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miércoles, 15 de noviembre de 2017

Complot para Asesinar a Neruda

Desde siempre ha habido sospechas con respecto a la muerte del afamado escritor y activo comunista chileno Pablo Neruda, a escasas horas de haberse dado el brutal golpe de estado militar en contra del gobierno de Salvador Allende, alzamiento militar dirigido sí por Augusto Pinochet pero orquestado, organizado y financiado por Henry Kissinger. 

Dicho lo anterior, les invitamos a leer este artículo publicado en la página de Aristegui Noticias:


El doctor Sergio Draper y la enfermera María Elena Araneda se habrían asociado para asesinar al Premio Nobel chileno.

Abogados del Partido Comunista de Chile pidieron al ministro Mario Carroza que procese por homicidio y asociación ilícita al médico Sergio Draper Juliet y a la enfermera María Elena Araneda Aguilera, debido a su implicación en el asesinato del poeta Pablo Neruda el 23 de septiembre de 1973.

En un documento enviado al ministro Mario Carroza, quien lleva la investigación sobre la muerte del premio Nobel chileno, los abogados Eduardo Contreras y Marcelo Tapia así como la abogada Julia Urquieta, expusieron que el médico y la enfermera deben ser procesados a la luz del informe de un panel de expertos presentado el pasado 20 de octubre, que desmiente el certificado médico de defunción de Neruda.

El abogado Eduardo Contreras fue el primero en interponer una denuncia contra Augusto Pinochet, dictador en Chile de 1973 a 1990, y su querella permitió la aprehensión del militar chileno en Londres el 16 de octubre de 1998.

El informe del panel de expertos sobre la muerte de Neruda concluyó que, al momento del último ingreso al hospital de poeta, no había evidencia de riesgo inminente de fallecimiento, que no existe evidencia documental del tratamiento farmacológico que se le aplicó y que debe excluirse la caquexia (pérdida de peso y debilidad a consecuencia del cáncer) como causa de muerte, como sostiene el certificado médico de defunción.

Además, el panel de expertos afirmó que se ha detectado en el molar y los restos óseos la presencia de ADN de Clostridium botulinum, agente causal del botulismo, enfermedad que puede llegar a ser mortal.

“Cosa distinta es que más adelante pueda además establecerse que, en lugar de suero o calmantes, lo que se le inyectó fuera el estafilococus dorado o el clostridium botulímico. Cambiaría entonces el tipo del ilícito y quedará demostrado que efectivamente se trata de un homicidio por acción con todas las agravantes del caso, que los querellantes consideramos como lo que realmente sucedió”, escribieron los abogados tras enumerar las conclusiones de los expertos.

Los defensores recordaron en el escrito que cuando Neruda estuvo en la clínica Santa María, donde murió el 23 de septiembre de 1973, Sergio Draper era médico de turno y la enfermera María Elena Araneda era jefa de Enfermeras del cuarto piso, donde estuvo hospitalizado el poeta.

Previo a su fallecimiento y de acuerdo con documentos que integran la investigación, la enfermera Araneda le suministró a Neruda una inyección, supuestamente un calmante, por órdenes del doctor Draper. Esta inyección pudo ser en realidad la causante de la muerte del premio Nobel.

En una declaración ofrecida el 14 de noviembre de 2011 el doctor Draper aseguró que el domingo 23 de septiembre de 1973 fue llamado por la enfermera de turno, “quien al parecer era la señora María Araneda Aguilera”, quien le dijo que Pablo Neruda sufría dolor. El médico llegó a la habitación y, siguiendo las instrucciones dejadas por el médico Roberto Vargas, indicó a la enfermera que administrara medicamento por vía intramuscular.

Draper tenía vínculos con el Ejército y mintió en sus declaraciones

Luego de relatar cómo ordenó a la enfermera Araneda aplicar la inyección, el médico cuenta en su declaración cómo abandonó la clínica entregando el servicio al “doctor Price”. De acuerdo con testimonios de varios doctores y enfermeras, investigaciones policiales y retratos hablados, nunca existió el doctor Price.

En una declaración posterior Draper “deja caer una afirmación, evidentemente manipulada por asesores que constituye una verdadera pieza anecdótica para los estudiantes de Derecho”, dicen los abogados.

El médico aseguró haber olvidado en su declaración anterior que el doctor Price le dijo que tras la muerte de Neruda él desvistió al poeta frente a su esposa, Matilde Urrutia, para que ella fuera testigo de que el cuerpo no presentaba ninguna lesión atribuible a terceros, “cosa que la esposa asintió”.

“¿Es esto normal? Si no lo habían asesinado, por acción o por omisión, ¿por qué introduce esta suerte de defensa previa? ¿Qué explica una declaración que parece dictada por un profesional de las leyes si no es tratar de ocultar una acción?”, se preguntan los representantes del Partido Comunista.

Además, los defensores recordaron que la clínica Santa María estuvo intervenida por la dictadura encabezada por Augusto Pinochet desde el 11 de septiembre de 1973 y sobre la cual no existe información de quién era su propietario para esas fechas. Años más tarde, en ese mismo lugar se produjo el asesinato del ex presidente chileno Eduardo Frei Montalva.

Precisamente uno de los acusados por el asesinato de Frei, el doctor Patricio Silva Garín, ha mencionado -de acuerdo con los abogados- que el médico Sergio Draper tenía vínculos con el Hospital Militar desde comienzos de los años sesentas.

“Si un individuo cambia sus versiones, si prestó servicio para instituciones castrenses autoras del golpe de Estado, en una Clínica intervenida por el ejército, y que hasta se permite inventar un personaje probadamente inexsistente, al que además le atribuye una escena fantástica como ese diálogo final con la viuda a la que le dice en el fondo “¿vé que no lo matamos”?, es porque ese individuo tiene algún tipo de participación responsable en la muerte de nuestro Premio Nóbel, ya haya sido que el deleznable delito se cometió por acción o por omisión”, declaran por escrito los abogados.






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