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martes, 30 de abril de 2013

Pacto Colaboracionista

Lo de Urkullu ya no tiene remedio.

Aquí lo que han dado a conocer en Gara:


Tras el fracaso de los presupuestos, argumenta que «el Gobierno no está para perder el tiempo». Excluye a EH Bildu porque «su modelo social y económico es radicalmente diferente al del PNV»

Ramón Sola

El desayuno de Fórum Europa en Bilbo, una cita a la que acudieron dirigentes de PP y PSOE, empresariales, sindicales y de otros poderes como la Iglesia, fue el escenario elegido por Iñigo Urkullu para retratar cuál es su apuesta de acuerdo para esta legislatura. Cuatro meses después de su llegada al cargo y pasados solo cuatro días desde el fracaso presupuestario, el lehendakari relega su intención inicial de gobernar en solitario en favor de un «pacto de país y estabilidad». Una propuesta que ya no lanza en todas las direcciones y de modo indefinido, sino que restringe a dos formaciones concretas -PSE y PP- y concretará en un documento.

Se trata de un «tripartito» nunca ensayado. La propuesta fue escuchada en la sala, entre otros, por los líderes de PSE y PP en Bizkaia, José Antonio Pastor y Antonio Damborenea, ambos pesos pesados también en sus grupos parlamentarios, así como por Carlos Urquijo, delegado español en Gasteiz.

Urkullu la verbalizó tras descartar expresamente a EH Bildu y UPyD, las otras dos formaciones con representación parlamentaria, evidentemente de muy distinto nivel pero que citó en el mismo plano. A la coalición soberanista y de izquierdas la descarta porque «hace defensa de un modelo social y económico radicalmente diferente al que defiende el PNV». Y a UPyD, por su rechazo al autogobierno.

El jefe de gobierno de Lakua dio a entender que acusa el golpe del fracaso presupuestario, si bien el desarrollo de los hechos lleva a pensar que no ha apurado la negociación en ninguna de las direcciones y alimenta la tesis de que quizás hubiera buscado este escenario desde el inicio. El caso es que admitió en la tribuna del Fórum Euskadi que «un día y otro» se habla de «la debilidad o la soledad» del lehendakari, y que ello perjudica a la estabilidad.

Siguió diciendo que su Ejecutivo «no está para perder el tiempo». Explicó que no hay opción de gobierno de coalición con EH Bildu porque, además de las diferencias radicales en lo socioeconómico, el grupo de Laura Mintegi no lo aceptaría. Y añadió que también es irreal la opción de tratar de conformar mayorías con PP y el escaño de UPyD: «Quien haya pensado que el PNV, por tacticismo, anda jugando a ver cómo se dan los 38 parlamentarios y le da lo mismo como el PP que con UPyD... pues hombre, no», dijo, marcando así una clara diferencia entre el PP, con el que sí pactaría, y UPyD, con quien no.

«Espíritu de Bermeo»

En cuanto al PSE, dejó caer que siempre fue su opción preferida dado que «saben en qué consideración les tiene el PNV en cuanto a responsabilidad institucional y vertebración del país. Lo sabe, pero ha sido la negativa la respuesta que hemos recibido del PSE, en redondo, desde el primer momento», lamentó Urkullu.

Reveló que ha transmitido al PSE un ofrecimiento de acuerdo global concreto, pero que la respuesta ha sido «la presentación de una enmienda a la totalidad. Y un planteamiento, además indirecto, de que los acuerdos de estabilidad se verán a partir del año 2015».

En este punto introdujo una crítica al partido de Patxi López al indicar que «llama poderosamente la atención la estrategia del PSE de ligarse con EH Bildu en ese eje de izquierdas», especialmente en Gipuzkoa pero que ahora atisba también en el debate fiscal en Araba.

Tras este repaso, Urkullu concluyó su intervención afirmando que ofrecerá a PSE y PP «un documento» para un acuerdo a tres bandas. Lo justificó en la necesidad de alcanzar «estabilidad en el tiempo económico en que vivimos», y apeló incluso al «espíritu de Bermeo», en referencia a la respuesta dada al incendio en esta localidad. Evocó el caso porque «la prioridad es responder a los más necesitados, con urgencia, atender a las personas. Y por el empeño común en salir de la situación, en resolver los problemas».

