Un blog desde la diáspora y para la diáspora

lunes, 22 de septiembre de 2025

El Obispo Marcelino Olaechea

Desde las páginas de Naiz traemos a ustedes esta reseña de los andares del obispo de Iruñea durante el levantamiento fascista y posterior dictadura.

Adelante con la lectura: 


Marcelino Olaechea: la ambivalencia del obispo de Iruñea ante la represión franquista del 36

Contradictoria y ambivalente. Así fue la actitud del obispo de Iruñea Marcelino Olaechea ante la represión fascista desatada en 1936 en Nafarroa, según se recoge en un informe sobre su figura que ha publicado la UPNA a partir de la documentación que no destruyó el mismo prelado.

Pello Guerra

A partir de la documentación que no fue destruida por el propio prelado, la UPNA ha elaborado un informe sobre la actitud del obispo de Iruñea Marcelino Olaechea ante la represión fascista desatada en 1936 en Nafarroa y en el que se concluye que el aspirante a santo fue contradictorio y ambivalente.

El estudio, firmado por el profesor emérito y anterior director del Fondo Documental de la Memoria Histórica en Nafarroa (FDMHN), Emilio Majuelo, ha sido publicado dentro de la serie Memoriapaper(ak) y está disponible “online”.

Con su elaboración, se buscaba «recabar información sobre la actitud de la jerarquía católica ante la represión y completar las fichas de las personas represaliadas en Navarra desde julio de 1936 que figuran en la base de datos del FDMHN de la UPNA».

Para realizar esta investigación sobre Olaechea, se ha intentado consultar la documentación oficial conservada de su pontificado en Iruñea, pero los investigadores se han encontrado con el problema de la destrucción de la parte de su archivo relacionada con la represión en caliente en Nafarroa.

Según se trasladó a los investigadores desde el Archivo Diocesano de Iruñea, en ese lugar no se conserva ningún documento oficial referido al periodo del obispado de Olaechea.

La explicación a esa anomalía es que, antes de partir hacia su nuevo destino en Valencia, «casi toda la documentación que va desde septiembre de 1935 hasta mayo de 1938 fue destruida en 1946 por el propio Marcelino Olaechea, ayudado por su secretario Cornelio Urtasun, en el patio del palacio episcopal pamplonés». Tras revisar «uno por uno todos los papeles», los que decidió el obispo «fueron quemados» con la idea de que «no quedase en su archivo ningún papel que fuera comprometedor para nadie».

Proceso de beatificación

Así que, tras ese expurgo de su propia mano, solo se conserva la documentación más personal, que se custodia en el Archivo Metropolitano de la catedral de Valencia y cuya consulta ha resultado «engorrosa», a pesar de que ha sido analizada por otros estudiosos para «servir de soporte histórico al proceso de beatificación de Marcelino Olaechea, promovido en el año 2013». Es decir, desde ese año, está en marcha una iniciativa para intentar elevarlo a los altares como santo.

A partir del estudio de estos últimos documentos, con el informe de la UPNA se ha querido «mostrar las pautas de la actitud establecida entre la máxima autoridad eclesiástica católica en Navarra y la actividad represiva llevada a cabo por los insurrectos contra el cosmos asociativo y político republicano».

Olaechea, nacido en Barakaldo en el seno de la humilde familia de un mecánico de Altos Hornos, fue designado obispo de la diócesis de Iruñea el 23 de agosto de 1935 y residió en la capital navarra hasta 1946, cuando fue nombrado arzobispo de Valencia. Ostentó este último cargo hasta su jubilación en 1966 y en esa ciudad falleció en 1972.

Estos son sus datos biográficos más generales, pero ¿cómo era su pensamiento político? Aquí empieza a aflorar ese Olaechea más ambivalente, ya que, según se recoge en el informe, «hubo quien lo consideró un obispo falangista», quien lo tachó de «ser afín al nacionalismo vasco del PNV» e incluso de ser leal al tradicionalismo por «su buen entender con el conde de Rodezno».

Sí que fue defensor de un régimen monárquico en la figura de Juan de Borbón, aunque «colaboró personalmente con el régimen franquista aceptando ocupar un puesto de procurador en las Cortes del régimen desde 1955 hasta 1967».

Así que, siendo «un hombre de formación y pensamiento conservador», Olaechea estuvo «políticamente donde más convenía a su pensamiento y práctica social, lo que muestra su desapego a una identificación partidaria e ideológica exclusiva», según su biógrafo, Alberto Marín Pastrana.

Apoyo a los sublevados de diferentes maneras

Por lo tanto, ante el aplastante éxito de la sublevación en Nafarroa, no dudó en apoyar al régimen franquista de diferentes maneras. A nivel económico, en agosto de 1936 llamó a realizar «una suscripción nacional» para apoyar económicamente a los sublevados y que generó en su diócesis una aportación de 142.000 pesetas. Pero fue más allá, ya que por esas mismas fechas, el obispo de Iruñea hizo entrega de 5.000 pesetas a los fascistas y el 10 de septiembre hizo una tercera aportación de 15.395 pesetas.

Además de ese respaldo económico, Olaechea permitió que las instalaciones del nuevo Seminario conciliar, todavía sin inaugurar, fueran utilizadas por los sublevados como Hospital de sangre.

Y tampoco fue menor el aporte humano de la diócesis a los golpistas. Como se recoge en el informe de Majuelo, «muchos seminaristas y miembros del clero rural marcharon, sin aviso previo a las autoridades eclesiásticas, al frente con los vecinos voluntarios de sus pueblos tras la llamada de la movilización». Ante esa situación, el obispo «en modo alguno actuó para atajar esa decisión», sino que se limitó a intentar poner orden a esa marcha de sacerdotes y religiosos a la guerra.

Pero, según se recoge en el informe, «la mayor aportación de la Iglesia y de Olaechea a los militares y organizaciones insurrectas se dio en el orden ideológico» mediante «la legitimación de la violencia contra el régimen republicano bendecida bajo el manto de una lucha en defensa de la religión y la patria».

Una formulación en la que «Marcelino Olaechea tuvo un protagonismo indudable», ya que fue quien utilizó por primera vez «el término de cruzada para referirse a la guerra civil». En concreto, señaló que «no es una guerra lo que se está librando, es una Cruzada y la Iglesia, mientras pide a Dios la paz y el ahorro de sangre de todos sus hijos -de los que la aman y luchan por defenderla y de los que la ultrajan y quieren su ruina- no puede menos que poner cuanto tiene en favor de sus cruzados».

Especialmente recordado es el uso de ese término por parte de Olaechea en la procesión en honor a Santa María la Real, celebrada en Iruñea el 23 de agosto de 1936 mientras 52 presos republicanos eran fusilados en el corral de Valcardera, en Cadreita, en una de las matanzas más atroces cometidas por requetés y falangistas tras el golpe del 36.

Ese posicionamiento de Olaechea encaja en «la relación cambiante» que mantuvo con los sublevados y que pasó de «una inicial actitud contenida», por ejemplo ausentándose de la misa de campaña celebrada en Iruñea el 25 de julio o defendiendo a religiosos perseguidos, a otra «más colaboracionista», llegando a firmar junto al obispo de Gasteiz una declaración contra el PNV por «colaborar con el comunismo».

Sin embargo, pocos meses después, su ambivalencia volvía a hacerse presente en una disertación que realizó el 15 de noviembre de 1936. En un discurso pronunciado en la parroquia de San Agustín ante 300 mujeres que tomaban la insignia de la Acción Católica, exclamó varias veces «¡No más sangre, no más sangre!».

Aunque en su intervención, consideraba como aceptable la «decretada por los Tribunales de Justicia, serena, largamente pensada, escrupulosamente discutida, clara, sin dudas, que jamás será amarga fuente de remordimientos». Y que fue la mínima, ya que «el 98,6% de los asesinados carecieron incluso del formalismo jurídico de la justicia militar insurgente al ser asesinatos ‘extrajudiciales’».

Esta alocución se ha convertido «en la piedra angular con la que se ha reconstruido la actividad e imagen de Olaechea en la historiografía» para elogiar su postura reticente ante la represión de los sublevados.

Un «sonoro silencio»

Pero en el informe se recuerda que «fusilamientos y asesinatos se venían produciendo a diario en Navarra desde el mismo 18 de julio» y hasta ese día de noviembre, Olaechea no había hecho «una referencia a la represión generalizada desde el minuto uno que se produjo». Es más, «las víctimas mortales producidas desde el verano hasta finales de 1936 (2.255) supusieron casi el 93,8% del total de las producidas durante todo el periodo bélico». Y, sin embargo, durante todo ese tiempo, «Olaechea guardó un sonoro silencio ante lo que presenció».

De hecho, Cornelio Urtasun, uno de sus secretarios en Iruñea, reconoció a Majuelo en 1996 que las «hileras de personas que tras el golpe de Estado y el comienzo de la guerra civil acudían al palacio episcopal fueron impresionantes con la intención de hacer llegar al obispo sus súplicas en favor de sus familiares represaliados».

El propio Olaechea era consciente de esa realidad y justificó su silencio inicial por el temor a que se actuara contra su vida. Incluso llegó a asegurar que «el general Mola me hubiese fusilado y hubiese hecho mucho daño a la diócesis» si hubiera denunciado públicamente la represión.

Majuelo desmonta esa excusa señalando que Mola «no se hubiera atrevido a llevar a cabo esa acción, pues hubiera conllevado perder el inicialmente fundamental apoyo militar y político de la Comunión Tradicionalista y del conservadurismo católico».

En cualquier caso, se pone en valor que el obispo de Iruñea «fue uno de los escasos eclesiásticos que reconoció la represión en el bando sublevado, en contra de la tendencia general en el episcopado español a situarse en el disimulo o la negación». Y su alocución de noviembre fue «un aldabonazo para intentar acabar con las arbitrariedades y las venganzas».

Sin embargo, el impacto de esa pastoral «fuera de los medios religiosos fue nula e incluso entre estos, no tuvo difusión fuera de su diócesis». En consecuencia, «no hubo un apaciguamiento represivo causado por esa declaración del obispo».

Preocupación por los presos de Ezkaba

Dentro de esta nueva actitud de Olaechea, tras la fuga del fuerte de Ezkaba del 22 de mayo de 1938, el obispo de Iruñea se preocupó por la suerte de los presos encerrados en el improvisado penal. En septiembre de ese año, lo visitó de incógnito, comenzó a brindar ayuda a los prisioneros recluidos y puso el foco en ese lugar.

