La lacra del abuso sexual infantil -que lo mismo afecta a niños que a niñas pero que son definitivamente estas últimas las más expuestas a ello- ha sido denunciada por uno de los baluartes de la izquierda abertzale en la CAV, Maddalen Iriarte.
Aquí lo que nos relata Naiz:
Maddalen Iriarte desvela que fue objeto de abusos sexuales cuando tenía 7 años
La parlamentaria de EH Bildu Maddalen Iriarte ha desvelado que fue víctima de abusos sexuales en una colonia de verano, hace cincuenta años, cuando tenía 7 años.Maddalen Iriarte ha dado a conocer que fue víctima de abusos sexuales cuando tenía 7 años, en una colonia de verano, en un artículo publicado en ‘El Diario Vasco’, titulado ‘¡Yo no me callo más!’, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
«Hará de esto cincuenta años. No he podido concentrarme para calcularlo con exactitud. Me es casi imposible. Es la primera vez que lo cuento públicamente. En cierta medida me he exorcizado, porque se lo he tenido que contar a mis hijos, que no lo sabían. Y lo hago porque cada vez que digo que aquí mismo, en Euskal Herria, una de cada cuatro mujeres sufrimos o sufriremos violencia, violencias, vejaciones, violaciones, a lo largo de nuestras vidas; es decir, cada vez que digo que sufrimos de manera estructural violencia machista, no pensemos que les pasa a otras, en otros lugares. Nos pasa a todas. Ocurre en gran medida en la impunidad de la intimidad o no muy lejos. Pero no solo. Ocurre en todas partes. Y es un gran problema de todas. Y de todos». Así inicia el artículo la portavoz de EH Bildu en el Parlamento de Gasteiz.
Iriarte, quien reconoce que, al recordar lo sucedido, aún le «tiemblan las manos», explica que aún hoy teme «con pavor» despertar de un sueño y «ser aquella niña de siete años, pegada a una pared» que «no podía traspasar» y que «quería hablar con su madre por teléfono porque no estaba contenta en aquellas colonias y se enfrentó a aquel horror».
«Hoy, tras todo este tiempo, pienso que es un sueño que mi madre y mi padre me vinieran a buscar, que nos marcháramos de allí. Me veo mirando desde la ventanilla trasera de un 850 color azul azafata, viendo cómo cada vez quedaba más lejos aquel lugar, aunque yo lo llevase tatuado dentro de mí. ¡Y para este tatuaje no hay láser! Este no se puede eliminar», rememora en el artículo.
«Guardé en secreto lo ocurrido durante muchos años. También me pongo casi loca acordándome cuando, al tiempo, se lo conté a mi madre. Qué dolor, qué rabia, qué impotencia... Supimos que él había muerto», recuerda, para añadir «por todo esto» cada día se pone «en el lugar de cada una de las mujeres que sufren un tipo u otro de violencia».
«Y si lo cuento hoy –continúa– es porque cada año cuando llega el 19 de noviembre, el 25 de noviembre o el 8 de marzo, nos movilizamos, nos ponemos lazos y todo esto está muy bien».
«Permite visibilizar situaciones muy duras que vivimos las mujeres a diario, pero no sirve de nada si efectivamente no ponemos en marcha políticas públicas que transformen de raíz las condiciones para que la violencia física, verbal, económica y las violencias simbólicas para que todas las violencias que padecemos desaparezcan. En esto está trabajando el feminismo desde siempre», manifiesta.
Iriarte advierte de que «esto no se hace con tiritas» y cita un estudio becado por Emakunde en el que se concluye que «los mecanismos patriarcales se dan en todos los ámbitos y todas las estructuras sociales en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa». Por ello, reivindica «cambios que transformen de raíz esta realidad que padecemos. Por tanto, lo único que hacemos poniendo tiritas es tapar la herida hasta que supure».
«La igualdad no nos va a pasar, no va a llegar un día mientras nos partimos el espinazo esperando el momento. La igualdad la lucharemos, y la igualdad hay que implantarla desde el Estado que en Euskal Herria no tenemos, haciendo partícipes a las mujeres, al feminismo, con todas. Quiero compartir una frase de Angela Davis, reivindicando así su idea de feminismo integral, de su lucha. Dice: «El feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres somos personas». ¡Esto mismo! Si lo he contado hoy es porque nos pasa a todas, porque #EzNaizIsilduko ¡Porque ya está bien!», concluye su artículo.
Iriarte es la segunda política vasca que denuncia en los últimos días haber sido víctima de abusos sexuales durante su infancia, después de que el lunes pasado el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, Ernesto Gasco, revelara que sufrió abusos sexuales en primero de EGB, en el colegio religioso en el que estudió en Donostia.
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