de la casta". O sea, vender lo que tan fácilmente han vendido en el resto del estado español va a ser un poco más difícil en lo que respecta a una ciudadanía que incluso ha sufrido los efectos del apartheid como consecuencia de la Ley de Partidos.
Se acercan tiempos electorales y algunas de sus plataformas ya se empiezan a definir, y de eso nos habla este reportaje publicado en El Mundo:
El 'Estado vasco' de Podemos
Las candidaturas para dirigir el partido empiezan a definirse en Euskadi
Leyre Iglesias
Las inconcreciones de Podemos respecto a la política vasca van esfumándose. Una de las dos iniciativas que por el momento quieren articular una candidatura para dirigir el partido en el País Vasco maneja ya un puñado de borradores en los que se define en cuanto al «problema nacional», el entramado institucional vasco y el fin de ETA. En el proyecto de ponencia de política institucional de Euskal Hiria para liderar el futuro Consejo Territorial de Podemos en Euskadi -cuya composición se conocerá tras las primarias internas el próximo 14 de febrero-, este grupo encabezado por el asesor del Ararteko y abogado penalista Rafael Sainz de Rozas propone apostar por una reforma constitucional hacia una República federal española en la que se conforme «un Estado vasco con amplios poderes y también amplios lazos de solidaridad con los otros Estados federados» de España, siempre y cuando ésa sea «la opción que refrende la ciudadanía vasca».
Es una de las propuestas que está trabajando esta iniciativa que se nutre de nueve personas con preparación universitaria, muchas de ellas ligadas a la UPV, y que está sumando adhesiones y contrastando textos con el fin de dejar la batalla de los nombres para el final. Su apuesta para liderar el Podemos vasco, que toma prestada la «ciudad vasca» soñada por el escritor Bernardo Atxaga, no forma parte de ninguna corriente, aunque no es vista con malos ojos por la línea oficial de la dirección de Pablo Iglesias (Claro que podemos) que en el País Vasco está representada por el líder municipal del partido en San Sebastián, Hannot Sansinenea, quien, según fuentes cercanas, no lanzará para el conjunto de Euskadi una candidatura propia ligada a su corriente.
La otra iniciativa que de momento está sumando apoyos es en todo caso más lejana a la dirección. Se llama Orain Ahal Dugu y tiene el apoyo del vizcaíno Xabier Benito, candidato de Podemos a las elecciones europeas y uno de los pesos pesados del partido en Bizkaia junto al secretario municipal de Bilbao, Lander Martínez. Ambos defendieron en su día la línea del rival de Iglesias, Pablo Echenique, que salió derrotada en la asamblea del partido. En lo que respeta a la cuestión identitaria, su propuesta para «Euskal Herria» es «defender el derecho a decidir» empezando por buscar «una confluencia organizativa con Navarra (siempre teniendo en cuenta los intereses de ambos)».
Esta candidatura ha decidido además confluir con otra que había surgido en Gipuzkoa bajo el nombre Euskadiren Hitza, que pide construir «un partido vasco con capacidad de decisión propia». Más allá del uso de un lenguaje en principio más cercano al nacionalismo, y de un mayor hincapié en las políticas «anticasta», esta alianza se distingue por su voluntad de presentarse a las elecciones forales de mayo, mientras que el grupo de Sainz de Rozas deja abierta y a elección de cada uno de los territorios históricos mediante «consulta ciudadana» la decisión de concurrir a los comicios. Este grupo tiene trabajadas ya muchas de sus propuestas, abiertas a cambios.
Suprimir cargos públicos
Las instituciones están «parasitadas» por los partidos, que han colocado en ellas a «personas serviles», y hay que acabar «inmediatamente» con el reparto de cuotas entre ellos: «En Euskadi esto significa que el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, el consejo de administración de EiTB y tantas otras instituciones deben nombrarse obedeciendo a criterios de profesionalidad e independencia». Las fórmulas que proponen los miembros de Podemos vinculados con Euskal Hiria son «remodelar el sector público»: «auditar» la eficiencia de cada administración y sociedad pública, «suprimir todos los cargos públicos innecesarios», y poner la lupa en «cuántos asesores políticos» hay en Euskadi, en sus territorios y en sus municipios: «La inmensa mayoría de ellos debe desaparecer, porque son más fontanería de los partidos que servicio público». También detectan «duplicidades y descoordinaciones administrativas» que hay que resolver «reubicando a los funcionarios».
Gran poder foral
El modelo territorial de Euskadi, dividido en tres provincias que son muy fuertes por contar con Haciendas propias, no les gusta. Obedece al «criterio conservador e historicista propugnado por el PNV y el PP». A su juicio, el poder de las Diputaciones es «excesivo», están «sobredimensionadas» y deben ser «menos todopoderosas». Quieren «reforzar las instituciones comunes vascas» por un lado y los municipios por otro. De hecho, plantean cuestionarse «la conveniencia de mantener tres Haciendas separadas, con tres sistemas tributarios distintos para dos millones de personas», y proponen avanzar «de forma progresiva y escalonada, para ir coordinando las Haciendas vascas y unificando los impuestos».
Sin forzar identidades
«Somos un país muy pequeño, en tamaño y en población» y «muy dividido», aseguran sobre la comunidad autónoma vasca, donde las múltiples diferencias internas se han estado saldando hasta hace muy poco con «crímenes políticos». Critican que ni «el nacionalismo vasco» ni «el nacionalismo español» se dirigen a la sociedad vasca «real, tal como es», sino «desde esquemas prejuiciados». Podemos quiere «mejorar la convivencia entre las personas que viven en este país» y «mejorar las relaciones» con sus «vecinos» con un proyecto que «no es sólo para nacionalistas, ni sólo para euskaldunes, ni sólo para vascos nativos», sino para todos, sin «forzar ninguna identidad más allá de lo necesario para convivir».
