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martes, 13 de mayo de 2025

El Vínculo Vasco de Mujica

Nunca olvidaremos su prólogo al libro escrito por el promotor del 'todo es ETA' Baltasar Garzón. Nunca.

Tampoco obviaremos lo que se has escrito acerca de él con respecto a su trayectoria de guerrillero tupamaro a cosmopaleto. Vaya, basta con ver quienes se han formado para despedirlo.

Pero ante su partida, compartimos esta reseña publicada por Naiz.

Nos referimos a Pepe Mujica, el uruguayo de origen vasco que supo hacerse con la admiración de la izquierda latinoamericana.

Adelante con la lectura:


Mujica hizo gala de ser «un poco vasco» y cumplió su deseo de visitar el país de sus ancestros

Pepe Mujica hizo gala a lo largo de su intensa vida de sus orígenes. Se definía como «un poco vasco». Visitó en dos ocasiones Euskal Herria –en 2013 y 2015– y descubrió que sus ancestros no marcharon de Muxika, sino del Goierri guipuzcoano en busca de una vida mejor en Uruguay.

Agustin Goikoetxea

Fue en mayo de 2015, a punto de cumplir 80 años, cuando José Mujica, acompañado de su compañera, Lucía Topolansky, hizo realidad su deseo de visitar el país de sus ancestros. No era la primera vez, ya que estuvo en Euskal Herria dos años antes en visita oficial como presidente de Uruguay, pero esta incursión fue muy especial para un hombre que siempre sostuvo que en su lucha por la justicia social había tenido importancia el ser «un poco vasco» para enfrentarse a las adversidades que le deparó la vida.

Durante esa segunda estancia en tierras vascas, el expresidente uruguayo confesó que se había prometido hacerla. «Probablemente no vengamos nunca más», predijo. Tras su recorrido por Bilbo, Muxika, Bermeo, Donostia o Beasain, destacó que se quedaba «con la sensación de que son vascos, y no hay que confundir vasco con español».

Fue un viaje distendido, en el que estrechó manos y recibió cálidos abrazos de multitud de personas cautivadas por una figura que ha dejado huella en todo lugar que ha pisado. Lo hizo cuando cursó visita oficial en mayo de 2013, donde entre encuentros con responsables políticos, económicos e institucionales tuvo ocasión de visitar Muxika, localidad vizcaina de donde pensaba que partieron sus antepasados en busca de una vida mejor a América.

Emocionado por conocer por primera vez la tierra de la que emigraron sus ascendientes a Uruguay en torno a 1840, confesó sentir «alegría, tristeza, nostalgia, todo junto». «Pienso que deben haber estado muy mal mis antepasados para que se fueran de semejante país tan hermoso», reflexionó, en aquella ruta que luego le llevó a Arrasate para firmar un convenio de cooperación con MCC, acompañado del por entonces diputado general de Gipuzkoa, el independentista Martin Garitano.

Precisamente, Garitano, junto a la portavoz foral, Larraitz Ugarte, acudieron en febrero de 2015 a Montevideo con otros miembros de la izquierda abertzale para participar en los actos protocolarios de traspaso del poder de Mujica al nuevo presidente, Tabaré Vázquez, también del Frente Amplio.

De Muxika a Beasain

Aquella visita tuvo otra consecuencia. El donostiarra Mikel Prieto, doctor en Pedagogía y miembro de Eusko Ikaskuntza, inició un riguroso trabajo en archivos y sobre el terreno para acabar defendiendo que el origen de la familia de Pepe Mujica era el barrio rural de Astigarreta, en Beasain, de Busturialdea al Goierri guipuzcoano.

El investigador estableció el recorrido vital de Francisco Mujica Yeregui, bisabuelo del uruguayo, de Tolosa a Azpeitia y de ahí a Uruguay en su viaje que partió de Pasaia en 1842. Toda una revelación.

