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jueves, 20 de junio de 2019

Federalismo Vasco-Navarro

Hay quienes afirman que las nóveles ideas ilustradas tardaron en llegar a Euskal Herria.

La realidad es que en lo que respecta al pueblo vasco muchas de esas ideas de novedosas no tenían nada. 

Es más, algunos de los planteamientos más revolucionarios de Moro, Locke, Montesquieu et al tenían ya algunas centurias de haber sido implementados por la sociedad vasca.

Es por ello que cuando estas ideas tan prometedoras por fin llegaron fueron adoptadas con la más completa naturalidad por un pueblo ya acostumbrado a ciertas libertades, muchas veces ganadas a sangre y fuego en contra de una metrópoli retrógrada y sanguinaria como es Madrid.

Así que esto que nos relata el Diario Vasco no nos cae por sorpresa:


Un programa conmemora los 150 años del Pacto Federalista que se firmó en la villa con delegados vascos y navarros

A. E.

Este domingo se cumplen 150 años del Pacto Federalista de Eibar, suscrito por los delegados vascos y navarros del Partido Republicano Federal al calor de la Constitución Democrática de 1869. El pacto había sido precedido por el suscrito en Tortosa, al que siguieron los firmados en Córdoba, Valladolid y La Coruña. Con ello pretendían el establecimiento de las libertades democráticas y un consistente sistema de autonomías territoriales, un sistema federal que respondiese de la mejor manera a la diversidad de territorios y gentes de España. El Pacto se firmo al considerar que «existía una relación indisoluble entre autonomías territoriales y democracia».

La víspera de San Juan de 1869 se celebró en Eibar una histórica reunión. Casi una treintena de representantes de las organizaciones republicanas federales de las cuatro provincias vasconavarras se dieron cita en nuestro municipio para aprobar un documento denominado Pacto Federal.

150 años después, la asociación de Federalistas del País Vasco-Euskal Herriko Federalistak, una de las entidades integradas en la Asociación por una España Federal, propuso al Ayuntamiento celebrar su aniversario para lo que se ha elegido como fecha más idónea este sábado para no coincidir con el inicio, el domingo, de las fiestas de San Juan. En la presentación del acto, los participantes en las charlas organizadas coincidían en señalar que «el Pacto que se produjo en Eibar tenía los ingredientes específicos de la singularidad vasca, en unos momentos muy convulsos en el aspecto político».

En esta dirección, el alcalde Miguel de los Toyos explicó que «fue muy importante la proclamación por Eibar de la Segunda República, pero también lo fue, unos años antes, la firma del Pacto Federalista». Por ello, De los Toyos decía que «como Ayuntamiento queremos conmemorar el cumplimiento del aniversario, pero sin hacer ningún tipo de posicionamiento sobre el modelo territorial del Estado».
Libertad y autonomía

El historiador Antxon Narbaiza, explicó que en Eibar se dieron cita «republicanos vascos, junto a otros procedentes de otros territorios. Había eibarreses firmantes por Gipuzkoa del Pacto: Vicente Agirre, Echevarría, Ortiz de Zarate, Ibarzabal. No se sabe si estuvo aquí Francisco Pi y Margal, presidente del poder ejecutivo de la Primera República y se editó el periódico Irurak Bat». No obstante, Narbaiza, hablaba de la «inestabilidad del momento, en donde se trataba de actuar fuera de la tutela de la iglesia y se apoyó el sufragio universaral que no era en su totalidad porque solo podían votar los mayores de 25 años y se negaba a las mujeres el ejercicio del voto. No salió adelante por la irrupción de la guerra carlista que supuso la desaparición de los fueros».

Por su parte, la presidenta de la Asociación Federalistas del País Vasco, Lurdes Auzmendi, decía que «aquellos republicanos federalistas, muy infludos por Pi y Margall, hicieron una lectura de los fueros vascongados y navarros en términos de democracia que se instaló para siempre en el imaginario progresista vasco y que proponía para España en base al Pacto y la Federación. Era una visión deformada de los fueros, pero todas las culturas políticas hacían otro tanto», apuntó Azurmendi.

Y añadió que «el acto de Eibar conjuntaba dos conceptos básicos como son los de libertad y autonomía, tanto individual como colectivas. Confiaban así en la capacidad de los individuos para organizarse democráticamente de abajo hacia arriba, en términos de autogestión de su jurisdicción y sobre la base de controlar en lo posible el ejercicio del poder político».
«Voluntad ciudadana»

El acuerdo pasó a conocerse como Pacto Federal de Eibar. Su firma coincidía con actos similares en otros lugares , donde republicanos federales de provincias y regiones acordaban constituirse federalmente y proponer para el conjunto del país una organización territorial en esos mismos términos.

En este sentido Azurmendi indicaba que «confiaban así en la capacidad de los individuos para organizarse democráticamente de abajo hacia arriba, en términos de autogestión de su jurisdicción y sobre la base de controlar, en lo posible, el ejercicio del poder político, para que este no se escape a la voluntad ciudadana»

Desde la Asociación de Federalistas se indicaba que «el pacto federal es, por encima de todo, una expresión profunda de los ideales democráticos, su mejor realización. El federalismo es una forma de articular el poder político en sociedades donde conviven identidades y sentimientos de pertenencia diversos. Es garantía de paz política porque enriquece la libertad al armonizar lo propio y lo ajeno, lo singular y lo colectivo».
«Profundización»

El catedrático de Derecho Constitucional, Alberto López Basaguren era de la opinión que «la profundización federal da estabilidad a los territorios y al sistema político español, lo tenemos que construir entre todos. Aunque muy probablemente no todos vamos a coincidir en qué tipo de federalismo necesita España, como tampoco todos coincidimos en qué tipo de Constitución queremos. Eso ocurre en todos los países federales serios».

El pacto constaba de diferentes puntos. En el primer punto se incluía la interpretación en clave democrática que los republicanos hacían de los fueros, afirmándose que las provincias vascas gozaban de un «régimen democrático republicano».

En el segundo punto declaraban su ideal de un Estado español republicano y federal, el cual era el único sistema con el que los fueros estarían a salvo, aseverando que podía no ocurrir lo mismo con el monárquico.

Por su parte, en el tercer punto se invitaba a todas las demás regiones a que «asimilaran» el código foral vasco. Por lo que respecta al cuarto, se defendían las vías legales para su consecución. Y en el quinto, llamaban a impulsar la creación de comités republicano-federales, locales primero y provinciales después, en las cuatro provincias vasconavarras, con el objeto de constituir una federación.







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