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jueves, 20 de enero de 2005

Entrevista a Loren Arkotxa

Aquí tienen la entrevista que Loren Arkotxa, presidente de la plataforma de ediles y electos vascos, Udalbiltza, concedido a Gara:

«Hay que hablar de todo, no excluir a nadie y llevar a buen puerto el proceso»

Loren Akotxa | Presidente de Udalbiltza |Tiene claro cuál es la fórmula para resolver un conflicto político que, según incide, tiene carácter internacional: «Hay que sentarse en la mesa, hablar de todo, debatir de todo, no hay que excluir a nadie ni dejar fuera de la mesa ningún tema y hay que llevar a buen puerto el proceso». Eso es lo que Udalbiltza trasladará a todos los agentes implicados.

El presidente de Udalbiltza considera que el recién iniciado 2005 será «un año muy fuerte políticamente en Euskal Herria», con sus aspectos positivos y otros que «nos harán sufrir». En la entrevista, en la que hace un repaso del pasado año y pone sobre la mesa los retos marcados para el nuevo, asegura que «quienes creemos que este pueblo se merece que solucionemos el conflicto no ponemos obstáculos al diálogo».

Pregunta: La institución que preside ha hecho público un balance de 2004 en el que subraya que lo más significativo es que ha aflorado el carácter político del conflicto que vive Euskal Herria. ¿En qué se ha vislumbrado?

Respuesta: Sobre todo, que en toda Euskal Herria están aflorando cuestiones políticas que han estado soterradas durante años. Por ejemplo, en la parte al norte del Bidasoa el tema del Departamento o el de la Cámara Agraria están en boca de todos. En Nafarroa ha aflorado la cuestión de Navarra en sí, con el reconocimiento histórico de Navarra como estado que fue en su día, un estado puntero en Europa. Tampoco se puede olvidar toda esa serie de agresiones que está sufriendo todo lo vasco y todo lo navarro por parte de UPN. Y claro, ahí está, en las restantes tres provincias, todo el tema del plan Ibarretxe, con la consulta y la reforma del Estatuto. Todo ello indica claramente que el conflicto de Euskal Herria está en ebullición.

P: ¿El hecho en sí de que aflore el carácter político del conflicto resulta tan decisivo?

R: Es importantísimo; es el fruto de un trabajo de resistencia del pueblo vasco, de resistencia activa, de resistirse a desaparecer, de la labor realizada durante años por personas que han trabajado por la identidad y la construcción del pueblo vasco y de la perspectiva nacional en el trabajo de diversos agentes.

P: Pero hay formaciones políticas que niegan la mayor: la existencia misma del conflicto.

R: Se trata de una forma de obstaculizar en base a los intereses de los estados español y francés. El hecho de que no se quiera reconocer la existencia del pueblo vasco responde a que eso supondría tener que reconocer que, como a todos los pueblos, le corresponden unos derechos. Lo que quieren esas fuerzas políticas es que el conflicto que vive Euskal Herria aparezca como un problema interno del Estado español o, en su caso, del francés; lo que ocurre es que este conflicto es un problema internacional, y eso aflora más claramente día a día. Cada día que pasa se refleja más nítidamente que éste no es un problema de orden público, sino que es un problema político al que se debe responder políticamente. Que algunos partidos lo nieguen de forma tan descarada hace que ellos mismos caigan en la trampa y demuestren, de hecho, la existencia de contenidos políticos en el conflicto vasco. Quieren enmascararlo como un problema de orden público, pero cada vez les es más difícil hacerlo, también ante Europa y el mundo.

P: ¿En qué se basa para afirmar que Europa tiene constancia del fondo del problema?

R: Está claro que tanto en Europa como en el mundo perciben que éste es un conflicto político. Lo que ocurre es que, hasta el momento, los gobiernos europeos oficialmente no lo han reconocido, porque, cuando les preguntas, responden que son cosas internas de cada estado. Y no quieren intervenir en ellas. Pero la cuestión vasca sí está en las agendas de los gobiernos europeos, así como de los agentes políticos, sociales y sindicales del continente, aunque sea en las agendas no oficiales. Y eso, de por sí, es muy importante. De hecho, se puede constatar que en el Parlamento Europeo cada vez se va a hablar más del conflicto que vive este país; además, eso se producirá, seguramente, de manos de grupos políticos que públicamente no reconocen el carácter político del conflicto.

P: En su balance, Udalbiltza hace una mención especial al debate abierto en torno al llamado plan Ibarretxe, cuya dimensión se ha acrecentado notablemente tras la votación del 30 de diciembre. ¿Cómo valora la decisión de la izquierda abertzale en dividir su votos en tres síes y tres noes?

R: Udalbiltza no entra a valorar la votación sobre el plan Ibarretxe, más bien valora el propio plan. Se trata de un proyecto que, por ejemplo, ha provocado un debate con una dimensión enorme tanto a nivel político como mediático en torno a la cuestión vasca; un debate que no se ciñe a Euskal Herria, o en su caso a los estados español y francés, sino que alcanza al conjunto de la Unión Europea. Y eso es muy positivo. En cuanto al proyecto en sí, lo que se debe analizar y valorar es cuál es la intención última del plan. Y eso habrá que verlo.

P: ¿Le han extrañado algunas de las reacciones registradas tras el 30-D?

R: Ninguna especialmente. Ya se preveía cuáles iban a ser las reacciones dependiendo de cuál fuese el futuro del plan: si en el Parlamento de Gasteiz seguía adelante o se rechazaba. Pero esto no ha hecho más que empezar y creemos que 2005 va a ser un año muy fuerte políticamente en Euskal Herria.

