Se acerca la fecha fijada para iniciar el juicio por terrorismo en contra de los jóvenes de la localidad navarra de Altsasu, víctimas de un desvergonzado montaje policíaco alimentado por los medios de comunicación al servicio de la Corona Borbónico Franquista, dada ha llegar a extremos tanto irracionales como irrisorios cuando se trata de apabullar al enemigo, real o ficticio.
Dicho lo anterior, les invitamos a leer este artículo publicado por Ahötsa:
La estudiante navarra de Cine Documental Patricia Aranguren ha elaborado un recopilación de algunas de las noticias aparecidas en prensa escrita digital y televisión sobre lo ocurrido en Altsasu el 15 de octubre del 2016. Según destaca, los medios de comunicación “se saltaron los códigos deontológicos para criminalizar a los jóvenes detenidos y demonizar a todo un pueblo”.Nadie duda ya de que el tratamiento de los medios de comunicación de la pelea de bar ocurrida en octubre del 2016 en el bar Koxka de Altsasu fue exagerado y desmedido, y que además, se basó en una gran mentira repetida mil veces con el objetivo de criminalizar a los jóvenes arrestados y a todo el pueblo de Altsasu. Ahora, una estudiante navarra de Cine Documental ha realizado un estudio deontológico en el que debía analizar tratamiento mediático del denominado “Caso Altsasu”, y ha recopilado numerosas noticias aparecidas en medios de comunicación españoles y vascos.“Analizar la cobertura del caso de Altsasu sirve para comprender el papel de los medios de comunicación como herramientas al servicio de un aparato represivo. El caso de Altsasu es un ejemplo más de que la represión es un arma de control de la clase dominante contra la protesta social a través de diferentes mecanismos (multas, torturas, montajes policiales...) y de cómo ésta se refuerza al bajar su nivel de hegemonía”, opina Aranguren, que eligió el Caso Altsasu porque desde la trifulca de octubre de 2016 “fueron innumerables los medios que se saltaron los códigos deontológicos para criminalizar a los jóvenes detenidos y demonizar a todo un pueblo”. Aranguren recuerda que “los medios de comunicación son generadores de pensamiento colectivo y, por tanto, responsables de que a estos jóvenes se les esté juzgando como terroristas. La deontología periodística consiste precisamente en saberse consciente de la responsabilidad que supone la comunicación y actuar en base a unos principios profesionales.”"No pensé que la demonización del pueblo y la cultura vasca fuera tal"La estudiante navarra esperaba encontrar un tratamiento manipulador, pero no imaginaba que lo haría de manera “tan explícita”. Y que además, aún siendo explícita, funcionase. “Tampoco pensé que la demonización del pueblo y la cultura vasca fuera tal. La totalización de la criminalización no sería igual en otro territorio del Estado, de ahí lo estratégico del caso para la manipulación”, subraya.Patricia Aranguren tiene claro que el tratamiento objetivo de las noticias “es una de las quimeras del periodismo”, pero aclara que “ningún periodista está exento de acercarse a la mayor objetividad posible” a los hechos noticiables. “Si en el caso de Altsasu la criminalización de los jóvenes y la victimización de los guardias civiles resulta tan evidente es porque se debe a un ejercicio consciente de manipulación. Los medios de comunicación no son, ni deben ser, neutrales. Como agentes sociopolíticos tienen un posicionamiento respecto al conflicto y disponen de libertad para manifestarlo. La diferencia entre comunicar una determinada postura y manipular la información radica en el pacto de lectura que establecen los medios. Cuando no se previene a la audiencia del posicionamiento desde el que se comunica, la información de vende como una verdad objetiva, neutral y absoluta. Cuando la criminalización de los jóvenes implicados en la pelea se convierte en "la verdad", los medios están generando un escenario que no cuestione la desproporción del tratamiento judicial del caso: una opinión pública que justifique los cargos de terrorismo por los que están encausados los chavales de Altsasu”.Por “un tratamiento más objetivo” del conflicto vascoEl trabajo fue realizado en la asignatura de Deontología Periodística de la carrera de Cine Documental que la joven estudia en una universidad madrileña. Muchas de las compañeras de clase de la joven navarra desconocían lo ocurrido. En este sentido, la joven apunta que si en los medios españoles se ofreciera “un tratamiento más objetivo” del conflicto vasco, mostrando diferentes puntos de vista y vivencias personales, se aportaría una visión global del conflicto vasco “que permitiría al lector, oyente o espectador posicionarse libremente. En lugar de mantener a una audiencia desinformada y manipulada, despertaría el pensamiento crítico de la sociedad”.
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