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martes, 28 de agosto de 2007

El Castigo a Donostia

Este escrito le dará al lector oportunidad de familiarizarse con la manera en la que los españoles están acostumbrados a lidiar con sus "enemigos", o sea, asesina a cuantos puedas. A quien le quede duda después de leerlo le invito a leer un libro serio acerca de los desmanes cometidos sólo en la porción norte del continente americano durante el "encuentro de culturas".

Aquí tienen la historia de los acontecimientos que desencadenaron la destrucción de Donostia.

Antonio Mendizabal
Donostia, 31 de Agosto de 1.813
Egunkaria

La gigantesca masacre y hecatombe, todas las 600 casas saqueadas, 500 quemadas a propósito una por una, todas las niñas, mujeres y abuelas violadas, 1.600 familias donostiarras arruinadas, unos 1.000 muertos civiles (Auñamendi), aunque nadie lo sabe cierto, sucedió así:

La Revolución Francesa levantada en 1.789, no se conformó con su propia revolución, sino que después de haber ejecutado a sus Reyes, imbuidos en un sentido mesiánico, decidieron llevar la revolución al mundo entero. El 1 de Agosto de 1.794 llegaba el correspondiente ejército a las fronteras del Bidasoa en Irun. Allí le esperaba el máximo del ejército español enfrentado por todos los pasos del Pirineo. En cuanto divisaron la tremebunda tromba que les caía, se desmadró el ejército y su mando, el general Colomera, y se pusieron en espantosa fuga.

Enterados en San Sebastian, decidió la Foru Aldundia (Diputación) trasladarse a Guetaria en barco, a donde inmediatamente llegaron para mejor pensar y decidir. El 3 se presentó en las puertas de San Sebastiá el general Moncey con las salvadoras tropas francesas ofreciendo paz sin enfrentamiento. No venía contra los vascos, pueblo sufrido y batallador que venía sufriendo las constantes embestidas del gobierno de Madrid, sino contra éste.

Era alcalde San Sebastian Don Juan José Vicente Mitxelena y Diputados mayores que estaban en Guetaria, Don Jose Fernando de Etxabe Asu y Romero y Joaquin María de Berroeta Zarautz y Aldamar (antepasado directo éste de la actual reina Fabiola).

La Diputación en Pleno y Ayuntamiento en pleno, haciendo uso de lo que sentían como instinto primario del ser humano, cual es el Derecho de Autodeterminación que le define como ente libre y ciudadano, decidieron tranquilamente, no solo no enfrentarse sino, prácticamente identificarse con la Revolución, por lo que Gipuzkoa pasó a ser Francia, más bien se unió con mayor intensidad a Lapurdi, Zuberoa y Benabarra qué mas da. Total que Gipuzkoa por decisión de sus máximos representantes pasaba a quedar bajo la égida francesa.

Puede suponerse el escándalo sin límites que en el mundo hispano y de los madriles provocaron primero la claudicación sin guerra y segundo el paso de Gipuzkoa al Estado francés. Pero no solo ésto, pues que se proyectaba que Gipuzkoa fuera un Estado independiente, o unido a Bizkaia y Nabarra y también la resurrección del viejo Reino con Zazpiak Bat, "como antes del 1.200" decían.

Atribuíalo todo al Seminario de Bergara, a la fundación que hiciera Munibe, Narros y Altuna y que tuvo relación tan directa con el enciclopedismo francés de Volteire, Diderot y sobre todo Rouseau con su deseo de venirse a Azkoitia. Ahora mismo era Ministro del Gobierno Revolucionario Domingo Gárate, que había intervenido en la redacción de los Derechos del Hombre en el Frontón de Versalles. Todo esto era imperdonable y de alta traición y de lesa patria.

Al año, en agosto de 1.795 con M. Bartelemy por parte de París y Domingo Iriarte por parte de Madrid, se firmó la Paz en Basilea de Suiza por la que Gipuzkoa era devuelta a España a cambio de que España diera a Francia la isla de Santo Domingo como así se hizo. Como consecuencia todas la figuras dichas fueron procesadas.

