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viernes, 12 de marzo de 2021

El Navarro Más Antiguo

Desde el portal de EiTB traemos a  ustedes la cobertura de una nota que ha estado dando los rondines en redes sociales; el hallazgo del que sería el esqueleto humano más antiguo en territorio vasco.

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'El hombre de Loizu', un hallazgo excepcional de 11.700 años en Navarra

Los restos hallados en una cueva cercana a la localidad navarra de Erro pertenecen a un varón de entre 17 y 21 años, que pudo haber muerto por el impacto de un proyectil.  

Tiene más de 11.700 años y es uno de los esqueletos mejor conservados de prehistoria. Bautizado como 'el hombre de Loizu', sus restos han estado durante casi doce milenios resguardados en una cueva cerca de la localidad navarra de Erro, donde este viernes ha sido presentado como "un hallazgo excepcional".

Se trata de un varón, de entre 17 y 21 años cuando falleció, presumiblemente habitante de la zona boscosa del pre-Pirineo navarro en la que se encuentra la cueva Errotalde I, en la que el grupo de espeleólogos Sakon hizo en noviembre de 2017 el descubrimiento, al que desde entonces se han unido las labores arqueológicas dirigidas por el Gobierno de Navarra para estudiar la cueva y el entorno, y comenzar ayer las labores de extracción de los restos.

Los detalles han sido explicados in situ, en la entrada de la angosta cueva del concejo de Aintzioa-Loizu, por los expertos del equipo interdisciplinar que trabajan en la investigación, en un acto al que han acudido también la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, y la consejera de Cultura, Rebeca Esnaola, así como autoridades municipales.

Todos han podido observar los restos que, al parecer, fueron depositados intencionadamente en el lugar a modo de enterramiento funerario, y que hoy son un esqueleto completo, en conexión anatómica y muy bien conservado, en cuyo cráneo destaca un agujero que podría deberse al impacto de un proyectil.

La posición y restos encontrados han permitido concluir que el cuerpo probablemente había estado envuelto en un sudario o paquete funerario, cubierto con sedimento rojizo, aparentemente ocre, ha explicado la antropóloga Maitane Tirapu, del equipo que estudia los restos se han conservado inalterados hasta el día de hoy.

Esto ha permitido en un primer análisis datar el esqueleto en el 9.700 antes de Cristo, en un momento de transición entre el Pleistoceno (que va desde hace 2 millones de años hasta hace unos 10.000 años antes de Cristo) y el Holoceno (que comenzó hace unos 10.000 años antes de Cristo y llega a la actualidad).

Según ha explicado el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, Pablo Arias, es "un privilegio" poder enfrentarse al "reto" de estudiar "un resto que es único en España y un caso rarísimo en todo el continente europeo", porque "hay muy pocos restos" de la época a la que pertenece, y menos "en el excelente estado de conservación" de estos.

Ello abre optimistas expectativas sobre la "batería" de análisis desde el punto de vista genético, de la movilidad geográfica de esta persona, su dieta, enfermedades pasadas y otras características que se estudiarán en un trabajo "interdisciplinar y en equipo", como lo demuestra las 26 personas que en estos momentos lo componen.

Por el momento, se puede avanzar el hallazgo es aparentemente un depósito realizado de forma intencionada y que probablemente fue amortajado, aunque no se conoce bien el comportamiento funerario de la época en la que se ha datado, en la que el clima era extremadamente húmedo y los hombres vivían exclusivamente de la pesca, la caza y la recolección.

El registro antropológico de este periodo es muy escaso en toda Europa occidental, de forma que lo más análogo aunque unos 600 años más tardío es el enterramiento de la Cueva de los Azules, en Asturias, y algún caso en Francia de época similar, ha dicho.

Los primeros trabajos que se han realizado son los relacionados con la salvaguarda y protección del hallazgo, asegurando el cierre de la cavidad, y las labores que ahora dan comienzo cogen el testigo de las iniciadas por el grupo Sakon y suponen la finalización de los trabajos de campo.

En concreto, se continuará con las labores de exploración, topografía, reconocimiento arqueológico y caracterización geológica de todas las nuevas galerías que se van descubriendo y donde hasta el momento no han aparecido otros restos arqueológicos.

Una vez finalizados todos los trabajos descritos y la extracción del cuerpo, dará comienzo la fase de tareas de laboratorio en el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Cantabria donde realizarán los análisis necesarios. Después el 'hombre de Loizu' volverá a Navarra para exponerlo al público de forma bajo la custodia del Gobierno de Navarra.

 

 

 

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