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domingo, 9 de marzo de 2014

Vienen los Vascos

En Nafarroa se destapó la cloaca y la administración de la virreina Yolanda Barcina quedó al descubierto por lo sistemático y extenso de la corrupción.

Su gobierno ya debiera haber caído pero ha sido apuntalado desde Madrid en un pacto entre bambalinas de los partidos borbónico-franquistas que dominan la vida política del estado español. Peperos y sociatas han firmado otro pacto que preserva la sacrosanta unidad de Eshpaña, involucrándose desvergonzadamente en la estructura institucional navarra.

Al respecto tiene algo que decirnos nadie más y nadie menos que Iñigo Urkullu en esta entrevista publicada en la página de Noticias de Álava:


"No callaré ante el discurso de que no debe haber cambio en Navarra porque vienen los vascos"
M. Vázquez

Aunque la paz ha copado la atención informativa en las últimas jornadas, el lehendakari sigue situando la economía en la cúspide de sus preocupaciones, y también asiste con atención a la crisis institucional navarra.
El año no ha arrancado muy bien para el desempleo en Euskadi. ¿No se contradice con el mensaje optimista que había lanzado?
-No ha sido contradictorio porque yo no he dicho que 2014 iba a ser el año de lanzar los cohetes y los fuegos artificiales. He dicho que íbamos a estar mejor que en 2013 pero que iba a ser muy difícil, y que no podemos estar hablando de haber salido de la crisis mientras los niveles de desempleo sean altos. Próximamente pondremos en marcha el plan de industrialización.
¿Ve posible recuperar en los próximos meses, cuando la economía mejore, el diálogo social entre empresarios y sindicatos?
-No está en función solo de que escampe la crisis, sino de las estrategias de las organizaciones empresariales y los sindicatos. Da la impresión, por las críticas de algunos, de que, como no escenificamos las reuniones, el Gobierno no se está moviendo. Yo me he fijado el año 2014 como un año en el que alcanzar un diálogo social. Vamos a ver si vamos empastando por lo menos una mayoría de agentes más allá de la representatividad que tengan.
¿Valdría un convenio de eficacia limitada con CCOO, UGT y los empresarios?
-Si hemos vivido convenios de eficacia limitada en tiempos de bonanza, en tiempos de crisis en lo que tenemos que perseverar es en el mantenimiento del empleo existente, y por la creación de empleo es bueno que haya convenios colectivos. Ojalá fueran convenios de mayoría pero, si son de eficacia limitada, cada uno sabrá por qué tiene que ser así.
¿Ha reconducido Lakua su relación con los empresarios tras algún rifirrafe?
-Es cierto que ha habido pronunciamientos públicos sacando de contexto declaraciones de los consejeros, pero más allá no tengo ningún rifirrafe. Sí tengo un disgusto: el de un esfuerzo que hice para alcanzar un acuerdo ante el vencimiento del plazo de la ultraactividad en el 7 de julio. Mi propuesta no fue aceptada por las organizaciones empresariales territoriales, como tampoco por un sindicato mayoritario, y ahí vuelvo a la pregunta anterior sobre los convenios de eficacia limitada. Sí es verdad que, estando los demás sindicatos dispuestos, fueron las organizaciones empresariales las que no entraron al juego. Pero, más allá de ese disgusto, es obvio que en el discurso político del lehendakari hay una apuesta inequívoca por el tejido productivo y con la interpretación de que los empresarios tienen arraigo social, y con huir de esas interpretaciones de que el empresario es un explotador.
¿En Nafarroa es necesario un cambio?
-Respeto la realidad institucional de Navarra y lo que los ciudadanos y partidos navarros digan, pero no estoy dispuesto a quedarme callado ante la utilización de un discurso en base a una supuesta política de Estado de que no es aconsejable un cambio porque vienen los vascos. Es faltar a la propia realidad institucional de Navarra cuando en 1996, gobernada por el PSN, fue posible un órgano común de colaboración entre la CAV y Navarra. A partir de ahí no tengo nada más que decir. Creo que los ciudadanos merecen un gobierno que pueda tener una estabilidad.
Ahora son los socialistas los que quieren abortar un cambio en Navarra desde Madrid.
-Sí, yo lo viví en calidad de presidente del PNV en aquello que se denominó el agostazo en 2007. A mí lo que me sigue sorprendiendo es que en 2014, en un contexto absolutamente diferente al de 2007 en relación a la izquierda abertzale y su compromiso con la vida político institucional, se actúe en política imponiendo unas decisiones a quienes viven en el propio territorio y además con un cálculo electoralista de ámbito ajeno a Navarra, y cuando día a día se alcanzan acuerdos con la izquierda abertzale en Navarra o el Parlamento Vasco.




Hombre Iñigo, sabes bien en la que andan los "constitucionalistas", harán cualquier cosa por desarticular el tejido social del pueblo vasco, a estas alturas sus acciones y contubernios ya no deben de sorprender a nadie.



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