Este interesante comparativo ha sido publicado en inSurGente:
La matanza de las focas
Manuel F. Trillo
Como todos años por estas fechas ocurre una matanza de focas en el Polo Norte. Las matan a palos; la sangre mancha la nieve y blanca como es, una estela roja de sangre es el testimonio del crimen. He visto a un hombre dando golpes a una foca con un palo y, luego, arrastrarla viva aún por el suelo. La despelleja viva, porque dicen que así la piel es de mejor calidad. El sufrimiento de estos animales es semejante al de los despellejados en los países pobres, es terrible. Todos sufrimos con esta matanza de focas, y así vemos a quienes gastan zapatos de piel de foca llorar por tan horrible crimen. Cierto es que son animales mamíferos, como nosotros. De sangre caliente, como nosotros. Y que las focas siempre están jugando, por eso es tan fácil cazarlas a golpes, porque creen que los hombres vienen a jugar con ellas. El juego se acaba con el primer golpe de martillo, y buscan desesperadas un agujero por el que escaparse, y se habrán escapado una y diez, pero los canadienses esperan cazar de este modo 275.000 focas.
En las cárceles de España hay personas encarceladas sin que hayan cometido crimen alguno. ¿Nombres?, ¿queréis nombres?, mirad atentamente la lista de los presos vascos y veréis que muchos son inocentes de todo crimen, salvo el que se inventan Ministros de Justicia o los propios Tribunales. Es como la matanza de las focas en el Polo Norte, hay que cazarlos porque son focas, porque son vascos. Todavía clama al cielo la petición de que se restaure la justicia, y el cielo dirá en su momento que Justicia ha declinado su acción y que deja el paso a Venganza. Nadie se queje nunca de que haya matadores de focas muertos en el camino.
Clama al cielo la inoperancia de los jueces y tribunales de España. Es muy oportunista hablar de la niña asesinada en Huelva por un pederasta que estaba condenado y a quien no habían encarcelado porque se le había olvidado a alguien meter en prisión a un criminal de tal naturaleza. No he visto en la prensa y en la tele compararlo con los vascos, con la finura a la hora de seguir a toda la cúpula de Batasuna reunión tras reunión hasta que los pillan reunidos para meterlos en prisión a todos, pero se olvidan de encarcelar a un condenado por pederastia. A mí se me ocurre pensar que no hay vasco independentista que no esté vigilado 24 horas sobre 24 horas por la policía secreta (los emboscados). Se gasta el Estado una millonada en perseguir a los vascos y se olvidan de encarcelar a los pederastas. La matanza de focas continúa.
He leído últimamente un libro de Gómez Fouz (hijo de un policía en el franquismo) sobre los clandestinos en Asturias durante la época en que Ramos (el comisario de la Brigada Político-Social) era el mandamás y el “padrino” de los torturadores en aquel tiempo. Nombres de personas –hombres y mujeres- de las cuencas mineras de Langreo y del Caudal que fueron torturados y masacrados, algunos perdieron la vida, golpeados y humillados, por defender una organización de la sociedad en que todos pudieran hablar y expresarse libremente. En que los principios y derechos reconocidos por la ONU –por la ONU, no por el comunismo libertario- pudieran ser ejercidos sin coacción ni amenaza alguna, ni de ser torturado –en España aún se tortura- ni de ser condenado arbitrariamente –la condena contra los vascos del proceso 18/98 ahí como horror y mierda del sistema “democrático” actual- o de ser encarcelado por la simple sospecha de que has quemado un contenedor de basura –kale borroka- o de ser observado e investigado por la policía política –“servicio de información”- por escribir un artículo que no es correcto según sus estrechas y podridas entendederas.
La lástima es que los comunistas que aparecen en el libro mencionado ya no existen. Los comunistas ahora son como Felipe Alcaraz, unos comeollas. Por eso tengo ese dolor, no por mí, sino por quienes dieron su sangre y su vida, y no se amilanaron ante el fascismo como Anita Sirgo y Tina la de la Juécara. Les queda mucho que andar a estos comunistas de pacotilla que viven dentro de Izquierda Unida, y que quieren vivir dentro de IU, sustituyendo en los cargos a los ecosocialistasgaysverdiblancos, el caso se resume de este modo: “todo por el cargo”. Les importa poco la sociedad. Así sigue la matanza de las focas.
Los cómplices de Zapatero son aún peor que los que votaron a Zapatero de modo directo, pues a la postre con éstos se puede debatir abiertamente ya que sus posiciones no son propias de los mentirosos, sino de los interesados, incluso diría más, de los confundidos. Pero los cómplices son ésos que no votan a Zapatero y se vanaglorian de ello, y echan pestes contra el “sistema”, y se dan golpes de pecho diciendo aquello de que ellos son los limpios de corazón, son esos que votan refrenda de necios, que por hache o por be siempre legitiman al sistema con su participación. Ésos son los cómplices más peligrosos que tiene el sistema contra los que sí ponemos en jaque el sistema en su totalidad, y no tememos a que nos quiten la vida en una esquina o en una comisaría. Esos cómplices votan opciones aparentemente muy “revolucionarias” y son contados como necios votantes que legitiman el sistema que quieren denigrar. Estúpidas rosas que no miran más que al sol que más calienta. Y las focas siguen muriendo asesinadas.
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