Tonto útil; dícese de la persona ignorante de las motivaciones ocultas de quienes se aprovechan de él, a tal punto que termina involuntariamente por favorecer el avance de una causa (usualmente política) adversa a sí mismo o a sus propias creencias, la que obviamente no apoyaría si estuviese mejor informado o analizase más a fondo esos hechos subyacentes.
Eso es lo que son la Fundación de Artistas e Intelectuales por los Pueblos Indígenas de Iberoamérica y la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos.
¿Por qué?
Pues porque han propuesto la candidatura del represor español Baltasar Garzón Real a Premio Nobel de la Paz 2002.
Iniciemos por lo más grave, la doctrina "todo es ETA", con la que Garzón ha criminalizado el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco, poniendo en la punta de mira de los aparatos represivos del estado español a todo aquel individuo o colectivo que comparta el ideal independentista, sea una organización de derechos humanos, un periódico, una asociación en favor del euskera, una plataforma juvenil o un colectivo internacionalista. Garzón dictó que si todos ellos trabajan en pos de la independencia de Euskal Herria y que si ETA lleva a cabo su actividad armada en favor de la independencia de Euskal Herria, entonces, por compartir objetivo, todos ellos son ETA.
Suponemos que personas que defienden los derechos de los pueblos originarios y personas que defienden los derechos humanos deberían entender que la doctrina del "todo es ETA" de Baltasar Garzón es una asalto directo a todas las libertades de los pueblos en resistencia.
Pero es que además, Baltasar Garzón, abiertamente se posiciona en contra de los principios guardados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Por si lo anterior no fuera suficiente, desde este blog es nuestra obligación hacer saber tanto a la Fundación de Artistas e Intelectuales por los Pueblos Indígenas de Iberoamérica como a la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos que la legislación vigente en el estado español hace garante de todos los derechos de un detenido al juez que haya instruido su detención. Por lo tanto, todos y cada uno de los casos de tortura en contra de vascos detenidos por órdenes de Baltasar Garzón son su responsabilidad. Luego entonces, lejos de ser un hombre de paz, Garzón es un represor que facilita y promueve la tortura como estrategia para acallar a un pueblo.
Garzón entonces, lejos de merecer ser premio Nobel de la Paz debiera más bien ser candidato a sentarse en el banquillo de los acusados del Tribunal de la Haya... o de la Corte Penal Internacional que él mismo, en el paroxismo de la hipocresía y de la simulación, ha contribuido a crear.
Adelante con lo que nos informa La Jornada:
Baltasar Garzón, candidato al Nobel de la Paz 2002
"Reconocimiento" a su defensa de los derechos humanos y a su lucha contra la impunidad
Armando G. Tejeda | Corresponsal
Baltasar Garzón, el juez español que abrió los procesos judiciales contra el ex dictador chileno, Augusto Pinochet, y contra las Juntas Militares argentinas, en lo que constituyó un hito en la llamada "justicia internacional", es desde hoy candidato al Premio Nobel de la Paz de 2002.
La propuesta de candidatura del polémico magistrado, que algunos califican como "juez estrella" y a quien otros le echan en cara su pasado político, partió de la Fundación de Artistas e Intelectuales por los Pueblos Indígenas de Iberoamérica; de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos, con sede en Quito, y del ayuntamiento de Torres, su localidad natal.
"Estas asociaciones consideran la candidatura de Garzón como un reconocimiento a su defensa incansable de los derechos humanos y a su lucha contra la impunidad, que sentó un precedente en pro del establecimiento del Tribunal Penal Internacional", que cuenta además con el respaldo de diversas personalidades de la política y la cultura, como Federico Mayor Zaragoza, ex director de la UNESCO; el escritor catalán Manuel Vázquez Montalbán, o los cantautores Joaquín Sabina y Eduardo Aute.
El Círculo de Bellas Artes de Madrid fue el escenario en el que se presentó oficialmente la propuesta del magistrado, elogiado por las asociaciones por "el procesamiento y detención de los responsables de crímenes de lesa humanidad de América Latina, su apoyo a los pueblos indígenas de Iberoamérica, su lucha contra diversas formas de corrupción y la defensa de la libertad de expresión". Estos procesos judiciales permitieron la detención en México de Ricardo Miguel Cavallo, presunto torturador y genocida de la dictadura militar argentina (1976-83).
El magistrado de la Audiencia Nacional española no asistió al multitudinario acto, pero envió un mensaje en el que elogió la creación de la Corte Penal Internacional (CPI) y criticó la escalada militar del ejército israelí en los territorios ocupados palestinos.
Garzón, nacido en 1953, se convirtió en una especie de "símbolo de la justicia internacional" después de los procesos, todavía abiertos, contra probados genocidas latinoamericanos, al lograr con sus actuaciones la detención de Pinochet, en Londres.
La lista de procesos a cargo de Garzón en la Audiencia Nacional es casi interminable, si bien destacan los sumarios abiertos contra presuntos miembros de ETA y las personas del llamado "entorno" de la organización armada, en los que ha incluido a partidos políticos, medios de comunicación y asociaciones vinculadas a la izquierda separatista radical vasca.
Así, con la tesis del entorno mantiene el voluminoso sumario 18/98, por el que ha encarcelado a más de un centenar de personas que posteriormente, en su mayoría, han sido puestas en libertad por falta de pruebas. En el marco de este sumario ordenó el cierre del desaparecido diario vasco Egin y declaró ilegales a las asociaciones de familiares de los presos y de asistencia jurídica, Gestoras pro Amnistía, y a la organización juvenil Jarrai-Haika.
Fue uno de los jueces instructores de los casos de la guerra sucia contra ETA, auspiciada por el gobierno del socialista Felipe González, al formarse y actuar el grupo paramilitar financiado por las arcas públicas, el Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL).
Sus detractores lo acusan de cometer dos errores en su trayectoria profesional: haber formado parte del gobierno durante la administración de González -quien lo nombró delegado del Plan Nacional contra las Drogas- y la publicación del libro Garzón. El hombre que veía amanecer, escrito por Pilar Urbano en connivencia con el juez, lo que provocó que le abrieran un expediente disciplinario por unas declaraciones vertidas en el libro, en las que emitía juicios de valor sobre personajes que había juzgado y en las que relacionaba al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, con el centro de espionaje español.
Lo de Luis Eduardo Aute, autor de la canción Al Alba, dedicada a los dos militantes de ETA y los tres militantes de las FRAP fusilados el 27 de septiembre de 1975, duele.
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