Además, nombró capellán de la instalación al sacerdote José Manuel Pascual, que sirvió para conseguir una mejora de la vida en prisión de los fugados apresados y del resto de reclusos. Es más, «Olaechea tuvo una actividad encomiable para tratar de aliviar las penas judiciales que pesaban sobre algunos de ellos y, en algunos casos particulares, para evitar su fusilamiento».

Pero ese modo de proceder ha servido para ocultar «la falta de sensibilidad hacia la situación lamentable de aquellos que sufrieron prisión en dicho centro penitenciario desde julio de 1936 hasta finales de mayo de 1938, algo que Olaechea comprobaría después tras su visita al penal, queriendo dar la impresión que aquella le era increíblemente desconocida hasta entonces», se recuerda en el estudio.

En este sentido, se destaca que «conservó cuidadosamente todas las solicitudes de ayuda generadas a partir de finales de 1938», pero «destruyó la documentación del primer periodo relacionada con los presos».

Una forma de proceder que encaja con las luces y las sombras que marcan la actuación del ambivalente Marcelino Olaechea ante la represión fascista durante su trascendental época como obispo de Iruñea.





°

sábado, 20 de septiembre de 2025

Egaña | Transmisión

La importancia del relevo, de que alguien esté dispuesto a tomar el testigo para llevarlo durante el siguiente tramo, es analizada por nuestro amigo Iñaki Egaña con este texto que ha publicado en su cuenta de Facebook:


Transmisión

Iñaki Egaña

La Carta de los Derechos de Euskal Herria, divulgada por Udalbiltza que fue criminalizada en 2003 por el sempiterno Baltasar Garzón en tiempos de José María Aznar, el capo de las Azores, fue una maravilla. Más de 20 cargos electos, que salieron absueltos en el juicio celebrado en 2010, habían sido imputados por un proyecto que el fiscal llamó “Construcción Nacional de Euskal Herria”, amparado por aquel paraguas tan enorme que cubría desde la Bardena hasta las Encartaciones: “todo es ETA”. Unos meses antes de su detención, los electos de los siete territorios vascos dieron luz a la citada Carta. Entre sus requerimientos, uno transversal a todos los capítulos: el derecho a la transmisión: “Euskal Herria tiene derecho a expresar su cultura y señas de identidad. Tiene derecho a expresar y transmitir su arte, historia y cultura, contribuyendo de ese modo al patrimonio de la humanidad”. Asimismo, el euskara se citaba como vehículo de transmisión y al currículo educativo se le daba asiento prioritario. Mientras tanto, desde aquella amplia mediática caverna madrileña, se lanzaban arengas contra lo que decían “adoctrinamiento” en las ikastolas, a la sombra de argumentos franquistas. Por lo visto, conocer que el Zadorra o el Errobi eran afluentes de nuestros ríos, que Aiztandi u Ogoño eran cabos en la costa vasca o que Txamantxoia o Gorbeia era elevaciones cercanas, rallaba la delincuencia. Para explicar la geografía ya estaban asentados el Pisuerga y el Guadarrama, Tarifa y Gata o el Mulhacén y los montes de Toledo.

Cualquiera que no viviera aquella época, bilógica o intensamente, pensará que esa reivindicación de Udalbiltza era un anacronismo. Las sociedades modernas de Occidente tienen suficientes mecanismos para recuperar el pasado, también el simbólico, y transportarlo a las nuevas generaciones. Pero, en ese comienzo del siglo XXI, los estrategas de la información habían diseñado un apartado especial para evitar esa transmisión necesaria en cualquier sociedad para acarrear valores e identidades. Ilegalizadas buena parte de las asociaciones y partidos más activos del espectro vasco, en lo que fue relatado como la batalla definitiva para desactivar a la disidencia y al independentismo, cortar el cordón umbilical se convirtió en tarea preferencial. Una actividad de manual de contrainsurgencia: “Ahogar al bebé en su propia leche”, evitar precisamente la transmisión, sin dejar crecer al neonato o cuando lo haga rompiendo los vínculos con su comunidad. En otra escala, obviamente, pero algo así como Israel realiza con los niños y adolescentes palestinos. Hacerlos desaparecer para que no halla continuidad generacional, ni siquiera en los cementerios.

Durante siglos, en particular en la Euskal Herria rural, la transmisión fue oral. Mitos, leyendas y crónicas moldeadas que algunos viajeros extranjeros describieron con sus plumas tintadas. La elite que pasaba al papel el mundo real y el simbólico, se concentraba en los conventos y la expansión de las ciudades abrió la espita a otros mundos. Los arrantzales nos trajeron la diversidad cultural del planeta que adaptamos a nuestra medida. Nada fuera de lo habitual en otros lugares. Sin embargo, cuando surgieron los estados-nación, la transmisión autóctona se volvió peliaguda. Madrid y París impusieron su narrativa y aquel hecho natural anterior de transmisión se convirtió en una actividad defensiva, de reafirmación nacional. Los unos con la fuerza del poder, los otros con la de la cohesión comunitaria. Este último, un factor que desdeñaron los chauvinistas modernos que construían sus dos estados a golpe de sable. Por ello, la pelea se concentró, en educación y cultura: el anillo en las escuelas, la construcción de mitos hispanos y franceses, la nación periférica como región. las prohibiciones sistemáticas. En casa y en tiempos de derrota, regresó la continuidad de la oralidad como eje de transmisión. Las mujeres difundieron el descalabro, oralmente, pero no con signos de capitulación. La sociedad estaba acogotada, en el exilio, en prisión, en las cunetas. Ellas transmitieron lo que habían heredado de sus antepasadas. Fue algo así como un reseteo… y a la trinchera de nuevo.

Así, cuando una nueva generación acudió al rescate de las señas de identidad patrias, la formación de todos esos apartados que 40 años después describiera la Carta de los Derechos de Euskal Herria, se convirtió en una obsesión. A modo de ejemplo, mientras Txabi Etxebarrieta convocaba una manifestación en Gernika denunciando el bombardeo, minoritaria y apaleada, su hermano José Antonio ultimaba su trabajo: “Vientos favorables, Euskal Herria 1859-1959)”. Surgieron módulos de estudio clandestinos, una universidad de verano en Ipar Euskal Herria, centros de lectura de libros prohibidos (Ortzi, Fanon, Marighella, Oloriz, Krutwig…), hasta la llamada Academia Errante impulsada por Ángel Cruz Jaka.

¿Qué contar de época posteriores? La obsesión por la transmisión, tanto escrita como oral, se trasladó a las organizaciones disidentes del sistema centralista, incluidas las organizaciones armadas que tuvieron presencia en Euskal Herria en la década de 1980: Iparretarrak, Comandos Autónomos, ETA, incluidos cursillos para conocer la crónica vasca levantisca. Hasta época bien reciente. Entre las organizaciones independentistas civiles, esos cursillos fueron también habituales, así como los textos y talleres de pre-militancia. Hasta que llegó la Doctrina Garzón del “todo es ETA”, y la transmisión revolucionaria volvió a las catacumbas.

Por eso, el reciente impulso de rescatar nuestra narrativa -robada o prohibida- a través de iconos del (in)consciente colectivo vasco -Txiki y Otaegi entre ellos- tiene un valor adicional cuando se realiza, como en este caso, por jóvenes cuyos padres probablemente ni se conocían cuando los fusilamientos de 1975. Un golpe de adrenalina para quienes ya vemos más cerca el ocaso biológico particular, tras comprobar que hay mimbres para continuar aquello que comenzaron nuestros recordados pioneros.

 

 

 

° 

viernes, 19 de septiembre de 2025

Ibaitik Itsasora Avanza

Naiz ha publicado este recuento del avance de la iniciativa popular internacionalista Ibaitik Itsasora en su avance desde Tutera (el río) hacia Hendaia (el mar) en solidaridad con el pueblo palestino:


Tras recorrer Nafarroa, Ibaitik Itsasora olerá el mar en Gipuzkoa y Lapurdi

La marcha Ibaitik Itsasora culminará el recorrido que comenzó el pasado miércoles en Tutera este viernes y sábado en Irun y Hendaia. En estas localidades se denunciará la colaboración de empresas como CAF y Carrefour con la masacre que sufre Palestina.

Martxelo Diaz-Maider Iantzi 

Tras recorrer Nafarroa desde el sur hasta el norte, partiendo desde Tutera el miércoles de la pasada semana, la marcha Ibaitik Itsasora llega hasta su tramo final en Gipuzkoa y Lapurdi este viernes y sábado. Tras partir del río Ebro ya huelen el mar Cantábrico.

En este recorrido, han simbolizado el apoyo de Euskal Herria a la legítima aspiración del pueblo palestino de gozar de libertad, igualdad y justicia en su territorio histórico desde el río Jordán hasta el mar. La ruta, compuesta por once etapas, se ha diseñado para conseguir dos objetivos fundamentales. Por una parte, tejer redes de solidaridad y, por otra, destapar complicidades de empresas e instituciones de Euskal Herria con el sionismo, como hicieron el pasado domingo en Iruñerria.

Bera

La novena etapa este jueves ha partido desde Merkatu Plaza de Doneztebe para adentrarse en la Vía Verde y llegar hasta Bera sobre las 14.15. Una calurosa acogida ha recibido a la marcha en el puente San Miguel. Desde allí, han recorrido el pueblo hasta la plaza Frantxia Haltzuet.

Liria Asensio ha llevado bien alto la llave de color de oro que simboliza el derecho del pueblo palestino a regresar a su casa. Le ha hecho mucha ilusión y está emocionada. No esperaba que se reuniera tanta gente. «Hasta ahora me parecía que no hacía nada. Pero esta marcha en mi pueblo y con mi gente me ha llenado de alegría», ha declarado a NAIZ.

‘Ibaitik itsasora, Palestina aurrera!’, han reivindicado. ‘Gora, gora, gora, erresistentzia’, ‘Boicot, Israel’, ‘Ez da gerra bat, genozidioa baizik’, ‘Estatu sionista, estatu terrorista’, ‘Bortziriak Gazarekin’... Las y los marchistas no han parado de gritar en todo el camino.

‘Gure haurrak ere badira’, han recordado desde la ikastola Labiaga.

 


 


El artista Inaxio Agara ha puesto su nota de color con la txalaparta desde su balcón.

La música de la txalaparta ha sido también la que le ha dado la bienvenida a la marcha en la plaza Frantxia Haltzuet, repleta de gente y de pancartas con lemas como ‘Genozidioa gelditu’ y ‘Palestina askatu’. Jon Zelaieta ha bailado el aurresku de honor creando un momento emocionante y el público ha roto en aplausos. Allí han estado representantes del Ayuntamiento y de los colegios, además de otros muchos agentes.

Una gota de agua

Txema y Mariaje descansan un rato en el puente que une las plazas de Frantxia Haltzuet y Altzate. Vienen desde Tutera y en el camino han vivido de todo. Txema recuerda como uno de los momentos más álgidos la salida de Tafalla, con todas las niñas y niños de la ikastola y los bomberos. Para él fue especial. También Peralta y todo Baztan y Malerreka.

«Nos cuidan mucho», asegura Mariaje. Normalmente duermen en polideportivos o frontones, pero en Tafalla la gente les abrió las puertas de sus casas. «Dos mujeres musulmanas se nos acercaron preguntándonos si teníamos dónde dormir, y nos dijeron que nos iban a preparar el desayuno del día siguiente. No sé a qué hora se habrían despertado pero nos prepararon un desayuno espectacular con tortas recién hechas».

Txema considera que «somos una gota de agua, pero el mar está llena de gotas de agua».

Mariaje ve que en la marcha van muy animosas y animosos, pero tiene sus dudas sobre su influencia. «Esto me lo llevo yo a casa, pero ¿qué se lleva pueblo palestino? ¿Qué impacto tendrá? Nos llegan noticias tan catastróficas...».

Una iniciativa muy euskaldun

Las bienvenidas en los pueblos están siendo muy potentes. «Siempre nos reciben de forma muy cálida. Llegamos con las pilas descargadas y nos dan el impulso que necesitamos», cuenta Mariaje.

Txema añade que cerca del 80% de la marcha está siendo euskaldun. «Además de caminar, hacemos ‘mintzapraktika’. Hay mucho ‘euskaldunberri’. En todos los lugares hemos escuchado mucha euskara. También en Castejón o Tutera. Han participado muchas escuelas, incluso guarderías. Nos han regalado dibujos y banderas pintadas».

Tras comer en la sociedad Espidobaita, por la tarde han proyectado un documental y han realizado un acto político.

El viernes, en Irun

El viernes, las y los marchistas iniciarán su recorrido a las 9.00 desde el Ayuntamiento de Bera y, atravesando la Vía Verde del Bidasoa, llegarán a la plaza San Juan de Irun a las 13.30. Tras una comida autogestionada, a las 17.00 partirá desde la plaza San Juan una manifestación que llegará hasta la fábrica de CAF. Esta empresa ha sido denunciada en repetidas ocasiones por participar en la construcción del tranvía ligero de Jerusalén, que supone un respaldo a la colonización sionista de Jerusalén Este y Cisjordania.

Tras la concentración en CAF, habrá actividades culturales en La Kaxita.

La última etapa, Hendaia

El sábado, la marcha llegará a las 9.30 por el puente Avenida. A las 10.45, realizarán una concentración frente al Carrefour de Hendaia para denunciar que esta multinacional de la distribución colabora con el Ejército sionista. La llegada al mar será a las 13.00 en Sokoburu, donde se leerá el comunicado que se ha traído desde Tutera.

Por la tarde, se realizará una lectura de textos y se presentará el libro ‘Palestina en 50 retratos’. Después, tendrá lugar una performance trágico, cómico y poético. Bertsolaris y el concierto de Xiberoots pondrán el broche final al atardecer.

 

 

 

° 

domingo, 14 de septiembre de 2025

El Agente Turuta

Retornamos al caso de la víctima de terrorismo de estado español Txomin Letamendi con este reportaje publicado en El Diario:


De espía vasco en la CIA a torturado por el franquismo: una familia busca Justicia 75 años después para el agente Turuta

La Fiscalía ha accedido a conceder a los herederos de Txomin Letamendi, que presentaron una querella contra policías del régimen que fue archivado, una “declaración de hechos pasados” que saque a la luz su verdadera historia en la Guerra Civil y en la II Guerra Mundial

Iker Rioja Andueza

Apunta el diccionario 'Elhuyar' que, en euskera', 'turuta' significa corneta o clarín. Pero Txomin Letamendi era más bien trompetista, aunque empleó el apodo de Turuta en sus misiones como espía del Servicio Vasco de Información. El SVI fue la agencia creada durante la Guerra Civil por el Gobierno autonómico de lo que entonces se conocía como Euzkadi y que, en la II Guerra Mundial, se puso al servicio de la CIA y del FBI de Estados Unidos y de otras potencias aliadas contra los nazis y fascistas. A Letamendi, uno de esos agentes vascos al servicio de la CIA (conocida en la época por las siglas OSS), el propio lehendakari José Antonio de Aguirre le pidió en persona regresar a España en 1942 confiado en que el régimen franquista iba a caer. Pero no lo hizo. Y Turuta fue detenido. Y torturado. Y encarcelado. Falleció por esta causa en 1950. Sus herederos, a punto de cumplirse 75 años de la muerte del espía, presentaron en 2024 una querella contra dos agentes de la Policía franquista. Una magistrada archivó la causa. Pero la Fiscalía recurrió y ha abierto la puerta a que los Letamendi logren de la Justicia española una “declaración de hechos pasados”, es decir, una resolución que, aunque no tenga consecuencias, ponga negro sobre blanco que Turuta fue un héroe y no un peligroso faccioso. 

La historia de Turuta aparece de refilón en la memoria de la Fiscalía vasca de 2024, un documento puramente administrativo hecho público a comienzos de septiembre. Detrás de las anodinas cifras de una de las muchas diligencias mencionadas, las 53/2025, se esconde una vida de película. O de novela. Kirmen Uribe la recogió en 'La hora de despertarnos juntos'. Su esposa Karmele Urresti, pariente de Iñaki Anasagasti, el histórico dirigente del PNV nacido en el exilio de Venezuela, es una de las protagonistas.

El 20 de diciembre de 2024, al cumplirse 74 años de la muerte de Letamendi, trascendió que su familia había acudido a los tribunales. Presentaron una querella larga que tiene la misma cantidad de jurisprudencia y fundamentos legales que de historia de Euskadi, de España, de Europa y del mundo. Se explica que Letamendi nació en Bilbao en 1901. Se detalla su singladura como 'gudari' del PNV en la Guerra Civil, tanto en el frente de Bilbao como en la zona de Vitoria y Arrasate-Mondragón.

Pero los franquistas, auxiliados por alemanes e italianos, conquistaron todo el territorio vasco ya en el verano de 1937. Turuta pasó al exilio. Primero fue a París, al conocido palacio del 11 de la avenida de Marceau que ahora ha recuperado el PNV. “Es allí donde se puso a las órdenes del lehendakari” como un agente del SVI. Pero los nazis llegaron también a Francia. Su siguiente parada fue ya en América. En concreto, acabó en Venezuela. El SVI, en cambio, estableció su cuartel general en Nueva York. Allí trabó acuerdos de colaboración con la OSS (actual CIA), el FBI y también con el SOE británico. Todo esto está documentado en papeles secretos desclasificados ya tanto por Estados Unidos como por el Reino Unido. En España eso aún no es posible a falta de la reforma de la ley de secretos oficiales.

Un informe de la CIA titulado “Mission Letamendi” explica el regreso a España del espía. Fue a finales de 1942. Aparentemente, Aguirre le invitó a volver al interior. Necesitaba agentes sobre el terreno ante lo que intuía (equivocadamente) como la caída del franquismo en paralelo a las derrotas de Alemania e Italia. El lehendakari, como también describió la CIA, llegó a pedir armas a Estados Unidos para su plan para derrocar al régimen. El propio viaje, en el buque Buena Esperanza, fue una misión confidencial para la CIA ya que en él iba también el getxoztarra José Antonio de Sangróniz, embajador español en Venezuela. La tapadera de músico permitía al espía hacerse pasar como un inocente vasco apolítico que recorría el mundo y que era amigo de las hijas del diplomático. 

En 1945 acabó la II Guerra Mundial y, con ello, la luna de miel del SVI con Estados Unidos. Este país reinició sus relaciones diplomáticas con una España que ya no se estaba mostrando al mundo como amiga de las derrotadas Alemania e Italia. Letamendi fue arrestado en agosto de 1946 “con motivo de haber descubierto la Policía gubernativa de San Sebastián una valija con documentación clandestina con destino a Francia que puso de relieve la existencia de una amplia conspiración”. Según el franquismo, “todos los partidos políticos de izquierdas” -si bien el PNV era una formación católica y conservadora siempre operó del lado de los republicanos- estaban actuando subrepticiamente en el territorio nacional bajo instrucciones de autoridades en el exilio “para el derrocamiento del régimen establecido en España después de su guerra de liberación”.

Explica la familia que sufrió “graves torturas en comisaría”. Estuvo en prisión sin condena hasta mayo de 1947, es decir, nueve meses. Turuta optó por desplazarse a Barcelona, donde siguió trabajando como agente del SVI con los apodos de “Damián Landa” o “Darío Landa”. Pero fue arrestado nuevamente en septiembre de ese mismo año por la Brigada Político-Social. Otra vez más le decomisaron documentación interna de la oposición. Aquí se sabe que fue torturado por los agentes José Nogués Recoo y Fernando Escudero Arcocha. Son los dos nombres que aportó la familia a la Justicia. Hay más, pero no se han investigado. Lo dejaron “marcado” tanto física como psicológicamente. “No pudo revertir las secuelas”, abundan.

Fue procesado en 1948 y la Fiscalía militar pidió para él diez años de cárcel por delitos de espionaje. En febrero de 1950 llegó la sentencia condenatoria contra él tras un proceso sin garantías. Finalmente, le cayeron cinco años de reclusión por ser responsable de una “conspiración para la rebelión”. Estuvo preso en la propia Barcelona, pero también en Madrid y Guadalajara, según su expediente penitenciario. “Su estancia en prisión fue durísima” y llegó a dejar de comer. “Los muertos no comen”, contó otro reo sobre la delicada situación del torturado. En octubre le concedieron un indulto por su estado de salud. Estaba al “límite” cuando se reunió con su familia. El 20 de diciembre de 1950, estando en casa de un hermano en Madrid, falleció. 

Según explican fuentes judiciales, la magistrada de Donostia Silvia Villanueva admitió a trámite la querella -que insiste en la inaplicabilidad de la amnistía de 1977 porque los delitos contra la humanidad no prescriben- y pidió a la Policía Nacional un informe sobre los dos nombres facilitados por la familia. El cuerpo le dijo que uno de ellos no constaba en sus bases de datos y que otro, Escudero, había fallecido ya. Aunque no hace tanto, en 2013. La instructora interpretó que no había responsabilidad penal posible en esas circunstancias y cerró el expediente. Pero, en abril de este año, la Fiscalía solicitó que se pudiera utilizar la posibilidad de realizar esa “declaración de hechos pasados”. Es lo último que se conoce del recorrido judicial de Letamendi, pero al menos es una puerta abierta a su reconocimiento. La ley vasca de víctimas de violencia policial, por ejemplo, no atiende casos de esa época, aunque sí del tardofranquismo y la transición. 




°

sábado, 13 de septiembre de 2025

Recuperando la Sede del Exilio

La saga del palacete en París que alguna vez fue sede del gobierno vasco en el exilio ha llegado a su fin. Con ello, también se cierra el capítulo de uno de los muchos despojos por parte del franquismo en contra del pueblo vasco, despojo en el que incluso tomó parte el Instituto Cervantes, utilizado como pica colonizadora.

Como era de esperarse, el PNV está de plácemes.

El Diario nos ofrece esta información al respecto:


El PNV anuncia que tomará posesión de su palacio histórico de París con un acto político para celebrar la recuperación

En el día en que se cumplen 89 años de la compra del edificio de Marceau mediante testaferros y con el Instituto Cervantes ya fuera desde el verano, el partido se felicita por haber recuperado “un pedacito de historia” este 2025

Iker Rioja Andueza

El PNV ha anunciado que, simbólicamente, el próximo sábado 20 de septiembre tomará posesión de su palacio en el 11 de la Avenue Marceau de París. Lo compró mediante testaferros en 1936, se empleó como sede del Gobierno de Euzkadi en el exilio tras la Guerra Civil, fue ocupado por los nazis y cedido al franquismo, recuperado unos años y de nuevo perdido con una sentencia judicial. Así, fue durante años la sede del Instituto Cervantes y de su biblioteca. Si en Navidad el Gobierno de Pedro Sánchez acordó su devolución al partido, en verano el Instituto Cervantes ya había arriado la bandera de España aunque tenía derecho a quedarse unos años como inquilino a cambio de una renta de mercado. 

La secretaria del Euzkadi Buru Batzar, Maitane Ipiñazar, ha explicado que la actual dirección nacional del PNV, con Aitor Esteban al frente, ha organizado un acto allí ya como titular de pleno derecho del edificio de la capital de Francia. Aunque se haga en el exterior, incluirá sí o sí la simbólica entrada en el interior, indican fuentes del partido. En los últimos días ya ha habido allí una delegación revisando el estado del palacio. No lo ha mencionado pero el anuncio se ha hecho exactamente 89 años después de que un 12 de septiembre de 1936 se formalizara la compra mediante testaferros. 

Según ha expuesto Ipiñizar, se ha invitado igualmente a los anteriores responsables del partido, el equipo de Andoni Ortuzar, como guiño por las gestiones que llevaron a cabo durante años. Y también al lehendakari, Imanol Pradales, y a los principales cargos institucionales de la formación nacionalista, indica 'Deia'. Los dirigentes ya están reservando vuelos desde Bilbao o desde Biarritz. Toda la afiliación ha recibido una comunicación de la nueva, según ha explicado la secretaria del EBB.

 “Hemos recuperado un pedacito de nuestra historia. No solamente de la historia del PNV, sino también de la historia de Euskadi. Porque ese edificio fue símbolo de libertad y cobijo del pueblo vasco en los peores momentos”, ha señalado Ipiñazar. Ha hecho el anuncio haciéndose acompañar de un cuadro de Ricardo Arrue con un mapa de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra y que el primer lehendakari, José Antonio de Aguirre, tuvo en aquel palacio, presidiendo su despacho. Pradales también tiene en la Presidencia vasca un reloj de Aguirre.

En agosto, este periódico pudo confirmar que el Instituto Cervantes, organismo encargado de la promoción de la lengua castellana y de la cultura española en el mundo dependiente de Asuntos Exteriores, había arriado ya la bandera rojigualda y retirado sus rótulos corporativos del palacio ubicado en pleno centro de París, muy cerca de la torre Eiffel. El Gobierno incluyó la restitución de este patrimonio del PNV en un decreto ómnibus aprobado a finales de 2024. Semanas después no fue convalidado en el Congreso pero, durante su estado de vigencia, se formalizó el cambio de titularidad. Se preveía un margen hasta 2030 de continuidad de los inquilinos a cambio de una renta que cobraría el PNV pero, en apenas unos meses, el Instituto Cervantes ha centralizado en su otro sede parisina todas sus depedencias. El PNV ha recibido duras críticas, particularmente de PP y Vox, que han entendido que el Estado ha regalado patrimonio público a un particular. Han pedido una auditoría del Tribunal de Cuentas. 

Salvo ahora, en 2025, el palacio del 11 de Marceau nunca estuvo a nombre del PNV como tal. Pero eso no implica que quienes lo adquirieron realmente no lo hicieran por iniciativa del partido. Es conocido que, desde la dictadura de Miguel Primo de Rivera, la formación nacionalista empleaba “testaferros” o intermediarios para preservar su patrimonio. En este caso, el cambio de titularidad se fundamentó en un dictamen historiográfico del secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, que se basa, a su vez, en el análisis del profesor Óscar Álvarez Gila y de Xabier Hualde Amunárriz, ambos de la UPV/EHU. El documento lo adelantó este periódico en enero.

Se indica que, en efecto, la sede de París fue empleada como base de operaciones principal del Gobierno de Euzkadi en el exilio, así como de otros organismos auxiliares. Aquel Ejecutivo se constituyó en octubre de 1936, cuando los sublevados ya habían conquistado Vitoria y Pamplona el mismo día del golpe de Estado y Donostia, en septiembre. Bilbao cayó en junio del año siguiente, semanas después del bombardeo nazi que inspiró a Picasso.

Así, los nuevos organismos autonómicos se ubicaron en el extranjero. El informe recalca que “el uso” o el “significado” del edificio no ha de confundirse con su propiedad. Y añade que “es capital” entender que “el uso de testaferros o sociedades pantalla” por razones políticas y de seguridad en un contexto de guerra dota de “complejidad” al estudio de la historia concreta de este inmueble.

Más en detalle, “se identifica como donante de los fondos que pagaron el inmueble a Francisco Belausteguigoitia Landaluce, emigrante vasco residente en México, con unos fuertes vínculos personales con el PNV”. La “orden telegráfica” con las instrucciones al dirigente del PNV Heliodoro de la Torre para el envío de 65.000 dólares estadounidenses se dio el 12 de septiembre de 1936. La fecha es muy relevante, porque entonces aún no estaba aprobado el Estatuto ni creado el Gobierno de Euzkadi. “De la Torre, receptor de los fondos, es el tesorero del PNV, por tanto, es el gestor económico de dicho partido, en el momento de recibir los 65.000 dólares y no de un Gobierno que aún no existía”, se puede leer en el informe historiográfico.

El edificio se pagó en francos franceses, en concreto 1.460.000 abonados al contado. La devaluación del franco era tal que aún sobraba con los 64.982,30 dólares disponibles, ya que por el camino los bancos se quedaron con algunas comisiones. Y “a finales de 1938 se inició el levantamiento de un entramado societario de nuevo cuño que se usaría como nuevo propietario oficial del edificio, siendo así transferida la propiedad del edificio a la sociedad mercantil Finances et Entreprises S.A. en 1939”. “Las siete personas que se reparten las 600 acciones por un valor total de 3 millones de francos franceses son, todas ellas, de nacionalidad británica o francesa, residentes en el Reino Unido (5) y Francia (2), con el nexo común de estar, casi todos ellos, vinculados al negocio del tráfico marítimo”, se explica sobre los que estaban detrás de esa tapadera. “El capital fundacional no fue aportado por sus socios accionistas, sino que llegó en su totalidad de manos del tesorero del PNV, siendo, por lo tanto, los accionistas meros testaferros”, se apostilla. De hecho, el cambio de titularidad se hizo sin entrega de dinero. Fue una compraventa “enmascarada”.

En el folleto editado por el Instituto Cervantes sobre la Biblioteca Española, se indica que el de Marceau es un “edificio singular”. Su historia, en verdad, no arranca con la Guerra Civil española, sino el siglo anterior. “Fue construido en 1883 por el arquitecto Paul Déchard como residencia familiar de Narcisse Fillot, un directivo de Au Bon Marché, por entonces el mayor de los grandes almacenes europeos. El edificio se compone de tres cuerpos de obra en U en torno a un patio interior al que se accede por un paso de carruajes. El cuerpo principal, con fachada a la avenida Marceau, consta de cuatro plantas. El segundo, perpendicular al principal, está formado por el salón de baile o salón de los espejos. Un tercer elemento estaba en su origen reservado a la caballeriza y al servicio. En 2012 se aprueba la inscripción de varios elementos del inmueble en la lista de monumentos históricos de París”, se explica. El Gobierno de España ha acometido muy recientemente importantes reformas en Marceau.

Fue en 1937 cuando el Gobierno de Euzkadi, con el lehendakari José Antonio de Aguirre al frente, se instaló en el edificio del PNV precisamente porque era de su partido. Pero en 1940 París quedó ocupada por las fuerzas nazis y la Gestapo entregó el inmueble a sus aliados franquistas. Entre los moradores, la Falange -el partido único y parafascista de la dictadura-, la Agregaduría Militar y la Comisión de Recuperación de Bienes y los Servicios de Seguridad. “Desde aquí se coordina la represión del exilio republicano español”, explica el Instituto Cervantes.

Con la liberación de París, en 1944, el Ejecutivo autonómico en el exilio recuperó el palacio. De aquella época es la fundación Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, realizada allí mismo. Pero no fue una estancia larga. Se iniciaron una serie de procedimientos judiciales que hicieron que, en 1951, el 11 de Marceau pasara a manos del Estado, que ha mantenido hasta ahora esa propiedad. Los historiadores que elaboraron el dictamen para el traspaso remarcaban que era muy importante tener en cuenta que esas resoluciones que dieron la titularidad al Gobierno español se fundamentaban en dos legalidades ilegítimas, la de la Francia colaboracionista primero y la de España franquista después.