El 2 de Mayo de 1.813 ocurrió el levantamiento de España y Madrid contra el Estado francés implantado. El 19 de Julio el general Castaños ganaba la famosa batalla de Bailén, lo que le dio el título de duque de tal. A continuación entraba Wellington por Lisboa y unidos a los portugueses, ganó la batalla de Ciudad Rodrigo, lo que también le dio el título de tal. Se aliaron a los españoles otorgándosele a Wellington la jefatura general con hartos celos de Castaños. Tomaron Badajoz y al igual que Ciudad Rodrigo, después de ganadas, hubo masacre de la ciudadanía que dejaba perplejos a las Cortes de Cádiz que estaban redactando la Constitución.

Cuando la guerra de la Independencia llegaba a Euskalerria temblaron en Cádiz, pues Santo Domingo seguía perdida para siempre, algunos de los autores seguían cumpliendo penas y hasta se había tratado de la demolición total de Donostia. Salió desde Cádiz una caballería con orden de detención y destitución del general Castaños a quien detuvieron en Tolosa y haciéndose mil cruces sin poder admitirlo. Se percató que la cosa ere inexorable cuando se presentó el general Freire a sustituirlo. Pidió entonces una entrevista previa con Wellington que estaba tomando Iruña. Cuando se encontraron hablaron, sin poder saber lo que trataron, según Gómez Arteche. Los hechos hablarán.

Partieron las tropas españolas con Wellington camino de Lesaca. Las vascas al mando de Ugartemendia, quien declaraba que de dejarlo solo a él, tomaría San Sebastian sin ningún derramamiento de sangre, fueron marginadas y portugueses e ingleses llegaron al mando de un segundón, cual era el general Graham que instaló su cuartel general en la Casería de Ayete.

Era el 22 de julio de 1.813 cuando lanzó sus fuerzas al asalto de la conflictiva ciudad. Pero las fuerzas de ocupación pudieron con ellas y fueron rechazadas. En Astigarraga fue detenido y hecho prisionero un piquete de portugueses y habiéndoles tratado el pueblo a pan y manteles, confesaron que tenían la consigna que de haber tomado la ciudad, la incendiaran pasando a todos sus habitantes a cuchillo, que así lo tenía mandado el general Castaños.

El pueblo donostiarra que lo oyó huyó despavorido. La entrevista Wellington-Castaños queda aclarada: ingleses y portugueses al mando de un nadie tomarían la ciudad, la masacrarían y quedaría el generalato español y sus huestes vírgenes de polvo y paja.

Hubo que cerrar las puertas de la ciudad, que no se vaciara. Pero protegidos los que pudieron en Pasaia Donibane, escribieron a Lesaca a Wellington si era cierto lo de ser pasados a cuchillo. Respondió su lugarteniente, general Alava, que "cómo podían hacer caso a gentes sin
mando".

Tuvo que venir el mismo Wellington, quien el 31 de Agosto llevó a cabo la operación de la toma de San Sebastián; a continuación, los "sin mando" se dedicaron a llevar a cabo sin tacha la consigna de Castaños.

En el acta levantada por los supervivientes en enero del inmediato 1.814 que se publica en el libro "La Reconstrucción de San Sebastián" se describen las barbaridades cometidas sin cuento: las violaciones sobre cadáveres, los acuchillamientos de madres sobre sus hijos, el salvarse hundiéndose en los pozos negros y los incendios de portal en portal. De 600 casas saqueadas, 500 quemadas, todas la niñas y mujeres violadas, 1.600 familias donostiarras arruinadas, unos 1.000 muertos civiles (Auñamendi), aunque nadie lo sabe cierto...

También están las cartas con Alava y Wellington. Al final las firmas están arrancadas. Con firmas incluidas se halla otra acta en el libro "Quién incendió San Sebastián", pero está espurgada la referencia a Castaños. La detención de éste la cuenta Gómez Artetxe, general e historiador.

Llegó a prohibirse la reconstrucción de Donostia e incluso los funerales fueron prohibidos, pues empezaron a celebrarse muy, demasiado... solemnes. El pueblo parodiando el enciclopedismo vasco francés creo la Tamborrada.


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