Un blog desde la diáspora y para la diáspora

viernes, 10 de noviembre de 2017

La Izquierda y los Pueblos Originarios

Curiosamente la cúspide alcanzada por el movimiento de autodeterminación del pueblo catalán ha traido consigo que desde la izquierda se hayan dedicado varios textos ha aclarar que los planteamientos del Socialismo no están peleados con los del derechos a la autodeterminación de los pueblos toda vez que estos últimos buscan acabar con el colonialismo imperialista practicado en los siglos XV y XIX principalmente.

Marx y Engels tal vez hayan sido omisos con respecto al tema, pero desde entonces son varios los autores que lo han estudiado y se han mostrado simpatéticos con estos movimientos, además de haber ampliado el panorama con respecto a quienes están llamados a participar en la lucha de clases en contra de la oligarquía. Desde Lenin hasta Gramsci dejaron textos al respecto, pero definitivamente quien dirige su mirada hacia los pueblos originarios es el peruano Mariátegui.

De él nos habla este artículo publicado en La Izquierda Socialista:


Rubén Rivera

Mariátegui, el inmortal marxista peruano sembró en su breve existencia, 36 años, la fama de uno de los teóricos revolucionarios más grandes de Latinoamérica. Aún hoy en día son pocos los temas de actualidad que no podrían tener una referencia importante en la obra del Amauta, uno de ellos es el indigenismo.

Mariátegui era gran admirador de la sociedad incaica, no obstante su aproximación a la problemática de los pueblos indios era estrictamente marxista. De hecho su obra “El problema de las razas en América Latina” es una seria polémica contra una serie de posicionamientos que incluso la tercera internacional sostenía, en el sentido de poner por encima la cuestión indígena de la revolución socialista.

En lugar de ello Mariátegui enfrenta los puntos de vista parternalistas que desde occidente se tienen respecto al problema, tanto de aquellos que proclaman la superioridad racial como de aquellos que pretendiendo defender a los pueblos indígenas los tratan como si se tratase de menores de edad. No obstante tan equivocados están aquellos que pretenden justificar la exportación o la tutela de los pueblos indígenas como de aquellos que pretenden mostrarlos en sí mismos como la fuente de la redención humana:

“Del prejuicio de la inferioridad de la raza indígenas, empieza a pasarse al extremo opuesto: el de que la creación de una nueva cultura americana será esencialmente obra de las fuerzas raciales autóctonas. Suscribir estas tesis es caer en el más absurdo e ingenuo misticismo.”

“las posibilidades de que el indio se eleve material e intelectualmente dependen del cambio de las condiciones económico sociales. No están determinadas por la raza sino por la economía y la política.”

El potencial revolucionario de los pueblos indígenas era indiscutido, especialmente en su carácter de campesinos oprimidos por relaciones semifeudales en un contexto de capitalismo dependiente latinoamericano, Mariátegui es enfático:

“En estos países el factor de la raza se complica con el factor de clase en forma que una política revolucionaria no puede dejar de tener en cuenta”

Para Mariátegui había que fundir la lucha de los trabajadores urbanos socialistas con la de los campesinos oprimidos por el feudalismo, las tradiciones de trabajo en común y explotación colectiva de la tierra podían jugar un papel de facilitador de la lucha en común contra el poder central, en todos los casos era capitalista en términos políticos, aunque se sirviese de métodos y relaciones semifeudales en el campo.

Para el marxista peruano la tarea no era liberar a los indígenas del feudalismo llevándolos al capitalismo, dado que el capitalismo mismo se encargaba de preservar las condiciones de opresión, más bien se trataba de luchar directamente por un régimen socialista:

“hay que dar a las poblaciones indígenas o negras esclavizadas certidumbre de que solamente un gobierno de obreros y campesinos de todas las razas que habitan el territorio, los emancipara verdaderamente, ya que este solamente podrá extinguir el régimen de los latifundios y el régimen industrial capitalista y librarlo definitivamente de la opresión imperialista”.

Por otro lado no existe en Mariátegui la idea de la desaparición de las comunidades indígenas como un medio de su emancipación, para Mariátegui la existencia misma de las comunidades ha sido un foco de resistencia que en el marco de una revolución socialista podrían facilitar la realización del programa revolucionario en el campo, al contrario del disperso campesinado tradicional:

“Las comunidades, que han demostrado bajo la opresión más dura condiciones de resistencia y persistencia realmente asombrosas, representan un factor natural de socialización de la tierra(…) la comunidad puede transformarse en cooperativa”

Para Mariátegui estaba claro que la lucha campesina, particularmente entre las comunidades indígenas en si misma tenía gran capacidad de resistencia, pero por si sola era incapaz de rebasar esta fase, era necesaria la vinculación con la lucha social de todos los explotados y en esta tarea los obreros de origen indígena podrían ser pieza clave:

“El problema no es racial, sino social y económico; pero la raza tiene su rol en él y en los medios de afrontarlo. Por ejemplo, en cuanto solo militantes sólidos del medio indígena pueden, por la mentalidad y el idioma, conseguir una ascendiente inmediato entre sus compañeros”.

Así pues en Mariátegui estaba claro que el desarrollo capitalista, la separación de muchos elementos de la comunidad y su conversión en obreros no los separaba de la misma, los fuertes lazos de arraigo a la tierra y la comunidad les permitirían convertirse en una correa transmisora para un programa de transformación social.

“únicamente la lucha de los indios, los proletarios y campesinos, en estrecha alianza con el proletariado mestizo y blanco contra el régimen feudal y capitalista, pueden permitir el libre desenvolvimiento de las (…) instituciones de tendencia colectivistas y podrá crear la ligazón entre los indios de diferentes países, por encima de la frontera actuales que dividen antiguas entidades raciales, conduciéndolas a la autonomía política de su raza”

En suma, la posición de Mariátegui es la base para una aproximación correcta sobre la problemática indígena en América Latina y por supuesto también en México, la cual está en la lógica de rescatar toda la riqueza cultural, ello incluye a las distintas lenguas y tradiciones, que coadyuven al desarrollo colectivo de la sociedad, pero no de manera aislada, no por encima o primero que el conjunto de los demás trabajadores. Fiel a la tradición marxista la lucha campesina y la lucha de los pueblos indígenas, incluyendo la lucha por su autodeterminación, solo es posible en la lucha por el socialismo.






°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario