«Aittitte Makurra»
Juan Bengoetxea médico
Constitución. Muchos franceses y españoles piensan que sus respectivas patrias son indivisibles, con límites inamovibles, naturales e inmutables «porque Dios así lo ha determinado». Asterix, Charlemagne, el Cid o el Católico son eslabones de la misma película que interpretan en tiempo actual. Como si el rey Sol o el emperador Carlos hubieran pensado en francespaña y no en sus patrimonios.
La historia que ahora vivimos empezó hace doscientos años con la revolución burguesa del norte americano. En estos estados constitucionales la misión fundamental de la ley, base del estado de derecho, es la defensa de la propiedad privada. Nafarroa, el pueblo que habita el Pirineo Occidental, lleva cinco siglos colonizada por dos estados de propietarios y, aunque nos llamen ciudadanos, somos siervos.
Se supone que los españoles se sienten españoles y los franceses franceses. ¿Por qué no nos dejan ser lo que queremos a los que no nos sentimos ni españoles ni franceses? «Somos de la misma especie, pero ocupamos un nicho particular en un mundo desigual». ¿Demócratas dialogantes? Ni lo uno ni lo otro. El demócrata admite que el
interlocutor puede tener razón y en España hablar con Batasuna está penalizado por ley.
Estado. Al PPSOE le interesa ningunear a los navarros. A los de Sara, Agurain, Bilbo... a toda Nafarroa. En Ferraz, 70 está ahora el centro de decisión porque allí está la metrópoli. Para ellos defender Euskal Herria como nación es ser ETA.
Cánovas, que propugnaba un bipartidismo a la inglesa, escribió: «La tolerancia política es limitada, lo que no puede concebirse... es que gentes que aspiran a cambiar la forma actual del gobierno puedan entrar en los principios de una legalidad común con los que aspiran a defender y a sustentar para siempre la forma de este gobierno». Y teorizaba sobre los que atacaban a su Monarquía Constitucional. «Para eso, para esa clase de luchas, triste es decirlo, no hay otro teatro, no hay otro congreso, no hay otro parlamento que los campos de batalla. Entre los carlistas y nosotros, por ejemplo, no ha cabido nunca discusión fuera de los campos de batalla... Partidos de esa especie (radicales) no pueden con su representación, con sus doctrinas, alternar jamás en el poder... están hechos únicamente para la guerra civil».
Es la visión que de la izquierda abertzale tiene el PP. El socialismo, el comunismo y el sindicalismo «radicales» inquietaron a la derecha, pero han sido domesticados. Les han dado parte del pastel.
PP y PSOE son iguales, accionistas en bolsa. Empezaron renunciando a Marx y han acabado fagocitados por las estructuras del poder. ¿Acaso alguien puede reconocer a Saint-Simon en Ségolène Royal o a Pablo Iglesias en Felipe González?
Iglesia. El sermón de la montaña no se corresponde con las prácticas actuales de protestantes y católicos, alienados con el mercado y el consumo. Napoleón, que inicialmente había combatido la religión, acabó restableciéndola, porque «un cura vale por cien gendarmes» a la hora de calmar las ansias de igualdad de los pobres. «El evangelio de Cristo establece la primacía de la caridad sobre la justicia. El mayor bien son los demás, El mandamiento nuevo. La regla de oro de la caridad es amar a los enemigos» (Lc 6, 36-38 y Mt 5, 43-45).
No es posible «orden» y «estructura social» como los que conocemos en la la civilización cristiana occidental (CCO) aplicando la caridad tal como es descrita en Lc 6, 27: «Los préstamos se perdonan, no se reclama a quien toma lo que no es suyo, el violento puede repetir la acción contra la víctima, al ladrón se le facilita la labor». Ninguno de los cinco obispos de Euskal Herria lo predica ni lo practica. A veces, con la boca pequeña, hablan de concordia, pero como los sacerdotes del Levítico usan a ETA de «chivo expiatorio» atribuyéndole todas las culpas. De este modo la Iglesia, el poder y sus mamporreros políticos se sienten liberados y pueden continuar percibiéndose como perfectos, impolutos, sin errores. Chupar del bote.