La Biblioteca Española fue inaugurada en noviembre de 1952. Antes, se había organizado allí la denominada 'Exposition du livre espagnol contemporain et des tapisseries de Goya ('Exposición del libro español contemporáneo y de tapices de Goya“'). Fue promovida por el franquismo para ir saliendo de su aislamiento internacional y blanquear su imagen. Entre los asistentes, participó quien luego sería pontífice de la Iglesia católica como Juan XXIII. La mayor joya expuesta fue el único manuscrito conservado del 'Cantar del Mío Cid'. 

“De los 3.603 libros de la exposición de 1952 que dio origen a la Biblioteca Española, publicados entre 1940 y 1951, han llegado a nuestros días unos 2.000 documentos. [...] A lo largo de sus más de 70 años de historia, la biblioteca ha reunido un fondo bibliográfico integrado por unos 50.000 documentos. La colección patrimonial incluye obras de valor histórico y cultural (libros antiguos, primeras ediciones, libros únicos, raros o valiosos, con dedicatoria autógrafa), muchas de ellas testigo de la historia de la biblioteca y del paso de autores hispanos por París”, cuenta el Instituto Cervantes. La lujosa sala de lectura estaba “presidida por un retrato de Manuel de Falla pintado por Ignacio Zuloaga, con estanterías de roble y un fresco en el techo del pintor Jean-Alfred Marioton”, se destaca. 

 

 


°

viernes, 12 de septiembre de 2025

Egaña | Los que Llegan Tarde

Nuestro amigo Iñaki Egaña hace coincidir en este texto pasado y presente, arte cinematográfico  y deporte, posturas éticas y no tan éticas.

Lean ustedes:


Los que llegan tarde

Iñaki Egaña

Recordarán la película Braveheart, una mítica cinta que recogía la vida de William Wallace, héroe de la primera guerra de Independencia de Escocia. Mel Gibson interpretó el papel estelar con, a decir de los expertos, múltiples errores históricos. Pero como producto de la ficción histórica, a los que no somos duchos en esas etapas, nos sirve, como también a los escoceses, molestos o no con el producto por razones diversas, para expandir por el mundo su ansia independentista. Hay ejemplos más cercanos, como Operación Ogro de Gillo Pontecorvo, con un final desastroso desde la objetividad de los hechos, pero que sirvió, en su tiempo, para difundir la causa vasca.

En un escena de Braveheart, en la que aparecen un grupo de nobles escoceses que debaten entre el apoyo a las fuerzas independentistas o en renovar su alianza con la corona británica, un padre manifiesta a su hijo que su intención es la de seguir a los sublevados contra Londres. Por el contrario, el hijo apuntaba en la dirección contraria, mantendría su lealtad a la corona de Eduardo I. ¿Y eso?, se preguntaron algunos de los linajes. La respuesta del hijo fue reveladora. Gane quien gane, la familia permanecerá unida y nos podremos unir al bando vencedor.

La cinta, ficcionada y con sus anacronismos, me han transportado a otras situaciones pretéritas y al presente. No repetimos estereotipos históricos, pero somos cansinos en las reiteraciones. En el pasado, a veces no tan cercano, los ejemplos son bien numerosos. Desde el siglo XVI, los principales textos de las instituciones vascas prohibían la esclavitud, pero en la práctica, jauntxos y adinerados poseían esclavos, evitando con artimañas fueros y decretos de juntas. En el Estado español, simultáneamente, se prohibía esclavizar pero no así la trata y venta de personas, a fin de cuentas esclavos. La abolición legislativa en Spain llegó en 1837, pero no así para sus colonias (Cuba, Filipinas, Puerto Rico). Ni siquiera la Constitución de 1812, leída hoy por los constitucionalistas actuales como el origen democrático de la hispanidad actual, fue capaz de abolir la esclavitud. El Estado francés no la derogó hasta 1848, a pesar del intento de la Revolución de la Guillotina de 1794.

Con el sufragio para las mujeres, algo parecido. Indalecio Prieto y Julián Besteiro, dirigentes del PSOE, se abstuvieron cuando en 1931 las Cortes españolas decidieron apoyar por mayoría el otorgar el voto a las mujeres: 161 votos a favor, 121 en contra y 188 abstenciones. Temas como el aborto, las libertades civiles, los matrimonios homosexuales… han tenido un recorrido similar. Durante años, incluso siglos, algunos se opusieron a los avances sociales, a la igualdad entre semejantes, uniéndose a última hora a la ola mayoritaria, transmutando y normalizando su aurea retrograda. Ejemplos recientes los tenemos a patadas, con guetos que irán cayendo. Los alardes en la Gipuzkoa fronteriza son modelos que explican que la intransigencia no se da únicamente en parajes lejanos, como Afganistán o Arabia Saudita, sino también en casa.

Entre todas estas anotaciones, la ascensión del nazismo en Europa y la expansión imperial de Japón en Asia fueron el paradigma. La mayoría de estados llegaron tarde a censurarlo. En Berlín, participaron en las Olimpiadas preparadas para exaltar a Hitler, lavándole la cara al dictador. Minimizaron las alternativas organizadas en Barcelona por comunistas y anarquistas y únicamente reaccionaron cuando fueron atacados en su territorio, después de abandonar a la República Española con el vergonzante Comité de No Intervención.

En estas semanas, se han producido diversos hechos que nos explican visualmente esa doble jugada para competir en ambos bandos, como en la escena citada de Braveheart, a la espera de quién resulte vencedor. A los “betikos” (en su significado más amplio), el cuerpo les pide mantener su postura hasta la eternidad. Llegará el momento que caerán, que se sumarán a la avalancha reformadora e igualitaria, pero mientras tanto seguirán firmes en su postura como lo hicieron sus refrentes históricos. Aquellos que se negaron a aceptar el matrimonio homosexual fueron los primeros en llegar a los juzgados o notarios para sellar el propio. Los que enviaban a sus hijas a abortar a Baiona o Londres, mientras encarcelaban a las pioneras de Basauri, se arrimaron a las clínicas de Bilbao o Madrid, al aprobarse la nueva ley que habían votado en contra.

Con motivo de las protestas a la llegada de la Vuelta Ciclista de España a Bilbo, los portavoces jeltzales (ETB, Aburto, Mediavilla, Zupiria…) han clamado al cielo. La marca Basque Country ha sido maltratada internacionalmente, como si ya no lo estuviera con otros motivos de igual o mayor envergadura (muerte por un disparo de la Policía Autónoma de Iñigo Cabacas en el Atheltic-Schalke 04, muerte del ertzaina Inocencio Alonso en el Atheltic-Spartak, apaleamiento de Amaia Zabarte en el Real Sociedad-PSG…). Al parecer, estos últimos son temas invisibles y el genocidio de Palestina un tema menor. Lo acaba de repetir Joseba Diez Antxustegi, vocero del PNV en la Cámara de Gasteiz: hay que sacar el genocidio palestino de la agenda vasca. ¿Por qué? Porque los jeltzales, nadan, como es habitual, a dos aguas. Sus militantes de base en las concentraciones contra el genocidio y su elite a favor de Israel. CAF, SAPA, Ertzaintza, Tecnalia, Iberdrola… haciendo bueno aquel informe del Gobierno de la CAV de hace cinco años: “Israel constituye un socio preferente”. Hace unos días, el mismo Gobierno dirigido por Imanol Pradales acaba de ampliar un año más el contrato con la israelí Attenti Electronic Monitoring para el control telemático de los encarcelados en prisiones de la Comunidad Autónoma, incluidos los presos políticos que hasta hace poco estaban dispersados por las cárceles españolas y salen regularmente con permisos de trabajo. Cuando la tortilla de la vuelta, la dirigencia jeltzale, como es habitual, se recolocará en la parte superior de la misma.

 

 

 

° 

domingo, 7 de septiembre de 2025

El Lapsus de Sylvan Adams

Las cosas se toman como de quien vienen.

Por ello, nosotros vamos a dedicar esta nota relativa a lo ocurrido en las calles de Bilbo hace unos días, misma que ha sido publicada en la cuenta de Facebook de Spanish Revolution a todos los integrantes de Haganah, Irgun, Stern, Lechi,las Fuerzas de Defensa Israelí y los colonos.

Nuestros lectores entenderán al razón de lo anterior.

Aquí la información:


El director del Israel-Premier llama “terroristas” a la solidaridad vasca

Sylvan Adams, millonario canadiense y amigo de Netanyahu, sigue su cruzada propagandística en La Vuelta. Tras las protestas masivas en Bilbo, el equipo Israel-Premier Tech ha pedaleado ya por Asturias y Cantabria, pero el director no se quita de la boca lo que vivió en Euskal Herria.

Adams acusa a quienes ondearon banderas palestinas de ser “un grupo violento de terroristas”. Sacó el comodín de ETA para criminalizar la protesta y convertir la solidaridad en delito. Lo que no soporta es que miles de personas desbaraten el blanqueo del genocidio que su equipo pretende vender en cada etapa.

Mientras más de 60.000 palestinas y palestinos han sido asesinados en Gaza, Adams habla de odio… porque se ven pancartas en las cunetas. Lo obsceno es que el ministro Albares y varios gobiernos autonómicos respalden su presencia, en vez de exigir la expulsión inmediata de un equipo financiado por la propaganda de un Estado genocida.

No fue odio, fue memoria y dignidad. Y no se detendrá en Bilbo: seguirá en Asturias, Cantabria y allí donde intenten tapar con un maillot lo que ocurre en Gaza.

 

 

 

° 

sábado, 6 de septiembre de 2025

Al Cantamañanas Castaño

El video en el que se comparan las declaraciones de un tal Juanma Castaño, las primeras con respecto a la expulsión de Rusia de todos los eventos internacionales derivado de su intervención militar en Rusia para contener la masacre de civiles que durante más de un lustro había estado llevando a cabo el filofascista régimen ucraniano, las segundas con respecto a las muestras de solidaridad en favor del pueblo palestino, mismas que alcanzaron la cúspide al paso de la Vuelta a España por las herrialdes de Nafarroa y Bizkaia, se hizo presente en redes sociales nada más terminar de verter estas últimas.

Entendamos que a ellos les obsesiona hablar de manuales precisamente porque cada una de sus declaraciones y cada una de sus omisiones provienen precisamente, de un manual.

Ahora bien, desde este blog editado desde la diáspora y para la diáspora queremos agregar algo a lo establecido por Spanish Revolution en su misiva; nunca hubo manifestaciones masivas ni celebraciones a favor del asesinato de guardias civiles, concejales, policías y militares.

Al contrario, lo que hubo en Hego Euskal Herria fueron protestas en contra de lo que señala Castaño. ¿O acaso ya olvido todas las garantías con la que contaban para manifestarse los de Basta Ya? 

