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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Defensa del Republicanismo Ibérico

Ya lo dijimos, la defensa a ultranza del republicanismo y de la democracia en el movimiento de autodetermianción por parte del pueblo catalán ha puesto en evidencias las miserias hasta entonces ocultas tras la máscara de impoluta perfección democrática con la que Europa esconde su rostro más conservadoramente autoritario.

Por eso celebramos el contenido de este comunicado dado a conocer por la Izqueirda Castellana en su cuenta de Facbook:


En primer lugar, queremos reafirmarnos en el carácter ilegítimo, desde le punto de vista democrático, del Régimen del 78, del Régimen de la II Restauración Borbónica. Su línea de acción en relación con la cuestión catalana es una ratificación más de su carácter autoritario.

En segundo lugar, expresar de nuevo nuestro apoyo al reconocimiento del “Derecho a decidir”. La base de un sistema democrático tiene que ser, precisamente, el derecho a decidir en los diversos ámbitos: la forma de estado; las relaciones que cada pueblo desean mantener entre sí o con una estructura supranacional; la relación entre las personas...

En tercer lugar, reiterar nuestro carácter de movimiento republicano. Sólo bajo la fórmula republicana se podrá avanzar en derechos y libertades.

El proceso soberanista-republicano catalán ha avanzado más allá de lo que era previsible hace unos meses, y seguramente aún le queda un recorrido importante.

Hay gentes que están decepcionadas con la situación actual, porque se esperaba -también desde el movimiento popular castellano- que la resistencia en las calles ante lo que ha sido un auténtico golpe de estado contra Cataluña a través de la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución Española, se materializara en un movimiento de resistencia civil importante, cuantitativa y cualitativamente; y eso no está ocurriendo.

En las ultimas editoriales de IzCa sobre la dialéctica de confrontación entre movimiento soberanista-republicano catalán y Régimen del 78, insistíamos en la idea de que este último estaba empeñado en conducir el problema político catalán a una cuestión de confrontación policial-penal, sobre la base de que en ese escenario les resultaría mas fácil la victoria. Insistíamos también en la naturaleza política del conflicto y en la importancia de la construcción de una solución de tal naturaleza a éste.

La puesta en marcha del 155, con la consiguiente disolución de las instituciones catalanas y en paralelo una brutal ofensiva de procesamientos y encarcelamientos, pone de manifiesto de una forma definitiva que el Régimen del 78 en ningún caso va a aceptar solución dialogada alguna. Ya han avisado de que en el hipotético caso de que después de las elecciones del 21D se volviera a constituir un gobierno con posiciones políticas similares al actual, se volvería a aplicar el 155. Ellos tienen, de momento, el poder de la fuerza.

El movimiento soberanista-republicano catalán es un movimiento democrático sin más; además, con hegemonía de la pequeña y mediana burguesía catalana, ni más ni menos. Y esto no lo decimos en absoluto como una crítica, ya nos gustaría que la mediana burguesía en otros territorios del Estado tuviera ese talante democrático y republicano. Pero tampoco se puede esperar de un proceso con esa dirección de clase que se comporte como un movimiento nacional-popular donde la hegemonía la tenga la izquierda revolucionaria, porque eso no tiene nada que ver con la realidad.

Su naturaleza no ha impedido que haya sido el movimiento que más ha puesto contra las cuerdas al Régimen del 78. Eso queda en su haber y es de una gran utilidad para el movimiento popular republicano en el conjunto del Estado. Pero ahora mismo está condicionando, junto con otras apreciaciones incorrectas de la realidad que vienen de lejos, una estrategia de respuesta, que en nuestra opinión, no es la más acertada.

Desde una perspectiva de izquierda transformadora eficaz, la participación del Pueblo trabajador en los procesos de cambio es un derecho esencial de éstos. Pero también una necesidad para que esos procesos de cambio puedan finalizar en victorias.

La dirección del Procés ha optado por intentar intensificar la internacionalización del conflicto, a través de la presencia en Bruselas del President y una parte de su gobierno. Y en cierta medida parece que lo están logrando. Desde luego el Régimen del 78 y su entramado mediático están mostrando un alto grado de ansiedad sobre el cómo pueda evolucionar este episodio; y esa es desde luego una buena señal. Han decidido participar en las elecciones del 21D, lo cual también está generando un alto grado de incertidumbre en el bando monárquico; y eso también es bueno.

Pero desde nuestro punto de vista, está ausente una pata de la estrategia que a nuestro entender es imprescindible, cual es el protagonismo de la gente, el empoderamiento popular. Pero como es lógico, eso no se le puede pedir que lo haga a un proyecto donde la hegemonía la tiene la pequeña y mediana burguesía, que ya están haciendo bastante desde un punto de vista democrático.

No creemos que estemos asistiendo a ninguna traición, en absoluto. Saludamos con entusiasmo los avances del Procés, tal como es. Simplemente señalamos las limitaciones de éste, llegado al punto en el que se está.

Ahora lo que toca es que otros Pueblos asumamos el pleno compromiso y la plena responsabilidad en la lucha. Desde luego el movimiento popular castellano está en esa posición de avanzar en la construcción de las fuerzas que nos lleven hasta el final de este proceso de lucha contra la II Restauración Borbónica. Y con el impulso de todas las luchas anteriores nos conduzca hasta la meta, que no es otra que la construcción de la República Comunera y de la Unión de Repúblicas Ibéricas.

Venceremos.

Castilla a 31 de octubre de 2017, IzCa







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