Un blog desde la diáspora y para la diáspora

domingo, 7 de febrero de 2016

Voz en Euskera en el Coro Planetario

Les compartimos este texto publicado en Noticias de Gipuzkoa:

La tarde del domingo 17 de enero, escuchando un concierto en el Kursaal donostiarra, la cabeza se me iba hacia la respuesta a dar a mi amigo madrileño, quien me preguntaba “en qué consiste sentirse vasco”, pregunta que ya trasladé en un artículo publicado en estas páginas, pero cuya respuesta dejé en suspenso. Escuchábamos en el Kursaal ese domingo, deleitándonos, un gran concierto del Euskal Barrokenensemble, en el que se interpretaron “una colección de temas vascos de los siglo XV y XVI, con el afán de divulgar una cultura en contacto con otras culturas que la rodeaban, como la mozárabe, judía, andaluza e incluso persa”, tal y como decía el programa de mano del concierto. Pero ese programa era, además, un programa de intenciones, de propósitos, de objetivos del conjunto musical; un programa con el que me identifico plenamente. En particular, con su último párrafo, que decía literalmente esto: “El compromiso que en Euskal Barrokoensemble tenemos con nosotros mismos y con nuestra cultura nos lleva a intentar presentar una visión de Euskal Herria cosmopolita, ligada al mundo, un pueblo conformado en muchas épocas por musulmanes, judíos, cristianos… cuyo reflejo en la lengua y el arte es evidente y situado en el centro de la gran vía del arte en Europa que fue el Camino de Santiago. Vivir en la cultura vasca supone disfrutar de la maravilla del arte vasco, disfrutar de todas sus aristas y recovecos y saber además caminar por el mundo disfrutando y aprendiendo de otras culturas, mezclándonos con ellas”.

Eso es sentirse vasco. Esa es una de las formulaciones posibles de lo que yo entiendo por sentirse vasco. Es vivir, disfrutar, emocionarse hasta sentir el corazón encogido, vibrar en el fondo mismo de las entrañas más íntimas con una matriz básica, fundante y fundamental, primera y principal configuradora de la ecuación personal de una persona, de un colectivo, de un pueblo, que dice en todos los idiomas posibles, “ni euskalduna naiz”, “yo soy vasco”, “I am basque”, “je suis basque”, “Ich bin basquen”… Sentirse vasco es mirar y vivir el mundo desde esa matriz primigenia de la vasquidad, matriz anclada en lo “intimo intimor meo” (en lo más íntimo a mí de lo que tengo de más íntimo), en expresión agustiniana.

Quizás ustedes se pregunten si para preservar y ahondar en esta cultura, en este sentirse vasco, se precisa un modelo político-jurídico concreto. Desde aquí partiré en un tercer, y último artículo sobre esta cuestión, próximamente.

Nuestra cultura autóctona no es químicamente pura y está impregnada por otras culturas con las que compartimos tiempo (momentos de la historia) y espacio. No hay fronteras para la cultura.

Sentirse vasco es querer que nuestra identidad no se diluya en la historia de los pueblos; es querer compartir nuestra vida con otras culturas pero desde la nuestra.

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Euskal Barrokensemble with Maria Espada Live Concert

Euskal Barrokensemble Live in Basque Country

In Furore

Soprano: Maria Espada

Director: Enrike Solinis


Javier Elzo, ahora que para algunos "se ha levantado la loza" - ya van cuatro años, por cierto, aunque algunos no lo quieran ver y hasta detengan titiriteros por hacer sátira de la represión - esperemos que sigas escribiendo en favor de la identidad vasca, esa que, sin meterse en modelos jurídico-políticos ya sean etéreos o concretos, tan violentamente niega Madrid.





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