Un blog desde la diáspora y para la diáspora

miércoles, 28 de agosto de 2024

El Salto

Desde el portal de Público traemos a ustedes este reportaje acerca de las más recientes declaraciones por parte de Arnaldo Otegi, portavoz de la izquierda abertzale.

Adelante con la lectura:


Arnaldo Otegi plantea la necesidad de "un salto" en materia de autogobierno en Euskadi y Navarra

El coordinador general de EH Bildu no ve "en el horizonte" que su formación llegue a apoyar los Presupuestos vascos para 2025 porque no entrará en "términos de mercadeo persa".

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, plantea la necesidad de que se dé "un salto" en materia de autogobierno en la Euskadi y en Navarra. Además, pretende que se aborde en ambos ámbitos territoriales un debate "para un gran estatus" que recoja el reconocimiento nacional y una fórmula de "derecho a decidir pactado".

Así lo ha transmitido este miércoles, cuando ha declarado que el primer paso en la conformación de un autogobierno debe ser "que España reconozca que Euskal Herria es una nación". El segundo sería definir los territorios que conformarían esa nación, "al menos en términos teóricos e históricos", ha apuntado. También sería preciso, a su juicio, definir los ámbitos competenciales de Euskadi, modificándose el modelo de relación actual con el Estado español.

Partiendo de esta premisa, asegura, se podría "empezar a caminar en una buena dirección en ese acuerdo". Para la formación abertzale, serán "irrenunciables el derecho a decidir y el reconocimiento de la nación vasca", y ha recordado que su propuesta plantea "un modelo de carácter confederal". "Creemos que puede haber fórmulas que recojan ese derecho a decidir, que hay que regular. Dicho esto, nadie está pensando en ejercer un derecho a decidir de carácter unilateral, sino pactado, como el que hubo en Escocia o en Quebec", ha explicado.

La cuestión propia de las competencias a nivel social, económico, cultural y económico es una de las prioridades de Otegi y a su vez "un escollo fundamental" pero ineludible con el Estado español. Dos ejemplos de ello, que ya han causado roces entre el Gobierno estatal y EH Bildu han sido la gestión de la seguridad social o la presencia de selecciones nacionales deportivas compitiendo internacionalmente.

Por ello, el abertzale ha defendido que no se puede "someter a la ciudadanía, a las organizaciones políticas, a sus organizaciones sindicales y sociales, a un debate otra vez interrumpido, en una rotonda en la que vamos dando vueltas y un debate que solo se produce entre las élites de los partidos políticos", ha manifestado.

Además del trabajo parlamentario que ya existe, ha explicado que ya existe el precedente del acuerdo alcanzado en las conversaciones de Loiola (desarrolladas en 2006 entre PNV, Batasuna y socialistas), que "se malogró". "En gran parte por nuestra responsabilidad", ha reconocido. El PNV todavía no les ha llamado para una ronda de contactos sobre el nuevo estatus que previsiblemente comenzará en septiembre.

También ha considerado que en esta cuestión debe darse "un gran acuerdo entre abertzales y un acuerdo que también concite la voluntad de los que no son abertzales". Según ha explicado, es necesario que se consensuen "unos mínimos" que defiendan las formaciones nacionalistas, aunque ha dicho que "eso tiene que ser compartido con el resto", pero no sabe "si después o al mismo tiempo".

Asimismo, Otegi ha vuelto a ironizar sobre que espera que al secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, "le hayan pasado el discurso" de Salvador Illa en su investidura como president. "Illa dice que Catalunya es una nación, la lengua catalana forma parte del núcleo de la nación catalana, España es un país plurinacional y aspira a construir estados federados en el conjunto de Europa. Esta sí es una posición con la que probablemente sería posible alcanzar un acuerdo", ha indicado.

Sobre el pacto de salud que pretende alcanzar el lehendakari Imanol Pradales, Otegi ha considerado que "hay una rectificación por parte de este Gobierno y del PNV, que ha venido al modelo de EH Bildu", mientras el anterior Ejecutivo defendía que había "una conspiración entre EH Bildu y los sindicatos para hacer creer" que Osakidetza "era un servicio degradado". A su forma de ver, esta "degradación" ha venido de la mano de "las políticas públicas neoliberales", por lo que "ahora toca ir al modo de solución política de EH Bildu, que es la de acabar con la precariedad, con la privatización e ir a un modelo de gestión mucho más eficaz".

En relación a la aprobación de los presupuestos vascos, el coordinador de EH Bildu no ve "en el horizonte cercano", que EH Bildu pueda alcanzar un pacto sobre éstos para 2025 en el Parlamento vasco. En esta línea, ha apuntado que su formación tiene que hacer una reflexión en torno a las cuentas públicas "en su conjunto, tanto en el Estado, como el Parlamento de Navarra, el Parlamento de la Comunidad Autónoma Vasca, diputaciones y ayuntamientos", sobre dónde se deben invertir los recursos.

"¿Lo queremos seguir invirtiendo en políticas de grandes infraestructuras, de grandes eventos, o queremos hacer con eso otra cosa? Creo que enfocar el debate presupuestario en términos un poco de mercado persa, no va a ser nuestra posición", ha concluido.




°

domingo, 25 de agosto de 2024

El "Augurio" de NYT

Naiz rescata este artículo publicado por Egin en 1986, mismo en el que se desmenuza un reportaje aparecido en las páginas de The New York Times.

Adelante con la lectura:


‘The New York Times’ publica un reportaje sobre Euskal Herria

En verano de 1986, ‘The New York Times’ publicó un reportaje sobre la situación política de Euskal Herria. ‘Egin’ reprodujo al día siguiente un resumen del artículo en el que el diario neoyorkino recogía diferentes testimonios y subrayaba que el principal cambio en la lucha contra el independentismo era la cooperación con el Estado francés.

Isidro Esnaola

Tanto ‘GARA’ como ‘Egin’ antes han sido instrumentos para que Euskal Herria se mire a sí misma y para mirar al mundo con los ojos de la ciudadanía vasca. Pero, a veces, también han servido para recoger otras las miradas que desde el exterior se fijaban en este pequeño país. El periódico se  hacía eco de artículos y reportajes que medios de otros países publicaban sobre Euskal Herria.

En este caso, el The New York Times publicó un reportaje de su corresponsal en el Estado español, Edward Schumacher, que recogía los testimonios de empresarios, políticos, expresos y expertos que daban una visión amplia de la disidencia vasca y de la lucha de ETA. El reportaje subrayaba el aumento de la colaboración del Gobierno francés para que Ipar Euskal Herria no fuera un «santuario de etarras».

Por otro lado, también recogía las constantes movilizaciones, la tortura o la prohibición del euskara durante el franquismo y el apoyo social con el que ETA contaba. El reportaje señalaba que se entrenaba y financiaba con sus propios medios y recogía la opinión de un experto que lo que hacía fuerte a ETA era que tenía objetivos claros y no se perdía en cosas como «el «antiamericanismo o el  antiimperalismo», sino que «van derecho a lo que dicen que les oprime, la Guardia Civil y el Go­bierno español».

Y finalizaba recogiendo la opinión de Juan Mari Bandres, de Euskadi Ezkerra, y Xabier Arzalluz, del PNV, que consideraban que ETA no podía ser vencida con medidas policiales y que sería necesario negociar.

Este es el artículo de ‘Egin’ que recoge el contenido del reportaje del diario norteamericano:

Según el ‘New York Times’, no hay final para el «terrorismo vasco»

La reciente reactivación del acti­vismo de ETA ha subrayado cómo este grupo de 18 años de exis­tencia sigue siendo una de las orga­nizaciones armadas europeas más eficaces y evasivas y una «espina de la joven democracia» española, decía ayer ‘The New York Times’.

El ‘Times’ dedica media página a analizar este fenómeno en un artículo fechado en Bilbo y firmado por Edward Schumacher, corresponsal del diario en el Estado español, y que lleva por título ‘Terrorismo vasco, sin final a la vista’.

El  artículo, que incluye también una entrevista con un ex-militante acogido a la ley de reinserción so­cial, dice que «aunque ETA parece debilitada, funcionarios afirman que no aparece un final a la vista para la violencia».

El diario da cuenta de los últimos atentados de ETA y las medidas gu­bernamentales, incluida la coopera­ción con Francia para evitar que ese país siga siendo «santuario de etarras».

«Las medidas enérgicas han agra­vado las amargas diferencias históri­cas entre Madrid y la región vasca, animando aparentemente lo que había estado retrayendo la simpatía popular vasca por el grupo», dice Schumacher.

«Pero aun, de acuerdo a muchos vascos... la violencia ha profundi­zado la crisis económica y desmora­lizado a muchos de los dos millones de vascos».

«La sociedad está traumatizada», dice José María Vizcaino, presidente de la Confederación de Empresas Vascas. «La gente se radicaliza con rapidez. Los problemas laborales se traducen en el incendio de camiones. Las manifestaciones se vuelven vio­lentas» y «la Policía se sobrepasa».

«La región está severamente ate­rrorizada –dice Schumacher– y no pasa día sin que los simpatizantes de ETA se manifiesten en las calles y se enfrenten a la Policía».

El autor recuerda cómo y por qué nació ETA y cómo el general Fran­cisco Franco acabó con la autono­mía del País Vasco y prohibió el uso del euskara.

«Pero ETA se ha negado a reconocer que España ha cambiado», añade. «De las 523 personas asesina­ das por ETA en los últimos 18 años, unas 480 lo fueron tras la muerte de Franco».

Encuestas de opinión indican que «la mayoría de los vascos rechazan a ETA, pero los esfuerzos para erradi­carla son complicados por el apoyo dado al grupo por el partido político izquierdista llamado Herri Batasu­na».

