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miércoles, 7 de octubre de 2015

Cuatro Décadas de República Vasca

Son muchos los que piensan que la República Vasca duró apenas unos cuantos meses. La verdad es muy diferente, sobre todo si se toma en cuenta que fue el régimen español el que fue desconocido por la comunidad de naciones tras la derrota de la Alemania Nazi en 1945 y que solo la traición por parte de Ike Eisenhower a la lucha antifascista devolvería a Madrid al concierto internacional en 1948.

En El País se ha publicado la reseña del documental de EiTB que hecha abajo la muralla de mentiras construida acerca de la longevidad de un gobierno que, contra todo pronóstico, desafió al franquismo durante casi cuatro décadas:


ETB estrena esta noche un documental que arranca con la Guerra civil y la constitución del primer Gobierno vasco de la historia y finaliza con la disolución del Gobierno vasco en el exilio y el regreso a Euskadi de su último presidente, Jesús María de Leizaola

Luis R. Aizpeolea

Fue la única institución republicana que resistió los 36 años de dictadura y simbolizó desde el exilio la legitimidad democrática frente a la dictadura. Fue, además, una institución plural y tuvo un recorrido escasamente conocido, que marcó la configuración política del País Vasco tras salir del franquismo. Fue el Gobierno vasco en el exilio. La inquietud porque las generaciones jóvenes olviden a una institución y a unas personas que defendieron principios como la dignidad democrática en condiciones políticas y económicas muy difíciles, impensables en el mundo político de hoy, es lo que animó al periodista Ander Landaburu a poner en marcha el documental El Gobierno vasco en el exilio. Crónica de una esperanza, que, a lo largo de siete capítulos, uno por semana, así como una síntesis de 80 minutos, estrena hoy ETB.

El documental arranca con la Guerra civil y la constitución del primer Gobierno vasco de la historia y finaliza con la disolución del Gobierno vasco en el exilio y el regreso a Euskadi de su último presidente, Jesús María de Leizaola, el 15 de diciembre de 1979, una vez refrendado por los vascos el Estatuto de Gernika, acordado previamente por todos los partidos parlamentarios, a excepción de Herri Batasuna. El documental ha contado con material inédito de la familia Landaburu -Xabier, su padre, fue vicepresidente del Gobierno vasco en el exilio- y la participación como guionistas de prestigiosos historiadores de la Universidad del País Vasco y de Deusto: José Luis de la Granja; Santiago de Pablo; Ludger Mees y Leyre Arrieta así como de Iñaki Goiogana, historiador de la Fundación Sabino Arana. Han colaborado, también, otros historiadores como Koldo San Sebastián, Juan Carlos Jiménez Aberásturi; Jean Claude Larronde, Xabier Irujo y José Antonio Rodríguez Ranz. Lo ha producido Triano Media y dirigido el documentalista Antonio Cristóbal. Cuenta, además, con más de medio centenar de testimonios -testigos de la guerra y familiares de los protagonistas- así como de documentos de época.

El documental detalla, en su inicio, la constitución del primer Gobierno vasco de la historia, en plena Guerra Civil, el 7 de octubre de 1936, tras acordar, previamente, su lehendakari, el nacionalista José Antonio Aguirre, con el líder socialista Indalecio Prieto el primer Estatuto vasco de autonomía. Revela la capacidad de liderazgo y de diálogo de Aguirre al poner de acuerdo a los líderes de los partidos antifascistas vascos y formar un Gobierno de concentración con el PNV, PSE, PCE, ANV y republicanos que, con algunas variantes, adecuadas a los tiempos, se mantendría en Barcelona, tras la caída de Bilbao, en junio de 1937, y a partir de 1939, en el exilio, hasta el fin de la dictadura. También revela cómo en sus nueve meses de vigencia, el Gobierno vasco creó un Ejército, la Ertzaintza: un embrión de universidad; tribunales de justicia e incluso emitió moneda.

El documental dedica tres de los siete capítulos a la etapa más activa del Gobierno vasco en el exilio, la que va de 1939 a 1947. Narra la odisea del lehendakari Aguirre, al que la entrada de las tropas nazis le sorprende en Bélgica en 1940 y cómo, tras meses de clandestinidad y con pasaporte falso panameño escapa a los Estados Unidos, pasando por Berlin. Aporta, también, amplia información sobre la insuficientemente conocida colaboración del Gobierno vasco y del PNV, con Aguirre instalado en Nueva York, con los servicios secretos británicos y norteamericanos en la lucha contra el nazismo así como de los contactos personales de Aguirre con el vicepresidente demócrata norteamericano, Henry Wallace.

El documental se detiene, también, en las vicisitudes creadas, al final de la Segunda Guerra Mundial y la caída del nazismo, para conformar una alternativa democrática del exilio a la dictadura de Franco, en las que Aguirre estuvo muy comprometido con los líderes de la República al pensar que el futuro del Gobierno vasco pasaba por el de la República española. Narra un hecho bastante desconocido: cómo el presidente de las Cortes en el exilio, Martinez Barrios, propuso al lehendakari la presidencia del Gobierno de la República por su capacidad mediadora, dado el enfrentamiento entre Prieto y Juan Negrín, último jefe del Gobierno republicano. Y cómo la Guerra Fría lamina las esperanzas del Gobierno vasco en el exilio al reconocer a Franco, ya en 1948, Estados Unidos y las potencias democráticas europeas.

Los capítulos cinco y seis, que van de 1947 ya 1960, relatan la profunda decepción del Gobierno vasco en el exilio y de Aguirre por el abandono de los aliados, que conlleva la pérdida de su sede parisina en la avenida Marceau y el cierre de Radio Euskadi, que lo ordena Francois Mitterrand como ministro del Interior del Gobierno de Mendes-France, presionado por la España de Franco. También narra cómo la tenacidad de Aguirre le empuja a estar presente en el Congreso de la Haya y en la constitución del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo. Termina el capítulo con la muerte de Aguirre, en París a sus 56 años, en plena apuesta europeista y con los primeros brotes de contestación interna a su autoridad en el nacionalismo con el nacimiento de ETA.

El último capítulo, que abarca de 1960 a 1979, recoge el mandato de Jesús María Leizaola, cuyo Gobierno tiene un cariz testimonial al haber surgido nuevas fuerzas opositoras a la dictadura en el interior del País Vasco -nacionalistas y de izquierda- que marcan la dinámica política. No obstante, el documental destaca cómo la permanencia de Leizaola al frente del Gobierno en el exilio, en el que siempre participaron, además de los nacionalistas y socialistas, algunos republicanos y ANV, hasta el final de la dictadura, marcó el futuro de la democracia en Euskadi. La huella marcada por el Gobierno vasco en el exilio determinó la configuración política actual del País Vasco.



¿De verdad creían que el odio a todo lo vasco por parte del Walhalla político español se generó a partir de la aparición de ETA en la escena del conflicto?

¿Qué se siente haber estado tan equivocado?

Por cierto, pronosticamos desde ya que el odio a todo lo vasco continuará mucho tiempo después de que ETA haya concluido su proceso de DDR.






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