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jueves, 23 de abril de 2020

Geografía del SARS CoV-2

Desde Naiz traemos a ustedes este análisis de la información que arroja el mapeo que se lleva a cabo en el esfuerzo por enfrentar -o no- la pandemia de Covid-19:


Mientras la provincia italiana de Bérgamo contabiliza más de 10.000 casos de contagio, Polonia, Dinamarca o Grecia aún no han alcanzado esa cota.

Txisko Fernández

Las divisiones territoriales que presentamos en estos mapas no son homogéneas desde el punto de vista político: gran parte de Europa aparece con las divisiones oficiales de los estados independientes; Euskal Herria, como una entidad propia y unificada; y los cuatro estados del continente con mayor número de casos de Covid-19, detallados según distintos niveles administrativos no homologables entre sí en cuanto a competencias.

De la misma forma, incluimos con cierto detalle los mapas administrativos de China, origen de la pandemia del nuevo coronavirus, y Estados Unidos, principal foco mundial en estos momentos.

En primer lugar, destaca el hecho de que nuestro país esté en el mismo nivel que el epicentro de la enfermedad, la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan. No se trata de un truco estadístico, al menos mientras se asuma que los datos que ofrece el Gobierno de Pekín son tan fiables como los del resto, ya que seguimos una escala proporcional: de 0 a 100; de 100 a 1.000; de 1.000 a 10.000...

Este hecho tiene una sencilla explicación. En Hubei, y en el conjunto de China, la curva de la epidemia se aplanó a principios de marzo, ya que desde entonces apenas han sumado un puñado de nuevos casos, aunque en las últimas horas ha actualizado el número de fallecidos. Hasta ahora, Hubei ha contabilizado unos 67.000 casos y el conjunto del país permanece por debajo de los 90.000.

Por eso, la mayor parte del «gigante asiático» aparece coloreado en un tono más suave que el conjunto del territorio vasco, donde ya se han certificado más de 16.000 casos. La diferencia entre China y Euskal Herria todavía es grande, pero ambos entran en el grupo de 10.000 a 100.000.

Por encima de 100.000 casos confirmados, por ahora solo aparecen en las estadísticas oficiales cinco demarcaciones independientes: EEUU, el Estado español, Italia, el Estado francés, Alemania y Gran Bretaña.

Acostumbrados a ver los mapas coloreados siguiendo únicamente ese factor, nos quedamos con una visión distorsionada. Por ejemplo, si no observamos cómo se reparten los más de 600.000 casos que ya ha sumado Estados Unidos, acabamos dando por hecho que la intensidad de la epidemia es igual desde la costa atlántica hasta la pacífica, y desde los Grandes Lagos hasta Río Grande.

La realidad es muy distinta: el estado de Nueva York –que se extiende desde Long Island hasta la frontera con Canadá– se queda con la porción más grande: más de 200.000 casos. New Jersey, ubicada al otro lado de Manhattan, pasa de 70.000. El resto continúan por debajo de 35.000.

Por citar a uno de los estados más conectados con Euskal Herria: Idaho, tiene unos 1.600 casos. Su población es mucho menor que la nuestra –1,8 millones por 3,1 millones– y su extensión diez veces mayor –más de 216.000 km2 por casi 21.000 km2–.

Lo mismo sucede si nos centramos en Europa y buscamos los focos más importantes. Al igual que ocurrió con Gasteiz respecto a Euskal Herria, en el Estado español el epicentro se sitúa en Madrid, cuya influencia se ha extendido hacia tierras castellanas y manchegas.

El desarrollo de la epidemia en Catalunya ya se analizó en GARA en la edición impresa de ayer en un artículo de Marcel Pena.

Bérgamo, la patronal insaciable

Llegados a este punto, incidiremos en dos factores que facilitan la extensión de esta epidemia, como la de muchas otras, y que se aprecian claramente en estos mapas: la densidad de población y la alta capacidad de movilidad de la gente que vive en ciertas zonas.

Lanzada desde Italia para todo el mundo, una de las imágenes más impactantes que ha dejado hasta ahora la epidemia es la de las largas filas de féretros colocados en distintos lugares de Bérgamo –capital y provincia comparten el mismo nombre–, en la región de Lombardía.

Lombardía, cuyo centro neurálgico es Milán, tiene una densidad de población relativamente alta, de 175 habitantes por kilómetro cuadrado. Por lo que respecta a la provincia de Bérgamo, con unos 357.000 habitantes, es mucho más elevada: 407 habitantes por kilómetro cuadrado.

La densidad de Euskal Herria es de 138,6 hab/km2, siendo Bizkaia el herrialde con una cifra más alta, en torno a los 500 hab/km2, muy por encima de la de Araba, que se queda en 87 hab/km2.

Pero el dato a tener en cuenta aquí es el de Gasteiz, una ciudad que se ha ido extendiendo en las últimas décadas, a través de barrios y polígonos, hasta alcanzar una densidad que ronda los 890 hab/km2.

Tanto Bérgamo como Gasteiz se han visto perjudicadas en esta epidemia por la tardanza en tomar medidas para limitar la movilidad de su población, tanto dentro de la ciudad –el confinamiento domiciliario– como hacia otras zonas geográficas más o menos cercanas.

En la provincia y ciudad italiana la situación es mucho peor –más de 10.000 contagios– debido, sobre todo, a la mayor presión ejercida por la patronal contra el cierre de las actividades no esenciales. Tanto ha sido el empeño de Confindustria, que consiguió que este polo industrial no fuera declarado «zona roja» por las autoridades a pesar de ser el área con más fallecidos con coronavirus de Italia y de toda Europa.

Confindustria, al igual que la asociación de comerciantes del distrito urbano de Bérgamo, ha llegado a utilizar el eslogan “Bergamo is running / Bergamo non si ferma” y el hashtag #YesWeWork en una campaña en la que abogaba por mantener toda la actividad económica cuando la cifra de fallecidos multiplicaba por dos y hasta por cuatro las medias de mortalidad.

Potencias económicas

Con cifras menos dramáticas, pero con un impacto sanitario muy importante, en el Estado francés las principales áreas afectadas coinciden en estar densamente pobladas, como toda la región de París o la zona alsaciana en torno a Mulhouse.

Con mejores datos en cuanto a mortalidad, en Alemania, además de reflejarse a grandes rasgos el «muro» socioeconómico que persiste entre el Este y el Oeste, los Länder más afectados alojan importantes centros industriales, como Baviera (Munich), Baden-Wurtemberg (Sttugart, Karlsruhe) y Renania del Norte-Westfalia (Colonia, Düsseldorf). Pero aquí se ha actuado manera más rápida; las autoridades de cada land han tomado las decisiones a distinto ritmo e, incluso, las corporaciones industriales han extendido el cierre de sus plantas más allá de las fechas decretadas oficialmente.

La apuesta inicial del Gobierno de Boris Johnson por el «darwinismo social» no merece mayor comentario en este artículo después de que el premier británico haya tenido su particular epifanía tras caer gravemente enfermo. Solo cabe destacar que allí la curva de la epidemia tardará más en alcanzar el pico y que la zona más afectada es Londres, el mayor centro financiero de Europea.

Y dándole la vuelta a estos dos factores, la densidad y la movilidad, se entiende por qué grandes zonas del Este europeo se ven menos afectadas por la pandemia, al igual que en Euskal Herria sucede, por ejemplo, con los valles pirenaicos.







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