Mientras exista la draconiana política de la dispersión, aplicada en contra de los presos políticos vascos... existirán los niños de la mochila.
La reivindicación por el fin de todo este infierno en el que se encuentran atrapadas decenas de familias vascas ha vuelto a ser puesta sobre la mesa gracias a la plataforma Sare y a la iniciativa Irati Gurasoekin Euskal Herrira.
Aquí lo que nos reporta Naiz:
Los derechos de los niños y niñas de la mochila resuenan en las plazas de Euskal Herria
Las plazas de varios municipios de Euskal Herria han acogido este sábado la reivindicación de los derechos de los niños y niñas de la mochila para estar con sus progenitores en cárceles vascas. Sare y Irati Gurasoekin Euskal Herrira han emplazado a acabar de una vez con la dispersión.
Asier RoblesSare y la dinámica Irati Gurasoekin Euskal Herrira han reivindicado este sábado el derecho que tienen los niños de la mochila a estar en Euskal Herria con sus padres y madres presos.
La jornada ha comenzado con un acto en el Palacio Euskalduna donde han estado presentes representantes de diferentes partidos políticos, sindicatos y colectivos sociales. El payaso Porrotx, con la música del trikitilari Txapas, ha abierto el acto recordando a Onditz, que nació hace 22 años en la cárcel de Dueñas (Palencia). En aquel entonces se puso en marcha la dinámica ‘Onditz Euskal Irrira’, en la que Porrotx participó muy activamente y se consiguió traer a Onditz y su madre a Martutene.
Tras ello, Eztizen Artola, que también fue niña de la mochila, ha recordado el caso de Irati Zapirain Etxebarria, que nació el 8 de marzo de 2018 en la cárcel de Aranjuez (Madrid). Ahí pasó los primeros años de su vida junto a su madre. Su padre también estaba en la misma prisión, pero solo se podían juntar dos veces a la semana. La pandemia de la covid-19 empeoró mucho la situación de Irati, ya que la cuarentena le pillo cuando estaba en Euskal Herria pasando una pruebas médicas. Se tuvo que quedar con sus abuelos hasta que en junio la dejaron volver con su madre a la cárcel.
Sin embargo, los problemas no acabaron ahí. Este 8 de marzo, al cumplir tres años y en arreglo a la ley española, Irati tuvo que separarse definitivamente de sus progenitores. Fue una dura separación, que ya llevaban meses alertando Sare y Irati Gurasoekin Euskal Herrira. Hace unas semanas, se anunció el traslado de los padres de Irati, Bea e Iñigo, a la prisión de El Dueso (Cantabria). Pero tal y como ha denunciado Sare, la pequeña solo podrá reunirse con sus progenitores una vez al mes en el vis a vis familiar.
Pero tal y como ha recordado el portavoz de Sare Joseba Azkarraga, Irati es una más de las más de 80 niñas y niños que han pasado por esa situación. De hecho, el 3 de enero de 2022 Izadi, que en este momento se encuentra en la cárcel de Aranjuez junto a su padre y su madre, también cumplirá 3 años y será separada.
«Solamente recamamos humanidad y derechos»
Azkarraga ha señalado que estas situaciones reflejan que el sistema penitenciario «tiene aún mucho margen para mejorar». «El régimen de excepcionalidad que se refleja en la política de alejamiento, en la situación de los presos enfermos o en la situación de bloqueo de las progresiones a tercer grado penitenciario son situaciones difícilmente entendibles tras varios años del fin de la violencia de ETA. Si con violencia fueron medidas inaceptables desde un punto de vista democrático, sin violencia son incomprensibles», ha indicado.
El portavoz de Sare ha señalado que aunque las cosas se hayan empezado a mover con acercamientos de varios presos, «la política de alejamiento habrá tocado su fin cuando todos y todas las presas estén en Euskal Herria».
En este sentido, ha destacado la importancia del trabajo común en dinámicas como la de ‘Irati Gurasoekin Euskal Herrira’ para «moverse en favor de una solución definitiva y justa al problema de las cárceles». «Hay que seguir por este camino. Debemos de hacerlo juntos, desde el ámbito político, desde el ámbito sindical, desde el ámbito institucional, desde las asociaciones y desde la sociedad civil», ha añadido.
Por último, ha vuelto a reclamar que en las cárceles de Euskal Herria haya módulos para padres o madres con niños pequeños. «No estamos pidiendo ningún tipo de privilegios, solamente reclamamos humanidad y derechos», ha precisado el portavoz de Sare.
«Llenar las plazas vaciar las mochilas»
Una vez acabado el acto en el Palacio Euskalduna, la reivindicación por los derechos de los niños y niñas de la mochila se ha trasladado Parque de Doña Casilda, en Bilbo. Ahí, decenas de txikis han podido disfrutar de la animación de Porrotx y de la cuenta cuentos Zugame.
No ha sido el único municipio de Euskal Herria donde se han celebrado actos como este. En los pueblos donde también hay niños y niñas de la mochila, como Ondarroa, Orio, Zumaia, Zornotza, Durango, Larrabetzu, Urduña, Ugao, Ordizia, Algorta o Amurrio cientos de personas también han salido a las plazas bajo el lema ‘Plazak bete, motxilak hustu / Llenar las plazas vaciar las mochilas’.
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