Ahora bien, sí que se puede hablar de manifestaciones y celebraciones masivas en Euskal Herria, como las realizadas en favor del colectivo de presos políticos vascos, víctimas de estrategias represivas que incluyeron a lo largo de décadas la tortura, la dispersión, el aislamiento, el doble computo, la negativa a la obtención de régimen de segundo o tercer grado, la Doctrina Parot y un largo etcétera. Cada enero, precisamente en Bilbo, decenas de miles de personas han marchado unidas por esa causa.

Otro gran festejo es Korrika, iniciativa en la que de nuevo, miles y miles de vascos se unen en favor del fortalecimiento y la normalización del euskera.

Dentro del contexto de estas dos últimas manifestaciones populares es que se gestaron las muestras de internacionalismo con el pueblo palestino y su martirio a manos del ente israelí que, utilizando el hambre como arma de guerra, ha enviado un pelotón ciclista a una operación de blanqueamiento mediático.

Y eso es lo que está tratando de criminalizar el tal Juanma Castaño, la capacidad del pueblo vasco para organizarse, primero, y para manifestarse, después.

Dicho lo anterior, los dejamos con la misiva:



Señor Castaño, lo suyo no es una opinión aislada. Es la traducción radiofónica del mismo veneno que alimenta la ultraderecha: mezclar sin pruebas, sembrar sospechas y criminalizar a quienes protestan contra un genocidio equiparándolos con terroristas.

Lo escuchamos en El Partidazo: “Algunos de esos que llevaban banderas de Palestina seguro que hasta no hace mucho celebraban el asesinato de guardias civiles, de concejales, de policías o de militares”. Y lo dijo sin pestañear, como si la irresponsabilidad de acusar colectivamente a manifestantes de ser cómplices de ETA fuera un detalle menor. Pero no lo es. Es una calumnia masiva y un insulto a la inteligencia.

Usted, que hace años aplaudía la exclusión de Rusia del deporte internacional “porque la paz es lo primero”, ahora se permite insinuar que pedir la salida del equipo Israel de La Vuelta es “extorsión”. ¿En qué quedamos? ¿La paz era lo primero o solo cuando convenía? ¿La seguridad de los ciclistas le preocupa más que la seguridad de miles de niños y niñas masacrados en Gaza?

Porque no se equivoque: la protesta en Bilbao no iba contra la bicicleta, sino contra la normalización de un Estado que bombardea hospitales, arrasa escuelas y viola el derecho internacional a diario. Que un equipo con el nombre de Israel compita como si nada ocurre es parte de la maquinaria propagandística de un gobierno genocida. Y que usted llame a quienes denuncian eso “extorsionadores” es ponerse de su lado.

Dice usted que “ya hemos dicho que hay que respetar las pancartas, los gritos, las protestas”. Y en la misma frase lanza la sombra del terrorismo sobre quienes portaban banderas palestinas. Eso no es respeto, es la estrategia del miedo. La misma que usaron durante décadas para desacreditar huelgas, encierros, piquetes y movilizaciones: asociar toda protesta con violencia.

El problema, señor Castaño, es que usted no es un opinador cualquiera en una barra de bar. Usted habla en una emisora nacional, con decenas de miles de oyentes, y su palabra amplifica prejuicios, fabrica titulares y legitima a quienes criminalizan la solidaridad con Palestina. Su discurso es munición para los que ya persiguen a activistas, para los que sueñan con ilegalizar la protesta, para los que confunden la crítica política con delito.

Lo suyo no es periodismo deportivo. Es propaganda blanqueada con la excusa del ciclismo. Y con ello no solo desinforma: degrada la profesión y se alinea con el poder que más daño hace hoy al derecho internacional.

Sepa algo, señor Castaño: los manifestantes de Bilbao no son terroristas, son la conciencia viva de un país donde demasiados periodistas ya han elegido mirar hacia otro lado. Lo suyo no fue una metedura de pata. Fue una toma de partido. Y no precisamente del lado de la verdad ni de la justicia.

 

 

 

° 

Egaña | Pancartas

Les compartimos el comentario de nuestro amigo Iñaki Egaña con respecto a la postura oficial del gobierno de la CAV con respecto a 'Txiki' y Otaegi, víctimas del terrorismo de estado español de las que se han hecho recientes declaraciones que ponen sobre la mesa lo más repulsivo del relato españolista.

Adelante con la lectura:


Pancartas

Iñaki Egaña

El periodo estival parece falto de noticias y, por ello, alguien inventó el término “serpientes de verano”. La verdad es que estos dos meses han rebasado cargados de acontecimientos, lo suficientemente dramáticos como para obviar las frivolidades. Pero parece que la costumbre llegó para quedarse. Los de siempre han estado especialmente activos, con temas relacionados con presos, el comodín eterno de la séptima letra del alfabeto griego, pancartas y lugares festivos. Nada nuevo, lo que también demuestra la poca imaginación que poseen los dueños de las letras escritas y los foros televisivos. Como dicen los andaluces, “no se les puede pedir peras al olmo”. Aunque quizás, en esta ocasión han renovado el repertorio, tirando de aniversarios, los 50 años del recuerdo de los fusilamientos de Txiki y Otaegi, y han avivado, de paso, las emociones de la caverna. Podrían haber hecho una relectura de la dictadura, de los crímenes de Franco, de cuya muerte también se cumplirá en breve medio siglo, pero han seguido fieles a la misma monobenzona que utilizó Mikel Jackson para aclarar su piel, el blanqueo de su tiempo y la criminalización de quienes se opusieron a la dictadura. Acompañados por otro grupo, opositor a aquella tiranía, hoy acomplejado para no despertar a la bestia, como si alguna vez hubiera hibernado.

Asombrosamente los carteles sobre Txiki y Otaegi, al igual que otros de distinto espectro, se han convertido en pancartas de “apoyo a ETA”. En entrevista en el Vocento donostiarra, el habitual experto en la séptima letra del alfabeto griego, afirmaba que “ha vuelto el debate abierto por la aparición de pancartas de apoyo a ETA en las fiestas”, para luego preguntar a la sucesora de Alfredo Retortillo en la viceconsejería de Derechos Humanos del Gobierno de la CAV, “¿Las ha visto?”. La respuesta es rebuscada, pero como era de esperar no se atreve a dar un sí. En su lugar, “Mi rechazo lógicamente es total y absoluto a las pancartas, a los carteles”. ¿A qué, a cuáles se refiere? Pues mi impresión es que a todo lo reivindicativo. Supongo que descarta todas esas pancartas, anuncios, spots y publicidades que jalonan en particular nuestros espacios festivos, especialmente los institucionales. Los nombres de los espectáculos de antaño han desaparecido para dar paso a espónsores, sin importar su trastienda. Pero en fin, eso es otra cuestión.

Al hilo de las pancartas sobre Txiki y Otaegi, uno que tiene buena memoria, cultivada con miles de papeles que acogotan las estanterías de mi biblioteca, quisiera recordar precisamente aquellas inscripciones de cuando se produjeron los fusilamientos. El primero de octubre de 1975, el dictador llamó a un acto de reafirmación en la plaza de Oriente madrileña, donde se abrazaban hasta un millón de españoles de buena fe. Se trataba de un acto de desagravio porque, en Europa, los ciudadanos honrados habían salido a la calle a protestar contra la dictadura. Incluidos gobiernos que retiraron a sus embajadores. Con la excepción de Washington, inmovilismo histórico, que a través de Henri Kissinger, dos años antes nobel de la paz, afirmó “ni tomamos posición, ni condenamos, ni deploramos ni queremos decir nada al respecto”. El escenario de la Plaza de Oriente estaba repleto de pancartas. Pueden consultar las hemerotecas si mis letras les confunden: “Más ejecuciones", "Los extranjeros son unos hijos de puta y unos cornudos", "Después de Franco Juan Carlos, franquismo siempre", "No somos muchos pero somos machos", "De una puta y un gitano nace un guipuzcoano". La prensa tampoco se quedó atrás. El diario Arriba editorializaba el mismo día: "Las prostitutas de Lyon solicitan al Santo Padre la inmediata excomunión del Jefe del Estado español. Hasta el momento se ignora si las prestigiosas prostitutas de Lyon han redactado el telegrama en nombre propio o en el de sus numerosos hijos instalados ya en altos puestos políticos de la Europa del milagro".

Con buen criterio, me dirán que cada acontecimiento hay que ubicarlo en su contexto particular y general. De acuerdo. Pero el latiguillo aplíquenlo con traslación universal. Y recuerden que se han enrocado en convertir a dos víctimas en verdugos (utilizando el término “victimario” que queda asociado a estándares internacionales). Víctimas por partida doble: nacidos en una dictadura criminal y fusilados por la misma. El contexto. Hobsbawm lo explicaba con sencillez: hay que comprender las continuidades y rupturas que vinculan el ayer con el hoy. Y, por lo que intuyo, pocas rupturas hispanas con el pasado. Al hilo. ¿Por qué traigo a colación aquellas pancartas? Por una razón simple, que algún lector avispado ya habrá adivinado. Con un léxico más propio de 2025 que de 1975, los mismos rótulos se encuentran por doquier, desde la prensa escrita hasta las redes sociales. Xenófobos, machirulos, monárquicos, franquistas, autoritarios, criminales, chulapos de pedigrí (“me gusta la fruta”)…
Por eso me asombra tanta tozudez en el tema de las pancartas festivas y la campaña mediática para eliminarlas. Hay carteles de distinto signo y a uno le gustarán más los cercanos a sus posiciones que los lejanos. Cultura popular. Unos y otros sabemos que es mentira eso de que se trata de “carteles de apoyo a ETA”. Si lo fueran sus autores ya estarían en prisión. Centenares de antenas monitorizan hasta el último rincón de los recintos festivos. Convertir los reivindicaciones de los derechos de los presos en apología no tiene ni pies ni cabeza. Y ahí rescato las palabras de 2011 de González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP, en la Conferencia de Aiete: "Los extranjeros que vienen a una supuesta conferencia de paz en el País Vasco realmente no tienen ni puñetera idea del país en el que se encuentran". El texto de Aiete lo rubricaban dos expresidentes de Estado, por cierto uno de EEUU, y un exsecretario general de Naciones Unidas. Pero parece, parecía, que desde la concentración de la plaza de Oriente, apenas habían pasado unas semanas.

