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viernes, 21 de junio de 2013

Echeverría V. | Brasil y México

Nuestro amigo Pedro Echeverría nos envía su opinión acerca de lo que está sucediendo en Brasil dentro del contexto general en América Latina:

Brasil y México

¡Qué vivan las luchas de indignados en Brasil! ¿Y en México -muerto de hambre- cuándo?

Pedro Echeverría V.

Más de un millón de manifestantes indignados contra el aumento de precios en pasajes de autobús; en contra de los multimillonarios gastos en la construcción de estadios deportivos; que luchan contra la explotación y miseria de cientos de millones de seres humanos; que batallan contra la concentración de las tierras; que exigen servicios adecuados de salud, educación, vivienda y desaparición de las gabelas miserables. Brasil, a pesar del regular gobierno de Lula y Dilma –catalogados como de centro/izquierda o socialdemócratas- sigue viviendo condiciones de pobreza y desesperación. Si los brasileños, griegos, españoles, chilenos, luchan, ¿Qué pasa con los mexicanos que han dejado sola a la Coordinadora de maestros (CNTE) en las calles?

Vean Nada más: “Esta noche, terminó en duros conflictos la mayor manifestación colectiva de los últimos 29 años en Brasil. En Sao Paulo han sido más de 100 mil. Río reunió 300 mil. Hubo otros 50 mil en Porto Alegre, 30 mil en Brasilia, 100 mil en Recife, 20 mil en Salvador. Por la noche lo que había en Porto Alegre y Brasilia, Belem y Río de Janeiro, eran escenas de batalla callejera. Ni siquiera el PT, partido nacido de manifestaciones populares, supo qué hacer. Intentó sumarse a los manifestantes en Sao Paulo pero sus militantes fueron rechazados.  ¿Los partidos ya no representan a nadie? ¿Hasta qué punto los políticos están desprestigiados entre la opinión pública? El desprestigio de los partidos políticos en el mundo se hace grande.

Las últimas grandes movilizaciones en Brasil fueron para tirar la dictadura militar iniciada en 1964 y concluida en 1984. No puede olvidarse que se había creado un sistema de elección indirecta a través del Colegio Electoral que -en la práctica- imponía como Presidente al candidato de la de las Fuerzas Armadas. Las movilizaciones obligaron en 1984 a la cúpula militar a cambiar la composición del Colegio Electoral. Se incrementaron las movilizaciones callejeras obligando al Congreso a cambiar para garantizar la elección directa del Presidente. Las movilizaciones obligaron al régimen militar (ARENA) a dividirse, a que surgieran alianzas que llevaron a Tancredo Neves –mediante elecciones- a la Presidencia; éste al morir antes de tomar posesión, fue sustituido por José Sarney.

Esto quiere decir que los trabajadores y jóvenes brasileños se movilizan pocas veces pero cuando lo hacen imponen respeto y logran someter a los gobernantes. El gobierno –sobre todo durante la dictadura militar- los reprime con salvajismo: gases lacrimógenos, balas de goma y balas de verdad, perros de caza; pero los manifestantes que poseen gran decisión y bravura porque están defendiendo su vida, pelean sin miedo en las calles con la policía hasta cercarlos y hacerlos correr. (Aquí en México –aunque sólo hay experiencias en Oaxaca, Guerrero y Michoacán) es importante la experiencia de incautar autobuses, de apresar a policías y soldados represores, detenerlos y canjearlos con presos políticos) Seguramente los brasileños tendrían muchas más experiencias a enseñarnos.

La televisión, radio, prensa –siempre en manos de empresarios y gobierno- vomita basura contra las luchas de los trabajadores y estudiantes. Espero que la presidenta Dilma –que en su juventud fue una luchadora social- no actúe en la represión igual que cualquier gobierno burgués, porque entonces ¿Para qué carajos los queremos si en vez de someter a los explotadores, a los dueños de la riqueza, someten a los trabajadores? Es por ello que debemos ser duros contra la seudo izquierda, quizá incluso más duros por el disfraz que se ponen. La derecha no puede disfrazarse porque la conocemos mucho, son nuestros declarados enemigos y no debemos hacerles ninguna concesión; pero de la seudo izquierda debemos ser muy vigilantes y tener mucho cuidado.

He estado viendo y escuchando discursos de Hugo Chávez sobre Libia, acerca de España sobre el “cállate Chávez”, en la ONU, en entrevistas, y me ha parecido cada vez más interesante y valioso. Creo que fue el continuador aventajado del antimperialismo de Fidel Castro; la realidad es que Chávez no tuvo ningún temor de llamar las cosas por su nombre. Si tuve algunas diferencias con él: a) que deslegitimara junto a Fidel a las FARC, b) que tuviera buena relación con  el presidente de Colombia Santos y c) que no haya liberado al preso colombiano Julián Conrado, la realidad es que su denuncia mundial al imperialismo y la extensión de su prestigio en el continente, es superior. No se cómo funcione You Tube, pero los discursos y declaraciones de Chávez deben rescatarse y difundirse.

¡Que vivan las luchar de los jóvenes y trabajadores contra el imperialismo de los EEUU y contra el gran poder de los países del G8 y el G20! Esos gobiernos y los grandes poderes que los rodean -entre ellos los grandes bancos y los medios informativos- son los culpables de la miseria y el desempleo de los pueblos. Las denuncias de Castro, Chávez, Morales, Correa, Ortega, Mujica, han servido de mucho, pero lo más importante es la gran batalla de los pueblos contra el sistema de explotación capitalista. Por ello hay que apoyar y levantar las luchas en las calles en Brasil, en México y en todas partes donde la gran burguesía capitalista –con el apoyo de la CIA, el FBI, el ejército, están asesinando a los trabajadores.






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