El parlamentario Jon ldigoras niega el que ese partido sea el brazo político de ETA, pese a que compar­tan programas políticos «paralelos» y justifica la violencia etarra.

«Lo que otros consideran terro­rismo es para nosotros una respuesta al Gobierno español», dice  Idigoras, y en palabras de un ex-etarra, es una respuesta de «terrorismo de guante blanco».

Schumacher cita a un analista de inteligencia internacional que afirma que lo que hace fuerte a ETA es que tiene objetivos claros y no se pierde en cosas como el «antiamericanismo o el  antiimperalismo», sino que «van derecho a lo que dicen que les oprime, la Guardia Civil y el Go­bierno español».

La Policía «admite» que sabe poco sobre ETA y estima que tiene entre 200 a 500 miembros, organiza­dos en células, aunque solo unas do­cenas son «pistoleros», el resto pro­vee las armas, falsos documentos y otro tipo de apoyos, afirma el ‘New York Times’.

Expertos españoles y extranjeros dicen que un directorio de ocho a diez personas supervisa al grupo, «pero hay poca información sobre quiénes son o dónde están».

«Los expertos creen que el grupo casi exclusivamente está financiado y entrenado en casa, recibiendo di­nero de atracos, secuestros y un im­puesto extorsionando a los empresa­rios»,  prosigue.

El autor señala que, de acuerdo con Amnistía Internacional y líderes vascos moderados, son frecuentes los golpes y descargas eléctricas a prisio­neros etarras.

«Si un miembro de ETA golpeara una puerta y dijera que la Policía le está persiguiendo, el 80 por ciento de los vascos le esconderían». dice losu Pascual, concejal de Herri Bata­suna en el Ayuntamiento de Rente­ría.

El ‘Times’ afirma que «la nueva esperanza» del presidente del Go­bierno español, Felipe González, des­cansa en la cooperación francesa, que en las últimas semanas deportó a 5 de los 700 exiliados vascos.

Pero líderes vascos moderados dicen que estas medidas están condenadas al fracaso porque «ETA tiene considerable apoyo social en Herri Batasuna, que es por lo que no se les puede vencer con medidas policiales», según Juan María Ban­drés, líder de Euskadiko Ezkerra.

Xabier Arzalluz, líder del Partido Nacionalista Vasco (PNV), dice al ‘Times’ que ha mantenido  contac­tos con ETA para un posible final negociado de la lucha, basado en la amnistía.

«Las ofertas de ETA son muy aceptables –dice Arzallus–, pero Madrid cree que puede forzarla a rendirse, lo cual nunca harán».

 

 

 

°

Egaña | Espías

Desde su página en Facebook traemos a ustedes este texto de Iñaki Egaña con el que nuestro amigo, inspirado por el caso del periodista vasco Pablo González, arroja luz sobre un tema bastante polémico, adelante con la lectura:


Espías

Iñaki Egaña

Un tema frecuentado tradicionalmente en tono folletinesco, con el rigor más o menos escorado, que cada novelista imprime a sus trabajos. Difícil de abordar en un mundo caótico, dividido en los bloques de ese axioma ya avanzado por George Bush, el Bien contra el Eje del Mal. ¿Dónde se sitúan los personajes? ¿Conmigo o contra mí? ¿Carta blanca a las veleidades, por no decir fechorías, de cada uno de los clanes? La realidad es mucho más compleja, los límites inescrutables y la propia esencia del trabajo una incógnita como para sentar unas bases entendibles. Si algo presentan en común los servicios de espionaje es su acientifismo, su movimiento perpetuo por un interés determinado. La CIA “encontró” en Irak las armas de destrucción masiva que no existían. La sede del CNI en Gasteiz, según el informe 101L0400250 de la Ertzaintza, intentó ligar a ETA con Al Qaeda tras los atentados yihadistas del 11M en Madrid. La propia Policía Autonómica se nutre de sistemas de Israel para espiar por su cuenta. ¿Cómo abordar cada caso descartando la coyuntura? Muy complicado.

El reciente intercambio de periodistas o espías, según la fuente, entre EEUU y la Federación de Rusia, nos ha dejado un reguero de reflexiones e interpretaciones a cada cual más esclarecedora. En la cercanía, por eso de su ascendencia y residencia, nos ha alcanzado el caso de Pablo González. No tengo ni idea si Pablo trabajaba para alguien en concreto. Sí, en cambio, había seguido su trayectoria periodística, como otros tantos, en la prensa europea. Me ha llamado la atención, por el contrario, que cuando hemos asistido a ese intercambio en directo, los medios generalistas citaban la recepción de Vladimir Putin en Moscú, a los “espías rusos”, entre ellos González hasta entonces sin acusaciones fiscales, mientras que cuando Joe Biden hacía lo propio cuando llegaban a Myreland, la noticia refería a “periodistas”, a pesar de que, previamente, habían sido condenados por espionaje. Una más en ese sesgo permanente de las agencias que acaparan la información planetaria.

El caso ya había sido previa y abundantemente rellenado con algunas informaciones que abrumaban. Ese diario madrileño que nació en la Transición, auto titulado como “el periódico global”, nos sorprendió, ya hace unas semanas, con una detallada información sobre los contactos de González con la inteligencia rusa. Información que únicamente podía proceder de servicios de contraespionaje, como el CNI, la CIA o la NSA. Apabullante. ¿Era la periodista que firmaba la noticia una colaboradora más de los servicios citados? ¿O se trataba únicamente de una firma añadida? Estas cuestiones de informaciones supuestamente confidenciales han sido filtradas habitualmente por medios españoles y franceses durante las últimas décadas, con la excusa del conflicto vasco. ¿Son los receptores-periodistas espías al servicio de potencias extranjeras? Alfredo Grimaldos escribía hace ya unos años, que medio centenar de periodistas españoles trabajaban para la CIA. No sé si el dato es correcto, pero, en esa proporción, los que lo hacían o hacen para otros como el Mossad, el MI6 o el CNI deberían ser escandalosos.

Dicen que el espionaje es una de las profesiones más antiguas de la humanidad. Las mismas leyendas contenidas en la Biblia sobre Moisés, apuntaban que el conductor de los hebreos mandó a las tierras de Canaán a doce espías para que efectuaran un reconocimiento exhaustivo e informasen luego al pueblo elegido. El egipcio Ramsés II, doce siglos antes de nuestra era, apuntaba también que en las escaramuzas contra los hititas, liberaba prisioneros engañados con falsas noticias. Los Césares romanos, tampoco daban una orden a sus legiones sin consultar antes con sus informantes. Sun Tzu lo redondeó. Entre la crónica histórica, la frivolidad y la novela, personajes como Mata Hari o Magda Andurain, por citar una de casa, han creado fábulas bien creíbles, como las que dictaron Graham Green o John Le Carré.

Pero esas historias no son precisamente novelescas. Los espías, mezclados y confundidos durante años con confidentes, chivatos, traidores y una retahíla de conceptos ligados a las miserias políticas, tuvieron su máxima expresión a partir del siglo XX, alcanzando nuestros días. El espionaje a Herri Batasuna en su sede de Gasteiz fue uno de los muchos. En 2009, la sede de Abertzaleen Batasuna en Baiona fue asaltada y sus soportes informáticos robados. La coalición lo denunció como "espionaje político". En 1987, Carlos Garaikoetxea y su nuevo partido fue espiado por los que resistieron con el nombre original. En el Bilbao republicano, la Ertzaña descubrió una red de espionaje de apoyo a los golpistas y el Gobierno autónomo ordenó su ejecución. Jesús Galíndez, delegado vasco en Nueva York, espiaba para el FBI y cuando la guerra, Delia Lauroba y sus compañeras lo hacían para los aliados. El director de la red, el gasteiztarra Luis Álava ejecutado por Franco. Félix Likiniano, autor de aquel símbolo que unía el hacha con la serpiente, espió para esos mismos aliados durante la Ocupación. Y el PNV de Agirre tejió, gracias a sus redes del exilio, una de las mallas más sólidas de la Guerra Fría en aquella cruzada anticomunista que recorrió el mundo capitalista. Antenas no sólo en Latinoamérica, sino también en Europa: Chekia, Bulgaria, Hungría, Yugoslavia… La sede clandestina de sus servicios en París, la de la calle Quentin Brouchard, semejaba una réplica en minúscula de Quantico.

El quid de la cuestión es quién dirime cuál es el Bien y cuál el Mal. Quién pertenece a una facción y quién a otra. La llamada geoestrategia mundial aboca a las partes a no ser neutrales. Las divagaciones aventureras de Graham Greene, perseguido o perseguidor, no tienen cabida. Y en esas circunstancias el dilema se agranda. Que se lo pregunten a Edward Snowden, que de antiguo agente de la CIA y de la NSA, se convirtió en periodista. Y entonces su papel transmutó para ser tachado de “criminal”.

 

 

 

°

miércoles, 21 de agosto de 2024

Aznárez | Banderas Palestinas que Emocionan

Les compartimos este texto de nuestro buen amigo Carlos Aznárez que dedica a la solidaridad vasca con la martirizada Gaza, mismo que ha dado a conocer en el portal de Resumen Latinoamericano.

Lean por favor:


Banderas palestinas que emocionan

Carlos Aznárez

Viniendo desde Argentina, donde impera no solo un gobierno autoritario de ultraderecha, sino también adscripto al sionismo, por decisión unipersonal de su presidente, impacta recorrer el territorio vasco y ver en los balcones de muchas viviendas, flamear orgullosa, la bandera palestina. Es evidente que a esto ha contribuido la decisión militante de muchos solidarios y solidarias que entienden que en Medio Oriente se está jugando -al igual que en Europa contra la OTAN– el futuro de la humanidad. En ese sentido, Palestina significa mucho para una parte sensible de la población vasca. De lo contrario, no sería de rigor, que hombres, mujeres, jóvenes y hasta niñas y niños, un buen día, se movilicen para comprar o coser a mano una bandera que no es la propia, y luego la coloque en su ventana o balcón, en solitario o  junto a otras enseñas importantes como la ikurriña vasca, o la banderola que reclama la libertad de las y los presos vascos. Y Es toda una definición que ojalá pudieran imitar otros pueblos del mundo, para gritar de esta manera que lo que el estado terrorista israelí  viene cometiendo desde hace 76 años se denomina etnocidio, Holocausto, genocidio.