 

 

 

° 

jueves, 4 de septiembre de 2025

Boomerang Antisionista

Muchos medios de comunicación españoles han insistido en decir que la onceava etapa de la Vuelta a España se ha declarado sin ganador. Lo mismo han repetido los medios informativos de diferentes latitudes de nuestro globalizado planeta.

El hecho es que sí hubo un ganador y ese fue el pueblo palestino.

Y también hubo un perdedor, y de ese perdedor nos habla este texto publicado por Naiz:


Israel Premier-Tech, cuando el lavado de cara te explota en las manos

Aitor Agirrezabal

El deporte de élite nunca ha sido únicamente competición. Desde el nacimiento del Tour en 1903 a raíz del "caso Dreyfus", las luchas flamenco-valonas en el Tour de Flandes o las gestas antifascistas de Gino Bartali, es un escenario de contienda política. El equipo Israel–Premier Tech (IPT) se ha convertido en uno de los casos más recientes y controvertidos (no el único) de este fenómeno conocido como sportwashing, pero en la edición 2025 de la Vuelta, esta estrategia propagandística ha rebotado contra sus impulsores.

Desde su creación en 2015, el primer equipo profesional israelí ha sido sostenido por el multimillonario canadiense-israelí Sylvan Adams, quien ha dejado claro que uno de sus objetivos es mejorar la imagen del Israel de Benjamin Netanyahu mediante el deporte. Su implicación ha trascendido el ciclismo: desde llevar etapas del Giro de Italia o Eurovision a Israel, hasta apoyar eventos culturales de alto perfil.

Una práctica habitual a la que Adams, junto al Gobierno sionista, ha sacado provecho durante décadas.

La Vuelta 2025 como punto de inflexión

Sin embargo, en la Vuelta de este año su propio proyecto se le ha vuelto en contra. La carrera se ha visto marcada por una ola de protestas crecientes coordinadas desde el inicio. Desde el corte al equipo israelí en la crono por equipos de Figueres, hasta la suspensión de la etapa de este miércoles en Bilbo.

Al inicio de la etapa vizcaina eran varios los equipos los que ya habían solicitado que el Premier Tech abandonase la prueba. Probablemente, este jueves, ya en Asturias, serán más los que aboguen por esa solución. El director técnico de la Vuelta, Kiko García, también señaló en Bilbo que solo ve una salida, invitando al equipo abandonar porque «estando aquí no facilita la seguridad de todos los demás».

Y es que ese es el fin de las protestas, mover fichas enrocadas que en otras situaciones jamás se hubiesen posicionado. Y de eso no hay duda alguna: se ha logrado.

A pesar de que tanto el equipo israelí, señalando que crearían un «peligroso precedente» y el mayor organismo en el ciclismo, la UCI, aludiendo a la «neutralidad política» han rechazado tomar cualquier medida, lo cierto es que a la ronda española todavía le quedan 10 días y lo regado durante la primera mitad seguirá creciendo allá donde vaya la prueba con el equipo israelí.

Probablemente, también más allá de la Vuelta. A la temporada todavía le queda un mes y hay carreras de primer nivel en Bélgica o Canadá, en las que está inscrita la escuadra israelí y en los que, muy probablemente, se reproducirán las protestas.

Tampoco les será sencillo continuar en la élite. De los 32 ciclistas con los que arrancaron 2025, a día de hoy, solo cuentan con 18 para el año que viene. La estrella, Derek Gee, esgrimió «razones legítimas» para abandonar el equipo, Jakob Fuglsang se mostró aliviado por no vestir más el logo de Israel y la joven perla Matthew Riccitello tampoco renovará su contrato. El exciclista Alessandro de Marchi también señaló que ahora no podría correr para este equipo. Y las protestas de la Vuelta no harán sencillo para ningún ciclista fichar por el Israel.

¿Un boomerang mediático?

Así, lo que comenzó como una estrategia de soft power se ha convertido en una bomba de relojería para los impulsores del equipo. El aparente intento de separar marca deportiva de Estado no ha funcionado: el nombre mismo del equipo, la simbología, los orígenes de la financiación, y el contexto internacional han hecho imposible evitar el cruce entre deporte y geopolítica. Y lo que debía servir para blanquear la imagen de un estado que está cometiendo un genocidio, ha servido para llevar la solidaridad con Palestina a un evento deportivo con repercusión mundial. De hecho, casi la totalidad de los grandes medios internacionales se hicieron eco de lo sucedido en la etapa de Bilbo.

Lo que debía ser una ventana de promoción para Israel mediante el ciclismo, ha terminado siendo un foco de protesta global, donde el silencio del equipo y sus impulsores se ha convertido en combustible para la solidaridad.

Israel–Premier Tech ha aprendido que el sportswashing puede explotar en tus manos, y esta edición de la Vuelta se ha convertido en un espejo donde el deporte no puede ya desvincularse de la política, especialmente cuando la justicia y los derechos humanos están en juego.

 

 

 

° 

El Apologista Aburto

Cuando estás completamente disociado con respecto a la realidad tangible que te rodea, llevas a cabo declaraciones tan poco afortunadas como las de Juan Mari Aburto, el mismo que se puso tan puritano en 2017 en contra de la decoración de la txosna de Hontzak.

Porque de no estar disociado, entonces se acaba de declara apologista del genocidio que se perpetra en contra del pueblo palestino al posicionarse en contra de quienes, en Bilbao, dijeron no al blanqueamiento deportivo del entre sionista.

Lean lo que nos informa Naiz:


Aburto arremete contra los manifestantes «incívicos» y «quienes se felicitan por lo ocurrido»

Juan Mari Aburto arremete contra los manifestantes «intolerables» que dejaron sin final a la etapa de La Vuelta de Bilbo. «Perjudicaron la imagen de esta villa y llevaron su protesta lícita a comportamientos ilícitos y reprobables», manifiesta el alcalde, quien critica a la oposición por su postura.

Agustin Goikoetxea

El alcalde de Bilbo ha esperado a este jueves para valorar lo sucedido la víspera en el final de la etapa de La Vuelta, donde en una decisión inédita la dirección de la carrera ciclista acordó que no terminara en Gran Vía ante la masiva protesta contra la presencia del equipo Israel-Premier Tech. Ha sido una respuesta medida, en la que Juan Mari Aburto se ha solidarizado con Palestina y ha criticado la violencia de Israel en Gaza para después considerar que «un grupo de incívicos e intolerantes» perjudicó la imagen de la villa a escala internacional, aunque ha reconocido que la protesta era «lícita».

Las declaraciones del primer edil han ido en sintonía con las del lehendakari Imanol Pradales, quien en una entrevista en RNE ha calificado de «incívicas y poco pacíficas» las protestas contra el genocidio que tuvieron lugar el miércoles en la capital vizcaina.

En su valoración, que ha concitado el interés de numerosos medios, Aburto ha tratado de nadar y guardar la ropa. «Estamos contra el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino, sobre todo, en Gaza», ha comenzado, asegurando que se solidarizan con Palestina, al tiempo que critican la violencia por parte de Israel y condenan «los asesinatos de Hamas contra el pueblo israelí», con referencia también a Ucrania.

«Bilbao es un municipio sin mordazas, sin medias tintas y como siempre hemos condenado todo tipo de violencia, empezando por aquellas que nos han tocado sufrir aquí mismo, sin ir más lejos», ha añadido el primer edil, que ha aclarado que era una valoración del Gobierno municipal PNV-PSE.

«Ayer tuvimos la oportunidad de dar al menos en Europa una imagen de un pueblo solidario y humano, pacifista, contrario a todas las violencias, reivindicativo, pero respetuoso y de ciudad acogedora y organizadora de grandes eventos por el bien y beneficio de esta villa», ha señalado.

«Un grupito»

A partir de ahí, ha arremetido contra «un grupito que no nos representa en ningún sentido». «Reclamar, protestar, reivindicar, por supuesto que sí. En eso nos podemos encontrar y nos vamos a encontrar, pero usar la violencia poniendo en riesgo la seguridad, la salud y hasta la vida de los ciclistas, no, no, no», ha insistido.

Aburto ha dicho que muchos aficionados al ciclismo le trasladaron «su pesar y su enfado por esos incidentes que dejaron a Bilbao sin fin de etapa». «Incluso personas que estaban en la protesta me trasladaron que se marcharon al ver el cariz violento que estaban tomando», ha asegurado.

A partir de ahí, ha mandado distintos mensajes. El primero al trabajo de los equipos de las diferentes áreas municipales que han trabajado 7 meses para hacer posible el operativo de La Vuelta. «Tendremos más eventos y más oportunidades de demostrar al mundo que somos una ciudad con una excelente capacidad organizativa», ha prometido.

Además, ha compartido la decisión adoptada por la dirección de la carrera. «Fue la mejor por el bien de la seguridad de los corredores», ha apuntado.

Luego se ha dirigido a los miles de aficionados al ciclismo que disfrutaron de la etapa, «que sufrieron la frustración de no poder ver el desarrollo final». «Hemos sido siempre un ejemplo de afición a nivel mundial, la marea naranja», ha dicho, añadiendo que espera que lo que sucedió no empañe su apoyo al deporte de la bicicleta.

No ha faltado el respaldo a Ertzaintza y Policía Municipal «por tratar bien a quienes se comportan bien y por cuidarnos al resto de quienes se comportan mal».

A la oposición en el Consistorio les ha dicho que espera y desea que esta misma mañana «se abran a condenar y reprobar la actitud incívica e irresponsable de las personas que rompieron vallas, lanzaron octavillas y pusieron en peligro la seguridad con banderas con palos largos». «Perjudicaron la imagen de esta villa y llevaron su protesta lícita a comportamientos ilícitos y reprobables», ha enfatizado.

El alcalde se ha dirigido en especial «a aquellos que siempre callan en estas situaciones, que culpan a las policías o a este gobierno municipal, los que nos han acostumbrado a ver cómo tiran la piedra y esconden la mano y encima se felicitan por lo ocurrido».

¿Referentes de qué?

Aburto les ha advertido que si no lo hacen, «señalaremos a esos representantes municipales que se ponen al lado de quienes insultan al alcalde», impiden un evento en nuestra ciudad e incluso se mofan de nosotros diciendo que lo de ayer demuestra que somos un referente». «¿Referente de qué? Vergüenza ajena me dan esas palabras y esas exaltaciones en redes sociales por lo conseguido ayer, recuerdan a otros tiempos no tan lejanos», ha afirmado.

El alcalde también ha tenido de nuevo palabras para las personas que se manifestaron «pacífica y cívicamente en contra del genocidio de Israel en tierras palestinas», a quienes han expresado su «reconocimiento más sincero».

