Pues bien, después de ejercitar las piernas subiendo a la Peña de Ogoño para disfrutar de un más que espectacular paisaje hubo que ejercitar las piernas bajando, para así poder practicar en Elantxobe, el pueblo donde los burros caminan por los tejados, la inveterada tradición vasca de visitar restaurantes y tabernas para recuperar fuerza y energía. Les compartimos las imágenes, particularmente las del autobus que da la vuelta en una plataforma por no haber espacio en la estrecha calle para maniobrar
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