Pero la solidaridad vasca no se agota en esos gestos de embanderar el frente de tal o cual casa, sino que también en las principales ciudades, como ser Bilbao, Vitoria-Gasteiz, Donostia-San Sebastián o Iruña-Pamplona, el fenómeno vuelve a repetirse, abarcando también pasacalles con leyendas reclamando el “alto el fuego” , condenando al “sionismo asesino” y proponiendo el “boicot a Israel”. Toda iniciativas populares presididas por los colores rojo, blanco, verde y negro de una Palestina que se ha convertido en símbolo mundial de lo que el nuevo nazismo puede hacer con un pueblo, pero también en ejemplo de una Resistencia impresionante ante un ejército, el israelí, equipado por todas las potencias imperiales.

Euskal Herria siempre ha sido un pueblo solidario con quienes, como decía el Che, luchan contra la injusticia en otras partes del mundo. En este caso,repudiando el horror sionista en su grado más extremo. Precisamente es en este territorio de poco más de 3 millones de habitantes, donde se han producido una tras otra, movilizaciones multitudinarias con escenificaciones masivas de lo que significa un genocidio como el actual que se vive en Gaza o Cisjordania ocupada. De esas acciones, hubo fotos que dieron la vuelta al mundo, como las realizadas, con la presencia de miles de personas “dibujando” con el cuerpo, la bandera palestina, o reconstruir frente al invasor museo Guggenheim, una recreación del Holocausto gazatí, con miles de “asesinados y asesinadas” serpenteando el escenario que rodea a esa mole que poco y nada tiene que ver con la geografía natural vasca.

Palestina está presente por todo lo alto en el País Vasco. Su Resistencia armada y la resiliencia pacífica de su pueblo, es aclamada sin ningún tipo de subterfugios, como ocurre en otros países, por miles y miles que se movilizan apuntando que “desde el Río hasta el Mar”, el pueblo palestino habrá de independizarse más temprano que tarde. Si faltaba una muestra más de esta empatía con su lucha, ese sentimiento se ha multiplicado por estos días  en las grandes fiestas de ciudades y pueblos. En ese sentido, resultó emocionante poder ver, en el inicio de la Semana Grande de Bilbao, conocida popularmente como Mari Jaia (al decir de muchos, una de las celebraciones más multitudinarias, bulliciosas y prolongadas del mundo) cientos de banderas palestinas, junto a catalanas, venezolanas chavistas, gallegas y vascas. Lo mismo se produjo en las fiestas de San Fermín en Iruña, o en la fiesta grande de Gasteiz y en Donosti.

¿De dónde sale tanto compromiso con una causa a la que el terrorismo mediático tergiversa diariamente? No olvidar que el pueblo vasco sufrió la dictadura cruel del fascismo, en la que la alianza de Franco con Hitler y Mussolini hizo posible, entre otras barbaridades, que la localidad de Guernica fuera bombardeada en pleno día de mercado, asesinando a cientos de habitantes y provocando heridas a otros tantos, además de destruir gran parte de la infraestructura del lugar. Que esto mismo se repitió en Durango y hasta en Donostia-San Sebastíán, bombardeada desde el mar. Que durante toda la dictadura y luego también en “democracias” ciertamente continuistas de aquella, miles de vascos y vascas fueron duramente perseguidos por luchar por la independencia, al igual que lo hacen los palestinos y palestinas hoy. Esas marcas en la piel no se olvidan fácilmente. De allí la solidaridad con Palestina, que se respira en las calles, que se observa en los balcones, que se manifiesta en escritos desde las prisiones, donde presos y presas no dudan en unirse a las convocatorias de apoyo a la Resistencia palestina.

Por todo esto, vale reflejar que en esta parte de una Europa decadente, administrada por  gobiernos serviciales a la OTAN y sobre todo a Washington y Tel Aviv, los pueblos no se dejan engañar por la propaganda sionista. Sin duda, en Euskal Herria, se seguirán haciendo murales, pintando en los muros “Palestina askatu” (libre),  agitando banderas, movilizándose cuantas veces haga falta, pujando a su manera para que la Resistencia expulse para siempre a quienes jamás deberían haber ocupado un territorio que no les corresponde. De eso precisamente, de las iniquidades que provocan los invasores españoles y franceses, los vascos y vascas han acumulado suficiente memoria. ¡Que sigan entonces, ondeando por aquí y por allá, miles de banderas que proclamen al mundo que Palestina vencerá!

 

 

 

°

Makazaga | Tortura Secreta

Ya en ocasiones anteriores hemos compartido con ustedes textos de Xabier Makazaga en los que el investigador da a conocer uno de los grandes crímenes de la Europa de las Luces, su cómplice ocultamiento de la tortura como estrategia represiva institucionalizada e instrumentalizada por parte de Madrid en contra de los militantes de la autodeterminación del pueblo vasco.

Aquí lo publicado al respecto en el portal de La Haine:


Tortura secreta

Xabier Makazaga

Lo dejaron bien claro dos importantes miembros de la Universidad de Deusto, el catedrático emérito de Ética, Xabier Etxeberria, y el profesor de Ética, Galo Bilbao.

En un trabajo conjunto, publicado en 2005, precisaron que «hay terrorismo en aquellas circunstancias (excesos en algunas leyes, arbitrariedad judicial, malos tratos y torturas, fomento de grupos paraestatales como antiterroristas) en las que se quebrantan los derechos humanos». En dicho trabajo, también afirmaron que «El acto terrorista por excelencia del Estado es la tortura» (Etxeberria precisó en 2006 que el peor terrorismo de Estado era la tortura) y ambos desarrollaron esa misma idea en al menos otros cuatro trabajos publicados entre 2005 y 2007.

Ahora bien, sin dar explicación alguna al respecto, Galo Bilbao cambió de pronto de opinión. Para él, lo que era sin duda terrorismo de Estado en 2007 dejó de serlo, de repente, en 2009. Aquel año, afirmó que ya no identificaba como terroristas las actuaciones judiciales, políticas o policiales «que hayan supuesto un exceso de violencia o una vulneración manifiesta de derechos humanos (como es el caso de la tortura)».

En todo caso, desde 2009, ni Xabier Etxeberria, ni Galo Bilbao, han vuelto a mencionar en sus trabajos ni la tortura ni sus víctimas. Y no han mostrado preocupación alguna por ellas, lo que considero muy significativo, porque ha sido precisamente desde 2009 cuando se han realizado y publicado importantes trabajos sobre la realidad de la tortura en Euskal Herria.

El repentino cambio de opinión de Galo Bilbao sobre el terrorismo de Estado se produjo, precisamente, cuando las autoridades de la Comunidad Autónoma Vasca clasificaron a las personas torturadas como víctimas de abusos policiales. Un término que en absoluto refleja el sufrimiento padecido por dichas víctimas y que las discrimina muy claramente.

El Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo se sirvió de ello para seguir discriminando a las víctimas y, encima, ahondó en dicha injusticia blanqueando a algunos ejecutores del terrorismo de Estado como el conocido torturador franquista, Melitón Manzanas.

Hay que tener en cuenta que, pese a ser la legislación internacional muy clara a la hora de calificar la tortura y la complicidad con la misma como crímenes contra la humanidad, no lo es tanto, ni mucho menos, al abordar el espinoso tema de probar la tortura.

Véase al respecto la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, según la cual, si un detenido resulta herido o lesionado mientras se encuentra en custodia policial, corresponde al Estado justificar esas heridas. En cambio, si no hay lesiones, la carga de la prueba recae sobre el torturado.

Se trata de una jurisprudencia que prima la razón de Estado y que no tiene para nada en cuenta la cruda realidad de la tortura que tan certeramente denunció el antes mencionado Xabier Etxeberria, quien dejó bien claro en sus trabajos que la tortura practicada hoy día es la tortura secreta.

También expresó con suma claridad las terribles consecuencias de ese secretismo con el que se practica la tortura: «por un lado, garantiza la impunidad del torturador y, por otro, deja sumida a la víctima en el mayor desamparo no solo en el momento de ser torturada, sino en el momento de reclamar la justicia y la reparación debida por lo que se le ha hecho».

Pese a esta sangrante realidad, los jueces españoles siempre han puesto toda la carga de la prueba sobre los torturados, lo que es una injusticia que hay que resolver de una vez por todas. Por ejemplo, en lugar de exigir pruebas imposibles a quienes han denunciado torturas, hay que hacer que la carga de la prueba recaiga sobre quienes niegan esas torturas.

Eso fue lo que propuso, hace ya tiempo, el director de Derechos Humanos del Gobierno Vasco, Jon Mirena Landa, quien afirmó que «Dado que el Estado se protege eficazmente, para compensar su actividad criminal es necesario una inversión eficaz de la carga de prueba». Es decir, que la carga de la prueba recaiga sobre los que niegan la tortura.

El estudio realizado por la UPV/EHU para el Gobierno Vasco fue un paso muy importante. A pesar de que la carga de la prueba recayó sobre quienes denunciaban la tortura, lo hicieron de forma adecuada, midiendo su credibilidad a través del Protocolo de Estambul.

Eso sí, después de estudiar la credibilidad de quienes han denunciado haber sido torturados, es absolutamente necesario hacer recaer la carga de la prueba en quienes niegan la tortura y tratan de mentirosos a quienes afirman haber sido torturados.