Conducta. El cordón sanitario, inicialmente practicado por el PNV para aislar a Batasuna, ha funcionado con NaBai. No basta con condenar a ETA.
Skinner confirmó experimentalmente las ideas de Paulov. Para cambiar la conducta es necesario el castigo, pero para enseñar a aceptar el juego se precisa la zanahoria. Se practica desde el Neolítico. Es fácil reconocer el olor a zanahoria de Josu Jon. Las reglas de juego de la CCO son claras, si quieres pastel acepta la norma del poder. Esto vale para el socialismo francés, el nacionalismo de batzoki y para muchos de NaBai. Dicen que la lucha armada no tiene sitio, que es la culpable de la falta de unidad y disfrazan su independentismo de cartón-piedra argumentando que no es el momento.¿Qué mecanismo legal dejan a los que quieren conseguir la independencia? ¿El experimento Ibarretxe? ¿Votar democráticamente a partidos legales que, por definición, no son independentistas? ¿Ganar por mayoría absoluta reviviría a Tejero?
Al parecer, la solución que más les gusta es dejar pasar el tiempo. Excelente medicina para que se pudra la materia orgánica. En la ultratumba, cuando todos estemos calvos, los hijos de nuestros hijos, como sus abuelos, leerán lo que escribió en su despedida el compañero Xirinacs: «Una nación nunca será libre si sus hijos no quieren
arriesgar su vida en su liberación y defensa».
New way. Dicen que Clausewich está obsoleto como las guerras convencionales de ocupación o de guerrillas. Postulan otro tipo de guerra en la que el campo de batalla está en el cerebro de cada uno. En Jericó lo practicó el judío Josué. El plan ZEN. El terrorismo como coartada y la seguridad preventiva como justificación.
UPN cree que es malo aprender euskera (vascuence, dicen) porque fabrica nacionalistas. El inglés, ¿lengua de los navarros?, ayuda a integrarse en el imperio. La solución está en cada uno de nosotros. Tratan de evitar que los navarros sepamos que somos navarros para que no busquemos la libertad de Euskal Herria. El esclavo no debe tener conciencia de su esclavitud.
La vida, el arte, las creencias, las pasiones, los instintos, los sentimientos, el inconsciente, son irracionales -no racionales-, no proceden de la razón, del cortex. ¿Estamos volviendo a empezar un nuevo giro de la rueda del tiempo? La razón justifica lo que hemos hecho a posteriori. Actuamos por sentimientos. Sin embargo, empleamos siempre la razón al pensar en el dinero. Banqueros y políticos. Pero ¿hay alguna diferencia de fines entre razonamiento político y dinero?
Isuntza. Con mareas vivas impresiona la entrada del mar en la barra. Cambiante el agua, como el fuego, es siempre espectáculo. Luego, con la bajamar, pasear por Isuntza oliendo a algas es un bonus-plus del vivir en la Nafarroa marítima. Andando en la playa, como en la montaña, el tiempo desaparece y el espacio se alarga.
Pensaba en los prisioneros, algunos que no conozco como Parot, Elkoro, Gallastegi.. . y en mis pacientes como Txiki, Edu y otros. El tiempo pasa y la vida se va, y «estos» aplican el hierro de la venganza con maldad mientras hablan de justicia. La amnistía, «sin contrapartida política», será el síntoma que indique el comienzo de la solución.
Me sacó de mi mundo oír «Hori bai tontu dana», y me revolví mirando hacia el hostal y los jardines. No había nadie. «Chocheo», me dije, pero vinieron a mi oído con claridad de nuevo las palabras. «Te lo voy a decir en erdera para que te enteres: ¿sois todos tontos, o qué? Ni Francia ni España van a cambiar si no es por obligación, por necesidad». Allí estaba el viejo de roca, encorvado, del que se comentaba había hablado con Chao, con Humbolt, con Campion y también con aita Azkue y con Krutwig. Me acerqué, pero por más que le hablé y pregunté no me respondió. Luego, cuando me iba hacia la plaza, me gritó de nuevo: «Noiz dator Pototo?». Siempre vuelvo, pero no están.
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