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jueves, 7 de noviembre de 2019

Salda Badago | V. Jardunaldi Feministak

Traemos a ustedes la crónica que Naiz ha publicado acerca del encuentro feminista en Durango:


El movimiento feminista de Euskal Herria ha asentado las bases para construir un feminismo transgresor, empujado desde los márgenes aunque impulsando la lucha colectiva. Será un feminismo imposible de comprar, alejado de los intereses racistas, capitalistas y patriarcales. Un feminismo para el 99% de las mujeres.

Maddi Txintxurreta Agirregabiria | Gara

Los debates que se han sucedido en los últimos tres días en Durango sugieren que las V Jornadas Feministas de Euskal Herria se han celebrado en un momento clave; porque el feminismo de este país atraviesa, y esta ha sido una de las conclusiones más repetidas y compartidas por las ponentes, una fase de homogeneización y apropiación por parte del «sistema capitalista, patriarcal, clasista y racista». Ante esto, el Movimiento Feminista de Euskal Herria ha dicho «no» de forma rotunda, y ha optado por seguir construyendo un feminismo fuera de los intereses del sistema, para que no lo pueda comprar. Un feminismo –o feminismos–, incómodo: desde los márgenes, desde la otredad, desde la colectividad.

Ayer, último día de las jornadas, se celebró la mesa “Observando las entrañas del movimiento feminista”, encargada de hacer un diagnóstico sobre la situación actual del feminismo de este país y de marcar los retos a los que se tendrá que enfrentar. Protagonizaron la mesa representantes de los colectivos Euskal Herriko Mundu Martxa (EMM), Lanbroa, Feministalde, la Asamblea de Mujeres de Bizkaia (AMB), EginDezagunTopa, PAF! Baiona, EH Bilgune Feminista y Amuge.

AMB advirtió sobre las amenazas que se ciernen sobre el movimiento. «Vemos que los entes políticos y culturales quieren apropiarse del movimiento. ¿Qué va a pasar? Va a haber una estandarización del feminismo. Su potencial revulsivo va a ser neutralizado, se construirá un repertorio de gestos feministas que dará una sensación de feminismo sin comprometer el contenido, elementos puramente discursivos. La mujer no va a suponer ninguna amenaza, porque crearán una feminista estándar», expuso.

Ante esa estandarización, Amaia Zufia, de Bilgune Feminista, propuso profundizar en los sujetos «poliédricos» y gestionar la diversidad, poniendo de nuevo sobre la mesa el cuestionamiento de los privilegios. «Estamos acostumbradas a ser oprimidas, pero cómo nos cuesta ser interpeladas y darnos cuenta de nuestros privilegios».

Diversidad y conflicto

Las ponentes insistieron en tejer redes para mantener la esencia radical del feminismo, la que quiere subvertir el sistema de raíz. Y mirar hacia dentro, también. Itziar Gandarias, de EMM, llamó a aceptar las contradicciones y trabajarlas. Apuntó, igualmente, que diversidad y conflicto van de la mano, «aunque siempre nos la pinten bonita», y que requiere el desarrollo del feminismo interseccional.

Fueron conclusiones que se dejaron entrever durante los primeros dos días de las jornadas: potenciar los feminismos periféricos y construir puentes o alianzas para actuar como colectivo.

Las jornadas, llenas de interpelaciones a las reproducciones de conductas hegemónicas, han puesto de manifiesto la necesidad de revisión del Movimiento Feminista de Euskal Herria para que sea antirracista, anticapitalista y decolonial. Esas interpelaciones, no obstante, lejos de atomizar el movimiento, invitan a una reflexión que seguramente lo hará más fuerte.

Organizar la rabia

Así quedó confirmado en el acto que cerró las V Jornadas Feministas de Euskal Herria, un acto emotivo y lleno de una fuerza desbordante. «Nuestra revolución nace de los márgenes que crea el sistema», proclamaron.

En el acto, sobre el escenario o en pantalla, estuvieron presentes las catalanas, la lucha «contra el régimen del 78 que nunca nos ha dejado decidir»; los pueblos originarios por la «recuperación y defensa del cuerpo y de la tierra»; las kurdas; las argentinas del pañuelo verde; el recuerdo a las tres mujeres vascas víctimas de la violencia machista este año.

Cony Carranza, del movimiento feminista, celebró que «se nos han mojado las bragas». Y el público celebró con ella, y Carranza clamó: «Nuestro feminismo no se limpia, no se vende. Nuestra práctica es rebelde, transgresora, nuestra revolución es y será feminista».

«Somos un movimiento político popular, radical y colectivo», dijo Alazne Beltrán de Lubiano. Recordó que el movimiento feminista lleva cuarenta años organizándose, y mirando hacia adelante, puso en valor la idea que imperó en las asambleas celebradas por la tarde, la necesidad de crear una «agenda feminista colectiva». Así que, concluyó: «Sigamos organizando la rabia y tejiendo complicidades».

Y así finalizaron tres días de debates que marcarán el devenir del futuro feminista de Euskal Herria.






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