En efecto, a partir de mediados de los 80, mucha gente empezó a negar credibilidad a las alegaciones de tratos inhumanos / torturas. Un cambio de actitud que explicaron diciendo que la tortura dejó de ser un grave problema heredado del franquismo, porque se acabó prácticamente con esa lacra.

Sin embargo, durante las últimas décadas, ha habido una enorme diferencia entre lo sucedido en los Estados español y francés con el mismo tipo de militantes. Tras ser estos detenidos, en el Estado francés han mantenido un «mutismo habitual», según expresión consagrada por los media, pero han confesado todo lo habido y por haber, cuando han sido las Fuerzas de Seguridad españolas las encargadas de realizar los interrogatorios.

Por eso, considero que basta con aplicar la pura lógica para deducir qué es lo que ha pasado durante décadas con los detenidos incomunicados en dependencias de las Fuerzas de Seguridad españolas. Ese enorme contraste entre el Estado español y el francés señala claramente a la tortura. Más precisamente, a la tortura secreta.

----

Texto completo en: https://www.lahaine.org/est_espanol.php/tortura-secreta

 

 

 

°

martes, 20 de agosto de 2024

Fidel Castro y los Refus

Isidro Esnaola se ha ido a la hemeroteca y ha rescatado esta entrevista al Comandante Fidel Castro que fue publicada por Egin allá en 1985. En la misma, le preguntan acerca de los militantes de ETA que se encontraban refugiados en la isla.

Aquí el artículo para su lectura desde las páginas de Naiz:


Fidel Castro sobre los refugiados vascos en Cuba: «Los etarras no son mercenarios»

En 1985, ‘Egin’ publicó una serie de reportajes sobre el exilio que tituló «Las nuevas rutas del exilio vasco». Como colofón a esa serie, en la última entrega reprodujo parte de una entrevista que la agencia EFE hizo al comandante Fidel Castro, en la que desgranaba el modo en el que los militantes vascos llegaron a Cuba, las condiciones que puso el Gobierno de Cuba o la relación con el PCC.

Isidro Esnaola

Con el PSOE en el Gobierno de Madrid, el Estado francés empezó a colaborar más estrechamente con el Estado español en la persecución de los refugiados vascos en Ipar Euskal Herria. Eran tiempos de los GAL y en septiembre de 1984 se produjeron las primeras extradiciones de refugiados al Estado español. Además, el Gobierno galo añadió la práctica de las deportaciones que llevó a muchos militantes vascos a países lejanos.

En 1985, ‘Egin’ publicó una serie de reportajes sobre el exilio que tituló «Las nuevas rutas del exilio vasco». El 20 de agosto, como colofón a esa serie, en la última entrega el diario reprodujo –en un artículo firmado por el director de ‘Egin’, José Félix Azurmendi– parte de una entrevista que la agencia EFE hizo al comandante Fidel Castro.

Fidel describía a los militantes vascos como «gentes tenaces, persistentes y militantes» y señalaba que entre las condiciones para acogerlos estaban que debía ir voluntariamente y comprometerse a estar un mínimo de seis meses.

Castro reconocía que los acogió por humanidad, porque ellos también fueron perseguidos y sabían lo que significa. También señalaba que el PCC no había tenido reuniones políticas con ellos porque Cuba no tenía intención de ser parte del conflicto entre Euskal Herria y el Estado español.

Cuando en la entrevista se mencionó a Menoyo, un agente de la CIA que estuvo organizando una insurrección contra el Gobierno de Cuba, Fidel lo calificó como traidor, y dijo que no era comparable a los militantes vascos «porque los etarras no son mercenarios, los etarras luchan por convicciones, creen en su nacionalidad y creen en su derecho a la autodeterminación; desde el punto de vista moral ni político, usted no puede despreciar a alguien que luche por esas motivaciones».

Las nuevas rutas del exilio vasco (y 20) | ¿Qué pasa con los etarras, comandante?

José Félix Azurmendi

El 13 de febrero de este año, bautizado en la República de Cuba como el «Año del Tercer Congreso», Fidel Castro concedió una entrevista al director de la agencia española de noticias «Efe», Ricardo Utrilla, y a la periodista de la misma agencia Marisol Marín. En su día, «Efe» proporcionó a sus abonados un resumen de la misma, que fue difundida, entre otros diarios, por este mismo EGIN.    

La conversación ocupaba doce apretadas páginas de «Gramma», órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que lo dio en versión completa y taquigráfica el 21 de febrero, una semana después. Posteriormente, con el titulo de «Sobre la deuda impagable de América Latina, sus consecuencias imprevisibles y otros temas de interés político e histórico», la Editora Política la hizo pública en un libro de 132 páginas.

Dentro de la «conversación», que es como la denomina «Gramma», hay varias preguntas y respuestas relacionadas con los deportados vascos y con ETA, que recogemos de ella y las transcribimos en su totalidad. Concretamente, lo reproducido ocupa desde las páginas 22 a la 36 del citado libro, y dice así:

RICARDO UTRILLA: ¿Qué pasa con los etarras, comandante?  Parece que ya llevan mucho tiempo aquí, ¿no?

COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO: Bueno, hace días le expli­qué a Cebrián la cuestión de los etarras

R.U.: Sí, pero pasó por encima, no dio detalles de...

F.C.: Sí. Y yo le puedo explicar lo que usted quiera.

Los etarras están aquí a solicitud del Gobierno español. Nosotros no te­níamos interés de ninguna clase en vernos involucrados en eso, pero los franceses arrestaron a algunos etarras y los deportaron a distintos países; se suponía que distintos países de Amé­rica Latina los iban a recibir, entre ellos Panamá. Me parece que Panamá se comprometió a tenerlos allí unos días. Ocurrió después que ningún otro país estaba dispuesto a recibir este grupo de etarras. Entonces, tanto los españoles como los panameños nos so­licitaron insistentemente que los reci­biéramos. Esto para nosotros, de todas formas, entrañaba riesgos porque, como yo decía, no queremos aparecer ni cómplices ni carceleros de los eta­rras.

Los etarras, naturalmente, son gentes que tienen sus ideas; son gentes tenaces, persistentes y militantes. No­sotros no los podemos tener aquí presos. Nosotros no queremos convertirnos en guardianes ni en centinelas de los etarras; tampoco queremos ser cómplices. La posición nuestra es no inmiscuirnos para nada en ese pro­blema de España, es la posición que hemos adoptado y que seguimos rigu­rosamente. Incluso, los etarras han solicitado contactos con nuestro Partido para exponerle sus posiciones, sus puntos de vista, y nosotros, acorde con esa po1ítica, hemos evitado ese tipo de contacto.

R.U.: ¿Entonces no ha habido contactos entre la ETA y el PCC?

F.C.: No, no ha habido contactos entre la ETA y el PCC, como no sean los contactos realizados cuando ellos iban a venir, que se habló de que vinie­ran para acá, ya que una de las condi­ciones que plantearon fue que si ve­nían a Cuba debía ser voluntariamente y no por la fuerza. Se les explicó la situación que había, y que ellos decidieran. Ellos debían decidir libremente. Nosotros no estábamos dispuestos a aceptar los etarras traídos por la fuerza. Planteamos, además, que en ese caso ellos debían comprometerse a per­manecer en Cuba seis meses. El Gobierno español quería un compromiso de mayor tiempo. Incluso se habló de dos años, pero nosotros aceptarnos proponerles a los etarras solo seis meses.

R.U.: Que ya han transcurrido larga­mente, ¿no?

F.C.: Sí, han transcurrido los seis meses.

Es decir, hubo compañeros del Go­bierno que hablaron con ellos y hay funcionarios que mantienen la aten­ción a ellos en el terreno de sus necesi­dades prácticas, o de sus trámites legales, o de cualquier tipo; pero lo que no ha habido es contactos de tipo político, discusiones de tipo político con ello, aunque ellos han planteado sus deseos de exponer su problema.

Eso, desde luego, no tendría nada de particular, e incluso no constituye una falta, ni constituye una agresión a España, que nuestro partido escuche la exposición de sus ideas y puntos de vista, pero nosotros, incluso hemos evi­tado ese tipo de relaciones políticas, para no incurrir en los riesgos de que se nos pretenda implicar en ese pro­blema de España.

Ahora se han cumplido ya los seis meses, efectivamente, pero ellos no han incumplido su compromiso de perma­necer un mínimo de seis meses; tampoco los vamos a expulsar del país. Hay una situación de hecho; no vamos a expulsarlos. Cuando ellos quieran salir del país, tampoco les vamos a prohibir que salgan, ni mucho menos. Si no tienen otro lugar donde estar, por un elemental sentido de humanidad estarán aquí y serán tratados con todo respeto; cuando quieran mar­charse del país, podrán marcharse, es su libertad. Yo no sé lo que ellos piensan en realidad, pero son libres de marcharse del país si lo desean, y si no tienen a dónde ir, nosotros no los vamos a expulsar, ni les vamos a negar la hospitalidad que fue concedida, pre­cisamente, a solicitud de otros gobier­nos; no fue una iniciativa nuestra. Eso es lo que puedo explicarle con relación a este problema.

MARISOL MARIN: ¿Había alguna otra condición de ustedes, aparte de la de estar seis meses?

F.C.: Bueno, seis meses, y que vinie­ran voluntariamente. Es decir, que no los trajeran por la fuerza era la otra condición. El compromiso de estar esos seis meses era el tiempo que les había­mos propuesto. Han pasado ya los seis meses. Les propusimos un breve pe­riodo para que no fueran a pensar que nosotros queríamos tenerlos retenidos aquí. Nosotros les dijimos que los reci­bíamos con la condición de que ellos aceptaran el compromiso de permane­cer seis meses en Cuba.

R.U.: ¿Ellos lo aceptaron?