Por contra, ha cuestionado a los «incívicos e imprudentes causantes de la decisión final de la etapa» si «de verdad el objetivo era solidarizarse con Palestina y denunciar la participación del equipo que lleva el nombre de Israel».

Tras expresar sus dudas de que fuera así, ha opinado que «no consiguieron ese objetivo, ya que hoy son reconocidos mundialmente por ser un grupo de incívicos e intolerantes, que serán recordados como los grandes héroes de cargarse la buena imagen de Bilbao, de Euskadi y de la afición al ciclismo en un evento de esta ciudad, y además por privar al resto de la ciudadanía de un evento deportivo».

«Ayer vimos cómo algunas personas que supuestamente clamaban en contra de la muerte de tantas vidas humanas palestinas parecía no importarles poner en riesgo la seguridad, la salud y hasta la vida de unos ciclistas cuya única defensa es un casco de carrera. Y esperan que la sociedad bilbaina permanezca callada ante esas actitudes violentas e irrespetuosas. Pues este alcalde, este equipo de gobierno, no. Acepto las protestas cívicas, pero no las conductas incívicas, violentas y peligrosas. No en nombre de Bilbao», ha concluido.

Para Etxanobe, «lamentable»

Por su parte, la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, ha calificado de «lamentable» lo sucedido en el fin de La Vuelta en Bilbo. Ha asegurado que se solidarizan con lo que está pasando en Gaza y condenan «enérgicamente la barbarie que está perpetrando el gobierno de Israel», «aun así» estima que estas reivindicaciones «tienen su espacio y no deben, en este caso, perjudicar a otro tipo de eventos que nada tiene que ver con la misma».

Etxanobe ha incidido en que lo acontecido «daña la imagen del territorio y Euskadi» y «echa por tierra» el trabajo de las instituciones en la promoción de Bizkaia para atraer eventos culturales y deportivos de nivel.




°

Historia Entrelazada

El internacionalismo es la ternura de los pueblos, se nos ha dicho.

Pues bien, aquí tenemos una muy buena muestra de ello, se trata de una misiva que se ha hecho llegar al pueblo vasco en agradecimiento por haber salido a las carreteras y calles de Euskal Herria a decir fuerte y claro que no se iba a permitir que se blanqueara el ente genocida israelí en una justa deportiva.

Traemos el texto a ustedes desde Naiz:


Cuando lo vasco forma parte de nuestra historia

Horas después de que las protestas en Bilbo contra el genocidio en Gaza pararan La Vuelta, el jurista y activista palestino Fouad Baker expresa sus sentimientos ante esa denuncia, resalta su importancia política en estos trágicos momentos y agradece la solidaridad del pueblo vasco con Palestina.

Fouad Baker

Al gran pueblo del País Vasco,

A la multitud que llenó las calles de Bilbao, gritando desde lo más profundo de sus corazones y con todas sus fuerzas por la libertad de Palestina, por el boicot a Israel y por el fin del genocidio:

Lo que hicieron durante la undécima etapa de la Vuelta a España no fue un simple instante fugaz en una carrera deportiva; fue un sincero grito humano al mundo: Palestina no está sola.

Los vimos detener la carrera a tres kilómetros de la meta y cancelar la ceremonia del podio, convirtiendo una jornada deportiva en un momento claramente político. No hubo un ganador sobre el asfalto, pero sí un único vencedor en los corazones: Palestina. Izaron sus banderas, corearon su nombre y conectaron su dolor con el suyo.

Para nosotros, los palestinos, lo que ocurrió fue más que una simple protesta contra el Equipo Israel-Premier Tech.  Fue una declaración clara de que la ocupación no tiene cabida entre los pueblos libres, y que el deporte, al igual que el arte y la cultura, no está aislado de la sangre de los niños en Gaza ni de los muros del apartheid en Cisjordania. Con una sola voz, afirmaron que las ruedas de la ocupación no pueden escapar de la verdad, y que la imagen de Israel no puede pulirse con carreras mientras los pies de sus soldados pisotean el pecho de un pueblo desarmado.

Su pueblo ha conocido el significado de la libertad, por lo que era natural que estuvieran al frente de quienes coreaban por Palestina. En Bilbao, vimos un reflejo de nosotros mismos: una ciudad que vibra con historia y determinación, una ciudad que respira ciclismo pero no olvida sus valores, una ciudad que le dijo al mundo: «El deporte no es inocente cuando permanece en silencio ante la injusticia».

Queridos amigos vascos:

Lo que han hecho añade un nuevo ladrillo al muro de la solidaridad global con Palestina y confirma que la ocupación avanza hacia un aislamiento cada vez mayor, tal como ocurrió con el régimen del apartheid en Sudáfrica.  La caída del apartheid fue el resultado de la voz del pueblo y la presión popular, y hoy continúan por este camino mediante el boicot y la protesta hasta que llegue el día en que caigan los muros de la ocupación y Palestina se levante libre.

Les expresamos nuestra gratitud, al igual que nuestro compromiso: continuar la lucha conjunta por la libertad y la dignidad, y preservar este puente humano que construimos con ustedes en las calles de Bilbao. Han demostrado que la solidaridad no es un eslogan, sino una acción que sacude las ciudades, detiene las carreras y hace historia.



°

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Sionismo Franquista en Erronkari

Los umpa lumpas que mapearon la Vuelta a España para esta edición de 2025 decidieron situar etapas en Hego Euskal Herria, ya saben, por aquello de recurrir al deporte para recordar a los vascos la anacrónica ocupación colonial por parte del españolismo.

En su júbilo por españolizar a Nafarroa y Bizkaia, no pusieron atención a los que las llamadas al boicot en contra del equipo ciclista israelí podrían generar en tierras vascas, donde sus habitantes son tan propensos a mostrar solidaridad internacionalista para con otros pueblos sojuzgados, en este caso, los palestinos.

Pues ahora resulta que iracundo, el españolismo ha decidido actuar como sabe hacerlo, amenazando las libertades del pueblo vasco y de eso nos da cuenta este artículo publicado por Naiz:


La Junta de Erronkari denuncia amenazas por parte de la Guardia Civil en el marco de La Vuelta

La Junta General de Erronkari ha denunciado públicamente las amenazas e intimidaciones que ha realizado la Guardia Civil en la zona en el marco del paso de La Vuelta por el valle y ha solicitado disculpas públicas por la vulneración de derechos.

Amenazas e intimidaciones por parte de la Guardia Civil en el marco del paso de La Vuelta por el valle han sido denunciadas por la Junta General de Erronkari. En la nota que ha hecho pública este miércoles y que está firmada por la presidenta de esta institución, Amparo Viñuales, explica que la junta «traslada públicamente su preocupación y denuncia por los hechos acontecidos el pasado 2 de septiembre de 2025».

Y detalla que «durante los tres días previos al paso de La Vuelta, la población local ha tenido que soportar un elevado número de controles y registros policiales».

Una situación que «se agravó el día 2 de septiembre, cuando un trabajador de esta Junta, que se dirigía a acondicionar las marcas de un sendero local en la localidad de Roncal, fue parado inicialmente en un control instalado en el municipio, donde, tras explicar que se encontraba trabajando, se le permitió continuar».

Sin embargo, «fue posteriormente seguido por varios agentes del Grupo de Acción Rápida (GAR) hasta una zona aislada de monte, donde fue finalmente interceptado», explica Viñuales. En el lugar, «los agentes, desplazados en tres vehículos, procedieron a identificar tanto al trabajador como a otra persona que paseaba por el sendero».

Una hora de retención

Según denuncia, la actuación policial incluyó «identificaciones y preguntas insistentes sobre su vida personal, en un tono intimidatorio, amenazas verbales y acusaciones no fundamentadas sobre una supuesta participación en acciones de protesta y el registro exhaustivo del vehículo del trabajador, acompañado de advertencias de inmovilización si no se aportaba la información solicitada».

Asimismo, se efectuaron «interrogatorios por separado, en zonas aisladas, durante los cuales el trabajador se encontraba contra un árbol, en un contexto de gran presión y coacción». Y en el caso de la mujer presente, «los agentes mantuvieron una cercanía física y realizaron preguntas inapropiadas sobre su vida privada, generando una situación de incomodidad y vulneración de su intimidad, con un componente claramente relacionado con el género».

Añade que «tras aproximadamente una hora de retención, los agentes dejaron marchar a las personas, no sin antes tomar fotografías de sus documentos de identidad y recabar teléfonos y correos electrónicos».

Ante estos hechos, la Junta General de Erronkari señala que «condenamos el carácter desproporcionado e intimidatorio de esta actuación policial, rechazamos cualquier intento de criminalización de la población local o de los movimientos sociales por ejercer su derecho a la libre expresión y manifestación, y solicitamos a las autoridades competentes (Delegación del Gobierno, Ministerio del Interior) una investigación de lo ocurrido, la depuración de responsabilidades si las hubiera, y la garantía de que estas situaciones no vuelvan a repetirse».

Asimismo, «reivindicamos el derecho de las vecinas y vecinos del Valle de Roncal a desarrollar sus trabajos y su vida cotidiana sin hostigamiento ni sospechas infundadas y nos solidarizamos con el trabajador y la vecina del valle afectados por estos hechos y, desconociendo si esta actuación fue ordenada por la Delegación del Gobierno, el Gobierno de Navarra, la propia organización de La Vuelta, o si se trató de un exceso de celo y abuso de autoridad por parte de la Guardia Civil, solicitamos disculpas públicas por la vulneración de sus derechos y la situación generada».

El Gobierno navarro «comparte el sentir» sobre Palestina

Esta denuncia pública de la Junta General de Erronkari ha tenido lugar el mismo día en el que la consejera de Interior y portavoz del Gobierno de Nafarroa, Amparo López, ha señalado que las protestas durante la etapa de La Vuelta que se vivieron este martes en el herrialde son «manifestaciones de un sentir de una sociedad navarra que es compartido por este Gobierno».

López ha respondido así a los periodistas tras la sesión del Gobierno, donde ha calificado de «impecable» la actuación de la Policía Foral en los puntos donde tuvo que intervenir por haber más tensión.

«Fue respetuosa con la garantía de la seguridad suficiente para corredores y asistentes», ha dicho López, quien ha añadido que «la Policía veló por la prueba».

También ha añadido que la postura del Ejecutivo sobre «las violaciones del derecho internacional» que se producen en Gaza es «clara y firme».




°