Bueno, parece ser que el merequetengue armado por la casta divina española que ha lanzado al Juez Clown II Eloy Velasco al estrellato represivo que antes solo pertenecía a Baltasar Garzón y a Fernando Grande-Marlaska (con la Murillo y el tal del Olmo como actores de reparto) ha sido revivido por el Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, que él sí, como auténtico bolivariano (a diferencia de su jefe Huguito a quien se le atora el embrague) a llamado a las cosas como lo que son; Velasco, Aznar y compañía son franquistas, y punto. Claro, ahora falta que diga lo mismo de Borbón, Zapatero, Moratinos y compañía, ya habrá tiempo para eso.
Pero por hoy nos ocuparemos del asunto de Willy Toledo y de como la casta divina española y sus merolicos a sueldo han decidido usar los reportes de Amnistía Internacional a conveniencia, aireando lo que así les apetece y ocultando lo que les incomoda, como la tortura a los detenidos vascos.
Este texto en Rebelión nos habla al respecto:
Y recordemos que lo de la tortura en contra de vascos e inmigrantes también ha sido denunciado por la oficina del Alto Comisionado por los Derechos Humanos de la ONU.
Pero por hoy nos ocuparemos del asunto de Willy Toledo y de como la casta divina española y sus merolicos a sueldo han decidido usar los reportes de Amnistía Internacional a conveniencia, aireando lo que así les apetece y ocultando lo que les incomoda, como la tortura a los detenidos vascos.
Este texto en Rebelión nos habla al respecto:
Amnistía Internacional afirmó que Zapata era un “preso de conciencia”, pero también que en España los detenidos son torturados y mueren bajo custodia
Carlos Martínez
Willy Toledo lamentó la muerte de Orlando Zapata, seguidamente declaró que era un preso común, posteriormente recordó que en el Reino de España también hay presos que se mueren en la cárcel. Este ejercicio de disidencia le ha costado el linchamiento mediático, desde la progre “mediapro” (Público) hasta la ultraderecha. En estos últimos medios ni se han molestado en rebatir con argumentos y hechos lo manifestado por el actor, en los más “civilizados” han pretendido desautorizar las afirmaciones del acto recurriendo a los informes de Amnistía Internacional, que califican a Zapata de “preso de conciencia”.
Lo curioso es que los mismos que recurren a Amnistía Internacional como prueba de que Orlando Zapata no era un delincuente común y sí un preso de conciencia, se indignan con Willy Toledo cuando afirma que en España se practica la tortura y existen presos que murieron en comisarías y prisiones. La citada ONG publica todos los años su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo. En el de 2009 recoge la muerte de detenidos a manos de la Policía Española, en concreto acusa a la policía de la muerte del ciudadano nigeriano Osamuyia Akpitaye, los hechos siguen sin juzgarse y los autores impunes. También señala Amnistía que hay vulneración de derechos humanos por parte de los juzgados españoles al negarse a investigar la desaparición de personas durante el genocidio franquista. En el mismo informe se reconocen torturas en la lucha contra ETA, pero también torturas y malos tratos contra detenidos por delitos y faltas menores por los cuerpos de Seguridad del Estado y la policía autonómica catalana (como todos pudimos ver por televisión). Por último también es reseñable los múltiples casos de racismo y expulsiones indebidas. A pesar de ello todos los medios siguen insultado y denigrando a Willy Toledo ¿Pero no eran los informes de Amnistía Internacional indubitados? Es totalmente cierto lo declarado por el actor a propósito de la situación de los derechos humanos en el Reino de España.
Amnistía Internacional es la ONG de defensa de los derechos humanos más prestigiosa que funciona gracias al trabajo voluntario de muchos ciudadanos. Los informes deberían ser de lectura obligatoria para todos los Gobiernos del mundo y atendidas sus recomendaciones. Pero esta organización y militantes no son impermeables a las presiones de gobiernos y partidos de la oposición. El informe de derechos humanos ha sido sometido a crítica por Salim Lamrani el cual demostró que los tipos penales por los que fueron condenados los presos -que Amnistía Internacional ha reconocido como “de conciencia”- son idénticos a los que se aplican con mayor dureza en países como EEUU, España o Francia.
En realidad, lo que sucedió, en el caso de Orlando Zapata, es que, que a pesar de ser un preso reconocido cómo de conciencia por Amnistía Internacional, ingresó en prisión como un preso común que se unió, posteriormente, a las protestas de los opositores al Gobierno cubano.
Se debe lamentar, y mucho, la muerte de Orlando Zapata. A sus seres queridos y al resto de la humanidad les da lo mismo que se tratase de un preso común o político. Pero, claro está, a los “ mass media” no le es esta situación indiferente. En primer lugar, porque esta muerte les sirve en su campaña de denuncia del -como ellos denominan- “régimen cubano”. Y en segundo lugar porque en las cárceles de América Latina y de todo el mundo mueren todos los días cientos de presos por las condiciones insalubres de sus prisiones y, consecuentemente, esta “noticia” dejaría de ser “noticia”.
En todo caso, la declaración de los derechos humanos es una asignatura pendiente por todos los gobiernos, porque hasta los gobiernos más cumplidores desvirtúan uno de sus elementos esenciales: la universalidad. Pocas lecciones de derechos humanos se pueden dar desde Occidente cuando no reconocen prácticamente ningún derecho a los emigrantes llamados “sin papeles”.
Al gobierno cubano nacido de la Revolución se le debe reconocer el mérito de haber sido uno de los que más han respetado los derechos humanos de sus ciudadanos en América latina. Además de ser prácticamente el único que reconoce (con todas las limitaciones que queramos) los derechos humanos a la vivienda, trabajo, salud o educación, es el único gobierno de ese continente que no ha masacrado a su propio pueblo en los últimos cincuenta años. Algo de lo que no puede vanagloriarse México, Argentina, Chile, Brasil... Incluso el régimen de monarquía parlamentaria española ha impedido investigar el genocidio franquista, procesando al Magistrado que ha osado llevarla a cabo.
Por tanto, reconociendo el gran trabajo de Amnistía, incluso sus informes deben estar sometidos a la crítica de cada uno de nosotros desde el conocimiento de la realidad del país que se trate. Willy Toledo podrá estar equivocado o no, pero no ha dicho ningún disparate. Y es que, como hemos visto, cuando ha denunciado la violación de derechos humanos en España coincidiendo con los informes de Amnistía Internacional ha sido criticado igualmente y tachado de loco. Y precisamente por eso que usaban a Amnistía como prueba de que el preso cubano era político. De eso se trata, no de los derechos humanos, ni de los informes de Amnistía, sino de atacar a Cuba y a todo el que ose defenderla.
Y recordemos que lo de la tortura en contra de vascos e inmigrantes también ha sido denunciado por la oficina del Alto Comisionado por los Derechos Humanos de la ONU.
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