Lo último, la secesión
España es un «Estado plurinacional» como tantos otros y los vascos están repartidos en España y Francia. Pero la comunidad autónoma vasca posee «importantes competencias y un sistema eficiente de financiación», dicen en referencia al Concierto Económico, que al parecer no les disgusta. Sobre Navarra, la consideran «histórica y culturalmente el corazón de Euskal Herria», pero tienen claro que «son ellos quienes deben decidir qué tipo de relación desean» con Euskadi. En todo caso, subrayan que la cuestión nacional «no es la prioritaria» para Podemos, que se define «más internacionalista que nacionalista». Aun así, defienden «el derecho de autodeterminación» pero reclaman «consensos» en torno a un tema que divide tanto. Debe conseguirse un modelo para que todos los ciudadanos vascos puedan sentirse «relativamente cómodos y en ningún caso excluidos». Por eso, la decisión en torno a la independencia («obligar a los ciudadanos a posicionarse entre dos posturas extremas») es a su juicio «el último recurso». «Somos partidarios de una reforma constitucional que recoja el derecho de autodeterminación y transforme el Estado español en república federal, dentro de la cual se conforme un Estado vasco con amplios poderes y también amplios lazos de solidaridad con los otros Estados federados, siempre y cuando ésta sea la opción que refrende la ciudadanía vasca», defiende.
ETA ha de desaparecer
Un documento de cinco páginas sirve de borrador para el análisis y las propuestas de Euskal Hiria en torno a ETA y los «derechos humanos». El borrador contiene una «condena radical» del «terrorismo» de ETA y la reivindicación del fin de la «excepcionalidad penal» con la que se trata a sus presos. Estos integrantes de Podemos subrayan primero que ETA no nació por la «inexorabilidad de la realidad política», sino «porque ETA decidió» que la violencia era la «vía adecuada para cambiar el marco político del país». Su «responsabilidad» intransferible «adquiere una extrema plenitud, una radical autonomía, a partir de la Transición política». Su violencia con fines políticos, añaden, «representa la negación misma de la democracia». La banda, a juicio de estos miembros de Podemos, debe entender que ya no habrá ni siquiera «paz por presos», sino «paz por legalización política de la izquierda abertzale». Añaden además que su «defensa radical de los derechos humanos» lleva a Podemos a «pedir la desaparición de ETA, cuyo terrorismo no sólo ha sido perverso y equivocado en lo político, sino también insostenible en el plano ético».
A partir de ahí, subrayan que, en «el ejercicio de respuesta» al terrorismo por parte de «diversas instituciones del Estado», ha habido «directa o indirectamente vulneraciones de derechos humanos»: asesinatos, torturas o detenciones. También citan el cierre de los periódicos Egin y Egunkaria y se centran sobre todo en la política penitenciaria. Indican que «la derrota del terrorismo» debe ser «la victoria de los valores democráticos como principios rectores de la convivencia», y plantean «cambios deseables» en materia de ejecución penal: acercamiento de los reclusos de ETA, que la jurisdicción de la Vigilancia Penitenciaria «sea devuelta a la judicatura vasca», la excarcelación «con las cautelas necesarias» de los presos gravemente enfermos, y que la clasificación penitenciara de los internos esté regida por un «pronóstico individualizado de sus posibilidades para llevar una vida en libertad sin delinquir».
El 'empobrecimiento' humano de Euskadi
En su «análisis de coyuntura», la iniciativa Euskal Hiria para liderar Podemos en Euskadi dice que el País Vasco asiste al fin de una etapa marcada por dos hechos: «la preeminencia del PNV en lo político y la acción de la violencia de ETA». Sobre el PNV aseguran que ha gobernado siempre (salvo los tres años del socialista Patxi López) mediante una «hábil política pactista» con los «partidos dinásticos» en España (PP y PSOE), «asegurándoles la gobernabilidad» y al mismo tiempo «reforzándose» en la comunidad autónoma vasca. Junto a ello ha estado ETA, «con su correlato de violencia institucional, y la presión de los partidos de la izquierda abertzale sobre la sociedad», de modo que se ha formado un cóctel de «supremacía con el consiguiente control social» frente a los partidos constitucionalistas. Pero con el cese definitivo de ETA, todo ha cambiado rápidamente, afirman. «Aquí también hay gentes que han pedido el miedo y que desean algo distinto», que «se atreven a pensar de forma libre e independiente» y que «no están dispuestas a ser constreñidas por discursos esencialistas, vengan estos del nacionalismo vasco o del nacionalismo español». Sobre todo «hay una juventud» que no quiere «sufrir las imposiciones de ideologías más próximas a arquetipos de pensamiento totalitario que a proyectos de convivencia en libertad», añaden. Como resto de condicionantes en este análisis de situación apuntan a la dura crisis económica, que también afecta a Euskadi, además con un «tremendo impacto de género»; a un «empresariado vasco» que, «agraciado hasta hace poco con sustanciosas subvenciones y exenciones fiscales», ahora está haciendo «lo mismo que el del Estado», despedir a los trabajadores; y a la preocupante «emigración de la juventud». Euskadi «está sufriendo un empobrecimiento grave de recursos humanos», denuncian.
A la españolada le urge que Podemos "concrete" en Euskal Herria, para ver en que postura se coloca con respecto a la autodeterminación, el proceso de paz, los derechos de los represaliados, el euskera... por mencionar algunos temas. El último párrafo, donde plantean que el PNV y ETA han trabajado en tandem debe tener muy complacida a Madrid.
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