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domingo, 5 de junio de 2011

El Asunto del Medio Ambiente

El pueblo vasco ha sido testigo en varias ocasiones de como decisiones tomadas en Madrid para beneficio de los españoles han terminado por afectar grandemente el equilibrio ecológico en Euskal Herria. Hay luchas muy actuales como la oposición al Tren de Alta Velocidad con la campaña AHT Gelditu!, hay otras que aún duelen, como la represa de Itoiz, y hay victorias como la cancelación de la construcción de la planta nuclear de Lemoiz (aún cuando el franquismo borbónico insistió y terminó por activar la nuclear de Garoña a escasos metros de nuestras fronteras). Vía El País nos llega este recuento de propuestas para mejorar el medio ambiente en la Comunidad Autónoma Vasca:

Asignaturas pendientes para una Euskadi totalmente verde

Kerman Romeo

Euskadi camina firmemente hacia la sostenibilidad. Cada vez existen más iniciativas para lograr un territorio completamente verde y la población está concienciada. Sin embargo, aún persisten algunos puntos negros dentro del panorama vasco.

La industria copa el territorio, el transporte contamina más de lo que sería deseable debido a la dictadura del coche y los ríos necesitan más ayuda para su limpieza. Además, las energías renovables no han dado el salto definitivo y no han cumplido con las expectativas. Algunas localidades de tradición industrial también claman por medidas sostenibles.

- Un territorio cada vez más artificial y fragmentado. No se logra reducir la artificialización y fragmentación de la naturaleza. Euskadi es un territorio pequeño, de poco más de 7.200 kilómetros, marcado por una orografía montañosa y en el que la población, la industria y las líneas de transporte se concentran en los fondos de los valles.

La crisis económica ha supuesto una ralentización de los proyectos. Sin embargo, en 2008 cerca de 6 millones de metros cuadrados pasaron a ser considerados artificiales, con lo que esta categoría suma ya el 8% del territorio -unas 57.322 hectáreas-. En muy pocos años se ha pasado de aproximadamente el 5,5% del territorio al 8% del total.

- Emisiones de CO2. En 2009, las emisiones de gases de efecto invernadero fueron un 6% superiores a las de 1990, un dato realmente bueno en comparación con los de otras regiones. Igualmente, se espera que los datos de 2010 sean positivos como consecuencia de la crisis económica. Se camina en la dirección correcta para cumplir las premisas del vigente plan de cambio climático, que establecía que no se debían sobrepasar las emisiones de CO2 entre 2008 y 2012 más allá del 14%.

No obstante, los datos de los sectores difusos -transporte o consumo doméstico-, que suponen un 24% de las emisiones, no son tan halagüeños. "Transporte y edificios eficientes son los retos para los próximos años", apunta Antxon Olabe, de la consultora medioambiental Naider. El viceconsejero de Industria, Xabier Garmendia, indicó a EL PAÍS que los principales cambios del futuro se darían en torno a la movilidad sostenible.

- Ríos. Actualmente, el 60% de los ríos vascos no cumple con los requerimientos que la directiva marco del agua de la Unión Europea estableció para 2015. Euskadi ha realizado notables esfuerzos en los sistemas de depuración. Sin embargo, Medio Ambiente, a través de la Agencia Vasca del Agua, se está encontrando con problemas para mejorar la calidad del agua de los ríos, que tienen una clara incidencia en la calidad de vida percibida de las poblaciones. "Deberíamos dar un claro salto hacia la recuperación integral y ecológica de los ríos", resalta Olabe.

- Transporte. Siguen predominando los modos de transporte por carretera en vehículo privado, tanto en mercancías como para personas. Las tres capitales vascas han dado grandes pasos en materia de movilidad sostenible. Bilbao con el Metro, Vitoria con el tranvía o San Sebastián con el futuro metro son algunos de los ejemplos. No obstante, aún sigue siendo mayoritario el uso del coche para cualquier tipo de trayecto.

- Energía. Euskadi presenta una notable debilidad en su balance energético. La dependencia de los combustibles fósiles -petróleo, carbón y gas natural- es enorme. De hecho, suponen un 94% del total, un dato muy superior a la media española. Esto provoca que el sector energético vasco dependa demasiado del contexto global y de la inestabilidad de los países productores de petróleo y gas.

Igualmente, las renovables no han conseguido desplegar todo su potencial. Las energías limpias deberían haber supuesto el pasado año un 12% del total. Sin embargo, apenas significan un 6% del total. Además, mientras que la eólica se consolida en España como la principal fuente renovable -el pasado mes de marzo se convirtió en la primera fuerza en materia de energía eléctrica generada en España-, en Euskadi se ha dejado de soplar.

La última apertura de un parque eólico se produjo en 2005 y la ampliación más reciente data de 2007. Pese al frenazo, Euskadi sigue abogando por esta energía como apuesta de futuro. El territorio vasco apenas dispone del recurso del sol, la energía geotérmica no está en condiciones de ser una tan potente de momento y la marina -una apuesta de futuro del Gobierno vasco, que ya ha impulsado dos proyectos pioneros en Arminza y Mutriku para aprovechar la energía de las olas- aún está en fase de estudio.

- Calidad percibida del medio ambiente urbano. Las tres capitales vascas presentan un nivel de calidad medioambiental bastante elevado. Sin embargo, otras localidades tradicionalmente industriales de entre 20.000 y 50.000 habitantes, como Irún, Barakaldo, Eibar, Rentería o Azpeitia, aún deben dar el salto definitivo hacia la sostenibilidad. En los últimos 20 años se ha mejorado la calidad ambiental de Bilbao, San Sebastián y Vitoria de manera destacable. Sin embargo, estos trabajos deben trasladarse ahora a otros espacios como los citados, que requieren más entornos verdes, mejoras para evitar la contaminación acústica o medidas para descongestionar sus calles. Todo por ser limpios.


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