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martes, 11 de febrero de 2020

Juan Ibarrola

Deia ha publicado este reportaje con el que se rescata de la gaveta del olvido a Juan Ibarrola, azote vasco de los sublevados franquistas.

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Laudio publica un libro que recupera la figura de un militar que participó de principio a fin en la contienda civil

Susana Martín

Todo comenzó en 2012, cuando el recién creado colectivo Laudio Memoria impulsó la colocación de un hito conmemorativo con el nombre de los muertos del bando republicano que, hasta entonces, no habían tenido ningún tipo de reconocimiento público. A partir de ahí, el grupo decidió ir más allá e inició un proyecto de investigación más amplio con el objetivo de recuperar la memoria histórica sobre los hechos acontecidos en el municipio durante la Guerra Civil. "Mientras buscábamos información en archivos, por casualidad encontramos el concepto entrevista a Juan Ibarrola y cuando ahondamos en ello nos dimos cuenta de que, en realidad, eran sus memorias escritas a mano", recuerda Jon Muñoz.

Ese descubrimiento llevó al equipo a "hacer un alto en la investigación para desarrollar una más concreta y específica sobre la figura de este laudioarra, ya que fue una de las pocas personas de Euskal Herria que participó en toda la contienda", destaca. Ocho años después, el resultado es el libro Juan Ibarrola. El precio de la lealtad, una publicación que se ha hecho realidad gracias también a la colaboración de la Cofradía del Señor Sant Roque. La obra se presentó en El Casino en un concurrido acto que contó con la presencia y participación de varios familiares, el alcalde de la localidad Ander Añibarro y la Diputada foral de Cultura, Ana del Val, que definió al protagonista como "un personaje sin igual, militar, estratega excepcional, un verdadero patriota y defensor de la democracia que, en aquel tiempo, representaba la república".

La base de la obra es la propia autobiografía escrita por Ibarrola, pero completada con la búsqueda de datos en información sobre los hechos que relataba y sus recuerdos. "Después de transcribir sus textos, nos dimos cuenta de que no se sabía nada de este personaje y de los episodios que vivió y ahí comenzamos el laborioso recorrido por archivos y bibliotecas del Estado" y a consultar también investigaciones ya realizadas por historiadores de renombre como Miralles, Tabernilla, Bande, Viñas, Blas Vicente Marco, Anthony Beevor o Paul Preston, entre otros.

Gran relevancia histórica

Nacido y crecido en un caserío de Laudio y católico convencido, Juan Ibarrola se formó militarmente en Toledo y se vio envuelto en la guerra colonialista de África. A su regreso, optó por servir al orden público más cercano ingresando en la Guardia Civil. Allí vivió en primera persona hechos tan convulsos como la Revolución de Octubre de 1934 sofocando la insurrección en la zona minera de Bizkaia. Cuando el 18 de julio de 1936 los militares dieron un golpe de estado, Ibarrola se posicionó contra los sublevados pasando a ostentar, desde el primer momento del alzamiento militar, cargos de elevada responsabilidad en Euskadi. El laudioarra guió una de las cinco divisiones que formaban el Cuerpo del Ejército de Euskadi y recorrió muchos de los campos de batalla más sangrientos del frente.

Pese al Pacto de Santoña, Ibarrola continuó combatiendo hasta Asturias, para después huir por mar hacia suelo francés. Una vez allí, en lugar de optar por el exilio, se reintegró en las fuerzas armadas y participó activamente en la toma de Teruel y en la defensa del frente de Levante. Tal fue su relevancia que llegó a contar bajo sus órdenes con 24.000 soldados del XXII Cuerpo del Ejército. Con el fin de la guerra, Ibarrola pudo huir, pero no abandonó a sus hombres. En primera instancia, fue condenado a muerte, castigo que se redujo después a treinta años de prisión y finalmente pasó doce privado de libertad. Sin perder contacto con Laudio, se instaló en Bilbao, donde regentó una mercería y falleció en 1976.

Su intensa vida y experiencia militar resultaban, hasta ahora, prácticamente desconocidas para su pueblo, algo difícil de entender teniendo en cuenta que su defensa del Mazuco, donde con 3.500 efectivos detuvo el avance de 35.000 soldados franquistas, ha sido estudiada y enseñada en academias militares soviéticas, estadounidenses o británicas. Y a nivel local, Ibarrola evitó que Laudio fuera objeto de una estrategia de tierra quemada que abocara a su destrucción. Laudio Memoria, junto a la Cofradía del Señor Sant Roque, han recuperado esta parte de la historia olvidada con la publicación de un extenso libro que ya se encuentra a la venta.






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