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jueves, 27 de diciembre de 2012

Por Ellos

En alguna conferencia hace ya algunos años, el infame Fernando Savater insistió en descalificar la lucha por la autodeterminación del pueblo vasco diciendo que durante la Segunda Guerra Mundial estos habían peleado bajo las órdenes de Hitler. Nunca mencionó a la División Azul, nadie en el público lo dijo tampoco. Savater tampoco hizo referencia al Batallón Gernika, sus admiradores en la sala se bebieron sus palabras una a una sin chistar, desconocedores de este dato histórico.

Así que nos alegra saber que hay quienes defienden el legado de lucha y entrega de quienes lucharon en contra del fascismo europeo de los años 30 del siglo pasado. Por que los vascos lucharon en contra de las fuerzas conjuntas de Franco, Hitler y Mussolini desde 1936 hasta 1939, y contra las de Hitler y Franco desde 1939 hasta 1945.

De un grupo de ellos, los comandados por Kandido Saseta, nos habla este artículo publicado en El País:


Javier Rivas
A lo largo del mandato que comenzó en mayo de 2011, las dos principales instituciones gobernadas por Bildu —la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián— han hecho diversos gestos hacia las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, tratando también de alguna manera de presentarse como herederos de esa memoria histórica.
Sus dos responsables —el diputado general, Martin Garitano, y el alcalde, Juan Karlos Izagirre— solemnizaron este miércoles con una presentación pública conjunta en San Sebastián el proyecto más ambicioso que quieren poner en marcha en este sentido: exhumar los cuerpos de cerca de un centenar de combatientes vascos muertos en el frente asturiano en febrero de 1937, en un enfrentamiento con tropas franquistas. Todos ellos yacen en fosas en el término municipal de Areces.
Los gudaris pertenecían a las tropas que comandaba Cándido Saseta (1904-1937), responsable desde un mes antes del enfrentamiento de Euzko Gudarostea, los batallones organizados por el PNV en la Guerra Civil. Su cadáver fue allí desenterrado en 2008 por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y trasladado a su localidad natal, Hondarribia, donde se le rindió un homenaje.
Cerca de la zona en la que se desarrollaron los combates, un lugar conocido como el Pradón de los Vascos, permanecen todavía los cuerpos de casi un centenar de sus hombres, enterrados allí por los sublevados. Casi todos son guipuzcoanos y unos 20 de ellos donostiarras, sostuvo este miércoles Izagirre. La mayoría, añadió, pertenecían al batallón Eusko Indarra de ANV y “soñaban con la libertad de Euskal Herria”, destacó el alcalde.
A las órdenes de Saseta, militar profesional y militante peneuvista, lucharon batallones de tres partidos: el citado de ANV, el Amayur, del PNV, y el Indalecio Prieto, del PSOE.
Todos ellos se habían trasladado a Asturias después de que el Ejército republicano solicitase al Gobierno del lehendakari Aguirre tropas para que colaborasen en una ofensiva sobre Oviedo.
La intención de las instituciones de Bildu, que van a destinar al proyecto un total de 45.000 euros —24.000 la Diputación y el resto, el Consistorio—, es exhumar los cuerpos, identificarlos y trasladarlos a Gipuzkoa.
Las instituciones de Bildu ya se han puesto en contacto para ello con el Gobierno asturiano, con el Ayuntamiento de Areces y con el dueño del Pradón, indicó la directora foral de Derechos Humanos y Memoria Histórica, Marina Bidasoro. Por eso calculó que el próximo febrero podrían iniciarse los primeros movimientos de tierras.
Rescatados y trasladados los restos, se les realizaría un homenaje, junto con familiares, partidos relacionados con las víctimas y asociaciones vinculadas al ámbito de la memoria histórica, con algunos de los cuales ya se ha reunido la Diputación. Entre todos ellos se acordarían los futuros actos de recuerdo. Bidasoro no aclaró, con todo, cuál sería el destino final de los restos exhumados.
Fuentes peneuvistas incidieron este miércoles en que quizá algunos familiares de los fallecidos preferirían que siguiesen reposando en el lugar en el que ahora se encuentran.
Garitano aprovechó para hacer el discurso más político. “Queremos que los gudaris de Areces vuelvan a su país y que vuelvan como se merecen: como gudaris a los que mató un dictador por luchar por la libertad y por su país”, recalcó. “Durante años, se ha pretendido olvidar y esconder la época en la que más vascos y vascas fueron muertos y forzados al exilio”, prosiguió el diputado general.
“Al igual que escondieron bajo tierra los cuerpos de Saseta y de sus gudaris para que no los encontraran, se ha querido esconder el periodo más doloroso y sangriento de nuestra historia a las siguientes generaciones”, remató Garitano.


La traición a la memoria de quienes ofrendaron sus vidas por la libertad y la soberanía de Euskal Herria,  implícita en las declaraciones de los jeltzales, es deleznable.


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