F.C.: Ellos lo aceptaron, no vinieron aquí por la fuerza, y yo no he tenido noticias desfavorables sobre su comportamiento  en Cuba.

No están presos, me imagino que tengan visitas. Aquí vienen muchos es­pañoles; aquí vienen muchos turistas españoles y me imagino que tengan contactos con los españoles. Nosotros­ no los andamos vigilando, lo que nos interesa es que respeten las leyes de nuestro país, pero todos nosotros hemos sido perseguidos de alguna ma­nera o de otra, hemos estado exiliados o hemos estado presos, y sabemos lo que hacemos todos en esos casos: si es­tamos exiliados, tratamos de mantener los contactos, y cuando estamos presos, tratamos de mantener los contactos, y cuando estamos clandestinos también. Son cosas que no las puede evitar nadie; en realidad, ni es nuestra obli­gación. No son funciones que nos corresponden a nosotros. Me imagino que en otros países vivan algunos de ellos, no sé si por fin México aceptó algunos, si Venezuela aceptó otros.

M .M.: Los están mandando a África. Mandaron los últimos a Togo y Cabo Verde.

F.C.: Si los etarras y también el Go­bierno lo solicitan, nosotros no tene­mos inconveniente en que estén aquí o vengan aquí en las mismas condiciones que vinieron los otros. En eso no creo que haya problemas insalvables.

R.U.: ¿Recibirían más?

F.C.: Miren, yo no me atrevería a darle una respuesta categórica en este momento. Tendríamos que analizarlo, porque siempre hay riesgos políticos. Si de repente todos los etarras vinieran para Cuba, los enemigos de nuestras relaciones con España van a empezar a intrigar y a decir que nosotros somos cómplices de los etarras, o somos res­ponsables de cualquier cosa que hagan los etarras. En realidad, debemos tener en cuenta que tal cosa se  prestaría a una propaganda calumniosa y falsa con nuestro país.

Lo que yo decía: bueno, si no tienen dónde los lleven y fuera necesario un lugar donde se les trate con respeto y las debidas consideraciones humanas, en condiciones de voluntariedad y compromiso mínimo de estancia, pu­diera pensarse en esa solución. No lo estamos ofreciendo, lo digo como una posibilidad. A mí me dicen: quieren mandar a los etarras y no tienen nin­gún  lugar del mundo donde mandar­los, y los van a mandar a Sudáfrica o a cualquier otro lugar por la fuerza, yo analizaría otras alternativas. Sí, he oído decir que los van a mandar a Cabo Verde, yo no sé cuáles serán las condiciones en que estarán allí.

El problema no nos conviene a no­sotros, pero no les tenemos miedo a los problemas, y la razón por la que toma­mos aquella decisión fue por conside­ración a España, consideración a Pa­namá y consideración a los etarras también, porque si bien con los go­biernos de Panamá y de España tene­mos consideraciones políticas, con los etarras podemos tener consideraciones humanas.

Pero no tenemos ninguna responsabilidad con este tipo de problemas, y creo que nadie pueda acusarnos, ni po­drán acusarnos; si lo hacen, lo harán gratuitamente, como de tantas otras cosas que nos acusan a nosotros, pero no tendrán fundamento serio para decir que nos inmiscuimos en asuntos de esta naturaleza en España, porque no pensamos inmiscuirnos.

R.U.: Si le parece, Comandante, pa­samos entonces a los temas latinoamericanos, y empezar  por...

F.C.: No... sí, sí, la respuesta fue un poco extensa, pero usted puede escoger materiales. Quise dar detalles.

Los lemas éstos, ya usted sabe lo polémicos que van a ser, se lo imagina y lo de la OTAN...

R.U.: Sí, el de la OTAN es muv polémico.

F.C.: Yo se lo digo con toda franqueza, ya que usted me lo preguntó.

M.M.: Falta un tema en el apartado de España, que yo creo que es inevitable.

R.U.: ¡Ah! Gutiérrez Menoyo.

F.C.: No se vayan a olvidar de Gutierrez Menoyo, porque se van a buscar un dolor de cabeza.

R.U.: A mí se me había olvidado.

F.C.: ¿Qué quieren que les diga?

R.U.: Bueno, diciéndolo un poco brutalmente, en España se ha llegado a decir incluso, que usted lo retiene como rehén para un eventual viaje España o para un viaje de Felipe aquí...

F.C.: Le voy a decir con toda franqueza: lo de Menoyo no tiene nada que ver con que viaje a España o no viaje a España. Sería absurdo, y estaría contra nuestra dignidad, no le voy a decir solamente contra nuestros principios; contra nuestra dignidad, ponernos a negociar la libertad de alguien con el propósito de hacer una visita, de que me inviten a España.

Ese tipo de acciones que pueden atribuirnos nuestros enemigos, y es lógico que tengan que hacerlo, son completamente ajenas a la historia, al estilo de nuestra Revolución y de su propio estilo. Si nosotros consideramos que un individuo debe estar cumpliendo una sentencia  porque hay razones absolutamente justificadas para ello, ese principio, ese punto de vista no lo cambiamos por nada, ni por todo el dinero del mundo, ni por cien viajes a España, por  supuesto.

Más fácil es que nosotros resolvamos un problema de esta naturaleza por razones de consideración con el Gobierno español, de consideración personal con Felipe, puesto que sabe­mos que atacan a Felipe injustamente, presionan, lo tratan de poner en si­tuación embarazosa con motivo del asunto de Menoyo; únicamente por consideraciones personales a Felipe es que nosotros incluso hemos estado dis­puestos a discutir el asunto. Y a decir verdad, me gustaría en esta cuestión la posibilidad de dar una prueba de consideración personal a Felipe, como hicimos con los etarras que, como le expliqué, fue una prueba de consideración con Felipe, con el Gobierno español, también con el Gobierno de Panamá y, por último, con las personas que han sido objeto de estos arrestos y expulsiones de Francia.

Ahora, hay una razón perfectamente clara por la que nosotros no podemos ceder en la libertad de Menoyo, y, créame, que con relación a Menoyo nosotros no albergamos el más mínimo espíritu de revancha ni de venganza.

Ahí en España está Cubela, por ejemplo, que fue arrestado y sancionado a muchos años por uno de los deli­tos más serios: por haber sido agente la CIA y haber introducido en Cuba las armas, de  acuerdo con la CIA para realizar un atentado contra, es un hecho realmente grave; y hace ya más de cinco años que está en libertad, como muchos otros, y sin que lo haya pedido nadie, les hemos reducido la sanción; los hemos puesto en libertad y están en España o en Estados Unidos o en otros países.

Ahora, Menoyo es el jefe de una or­ganización contrarrevolucionaria, Alfa 66 que actúa desde Estados Unidos, desde Miami, que ha realizado infinidad­ de ataques piratas a nuestras embarcaciones, instalaciones portuarias, que ha filtrado en numerosas ocasiones violentos mercenarios armados en otro país para realizar atentados y sabotajes a lo largo de muchos años. La gente vinculada Alfa 66 fue responsable del repugnante sabotaje al avión de la linea aérea cubana en Bar­bados, que costó la vida a más de 70 personas, entre ellos, el equipo juvenil nacional de esgrima, y Menoyo es el jefe de esa organización. Puedo tener el deseo personal de tener una conside­ración con Felipe, pero ¿debo olvidar los intereses de Cuba y los intereses de nuestro  pueblo? Cuando Menoyo de­sembarcó aquí con un grupo de merce­narios armados, procedente de Estados Unidos y en las inmediaciones de la Base Naval de Guantánamo, cometió con ese solo hecho un delito suma­mente grave.

Yo le advierto que lo que hizo Me­noyo merecía una sanción mucho más alta, sencillamente merecía el fusila­miento; merecía que los tribunales lo hubieran sancionado a la pena capital, porque esos delitos de traición al país, y las cosas que hizo Menoyo contra Cuba y al servicio de una potencia ex­tranjera, son sancionados con las penas más severas. Tenga usted la se­guridad de que fue una expresión de generosidad el hecho de que Menoyo, no obstante la gravedad  de los hechos, la gravedad de su traición, no hubiera sido sentenciado a una pena más rigu­rosa. No hemos sentenciado a un indi­viduo por disidencia política, ideoló­gica, sino a un individuo que desde territorio de Estados Unidos –¡desde territorio de Estados Unidos!– orga­nizó numerosas acciones contra el país, incluso invadirlo; con elementos armados.

Yo puedo tener deseos de ser amis­toso con Felipe y darle pruebas de amistad, pero no a costa de hacer algo que sería difícil de entender por nues­tro propio pueblo. Cuando Estados Unidos nos está amenazando a noso­tros de agresión, y de modo tal que nos ha obligado a movilizar y preparar a toda la población para defender el país a cualquier costo, seria en verdad una tontería incomprensible y sin sentido liberar a Menoyo y enviarlo a Estados Unidos a realizar nuevas fechorías contra Cuba. ¿Qué le explicaríamos después a nuestro pueblo cuando Alfa 66 y Menoyo envíen una infiltración que le cueste la vida a un miliciano, a un obrero, a un soldado cubano? En tanto existan peligros de agresión contra nuestro país por parte de los Estados Unidos, no podemos darnos el lujo de poner en libertad a Menoyo, ex­cepto que haya cumplido su sanción.

Creo que el pueblo español, al que se trata de engañar y manipular bur­damente con este tema, puede entender perfectamente nuestra posición. ¿Qué dirían los españoles si yo le planteara al Gobierno español que pusiera en li­bertad a los etarras que están presos? Ya que vamos a hablar de este tema, vamos a hablar con amplitud. ¿Qué di­rían?

R.U.: Porque fueran de origen cubano...