El primero que habló de esta opción de acuerdo a tres bandas, hace ya semanas, fue el presidente del PP, Antonio Basagoiti, que planteó al PSE que ambos se abstuvieran ante los presupuestos y ayudaran así al PNV. Para Basagoiti, sería una aplicación al ámbito de la gobernabilidad del consenso sobre «suelo ético» que ya alcanzaron los tres en el Parlamento en el pleno monográfico sobre pacificación (aunque paradójicamente luego el PP plantara a sus socios y se niegue a entrar en la Ponencia de Paz que arranca hoy).

EH Bildu: «Sin cambio»

EH Bildu convocó una rueda de prensa urgente tras conocer esta oferta de Urkullu. Los parlamentarios en Gasteiz Oskar Matute y Marian Beitialarrangoitia pusieron de manifiesto antes que nada que el lehendakari «renuncia a la geometría variable y deja claro qué compañeros de viaje desea, y con ello qué dirección va a a dar su política». Ven claro que el punto de consenso entre los tres es que «comparten el mismo modelo socioeconómico».

«Urkullu apuesta por esa vía porque sabe bien que con el PSE y el PP no hay riesgo de cambio en profundidad. El lehendakari quiere construir mayorías en torno a las políticas que nos han traído a la crisis para evitar un cambio en profundidad que es imprescindible, y por eso deja a EH Bildu fuera de posibles acuerdos», expusieron.

A preguntas de los periodistas, Oskar Matute añadió que con dicha oferta de pacto sobre un modelo socioeconómico «obsoleto y caduco» también se puede deducir que Urkullu renuncia a la apuesta por la soberanía y a que Euskal Herria «pueda articularse y elegir libre y democráticamente su relación con otros pueblos».

En su comparecencia, hicieron hincapié además en que el inquilino de Ajuria Enea incurre en «un fraude» a la sociedad cuando intenta presentar la decisión de arrinconar a EH Bildu como si fuera consecuencia de una negativa a acordar por parte de esta coalición. «Sabe que eso no es cierto», le espetaron. Recordaron que siempre han propuesto a Urkullu acuerdos de país, pero sobre premisas de derechos sociales y laborales: «Quieren hacer creer que solo hay un modelo, pero no es así, hay alternativas», replican.

PSE y PP no valoraron ayer la oferta de Urkullu, aunque, como dijo el propio lehendakari en este Fórum Europa, Patxi López le habría trasladado que no baraja acuerdos así hasta 2015.

Diálogo sobre presos con Rajoy, secreto

Urkullu también aprovechó este evento para afirmar que ha entregado al presidente español, Mariano Rajoy, una propuesta «detallada» y «por fases» para cambiar la política carcelaria. Indicó que no ha recibido «respuesta positiva», lo que no deja claro si el líder del PP la ha rechazado directamente o se ha limitado a callar. El lehendakari tampoco reveló cuál es esa propuesta por fases, dentro de su estrategia habitual de que este tema debe ser abordar «con discreción».

La afirmación de Iñigo Urkullu de que ha tomado algún tipo de iniciativa para afrontar la cuestión de los presos se produce en un contexto en el que es obligado tomar posiciones. Por un lado, hoy mismo arranca la llamada Ponencia de Paz y Convivencia del Parlamento de Gasteiz, en la que obviamente este tema va a estar muy presente. EH Bildu lo pondrá sobre la mesa desde el primer momento. Y por otro lado, para este inicio de mayo se esperan las conclusiones del Foro Social que reunió en marzo en Iruñea y Bilbo a numerosos agentes junto con expertos internacionales para hacer propuestas concretas que puedan desbloquear la actual situación.

Volviendo a su discurso de ayer, Urkullu sí introdujo un matiz novedoso en este terreno al afirmar que cree que puede haber una nueva «vía» entre las que definió como «la del arrepentimiento» [por la llamada «vía Nanclares»] y «la del secuestro», que es como se refiere a la posición de Euskal Preso Politikoen Kolektiboa.






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