Una reflexión del profesor Arrondo:
Los presos vascos
Prof. César Arrondo | Universidad Nacional de La Plata (Argentina)
En estos días la prensa vasca y española ha evaluado desde diferentes ópticas la situación de los presos vascos. Cabe recordar que el colectivo de presos vascos está compuesto por más de 700 ciudadanos, los cuales en su mayoría se encuentran dispersos en el Estado español, a un promedio de 600 kilómetros de distancia de Euskalherría.
También existe un colectivo de presos en el exterior, como por ejemplo en México donde hay seis ciudadanos vascos detenidos.
La dispersión impuesta desde el Estado español, separa a los presos de sus familiares y amigos, violando diversas legislaciones, entre ellas la europea, que establece el derecho de los presos de cumplir sus condenas en las cárceles próximas a su domicilio.
La dispersión antes mencionada, se ha cobrado muchas víctimas entre parientes y amigos, los cuales han sufrido accidentes mortales en las carreteras del Estado español.
Los presos vascos aparte de cumplir condenas superiores a la media europea, no pueden acceder a los beneficios del cumplimento de los dos tercios de la misma.
El Ministro del Interior del Estado español José Antonio Alonso, afirmó que el Gobierno del Estado mantendrá como suya la competencia de prisiones y que no está previsto transferir esta competencia al Gobierno Autónomo Vasco.
Ante los Senadores del grupo mixto, el Ministro no pudo explicar que medidas se tomarán para poner fin a la muerte de personas encarceladas, en clara referencia a lo ocurrido en Nanclares de Oca, donde como es de conocimiento público, los detenidos viven en condiciones infrahumanas.
También los derechos a la educación de los presos, en muchas oportunidades han sido conculcados, sin más argumento que es una forma más de castigarlos.
Las visitas también son limitadas, muchos familiares recorren muchos kilómetros desde distintos lugares de Euskalherría para poder estar con sus seres queridos solamente un corto plazo de tiempo, el cual muchas veces no supera la medio hora. Y esto es posible, siempre y cuando al llegar al reclusorio no se encuentren con disposiciones extraordinarias que prohiben la visita, haciendo estéril el largo viaje.
No deja de ser menos humillante que para visitar a los detenidos se tenga que presentar un listado, donde constan los nombres de parientes y amigos acreditados a tal fin, el cual se debe actualizar periódicamente.
Ante la situación antes planteada, no queda otra urgente solución que la transferencia de las prisiones al Gobierno Vasco, el acercamiento de los presos a Euskalherría, en el convencimiento de que el alejamiento constituye un acto más de injusticia no sólo para el detenido sino también para sus parientes y amigos.
.... ... .
No hay comentarios.:
Publicar un comentario