No ha tardado mucho el inquisidor español Baltasar Garzón en aprovechar la atmósfera creada por lo ocurrido en Nueva York y Washington el pasado 11 de septiembre para introducir en su discurso la actividad armada de ETA. Pero no ha quedado ahí la cosa, sino que dicha vinculación la ha hecho para alertar al gobierno de México, cumpliendo así con una de las premisas del acuerdo de colaboración entre Juan José Ibarretxe y José María Aznar; llevar la represión en contra del movimiento de liberación vasco al ámbito de América Latina.
Peor aún, Garzón pretende equiparar a los movimientos subversivos en México -FARP, EZLN, ERP, ERPI- con los grupos de la yihad islámica al hablar de hipotéticas escaladas en la intensidad de los ataques. Vamos, que al escuchar a Garzón resulta imposible olvidar los años de la "guerra sucia" en México, sobre todo por lo ocurrido en Guerrero con los vuelos de la muerte al estilo de Argentina.
Lean esto que ha publicado La Jornada:
Garzón aconseja a México atajar movimientos subversivos
El juez español recomienda dialogar sin que al Estado se le impongan condiciones
Jorge Alberto Cornejo | Corresponsal
Si el gobierno federal no ataja inicialmente cualquier movimiento subversivo violento, como el de las denominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), se corre el riesgo de que dichos grupos se conviertan en un problema grave de terrorismo, aseveró el juez español Baltasar Garzón Real.
Añadió que se debe someter a esas facciones "al principio de la legalidad y entrar en un esquema de diálogo, sólo con una decisión de parte de las mismas organizaciones de acabar con la violencia, y sin que el Estado sea sometido a imposiciones (...) y sin comprometer el estado de derecho".
El magistrado de la Audiencia Nacional de España informó que en su país, además del terrorismo de ETA, "desde hace mucho tiempo" ocurre lo que se conoce como terrorismo de baja intensidad o terrorismo urbano, "con una proyección en menor escala de atentados contra entidades bancarias, intereses públicos, autobuses y camiones de determinadas empresas".
Afirmó: "Inicialmente esto era a muy pequeña escala, (sin embargo) hoy día, nadie duda (...) que ese terrorismo de baja intensidad es una forma de terrorismo utilizada por la propia organización terrorista ETA".
A estos grupos, agregó, se les debe someter al principio de legalidad, "con organizaciones estructuradas de corte de violencia política, de violencia terrorista, en distintos países se han planteado las cuestiones del diálogo o de incluso la negociación con los mismos, pero para que pueda haber diálogo primero tiene que haber una decisión de los responsables de esas organizaciones de acabar con esa violencia y luego que haya algo sobre qué dialogar y sin aceptar imposiciones de una organización terrorista a las instituciones y al estado de derecho".
En relación con los ataques de bajo perfil de las FARP a sucursales bancarias, señaló que el hecho de que tengan poca intensidad las acciones terroristas, "no significa que no se tenga que tener contundencia en la investigación y sanción de las mismas".
Enfatizó: "Lo que hay que hacer es investigar, averiguar cuáles son los responsables, y partir de allí para aplicar la ley y el Código Penal como esté establecido".
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