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viernes, 8 de noviembre de 2019

El Euskadi Pedalea Alto

Noticias de Gipuzkoa trae a nosotros noticias esperanzadoras desde el ámbito del ciclismo vasco:


La Fundación Euskadi competirá en 2020 como pro team con la idea de dar la talla y soñar con el tour a medio plazo

César Ortuzar y Borja Guerrero

“¡Sí, se puede! ¡sí, se puede!” irrumpen desde el Euskalduna las voces entusiastas en el jolgorio mitinero de Podemos cuando Pablo Iglesias lanza sus arengas y responde el coro de fans. La política, con sus fieles y su cantos en plena campaña. El sí se puede es la versión española del célebre Yes we can de la campaña de Barack Obama. Una soflama que posee el efecto contagio de los cánticos de las plazas y de las gradas de fútbol que esperan la remontada. El canturreo acompaña a un puñado de metros la mañana en la que se presentó el resurgimiento de la Fundación Euskadi, que no apela al sí se puede en su discurso, pero en su hilo argumental late esa idea de rescatar la marea naranja y aquellos maravillosos años. “Ojalá dentro de unos años la Fundación regrese a donde estuvo y, ¿por qué no?, terminar donde empecé. El sueño es recuperar todo aquello que tuvimos, pero es complicado”, aludió Mikel Landa, presidente de la Fundación en la presentación del proyecto para 2020, si bien se trata de un proyecto con amplio margen de maniobra. “Es un proyecto para cuatro o cinco años”, resolvió Jesús Ezkurdia, mánager de la formación.

El sí se puede de la Fundación Euskadi arrancó con la proyección de un vídeo vintage, con la imagen de Roberto Laiseka venciendo cuando el Euskaltel aún no era naranja

En 2020 la formación rodará como UCI Pro Team, en la segunda escala del ciclismo. Será el momento de dar el salto de categoría bajó la dirección de Jorge Azanza en la carretera. En ese tránsito, que comenzará con el Tour de San Luis en Argentina y que rodará en paralelo en la Challenge de Mallorca, punto de arranque de la campaña en Europa, respirarán las primeras pedaladas de la Fundación Euskadi. “Todavía hay que asentar el proyecto, ir poco a poco pero consiguiendo resultados cuanto antes. Hay que competir y seguro que lo vamos a hacer”, determinó Landa, que fijó el primero objetivo en abril, en la Itzulia, donde el equipo naranja espera “dar la talla” con un “equipo compacto, bonito, para buscar resultados”, expresó Azanza, que dirigirá una formación de 20 corredores.

A partir de ese hito y con la Clásica de San Sebastián como otro punto de encuentro, el Euskadi peleará por estar en la Vuelta, todo un reto, un asunto mayor. Más sí cabe con la nueva configuración del ciclismo. “Queremos dar motivos en la carretera” para poder tener una invitación para la Vuelta, apuntó Ezkurdia. En el horizonte pespunta, empero, El Dorado, que no es otro que la carrera entre las carreras: el Tour de Francia.

La Grande Boucle es un deseo en forma de sueño. El 2023, la fecha en la que parece que el Tour podría hacer escala en Euskal Herria, es el punto de fuga que ondea en el horizonte de la formación. “Ojalá tengamos el nivel para poder estar”, lanzó Landa, ilusionado con la idea de teñir de naranja las cunetas del hexágono. “Para cualquier aficionado vasco, disfrutar del Tour aquí es el algo muy grande”, aludió. La confluencia de la carrera por antonomasia con el equipo que impulsó la marea naranja sería el maridaje perfecto. El ¡sí se puede! del futuro. El Euskadi entra en órbita.






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