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miércoles, 20 de diciembre de 2006

Verificaciones

Después de leer la nota aparecida en Deia que les presento aquí habría que preguntarse que derecho tiene el Estado Español a poner en duda el compromiso de ETA en su apuesta por la paz.

Esto es lo que se tiene bien verificado: es Madrid quién se ha lanzado a una loca y criminal escalada en la violación a los derechos humanos más básicos de la sociedad vasca. Es la imperialista y colonialista Madrid ayudada por la imperialista y colonialista París la que ha aumentado el número de detenciones arbitrarias. Es la genocida Madrid la que continúa con su denigrante, asesina e ilegal practica de dispersar a los presos políticos vascos. Son Madrid y París los únicos involucrados en un terrorismo de estado incongruente y anacrónico.

He aquí la nota:

El Gobierno español verificó la semana pasada que ETA va a mantener la tregua

Algunas fuentes señalan que el presidente podría anunciar un gesto de distensión, previsiblemente en política penitenciaria, tras la reunión con Rajoy. Es la segunda comprobación que el Ejecutivo de Zapatero lleva a cabo desde que la organización anunció el cese de sus acciones el 22 de marzo

Igor Camaño | Bilbao

EL GOBIERNO ESPAÑOL verificó a finales de la semana pasada la voluntad de ETA de mantener el alto el fuego y de continuar la búsqueda de una salida dialogada al conflicto político, según ha podido saber DEIA. Esta segunda comprobación de intenciones tras el cese de sus acciones frena los insistentes rumores que anunciaban un regreso inminente a la violencia armada. También ha sido el elemento clave para que el presidente Zapatero se reúna con Mariano Rajoy, líder de la oposición, el próximo viernes en La Moncloa.

Con toda la cautela que los expertos consultados subrayan cuando aluden a ETA, la organización parece estar convencida de que las armas no son el camino y que hay que buscar una salida al conflicto acorde a los tiempos. Es el convencimiento que ahora mismo tiene el presidente Zapatero tras comprobar el resultado de sus gestiones. El pasado 25 de noviembre, unos días después de que la organización robara más de 300 pistolas en Vauvert (Francia), Zapatero mandó un aviso a navegantes desde Badajoz. Advirtió a los autores de dicho robo de que responderían ante la justicia y anunció una verificación «extrema» de la voluntad de ETA para abandonar las armas. En lo primero no mintió. Cuatro días más tarde de su intervención, la Policía francesa detuvo a tres jóvenes en Québac, entre ellos a Zigor Garro, el jefe de lógística y, como tal, máximo responsable de los ‘‘aprovisionamientos’’ de la organización.

El segundo extremo, el de la verificación, ha sido un proceso que ha culminado al final de la semana pasada. La llamada a Rajoy ha sido el colofón a esta importante gestión. En círculos políticos razonan que el presidente del Gobierno sólo podía entrevistarse con el virulento líder de la oposición con una noticia así debajo del brazo. Algunas fuentes consultadas también esperan una reunión inminente de Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, con los portavoces de los grupos parlamentarios del Congreso para informarles de las últimas novedades.

Presos enfermos

Ya en el terreno de la especulación, algunas voces intuyen que Zapatero hará alguna declaración ‘‘importante’’ tras su reunión del viernes con Rajoy. Las fuentes consultadas indican que el presidente español podría realizar algún movimiento representativo antes de que termine este año o a principio del próximo. Más pronto que tarde, en cualquier caso. Y posiblemente en materia penitenciaria. Algo, por cierto, ampliamente demandado por la gran mayoría de la clase política y judicial. El acercamiento de algunos presos de ETA que padecen enfermedades crónicas o terminales, o la excarcelación de los reclusos que ya deberían estar en la calle por haber cumplido las tres cuartas partes de su condena o causas similares son las posibilidades que más fuerza cobran en estos momentos.

Ésta no es la primera verificación que realiza el Gobierno de los socialistas. El pasado 5 de abril, un informe del Ministerio del Interior confirmaba a la presidencia española que ETA seguía inactiva tras el alto el fuego decretado el 22 de marzo. Fernando Moraleda, secretario de Estado de Comunicación, fue escueto pero contundente con las explicaciones aquel día: «El Estado tiene elementos suficientes para verificar si el alto el fuego no es un mero anuncio, sino que es un hecho real». En esta segunda verificación, la certeza debe ser aún mayor, puesto que Zapatero la calificó como «extrema».

Los expertos consultados indican que, pese a los malos momentos de los últimos tiempos, el hilo de comunicación entre Gobierno español y ETA no se ha roto en ningún momento. Algunos sitúan el epicentro de estos contactos en Suiza, pero no en el Centro para el Diálogo Humanitario Henry Dunant. Al parecer, esta vía sólo es una pantalla que oculta la que realmente funciona. Según cuentan es verdad que, de momento, no ha habido ningún contacto directo entre las dos partes, pero sí de emisarios de ambos.

Una vez verificada la voluntad de ETA, José Luis Rodríguez Zapatero podría plantearse de nuevo el inicio de contactos oficiales con la organización, tal como anunció el pasado 29 de junio en el Congreso de los Diputados.


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