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lunes, 5 de agosto de 2024

Egin | Entrevista a Gerry Adams

En Naiz han retomado esta entrevista otorgada por el luchador e internacionalista irlandés Gerry Adams allá en 1977.

Lean y comparen con la actualidad, tomando en cuenta el papel que Gerry Adams tuvo en el proceso de Desarme, Desmovilización y Reinserción de ETA.

Adelante:


Gerry Adams, en entrevista de 'Egin' en 1996: «Vuestra lucha por la libertad ha inspirado a muchos irlandeses»

El 5 de agosto de 1996, 'Egin' publicaba una entrevista con el líder republicano irlandés Gerry Adams, dentro de una serie bajo el título «Euskal Herriari begira». Siguiendo esa línea, el entonces presidente del Sinn Féin mostraba sus conocimientos sobre el conflicto vasco, del que siempre ha estado pendiente, hasta el punto de participar en la Conferencia de Aiete de 2011 y firmar su declaración junto a otros líderes internacionales, como Kofi Annan.

En la entrevista realizada en 1996, Adams señalaba que «vuestra lucha por la libertad ha inspirado a muchos irlandeses» y mostraba su admiración por «la entrega y compromiso del pueblo vasco con los principios de igualdad, justicia y democracia». Este es el contenido íntegro de la entrevista:

«Siempre estamos con los que luchan por la libertad»

I.Madariaga

Gerry Adams, el líder republicano irlandés más carismático, mira con sentimientos de solidaridad y afinidad al pueblo vas­co. Preguntado por sus pensamientos hacia Euskal Herria, el presidente del Sinn Féin, personaje que da comienzo a esta serie de entre­vistas que 'Egin' ofrece bajo el título «Euskal Herrirari begira», manifiesta que «he admirado desde siempre la entrega y compromiso del pueblo vasco con los principios de igualdad, justicia y democracia». Adams, pese a estar inmerso en su país en un complejo y durísimo conflicto político, no se olvi­da de aquellos que «en Euskal Herria, o en otras partes del mundo, están luchando por la autodeterminación nacional y la libertad».

Gerry Adams visitó Euskal Herria en mayo de 1994, poco antes de que la situación en su país tomase un nuevo giro con la tregua decretada por el IRA. Ahora, en un momento en el que el proceso de paz se encuentra en una difícil situación, vuelve a hablar para 'Egin', esta vez sobre Euskal Herria. En todo este tiempo, su pensamiento sobre los vascos y su lucha no ha variado.

El pueblo irlandés siempre ha suscitado mucha simpatía en el pueblo vasco. ¿Diría usted que ese sentimiento es recíproco?

El pueblo vasco ocupa desde hace tiempo un lugar especial en los corazones del pueblo irlandés. En particular, los republicanos ir­landeses sienten afinidad con la lucha de los vascos por la independencia y la autodeterminación. Una muestra de la estrecha relación existente entre nuestros pueblos es la participación, una vez más, de gentes vascas en el Festival de West Belfast de este año. Van a tener una acogida im­presionante.

¿A usted qué opinión le merecen los vascos?

He admirado desde siempre la entrega y compromiso del pueblo vasco con los principios de igual­dad, justicia y democracia. Vues­tra lucha por la libertad ha inspi­rado a muchos republicanos irlan­deses.

Ustedes han mantenido relaciones con todos los partidos de corte nacionalista del País Vasco. ¿Han encontrado en todos receptividad hacia sus planteamientos?

Hemos debatido con todos los partidos nacionalistas vascos. Les hemos explicado las líneas gene­rales de la situación aquí y hemos escuchado con interés sus análisis de la situación en el País Vasco. Sin embargo, nuestros principales lazos solidarios son con Herri Ba­tasuna.

Dicen que los líderes políticos cambian con facilidad sus posiciones en política internacional según sus propios intereses. Es así que hay numerosos ejemplos de que grupos que han apoyado a determinados movimientos de liberación de otros lugares han dejado de prestar ese apoyo al cambiar su propia situación. ¿Cree que tras un proceso de normalización en Irlanda su posición respecto al País Vasco podría cambiar?

Me gustaría pensar que un acuerdo de paz en Irlanda serviría de señalización para el futuro de otras luchas. Así como la lucha en Sudáfrica fue un ejemplo para los republicanos irlandeses, y estoy seguro de que también para el pueblo vasco, de la misma forma desearía que el éxito en Irlanda llevase al éxito en Euskal Herria.

Por nuestra parte, Sinn Féin siempre estará con aquellos que en Euskal Herria o en otras partes del mundo estén luchando por la autodeterminación nacional y la libertad.

¿Cree posible un proceso de diálogo en el País Vasco?