P: ¿Hasta qué punto?

R: Tendrá sus puntos positivos, muy interesantes, y tendrá aquellos aspectos, también muy fuertes, que nos harán sufrir.

P: Pero eso en Euskal Herria, en principio, no es novedad...

R: No, pero creo que esta vez será a otra escala. Cuanto más avanza este pueblo hacia el reconocimiento identitario y de su soberanía le toca trabajar todavía más y le toca sufrir mucho. Y eso que este pueblo ha pagado ya un peaje muy alto.

P: Y ante este panorama, ¿qué es lo que pueden aportar el Consejo de Desarrollo Nacional y la Comisión para Promover la Resolución del Conflicto, de cuyos nacimientos se ha congratulado su institución?

R: Son dos foros absolutamente aglutinadores. El Consejo de Desarrollo es un ente en el que se deben conjugar y se conjugan personas y grupos de muy diferentes ideologías, quienes encuentran un foro verdaderamente democrático donde todo se puede discutir sin tabúes de cara a un objetivo: encontrar vías para el desarrollo de nuestro país. En cuanto a la Comisión para la Resolución del Conflicto, hay que destacar que está haciendo un trabajo muy interesante que persigue asentar unas bases reales para superar el conflicto. Son dos foros que, en estos momentos, necesita Euskal Herria. No llevan demasiados meses de trabajo, desde el Aberri Eguna de 2004, pero esa labor ya está dando frutos.

P: ¿Cuál de ellos destacaría?

R: Se han reunido con numerosísimos agentes políticos, sociales y sindicales, y eso ya es muy interesante. En este país, para que haya una solución verdaderamente estable y definitiva, debemos tomar parte en su consecución todos los ciudadanos de Euskal Herria, seamos más o menos abertzales o no lo seamos en absoluto. Tenemos que sentarnos en la mesa todos, tenemos que hablar todos y tenemos que hacer un ejercicio para llegar a entendernos. Porque podemos entendernos perfectamente, a pesar de que algunos se empeñen en mostrar las cosas mucho más complicadas de lo que realmente son.

P: También la izquierda abertzale ha abogado por un diálogo multilateral y por la participación de todos los agentes de cara a resolver el conflicto. El proceso se complica desde el momento en que alguno o varios de los agentes se niegan a hablar.

R: Todos los que verdaderamente creemos que este pueblo se merece que solucionemos el conflicto no ponemos ningún obstáculo al diálogo. Hay que sentarse en la mesa, hay que hablar de todo, hay que discutir y debatir sobre todo, hay que llevar a buen puerto el proceso... Y no hay que excluir a nadie y no hay que dejar fuera de la mesa ningún tema si queremos resolver definitivamente el conflicto, que, vuelvo a decir, es un conflicto internacional.

P: «Oportunidades como ésta no se dan a menudo». Esa una de las afirmaciones realizadas en el balance de 2004. ¿En qué puede ayudar Udalbiltza para que no se eche a perder?

R: Lo que vamos a hacer es trasladar a todos los agentes implicados que ésta es una oportunidad que Euskal Herria no puede perder, que debemos ponernos a trabajar en la búsqueda de soluciones y que no puede haber ninguna exclusión de nadie por parte de nadie.

P: «Consulta al pueblo», un concepto que consideran clave diversas formaciones políticas. ¿Ve factible que se pregunte a los ciudadanos vascos sobre el futuro de su país? ¿Puede Udalbiltza ayudar a que se celebre?

R: Precisamente, para Udalbiltza es más fácil que para ningún otro realizar una consulta nacional. Es una institución enraizada en todo el país y los municipios pueden hacer muchas cosas conjuntamente, también en el tema de la consulta. De hecho, considero que puede hacer una aportación importante. ¿Para cuándo? Ya veremos, pero lo que hay que hacer es fijarlo como objetivo, no perderlo de vista y avanzar hacia ello.

P: Se han marcado como gran objetivo para 2005 convertir «los debates limitados y fragmentados» de ahora en un debate nacional. ¿Cómo se hace eso?

R: Es algo que se está trabajando tanto desde Udalbiltza como desde el Consejo de Desarrollo y la Comisión para la Resolución. Y cuando hablamos de la reorganización de Udalbiltza lo hacemos también con el anhelo de que, este año, todo sea debatido a nivel nacional. Es una ardua tarea, pero es factible; y por ello vamos a poner todas las energías para que se convierta en realidad en 2005.

P: ¿Y ve factible también la reorganización de Udalbiltza para este año?

R: No me atrevo a vaticinar algo así. Pero me conformaría con que Udalbiltza y Udalbide trabajasen de la mano, coordinadamente, en los mismos proyectos. Sería casi lo mismo que la reorganización, ya que tenemos los mismos objetivos estratégicos, marcados en los principios fundamentales aprobados en el Euskalduna. No sólo me conformaría con ello, sino que me alegraría muchísimo.

P: En ese sentido, en los últimos tiempos han existido emplazamientos desde Udalbiltza al Consejo de Dirección. ¿Hay alguna relación en la actualidad?

R: La relación entre Udalbide y Udalbiltza nunca se ha roto; siempre ha existido. Además de trabajar en la misma dinámica, hay una relación de amistad. Sí existen puentes; incluso, diría que hay amplias autopistas en esa relación. Por eso, no puedo más que ser optimista en que, para finales de este año, estemos trabajando conjuntamente en algunos proyectos.


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