F.C.: ¿Qué diría el Gobierno español si nosotros le insistiéramos en que pusiera en libertad a los etarras que están presos? A decir verdad, el Gobierno es­pañol puede decir que los etarras son españoles; pero el problema es ese pre­cisamente, que los etarras dicen que ellos no son españoles; que ellos son vascos. Y más todavía: desde el punto de vista moral, un militante etarra es mucho más respetable que Menoyo, porque los etarras no son mercenarios, los etarras luchan por convicciones, creen en su nacionalidad y creen en su derecho a la autodeterminación; desde el punto de vista moral ni político, usted no puede despreciar a alguien que luche por esas motivaciones.

No voy a analizar los métodos que se empleen, si es un método u otro; estoy analizando simplemente las mo­tivaciones. En cambio, Menoyo actúa al servicio de una potencia extranjera, y eso es un acto de traición; Menoyo es algo más que un preso político. Me­noyo es un traidor al país, porque actuó desde Estados Unidos y al servicio de los intereses de Estados Unidos contra Cuba, y los etarras –que yo tenga entendido– no están asistidos por niguna potencia extranjera, ni trabajan al servicio de ninguna poten­cia extranjera, ni son mercenarios. Menoyo es mercenario, ha actuado al servicio de Estados Unidos, al servicio de una potencia extranjera contra el país que lo acogió desde muy joven, contra el país donde vivió, y cuya na­cionalidad y cuyas leyes aceptó y acató.

No se puede comparar a Menoyo moralmente con un etarra. Y si vamos a hablar de esto, y si hay que hablar sobre esto y discutir este tema, estoy dispuesto a discutir con amplitud y profundidad.

Yo creo que a los españoles no les agradaría, ni al Gobierno ni a nadie, que nosotros presionáramos y organi­záramos campañas para que pusieran en libertad a los etarras presos en Es­paña. En eso se ha traducido el caso de Menoyo, con el pretexto de que es descendiente de españoles, en un ins­trumento de presión y campañas contra Cuba, y digo, categóricamente, que a Cuba no se le puede presionar. Si un día la hostilidad y las amenazas de Estados Unidos desaparecen, nosotros estaríamos en más libertad, podría tener más lógica ponerlos en libertad, a él y a otros, porque, repito, no se trata de un acto de venganza o de ani­madversión personal contra nadie. Nunca hemos visto las sanciones de la Revolución como un medio de ven­ganza, sino como un instrumento de defensa de nuestro país.

Menoyo tiene una larga sanción, y le reitero que fue generosa. Se ha que­rido convertir este caso en un medio para presionarnos como una supuesta prueba de amistad. Sí, nosotros tenemos una gran amistad con Felipe, por­que yo, personalmente, le tengo afecto y respeto a Felipe; pero le tengo más amistad a la Revolución Cubana, le tengo mas amistad a nuestro país, y le tengo más amistad y respeto a mi Pa­tria que a cualquier otra persona o país en el mundo.




°

lunes, 19 de agosto de 2024

La Calle de Fraga

De acuerdo con el relato vigente del españolismo, Manuel Fraga Iribarne es uno de esos valientes que guió al estado español por el camino de la democratización.

Es parte del lavado de rostro que se le hizo al régimen tras la muerte del genocida Francisco Franco, lavado de rostro necesario para dar legitimidad a la continuidad bajo Juan Carlos Borbón - y hoy bajo su hijo Felipe -.

Leamos lo que de Fraga nos informa este artículo de Naiz:


Fraga, de «la calle es mía» a Euskal Herria es «algo mío»

A Manuel Fraga se le atribuye una frase que resume a la perfección el ordeno y mando franquista: «La calle es mía». Años después, el 18 de agosto de 1983, ya como líder de AP, afirmó que Euskal Herria es «algo suyo» y propuso ilegalizar HB. Una idea que daba cuenta de su talante democrático.

Ion Salgado

«Fraga Iribarne dice que el País Vasco es ‘algo suyo’». Así rezaba el titular de EGIN el 19 de agosto de 1983, a colación de las declaraciones realizadas el día anterior por el líder de Alianza Popular, germen del PP, que ya en aquel entonces abogaba por ilegalizar HB. Las palabras utilizadas traen a la memoria otra frase celebre atribuida al político franquista: «La calle es mía».

3 de Marzo

Dicha expresión, que la derecha española se empeña en vincular a una leyenda urbana, se remonta a 1976, un año marcado a sangre y fuego en la historia de Euskal Herria. Fraga ocupaba en aquel entonces el cargo de ministro de Gobernación en el Ejecutivo de Arias Navarro y era el responsable de los policías que mataron a cinco trabajadores del 3 de marzo en el barrio gasteiztarra de Zaramaga.

El 6 de marzo, sin ápice de autocrítica, culpó «íntegramente» de lo ocurrido a «los que siguen echando la gente a la calle con mensajes de un tipo o de otro». «No se van a tolerar planteamientos anarquistas o utópicos. Que este triste ejemplo sirva de gran lección a todos los españoles en los próximos meses», manifestó el ministro, al que también se le atribuye un papel destacado en la llamada ‘Operación Reconquista’, que se saldó con dos muertos en Montejurra en mayo de 1976.

Montejurra

Documentos hechos públicos el año pasado por el Partido Carlista confirman que el Estado español reventó la cita tradicionalista de Montejurra por ser contraria a Juan Carlos de Borbón. La intervención ultra fue planteada por el gobernador civil de Nafarroa, José Ruiz de Gordoa, con el respaldo de Fraga, que ante la opinión pública definió lo sucedido como «una pelea entre hermanos».

Sin embargo, tal como reveló GARA el 26 de febrero de 2023, un tradicionalista movilizado desde Sevilla reconoció a varios de los jóvenes que participaban en el sangriento sabotaje mientras introducían «un auténtico arsenal de armas con pasmosa tranquilidad» en un coche. Un año después comprobó que esos jóvenes formaban parte de la escolta personal de Fraga. Otros testimonios confirmaron que Rodolfo Almirón, exmiembro de la Triple A, fue guardaespaldas de Fraga y estuvo aquel día en Montejurra.

Regreso a Gasteiz

Puede que el propio Almirón, u otro de los integrantes del séquito de guardaespaldas, regresase con Fraga a Gasteiz el 14 de marzo de 1983. Acudió para participar en un acto de AP, y fue recibido al grito de «¡Asesino!» por cientos de personas que le esperaban en la calle General Álava, frente al antiguo Cine Astoria.

Veinte años después de avalar la ejecución de Julián Grimau (PCE) durante su etapa como ministro franquista de Información y Turismo, el líder de la derecha española se presentó con apariencia de demócrata ante quienes protestaban contra su presencia. No dudó en sonreír y saludar a los congregados, lo que encendió los ánimos.

Tal como narró ‘Egin’, «tras la entrada de Fraga en el cine continuaron los gritos, a la vez que aumentaba la tensión y el nerviosismo entre los miembros de la escolta y de un reducido grupo de seguidores derechistas, los cuales ‘elegantemente’ vestidos hacían gestos despectivos a los manifestantes desde la puerta de entrada al local». Es más, uno de los guardaespaldas respondió a los gritos con un «toque de pito», en sentido literal.

«Los manifestantes retaron entonces a dicha persona a que cruzara la acera, cosa que efectivamente realizó, aumentándose considerablemente la crispación, a la vez que se le dirigían gritos de ‘mercenario’. Fue entonces cuando, desabrochándose uno de los botones del chaleco, dejó entrever su pistola, llegando en un momento a hacer ademar de sacarla. Lejos de aterrorizar a los concentrados, este gesto no hizo sino encrespar todavía más sus ánimos y, de esta forma, sin retroceder, comenzaron a llamarle ‘pistolero’», recoge la crónica.

Y una columna firmada por J. Abiraneta da cuenta de la «salida a la americana» de Fraga, «a lo gánster de Chicago, con chirridos y acelerones de los coches blindados y los guardaespaldas amenazantes apuntando con sus pipas desde las portezuelas entreabiertas».

De Madrid a la Xunta

Tras dos debacles electorales, Fraga dejó el liderato de AP, formación que volvió a presidir en 1989, ya bajo las siglas del PP, para ceder posteriormente el testigo a José María Aznar. De aquel entonces queda la frase «ni tutelas ni tutías».

En el año 90 llegó a la presidencia de la Xunta, donde permaneció hasta 2005, cuando perdió la mayoría absoluta, arrastrado por la marea negra del Prestige.

Su figura se vio envuelta en diferentes polémicas hasta su muerte en 2012.  Sobre Franco aseguró que fue «un gran hombre», «el mayor y más representativo de los españoles del siglo XX» y «uno de los mayores gobernantes que hemos tenido en nuestra historia».

Aseveró que «la legalización del Partido Comunista es un verdadero golpe de Estado», y consideró la homosexualidad una «anomalía». Dejó claro su rechazo al condón, cerrando filas con el Vaticano, y se negó a condenar las dictaduras de Pinochet y Videla. «Yo sólo pido perdón ante Dios y mi confesor».

Nuestro columnista Fede de los Ríos recordó los crímenes vinculados a la figura de Fraga, desde Grimau al 3 de Marzo, pasando por Montejurra o la ejecución a garrote vil de Salvador Puig i Antich, en un artículo publicado en GARA.

«Han tardado, pero esta vez las campanadas a morts sonaron para Don Manuel. Como su admirado Caudillo, gracias a la ‘Transición’, también murió en la cama. Todo había quedado ‘atado y bien atado’. Pide el arzobispo, al final de su homilía, que con el patrocinio del Apóstol Santiago y con la intercesión de la Virgen María, el Señor lo acoja en el banquete del reino de los cielos. Yo, rogaría a nuestra memoria que los recuerdos persigan, a él y a los suyos, hasta el fin de la Historia».