El problema en Irlanda es un problema político, que requiere una solución política. Eso solo es posible mediante un proceso de diálogo sin exclusiones (en in­glés, inclusive, es decir, que in­cluya a todas las partes), sin con­diciones previas. Ese mismo en­foque de la resolución de conflic­tos tiene que ser el camino hacia adelante también en Euskal He­rria.

Las  soluciones  militares,  las victorias  militares,  no  traen  la paz. Han demostrado ser la políti­ca fracasada del pasado. El cami­no hacia adelante, a un futuro en paz, solo puede construirse sobre un proceso de diálogo.

Por supuesto, ese camino hacia la paz no es fácil. Tal como he­mos descubierto, hacer la paz es mucho más difícil que hacer la guerra. Es arriesgado y muy peli­groso. Pero creemos que el diálogo sin exclusiones tiene la llave de un futuro en paz para todo nuestro pueblo.

¿Con quién preferiría negociar, con John Major o con José María Aznar?

(Se para a pensar y en su res­puesta sólo hará referencia al pri­mer ministro británico). Las ne­gociaciones siempre son proble­máticas, sean entre sindicatos y empresarios, o entre gobiernos, o entre enemigos  políticos.  John Major es el primer ministro britá­nico y como tal lleva el peso y responsabilidad final de la situa­ción actual. Su política y cómo enfoque las cosas determinarán si conseguimos restaurar el proceso de paz o si fracasamos.

Entiendo las muchas dificulta­des que le apremian, pero todos tenemos dificultades, y no deberí­amos permitir que bloqueen los avances para una pronta reconstrucción del proceso de paz.

Sinn Féin está totalmente com­prometido a reconstruir un proce­so de paz creíble. Esa es nuestra convicción. Esa es nuestra pro­mesa a todo el pueblo irlandés.

La realidad es que si tenemos que hacer avances reales, necesi­tamos una asociación para la paz liderada por el Gobierno irlandés y el británico, que requiere la par­ticipación activa de todos los sec­tores del pueblo. Nuestro objetivo compartido tiene que ser un acuerdo global negociado; un nuevo enfoque basado en toleran­cia, apertura, igualdad y la aco­modación democrática de las di­ferencias.

De su conocimiento de la situación vasca, ¿qué pasos del proceso irlandés serían aplicables? ¿Cuáles son, en su opinión, los mayores peligros?

Cada situación es diferente. Pero, por mis limitados contactos con otras luchas, en especial el ejemplo sudafricano, he constata­do que los principios que apunta­lan la resolución de conflictos son aplicables a todos los conflictos.

No tengo información lo sufi­cientemente detallada como para comentar la situación vasca. Sin embargo, creo que cualquier pro­ceso de paz requiere diálogo sin exclusiones, sin condiciones pre­vias y sin final predeterminado, en el que todas las partes partici­pen sobre la base de la igualdad. Nadie debe ser excluido y todos los temas deben estar sobre la mesa para su discusión y negocia­ción. Un marco temporal es un elemento esencial para asegurar que exista una dinámica que im­pulse las negociaciones.

Obviamente, son determinantes el valor, la flexibilidad y la volun­tad de asumir riesgos y tener ini­ciativas. El mayor peligro que amenaza cualquier esfuerzo de re­solución de conflictos surgirá si cualquiera de las partes de la ne­gociación pretende utilizar el pro­ceso para derrotar a sus oponen­tes y lograr la «victoria» que se le escapó antes.

En junio de 1995, tuve el gran privilegio de viajar a África del Sur invitado por el ANC, y de reunirme y debatir con su direc­ción, incluyendo al presidente Mandela. Aprendí mucho. Pero se me ha quedado grabado un conse­jo del presidente Mandela: «Para hacer la paz con un enemigo, hay que trabajar con ese enemigo, y hacer que ese enemigo se con­vierta en tu asociado».

¿Cómo ve la intervención exterior en facilitar las relaciones entre las partes?

En última instancia, los con­flictos solo pueden ser resueltos por los pueblos involucrados en ellos. Sin embargo, la comunidad internacional puede desempeñar un papel constructivo y positivo creando las condiciones adecua­das para que se den negociacio­nes. El compromiso internacional puede actuar como dinamizador en el curso de las negociaciones, impulsando debates, y también sirviendo de freno a quienes pu­dieran pensar en crear dificultades.

El País Vasco, al igual que Irlanda, tiene un fuerte contencioso debido a que se encuentra dividido bajo diferentes administraciones. ¿Qué valor le concede como nacionalista a la unidad territorial?

La partición ha tenido un im­pacto desastroso sobre mi país. Ha distorsionado el panorama po­lítico durante más de 45 años. Ha creado división y odio. Ha ahoga­do nuestro desarrollo económico y ha asegurado la continuidad de la emigración, del paro y la po­breza masivas.

