Hoy asistimos por la mañana a una reunión que tuvieron los chavales de una okupa con los habitantes de Lekeitio solicitando su solidaridad ante la posibilidad del desalojo. Toda la plática ha sido en euskera, lo cuál ha sido muy reconfortante pues nos muestra lo dúctil y viva que es la lengua que da identidad a nuestra tierra. Después, nos hemos dedicado a otra de las grandes tradiciones vascas, anduvimos de restaurante en restaurante y de taberna en taberna disfrutando de las delicias de la gastronomía local, principalmente, pintxos. La comida siempre acompañada de y, dependiendo de la hora, café, cerveza y principalmente... vino. No hay mejor manera de recorrer Lekeito, visitar sus playas, admirar la isla de San Nicolás, caminar sus calles centenarias
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