 

 

 

°

domingo, 18 de agosto de 2024

El Satélite Lur-1

Desde el ámbito de la ciencia y la tecnología traemos a ustedes información del satélite vasco Lur-1 por medio de este reportaje publicado por El Diario Vasco:


El primer satélite vasco ya transmite los primeros datos y ratifica el éxito de la misión

Lur-1 logra contactar con la base de AVS tras 16 horas de tensión desde su lanzamiento, lo que sitúa a Euskadi en la vanguardia del sector aeroespacial

Oskar Ortiz de Guinea

Su tecnología vanguardista permite a Lur-1 fotografiar la superficie de Euskadi desde los 515 kilómetros de altura a la que desde la noche del viernes orbita la Tierra, a una velocidad de 7 kilómetros por segundo. Sin embargo, su cámara multiespectral no atraviesa muros, por lo que el primer satélite vasco no pudo fotografiar ayer al equipo de ingenieros de la empresa AVS en el momento en que estos lograron establecer la esperada conexión con él. Sin embargo, forzosamente tuvo que ser capaz de registrar los enormes gritos de júbilo que los empleados de la compañía de Elgoibar soltaron en su sede del parque tecnológico de Miñano, minutos después del mediodía, hora en Euskadi. «¡Ahora sí que sí! ¡Acabamos de contactar con Lur-1!», se felicitó la directora de Espacio de AVS, Cristina Ortega. Era «el paso que nos faltaba para dar por exitoso el lanzamiento», añadió.

Eran las 12.42 horas de ayer, cuando, tras prácticamente 16 horas circunnavegando el espacio, se produjo el esperado contacto con la señal entre el microsatélite y el centro de operaciones alavés. Fue la culminación del lanzamiento del primer satélite vasco, tras casi cuatro años de intenso desarrollo científico y tecnológico de la empresa Adde Value Solutions (AVS). De nada valía que el dispositivo continuara en órbita si no lograba conectar con Vitoria.

El contacto con Lur-1 vino con cierto suspense. Fue al tercer intento, después de que no fuera posible en las dos primeras pasadas del satélite por encima de Euskadi: la primera hacia las 23.40 horas del viernes y la segunda, a las 1.30 horas de ayer. Para el sábado, sin embargo, aún estaban reservadas dos opciones más: a las 12.42 horas, y hora y media después, el tiempo que tarda en dar cada giro a la Tierra y sobrevolar nuevamente Euskadi. No hizo falta esta cuarta tentativa. A la tercera fue la vencida.

Pese a la lógica incertidumbre y la tensa espera hasta lograr recibir la primera señal de su satélite, la confianza en el éxito era absoluta en el equipo técnico de AVS desde que Lur-1 despegara de la Tierra. Lo hizo el viernes, a las 20.56 hora española y a bordo del Falcon-9, el cohete de la empresa SpaceX –propiedad de Elon Musk–, en el en el que Lur-1 viajó insertado junto a otros 115 satélites que fueron siendo liberados uno a uno, cada uno para cumplir su respectiva misión.

En apenas una hora, Lur-1 alcanzó ya la altitud prevista –515 kilómetros–, unos 20 minutos después se desplegó tal como estaba previsto, y entró en una órbita nominal a una velocidad de 27.400 kilómetros por hora, esto es, 7 kilómetros por segundo. Todo iba bien, pero faltaba la confirmación que llegó ayer.

Los primeros datos

Realmente, tal como trasladó Cristina Ortega, ahora es realmente «cuando empieza todo». Una apasionante aventura de cinco años de duración, el tiempo tras el que será jubilado Lur-1. Sin tiempo que perder, ayer mismo comenzó a transmitir sus primeros datos telemétricos, sobre el estado de las baterías y la temperatura del artefacto en forma de números y letras en las pantallas de la sala de control. Será capaz de trasladar hasta 20 gigabytes de datos.

Lur-1 ha sido concebido como un microsatélite de 57 kilos de peso que incorpora antenas de diversas bandas, un brazo desplegable y paneles solares. Además, cuenta con una cámara multiespectral de siete bandas y también un experimento de comunicaciones cuánticas con el que se pretende demostrar que es posible enviar desde tierra fotones polarizados y recibirlos en el propio satélite. Esto es algo determinante para conseguir comunicaciones seguras, imposibles de ser ciberatacadas.

Todo este desarrollo tecnológico ha sido concebido, en primer lugar, para la captura de imágenes de alta definición de la Tierra, aunque en principio el foco de la misión está puesto en la geografía del País Vasco para estudiar la evolución del litoral, analizar controles de plagas y ríos o gestionar la distribución de cultivos, entre otras tareas. Cada metro y medio de superficie equivale a un píxel. El caudal informativo que generen sus imágenes servirá a sus potenciales clientes: instituciones y centros de investigación de todo el país, como Azti, así como clientes comerciales de todo el mundo. Esta última línea de negocio es algo habitual que ya realizan otros gigantes del sector aeroespacial mundial.

La vida útil del satélite vasco será de cinco años. Cumplido este plazo será capturado de su órbita espacial para su posterior reentrada a la atmósfera, donde se desintegrará. Cuando le llegue la hora del retiro, se convertirá en uno de los primeros objetivos de misiones de demostración de deorbitación para lograr un espacio más sostenible. Y en ese espacio, Euskadi tiene su hueco.

 

Y claro, no podía faltar un poco de buen humor vasco:

 

Aquí podéis ver a Patxi lanzando ayer el primer satélite vasco de la historia! LUR1 ya está en órbita...


Y bueno...




 

 

°

Fernández de Betoño | Menudo Circo

Estamos de vuelta en Iruña-Veleia, escenario de uno de las grandes desvergüenzas del españolismo en contra de la historiografía vasca, la lawfare desencadenada en contra de los grafitos ahí encontrados.

Pues bien, han vuelto a las andadas con el tandem sociata-jeltzale anunciando que no se llevarán a cabo las excavaciones pertinentes, no vaya a ser que lo encontrado redimensione a los vasco(ne)s en el contexto del Imperio Romano.

Lean esta denuncia publicada en Naiz:


Menudo circo

Lakua y la Diputación Foral de Araba informaron, el 17 de julio pasado, del hallazgo de un circo romano en Iruña-Veleia y de su intención de no desenterrarlo. Para entender el porqué de esa decisión, afirma el autor, basta con «darse un paseo por los alrededores».

Unai Fernández de Betoño

El notición del hallazgo de un circo romano de casi 300 metros de largo en Iruña-Veleia se explica en una rueda de prensa a la que no asiste la nueva consejera de Cultura, Ibone Bengoetxea. Los arqueólogos anuncian que el circo es solo parte de un gran descubrimiento: hay numerosos restos de edificaciones, tanto dentro como fuera del recinto amurallado del oppidum. Un gran yacimiento urbano de más de 250 hectáreas revelado gracias a técnicas de teledetección, todavía por desenterrar. ¿O no se quiere desenterrar?

Surge la duda, por los curiosos avisos lanzados en dicha rueda de prensa, organizada por Gobierno Vasco y Diputación. «Excavarlo en su totalidad implicaría luego la conservación en su totalidad. La excavación arqueológica es destructiva: la mejor conservación del yacimiento es la no excavación», aseguró el jefe de Arqueología de la Diputación, Javier Fernández Bordegarai, ante las preguntas de los periodistas, que no se podían creer que no se quiera planificar ya la excavación.

Y qué problema habrá para conservarlo en su totalidad, se pregunta cualquiera. A ver si el problema no va a ser solo presupuestario. El mercado de Iruña-Veleia también se descubrió extramuros por teledetección, y posteriormente se excavó. ¿Por qué se pone ahora en duda la excavación de un descubrimiento bastante más importante? El plano enseñado en la mencionada rueda de prensa, que indica las edificaciones romanas en amarillo, nos da varias pistas. Tanto por lo que muestra, como por lo que se ha decidido no mostrar.

Grava, árido y hormigón

Lo más evidente: justo sobre el circo romano ya existe un edificio. Un pabellón abandonado de una empresa de remolques, cuya parcela está llena de bloques de hormigón. Precisamente, la actividad de la contigua fábrica de bloques Faconor. Otra ruina industrial semiabandonada, usada como vertedero de áridos desde hace años, propiedad de la conocida familia Echave. Familia que, a través de la empresa Ecalsa, también posee la vecina cantera de Azkorrigana, situada a escasos 200 metros del oppidum, y que, como quedaba fea en el plano de la rueda de prensa, se cortó del mismo, evitando así preguntas acerca de los posibles efectos de las voladuras sobre las ruinas romanas (la Audiencia Provincial ya condenó a la empresa por causar grietas en viviendas de Trespuentes). Desenterrar el yacimiento, ponerlo en valor y ampliar su perímetro de protección supone luchar contra el extractivo negocio de la grava, el árido y el hormigón.

Y lo más importante: toda la parte sureste del yacimiento que ahora se ha descubierto trasciende las 126 hectáreas que tradicionalmente se han delimitado como conjunto arqueológico, traspasándose la carretera A-3302 a Mendoza. ¿Qué supone eso? Que el descubrimiento mayor de ahora linda con (si no yace abajo) otra obra, que por supuesto no se ha indicado en el plano de la rueda de prensa, a pesar de estar ya bastante avanzada: la descomunal macroplataforma logística de Jundiz-Billodas, ideada por el PNV, y su dique de contención de inundaciones sobre el que irá la vía del TAV. Un dique de 11 metros de alto cuya base se está construyendo con la piedra caliza extraída mediante voladuras de la cantera de Trespuentes.