Además, el estado de los Seis Condados del Norte ha sobrevivi­do únicamente sobre una base de represión y ocupación militar bri­tánica. Los republicanos estamos convencidos de que la raíz de este problema está en la presencia bri­tánica en nuestro país, y que, por ello, los británicos deben mar­charse.

Sabemos que otros tienen otro punto de vista. Aspiramos a la au­todeterminación nacional, la uni­dad e independencia de Irlanda como un estado soberano.

Está ampliamente aceptada la necesidad de un cambio constitu­cional y político fundamental si hemos de llevar un proceso de paz a un final democrático. Ten­drán que establecerse nuevas rela­ciones entre todas las gentes de nuestro país. Será difícil, requiere diálogo honesto y un proceso de negociación sin exclusiones, sin precondiciones. La prioridad bá­sica del Sinn Féin es asegurar igualdad de derechos para todos los ciudadanos.
Evidentemente, lo que se re­quiere ahora es un proceso políti­co eficaz que elimine las causas del conflicto y cree las condicio­nes necesarias para un acuerdo político duradero. Admitimos que negociaciones reales son el único mecanismo democrático para el cambio.

¿En qué cree que no se debe ceder en un proceso de paz?

Un proceso de paz tiene que incluir la buena voluntad de ser flexible y de intentar buscar un arreglo. Eso, inevitablemente, significa dar tanto como tomar. Hasta dónde debe irse es entera­mente cuestión de los implicados en el proceso de negociaciones.

¿Cómo afectó la censura al Sinn Féin y qué representó el final de la prohibición tanto para el partido como para el proceso de conversaciones?

La censura no afectó solo al Sinn Féin. La retención de infor­mación tuvo un profundo impacto en Irlanda, Gran Bretaña e inter­nacionalmente. No tengo ninguna duda de que la censura ha prolon­gado innecesariamente este con­flicto porque aseguraba que mu­cha gente no conseguía ver su na­turaleza esencialmente política. El énfasis del Estado británico en la represión se aceptaba, por lo tanto, casi sin cuestionárselo. La censura es una forma de manipu­lar a la opinión pública.

Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en ofrecer al público la información necesaria para que éste pueda for­marse una opinión sobre los acontecimientos durante un pro­ceso de paz. Los medios deben ser guardianes de la verdad.

Un elemento común entre Irlanda y el País Vasco es la existencia de presos políticos. ¿Qué suponen para un movimiento de liberación nacional sus presos?

Los presos son la personifica­ción de una lucha de liberación nacional. No puede haber un acuerdo de paz que pase por alto esta cuestión. Los presos políticos deben ser liberados.

¿Tiene usted conocimiento de las condiciones de vida que padecen los prisioneros vascos?

Sí. Es intolerable. Se les niegan sus derechos humanos básicos al mantenerles en aislamiento y se­parados por cientos, miles de ki­lómetros, de sus familias. El mal­trato de los presos políticos y sus familiares es contraproducente.

La experiencia de los republi­canos irlandeses en Irlanda y tam­bién con muchos de nuestros presos en Gran Bretaña es similar a la de los presos vascos.

Desde su experiencia, ¿qué diría a los presos vascos?

Nuestros pensamientos están con vosotros. Espero que lleguen pronto la paz y la justicia a Eus­kal Herria y que os reunáis pronto con vuestras familias.

¿Qué le sugiere la palabra «terrorista»?

El terrorista de unos es el lu­chador por la libertad de otros. El terrorista de unos puede conver­tirse rápidamente en un hombre o mujer de Estado. Muchos de quienes por todo el mundo luchan por la libertad y la democracia ven a los gobiernos y estados contra los que luchan como dis­puestos a utilizar medios de terror para lograr sus objetivos.

Los tópicos pueden ser utiliza­dos para levantar obstáculos al diálogo. Deberían evitarse. Al fi­nal, cualquier proceso de paz solo puede construirse si los enemigos están dispuestos a ver a sus opo­nentes como seres humanos que merecen respeto y con quienes necesitan negociar de buena fe.

Los medios de comunicación han establecido en numerosas ocasiones una relación entre el IRA y ETA. ¿Cree que existe tal relación?

Esta es una cuestión que solo el IRA y ETA pueden contestar. Yo no tengo ningún conocimiento de este tema.

¿Qué opina de la lucha armada de ETA?

Sinn Féin no aboga por el uso de la fuerza. Comprendemos por qué en determinadas circunstan­cias los pueblos oprimidos pue­den recurrir a las acciones arma­das, pero es una cuestión suya.

Un deseo para el pueblo vasco.

Deseo al pueblo vasco paz, prosperidad y un futuro libre del conflicto del pasado.

 

 

 

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