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sábado, 9 de enero de 2016

El Colaboracionismo Pasa Factura

Mucho se ha escrito acerca de la incapacidad por parte de la ciudadanía estadounidense para entenderse como parte de una potencia colonialista e injerencista.

El ejemplo más claro fue la Guerra de Vietnam, conflicto bélico en el que Washington desató su furia genocida en contra del pueblo vietnamita, provocando millones de muertes llegando incluso a expandir su letal campaña a la vecina Camboya.

Pero cuando la cifra de soldados estadounidenses llegó a 50 mil el leviatán armamentístico decidió retirarse del sureste asiático.

Millones de un lado, cincuenta mil del otro... los imperios ya no son como antes.

Lo anterior lo hemos traido a colación como proemio a la nota publicada en el Correo Vasco que les presentamos a continuación y que nos habla de la factura que le ha cobrado a los integrantes de los distintos cuerpos armados españoles el ser estacionados en la Zona Especial Norte. 

Pues bien, parece ser que si bien el problema se ha manifestado entre quienes participaron en la ocupación ahora también se busca estudiar hasta que punto lo ha hecho en las filas de los colaboracionistas, siempre tomando en cuenta que la erchancha no está compuesta solo por vascos y que son muchos los mercenarios llegados de todos los rincones del estado español lo que se han enlistado en el aparato policial de Lakua.

Aquí tienen la nota:

El Gobierno vasco financiará un estudio sobre el polémico 'síndrome del Norte' en la Ertzaintza

La dirección de atención a las víctimas pagará 2.371 euros a una asociación de agentes de la Policía vasca para realizar un análisis médico sobre el trauma psicológico causado por el terrorismo, una afección que las instituciones siempre han negado y sólo han reconocido los jueces en casos aislados

Óscar B. de Otálora
En una decisión que no tiene precedentes, Lehendakaritza ha anunciado que financiará un estudio médico sobre el impacto que ha tenido el denominado 'síndrome del Norte' en los miembros de la Ertzaintza, según figura en el listado de ayudas a asociaciones de víctimas que ha concedido la oficina de atención a las víctimas. El informe sobre esta enfermedad -que las instituciones siempre han negado que exista- será llevado a cabo por Aserfavite, la asociación de ertzainas y familiares de víctimas del terrorismo, el colectivo que reúne a agentes de la Policía vasca que han sufrido algún tipo de ataque de ETA, y cuenta con una subvención de 2.371 euros. Los portavoces de esta asociación han afirmado a elcorreo.com que su objetivo es que mediante este trabajo «se reconozca el sufrimiento de muchos ertzainas que sin haber sido afectados por la violencia por medio de lesiones físicas, si que han padecido daños irreparables».

El 'síndrome del Norte' es un concepto polémico puesto que el Gobierno central siempre ha negado su existencia y sólo ha sido reconocido en casos puntuales mediante sentencias judiciales. Este término comenzó a utilizarse en los años 80 para definir un cuadro de estrés postraumático que sufrían miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil destinados en Euskadi en unos años en los que el terrorismo etarra llevaba a cabo casi un atentado diario y el número de muertos alcanzaba, por ejemplo en 1980, los 93 asesinados al año. En el caso de la Ertzaintza nunca se ha utilizado esta definición.

En principio, según las denuncias de los sindicatos policiales, se trataba de desarreglos psicológicos graves ocasionados por el temor constante a sufrir un atentado terrorista, unido a la presión social de verse rechazados o estigmatizados en su vida social, cuando finalizaba su trabajo. Los colectivos de agentes denunciaron en su día que este fenómeno estaba suponiendo un mayor índice de suicidios entre la plantilla destinada en el País Vasco, en lo que sería la versión más dañina del 'síndrome del Norte'. Otros efectos de esta presunta enfermedad profesional eran las depresiones, la ansiedad o las adicciones al alcohol y las drogas.

Fallos judiciales
Desde el Gobierno central siempre se negó su existencia, puesto que hubiera significado reconocer que existía una especial desprotección para los agentes destinados en el País Vasco o que la estrategia del terror de la banda estaba teniendo resultados. Su reconocimiento se produjo por primera vez en 1997, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria sentenció que los problemas psiquiátricos que padecían dos agentes -depresión en un caso y trastornos paranoides en el otro- estaban causados por la especial tensión con la que se desarrollaban las labores policiales en Euskadi. Esta resolución judicial suponía conceder el reconocimiento de una enfermedad profesional a los problemas psicológicos y no considerarlos una afección común.

La siguiente sentencia se produjo en 2001, cuando la Audiencia de Sevilla obligó a una aseguradora a indemnizar a la familia de un agente del Cuerpo Nacional de Policía que se había suicidado. El fallo tuvo en cuenta que en la decisión del funcionario fue clave el trastorno de estrés postraumático causado por su destino en el País Vasco en los años 90, por lo que la empresa debía pagar a la familia del suicida, puesto que se quitó la vida en un acto «ajeno a su voluntad». La Audiencia de Sevilla, además, pidió que se reconociera al Policía como víctima del terrorismo. No todas las sentencias sin embargo, han reconocido la existencia de este problema y también hay decisiones judiciales que la han rechazado. En el 2009, por ejemplo, un juzgado vasco se negó a reconocer esta enfermedad en un escolta privado que también aseguraba padecer un cuadro de estrés postraumático a consecuencia del terrorismo.

En el caso de la Policía vasca ni siquiera se había barajado la existencia de esta enfermedad laboral. Según los portavoces de Aserfavite, sí se han reconocido casos de estrés postraumático en ertzainas que habían sufrido amenazas, pero no con los condicionantes propios de lo que sería el 'síndrome del Norte'. «Podemos decir que en la práctica totalidad de personas jubiladas por incapacidades por causa de las amenazas de ETA existía un 'síndrome del Norte'. Sí se ha reconocido que existe un daño psicológico», añaden las citadas fuentes, «pero no de forma automática, si no después de sentencias judiciales». El objetivo de este estudio es, según la asociación, que el reconocimiento de los daños psicológicos del terrorismo se realice de forma automática, sin tener que esperar a la resolución de un juzgado. En opinión de Aserfavite, más de cuarenta ertzainas podrían estar afectados por el 'síndrome del Norte'.



Pobres, entrar a pelotazo limpio en conta de manifestantes, romper dientes, triturar costillas, macanear craneos y demás divertimentos les ha causado tanto pero tanto estrés.

Por cierto, que forma tan idiota de malgastar el dinero de los que tributan en la CAV.





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