En un reportaje de nuestro compañero Gotzon Aranburu, se recogía la visita del periodista al caserío Muxika de Astigarreta. Prieto contactó con Mujica y le envió el exhaustivo trabajo genealógico.

De nuevo, en Euskal Herria, esta vez como unos turistas más, Mujica y Topolansky visitaron a la bertsolari muxikarra Onintza Enbeitia, por entonces diputada de Amaiur, en su localidad natal.

Al día siguiente, en una jornada primaveral, sin protocolo, el exmandatario también se reencontró con el lehendakari Iñigo Urkullu en el que creía hasta el descubrimiento de Mikel Prieto pueblo de origen de su familia.

En su recorrido, hubo tiempo también para conocer el caserío de Astigarreta, antes de encontrarse en Donostia con Juan Karlos Izagirre. El alcalde llevó a la pareja a comer a su casa de Igeldo después de entregar a Mujica un documento en el que figuraba que el bisabuelo Muxika era trabajador del Ayuntamiento de Tolosa, pero que decidió cruzar el Atlántico en busca de una vida mejor.

Lazo sentimental

El exguerrillero tupamaro nunca rompió ese lazo sentimental con Euskal Herria. En febrero de 2022, coincidiendo con la entrevista de nuestra compañera Mirari Isasi a Julio ‘Pata’ Eizmendi, su fotógrafo no oficial, saludó a la comunidad de GARA y NAIZ desde Uruguay.

Siete meses después, Durango y Montevideo firmaron un acuerdo de hermanamiento y cooperación que puso en evidencia los lazos históricos y culturales que unen a las dos localidades, ya que el durangarra Bruno Mauricio de Zabala fundó la capital uruguaya.

Pepe Mujica quiso sumarse a ese ‘abrazo’ entre su localidad natal y la villa vizcaina enviando a través de las redes sociales un mensaje dirigido a la población de Durango, en el que recordó el éxodo de los vascos hacia Uruguay y Argentina que huían de las guerras. «Trajeron cultura, conocimiento y oficios. Seguramente, antepasados de ustedes vinieron a nuestra América. Algunos hicieron un porvenir, algunos volvieron», señaló.

«Queridos vascos, ¡gracias por su cultura! ¡Gracias por los oficios que nos trajeron! ¡Gracias por la testarudez en el campo del trabajo! Aprendimos a hacer vino a partir de un vasco empecinado. Aprendimos a hacer hornos, a cocer ladrillos, los oficios de carpintería y agrería. Todos tienen un rasgo de inmigrantes vascos», proclamó el ahora desaparecido.

«Sé que el pueblo vasco es una nación, con su historia, con su pasado, con su presente, con su porvenir, que compone el conjunto de los pueblos ibéricos y más. Hay vascos en España, hay vascos en Francia, pero no dejan en primer término de ser vascos. Y después son todo lo demás. Ahora, son europeos. Hasta siempre y mirad un poco para atrás para ir hacia adelante», reclamó el expresidente uruguayo «un poco vasco» a sus 87 años.

Las y los lectores de NAIZ tuvieron en mayo de 2023 el privilegio de escuchar al propio Mujica, que conectó en directo a través de videoconferencia con Donostia durante la presentación del libro ‘Semillas al viento’, fruto de largas y sosegadas conversaciones que los periodistas uruguayos Mario Mazzeo y Carlos Martell mantuvieron con el activo pensador en su chacra de Montevideo.

«Pienso que la lucha es eterna; vivir sin causa no es vivir. El papel de una generación de luchadores es tratar de que cuando se vayan sean suplantados con ventaja. Y que las nuevas generaciones cometan errores, porque todo trabajo de experimentación social supone errores, pero que cometan los errores de su tiempo, no los nuestros», respondió el represaliado militante tupamaro al ser cuestionado acerca de la importancia de la transmisión generacional de las luchas políticas y la esperanza que puede caber en una generación abocada a la precariedad.


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