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sábado, 18 de octubre de 2008

El Borbón Franquista

Vaya, por fin una voz sobria conecta a Borbón con Franco en este asunto del circo mediático generado por la vedette jurídica de apellido Garzón. Este escrito ha sido publicado en inSurGente:


Franco, Garzón y el último Borbón

Amadeo Martínez Inglés

Que Franco fue un militar casi analfabeto, golpista sanguinario, genocida contumaz y dictador sin escrúpulos, es algo que muy pocos españoles ponen hoy en duda. Que Garzón es un juez atípico, con un ego de caballo y al que le gusta una portada de periódico más que a un tonto una lata, no deja de ser un juicio de valor muy personal pero que tampoco sería cuestionado por el 90% de los ciudadanos de este país. Pero que Juan Carlos de Borbón, actual rey de España por deseo unipersonal y testicular del espadón gallego antes mencionado, ha sido durante muchos años furibundo franquista comprometido hasta el tuétano con el régimen de su mentor, heredero suyo y, por lo tanto, responsable también en muy buena medida de sus crímenes y atropellos (posiblemente el único español vivo a día de hoy, si exceptuamos quizá al señor Fraga, que ha jurado sobre los Evangelios lealtad al dictador, fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y cumplir y hacer cumplir sus leyes fundamentales), es algo que bastantes ciudadanos de esta país se negarían a firmar. Porque seguramente prefieren pensar que los errores cometidos y las debilidades demostradas en su vida pasada por el actual jefe del Estado español, si de verdad han existido, han quedado sepultados en las cloacas de una modélica transición que nos trajo a todos libertades y derechos. Aunque fuera gestionada, eso sí, por unos cuantos franquistas de su entorno político y militar que lo que querían de verdad era defender sus privilegios, perpetuar el sistema, y asegurar la permanencia en el trono de su advenedizo monarca.

Por eso, conocido el singular auto del Juzgado de la Audiencia Nacional nº 5 de fecha 16 de octubre, que tanto revuelo ha levantado, que todos los republicanos deberíamos aplaudir pero que llega con treinta y tres años de retraso (muy pocos países civilizados han dejado pasar tanto tiempo antes de enjuiciar a sus tiranos y genocidas), lo primero que se me ocurre decirle a la estrella mediática que lo dirige (el juez Garzón) es lo siguiente: “Vamos figura, adelante, enjuicia al franquismo, al fascismo de medio pelo que durante cuarenta años gobernó este país como si fuera un campo de concentración (con sus sacas y sus fusilamientos al amanecer), a los franquistas que lo dirigieron con mano de hierro y que cometieron crímenes execrables… pero a todos, ¡eh! y empezando por los vivos porque los muertos siempre nos estarán esperando, sobre todo los que descansan en el Valle de los Caídos con rica y pesada lápida sobre sus huesos”.

“Y puesto que Franco, aunque su señoría no lo sabe, hace ya muchos años que nos dejó solos en este mundo, empiece por procesar a su heredero, a Juan Carlos de Borbón, sí, sí, al rey, un ex franquista de pro reciclado a demócrata que, además de campechano y simplón, posee sofisticadas cualidades que muchos españoles ignoran: como la de ser un experto pistolero (capaz de obtener matrícula de honor en cualquier centro de instrucción de comandos y tiradores de elite) que igual mata de un certero disparo en la cabeza a su hermano menor (aspirante como él al trono de España), que a un hermoso zubr (bisonte europeo) en Masuria (Polonia) o a un oso borracho en la provincia rusa de Vólogda”.

Este hombre, evidentemente, por cuestiones de edad no pudo formar parte de aquellos escuadrones de la muerte que durante los años treinta hicieron realidad aquella famosa “dialéctica de las pistolas” pero luego, en los años cincuenta y sesenta en los que el franquismo siguió matando y extorsionando a diestro y siniestro, sí colaboró a conciencia con el autócrata asesino. Tanto y tan bien que lo nombró su heredero.

Y si todo esto no le basta, señor Garzón, para poner al antiguo cadete Juanito en la lista de presuntos implicados que corre como la pólvora por periódicos y revistas encabezada por un tal Francisco Franco Bahamonde, todavía podría su señoría echar mano de crímenes tan horrendos como el genocidio del pueblo saharaui (cuatro mil víctimas) cometido por el tirano Hassan II con la colaboración necesaria de su “hermano”, el jefe del Estado español en funciones en noviembre de 1975, el príncipe Juan Carlos de Borbón. O los no menos graves cometidos en España a partir de 1983 (lesa humanidad, detención ilegal, terrorismo de Estado…) ejecutados por los GAL después de que el rey, junto a otros altos jerarcas del Estado, tuviera constancia de su puesta en ejecución.


Fdo. Amadeo Martínez Inglés
Coronel del Ejército. Escritor
Historiador militar.




No nos olvidemos tampoco que Garzón trabaja para Borbón y su colección de ministros (González, Aznar, Zapatero) y que por lo tanto es cómplice en muchos de los crímenes cometidos por el franquismo "transicional".



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