Del vino azul Gïk Live y del agua de lluvia de Bilbo embotellada pasamos a... los deliciosos insectos enchocolatados.
Vascos teníamos que ser.
Es en serio.
Insectos cubiertos de chocolate como botanita.
Aquí la información por conducto de El Correo Vasco:
Tres estudiantes bilbaínos de la UPV crean la primera 'startup' de Euskadi que vende escorpiones, saltamontes y gusanos comestiblesVirginia MelchorSacas el tupper en el trabajo y... ¡sorpresa! Esta vez has dejado los frutos secos en casa y has optado por una merienda más exótica: suculentos gusanos con chocolate. ¿Imaginas la cara que se les quedaría a tus compañeros? Sería similar a la que pusieron los padres de Lucía Dueñas, Patricia Draghici y Ander Méndez cuando éstos les comentaron que habían decidido vender insectos comestibles bañados en chocolate. Sí, escorpiones, saltamones y gusanos, con su cabecita y patitas incluidas. «Mi madre ya me dijo que no veía la necesidad de probarlos, que había vivido toda la vida sin hacerlo y tan contenta», cuenta Patricia. Tampoco los progenitores de Lucía y Ander se han atrevido a hincarles el diente. «Hemos asustado a nuestros padres y sorprendido a nuestros amigos», reconocen estos tres estudiantes bilbaínos de cuarto curso de ADE en la UPV.La idea de crear la 'startup' Khao Thai, la primera en Euskadi que vende insectos comestibles, surgió el pasado octubre durante un viaje a Tailandia. «Vimos unos vuelos baratos y pensamos que sería un destino que podría gustarnos». Lo que no imaginaban entonces es que aquel viaje de un mes por el país asiático les dejaría huella. «Fue tan grande el impacto... vinimos enamorados de su naturaleza exótica, de su gastronomía y de su gente, muy buena y generosa». Y, claro, ya en Bilbao, pensaron en la forma de traerse parte de su esencia. «Como no nos cabía un elefante en la maleta, decidimos exportar insectos», explica Ander. En Tailandia, conocieron a un productor de insectos que tiene una granja certificada donde los cría de forma ecológica. Así que le hicieron un primer pedido de un par de kilos. «Allí también los limpian, tuestan y secan. Y otra empresa tailandesa nos los baña en chocolate», cuentan. Eso sí, todo lo demás lo hacen ellos mismos. Gestionan las redes sociales, han creado la página web -los insectos solo se venden online-, han diseñado los envases... «Nos hemos tirado muchas horas viendo tutoriales en Youtube», reconocen. Aunque también agradecen el «apoyo y asesoramiento» que han recibido por parte de Zitek, primer vivero universitario de empresas de la UPV.La comercialización de insectos como comida es legal en España –y el resto de la Unión Europea– desde el pasado 1 de enero. Comer escorpiones o saltamones es sostenible, barato y nutritivo. Contienen elevadas proporciones de vitaminas, minerales y proteínas y apenas acumulan grasas. «Unos 100 gramos de insectos aportan las mismas proteínas que un filete de ternera, además son ricos en Omega 3 y tienen un elevado contenido en calcio, hierro y zinc», afirman estos tres emprendedores. En total, la Agencia para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO) calcula que ya hay 2.000 millones de personas que comen insectos de una manera habitual —la mayoría por pura necesidad, eso sí—, y que hay más de 1.900 especies de insectos que se consumen.Sin embargo, el rechazo cultural dificulta el cambio de hábitos en Occidente. Llevarse un escorpión a la boca impresiona. «Lo coges con valentía, pero cuando estás a punto de darle un bocado hay algo que te frena. Decidimos recubrirlos con chocolate para que el impacto no fuera tan grande», asegura Patricia. Pero la duda que asalta a muchos es a qué saben. «Los escorpiones tienen un sabor similar al de las almendras tostadas, los saltamontes recuerdan más a las nueces asadas, y los gusanos son más neutros y muy crujientes», afirman. Su consumo con vinos potencia la experiencia. Recomiendan maridar los escorpiones con tintos, los saltamones casan bien con vinos tipo Chardonnay y moscateles dulces, y los gusanos entran mejor con cerveza.Los devotos de lo éxotico seguro que ya están salivando ante semejante manjar. «No es para comerlos como si fueran cacahuetes, se trata de una experiencia diferente y una forma de sentir Tailandia en el paladar». Un arriesgado aperitivo para convertir una quedada entre amigos, una cena familiar e incluso una comida de empresa en un acontecimiento memorable. «¿Recuerdas aquella vez que probamos los escorpiones por primera vez? Es algo que ya no se olvida».Entre sus planes está dar a conocer su negocio en tiendas y restaurantes. «Queremos que los saltamones, por ejemplo, sirvan de aperitivo antes de comer o que los chefs los acaben utilizando para crear nuevos platos». Además, les gustaría innovar con alimentos que solemos tener en la despensa, como unos macarrones... ¡pero con harina de grillo! El futuro pasa por comer insectos. «En unos años ocurrirá como con el sushi, que antes no nos atrevíamos a probarlo y ahora es una delicatessen». Y entonces no te mirarán raro por llevar un tupper con gusanos o escorpiones al trabajo.Al detalleTres tipos diferentes | Venden escorpiones bañados en chocolate negro, gusanos recubiertos de chocolate con leche y saltamontes con chocolate blanco.Precios | Una bolsita con 9 gramos de escorpiones cuesta 14,99€; la de gusanos y la de escorpiones (de 10 gramos) salen por 12,99€ cada una.Más información | www.khaothai.es
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