Una obra del TAV, realizada en ese tramo porque el PNV se empeñó en construir otra plataforma intermodal gestionada por ellos (al lado de la de ADIF), que a escasos metros de Iruña-Veleia ya sepultó bajo hormigón el pasado 2023 un importante tramo de la calzada romana Burdeos-Astorga y un poblado neolítico de hace 5.000 años. En ese caso también se nos explicó, con no poco paternalismo, que tal vez los yacimientos se conservarían mejor sepultados. Como si fuéramos bobos. Es el comodín que juegan cuando no es válido lo de que «el yacimiento está muy lejos de la vía del TAV», como ya colaron el pasado año sobre el inaceptable destrozo en Lezetxiki.

En Girona, Soria o Cuenca deben de estar locos, porque desenterraron completamente los yacimientos de Empúries, Numancia y Segóbriga. En la CAPV somos más de dibujar, documentar y «proteger» bajo hormigón. Para entender el porqué, basta con darse un paseo por los alrededores del circo romano ahora desvelado: cantera, bloques de hormigón, vertedero de áridos, dique de contención, plataforma intermodal. Suficiente ‘opus caementicium’.

En el vídeo de la rueda de prensa se ve cómo la diputada de Cultura, Ana del Val, hace gestos a los arqueólogos para que no sigan dando explicaciones sobre los pros y los  contras de excavar. Eso ya lo decidirán los gobernantes. Menudo circo.




°

Infancia Refugiada en Gales

Noticias de Gipuzcoa ha publicado este artículo acerca de un grupo en particular de todas aquellas infancias que conforman lo que Dorothy Legarreta muy acertadamente bautizó como la Generación Gernika.

Nos referimos a todos las niñas, niños y adolescentes hijos de socialistas, comunistas, anarquistas y nacionalistas que tuvieron que ser evacuados de Euskal Herria ante el avance del fascismo al inicio de la criminal embestida militar en contra del naciente proceso revolucionario en el estado español, mismo al que se ha calificado de forma equívoca como Guerra Civil Española.

Muchos de ellos forman parte hoy de la diáspora vasca pues nunca pudieron regresar a sus hogares dado el inicio de la Segunda Guerra Mundial y el terror desatado por Franco aprovechando que todos los ojos estaban puestos en el avance nazi tanto en Francia como posteriormente en la Unión Soviética.

Adelante con la lectura:


80 niños y niñas de la Guerra Civil en busca de su identidad

Intxorta 1937 Kultur Elkartea ha obtenido fotos y nombres de 80 vascos que tuvieron que exiliarse a Gales. El objetivo es relacionar cada rostro con un nombre para recuperar la identidad de esas personas

Adur Sarasua

La Guerra Civil española fue una de las épocas más oscuras y violentas en Euskal Herria. El dolor, el miedo, la sangre y la violencia reinaban en un país en el que miles de niños y niñas soñaban con jugar y ser felices. No eran conscientes de lo que había fuera, ni de lo que tenían que sufrir a diario sus padres. Ante la inocencia de aquellos jóvenes, la mejor y única manera de tener un futuro era enviarlos a un lugar seguro, un acto igual de desgarrador que valiente.

Muchos niños y niñas vascas dejaron atrás sus raíces por lugares como Francia, Catalunya, Gran Bretaña, Unión Soviética, Bélgica o, incluso, América Latina (México, Chile, Argentina, Venezuela o Uruguay). Los pasos de muchos y muchas se borraron por el camino y jamás volvieron a Euskal Herria, mientras que otros más afortunados pudieron retomar sus vidas en el lugar que los vio crecer. La memoria de esos que jamás volvieron merece ser recordada, recreada y reconocida, sobre todo, por y para las familias. Se merecen que se conozca su realidad y se reconozca el sufrimiento que padecieron.

Intxorta 1937 Kultur Elkartea

En ello está la asociación Intxorta 1937 Kultur Elkartea, cuyo objetivo es el mismo desde 1986, año en el que empezaron a trabajar en el tema de la memoria: recuperar el nombre de las personas reprimidas pasando de la niebla de la memoria y de las profundidades del olvido a la luz de la historia del conocimiento y el reconocimiento. Desde septiembre de 2019 lo están haciendo con los niños y niñas de la Guerra Civil.

Una de las consecuencias más dramáticas de la violencia indiscriminada de los golpistas ante la II. República Española fue contra la población civil. Durante los meses de marzo a julio de 1937, los bombardeos en localidades como Elgeta, Eibar, Elorrio, Durango, Bilbao o Gernika empujaron a muchos padres y madres a tomar una decisión muy dura: tener que enviar a sus hijos e hijas al exilio.

Se habla de que entre julio de 1936 y agosto de 1937 cerca de 30.000 niños y niñas vascas tuvieron que abandonar su casa y su familia para evitar la guerra, aunque tal y como declara Juan Ramón Garai, miembro de Intxorta 1937 Kultur Elkartea, “creemos que esa cifra se acerca más a 35.000”.

Aunque en los registros figuran que eran de Bilbao, la realidad es que muchos eran guipuzcoanos, alaveses o navarros, ya que mucha gente se escapaba al extranjero desde la capital vizcaina. “Nosotros no buscábamos niños guipuzcoanos que habían ido a Reino Unido, y resulta que hemos encontrado a 350. Es porque no figuraba el lugar exacto de su origen”. Muchos guipuzcoanos salieron de la provincia en 1936 cuando los nacionales tomaron Donostia en dirección a Bilbao, y en junio del año siguiente, cuando Bilbao cayó en manos de los golpistas, se exiliaron. Gracias a varias labores de investigación que ha llevado a cabo esta asociación, se sabe que unos 10.500 guipuzcoanos menores de 17 años fueron al exilio durante la guerra.

Algunos volvieron al lugar del que jamás debieron salir, pero otros, en cambio, se quedaron en el país de acogida. Uno de esos territorios fue Gran Bretaña, donde se agruparon en decenas de colonias. Eso sí, el gobierno británico no ayudó en la manutención de los jóvenes, y fueron los sindicatos de mineros y otros grupos de ayuda los que se encargaron de su cuidado.

Orratz Begia

Una de esas colonias fue la de Sketty Park, en Swansea (Gales). La gran novedad y uno de los alicientes de este proyecto es que se han encontrado fotografías y datos personales de 80 menores de entre siete y quince años exiliados en esa colonia. Pero hay un problema: no se sabe qué nombre corresponde a cada foto. Hay una fotografía donde aparecen los 80 jóvenes y otro documento en el que figuran sus nombres y apellidos. Por ello, el objetivo es relacionarlos con la ayuda de los y las ciudadanas vascas.

Este material estuvo expuesto en el Instituto Cervantes de Manchester y, para tratar de relacionar los nombres con las fotos, Intxorta 1937 Kultur Elkartea llevará a cabo una exposición llamada "Orratz begia" (El ojo de la aguja) y que se estrenará en el claustro de Kulturate, Arrasate, el 19 de septiembre. Ese mismo día también se presentará un libro-catálogo.

Este trabajo es el resultado de los talleres realizados en septiembre del año pasado en Arrasate con trece niños y niñas de la guerra y sus descendientes con la colaboración de The Association for the UK Basque Children (Asociación para los niños y niñas vascas de Reino Unido) y el equipo Memory as Transgenerational Care (La Memoria como Cuidado Transgeneracional) con Mónica Jato, profesora de la Universidad de Birmingham, como comisaria. A excepción de siete personas, el resto volvió a Euskal Herria tras finalizar la guerra.

Además de las 80 fotografías que necesitarán de la colaboración ciudadana para tratar de descifrar la identidad de cada persona, se dará a conocer un libro que recoge la síntesis de los talleres, las obras que se van a exponer, el trabajo de investigación realizado sobre las niñas y niños exiliados de Gipuzkoa, extractos de las entrevistas realizadas y varios centenares de fotos de jóvenes que huyeron a otros países.

Este proyecto subvencionado por la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Arrasate se presentará en una rueda de prensa a principios de septiembre en la Diputación. En él se explicará el contenido de la exposición y del libro-catálogo. En todo ello han formado parte Judith Martínez Estrada, una artista afincada en Australia; José Calvimontes Barrientos, alumno becado en la Universidad de Birmingham; el escritor Joseba Sarrionaindia y la música Ines Osinaga; el historiador Josu Chueca Intxusta; los fotógrafos Mauro Saravia Belles, Juan Luis Elizaran, Josefe Díaz de Tuesta y Saioa Ugarteburu; Josuren Murgizu, Itziar Bastarrika y Nerea Villa, que han recogido los testimonios de decenas de personas que pueden transmitir su experiencia en el exilio.

Este artículo también es para que todos ustedes tengan la oportunidad de ayudar a estas familias. Si pueden relacionar el nombre de alguna persona con su respectiva fotografía, envíen un email a Intxorta1937@gmail.com.

Cillero Arrillaga, Ana Mª
Cillero Arrillaga, Santiago
Peña Ortiz de Urbina, Eduardo
Ochoa Echeverría, Juan
Villar Melgar, Fernando
Villar Melgar, Mª Pilar
Labiano González, Ana Mª
Echebarría Sustaeta, Fernando
Echebarría Sustaeta, Manuela
Barrero Ugalde, Mª Ángeles
Nuño Galdano, Alejandro
Merino Vallejo, Francisco
Merino Vallejo, María
Ecenarro Pesquera, Andrés
Santamaría García, José Mª
Santamaría García, Luis
Santamaría García, Ramón
Sainz de Aja Aira, Mª Ángeles
Sainz de Aja Aira, Julio
Palencia Rodríguez, Margarita
Fariñas López, Mª Josefa
Lumbreras Vargas, Félix
Manso Baldras, Santos
Colino Muerza, Mª Luisa
Colino Muerza, Eleuterio
Lera Herrero, Germinal
Lera Herrero, Eliseo
Fuentes Olascoaga, María
Montegui Elorriaga, Mª Teresa
Montegui Elorriaga, Jesús Mª
Montegui Elorriaga, Luis Mª
Montegui Elorriaga, Ana Mª
Ortiz de Pinedo Ibarra, Enrique
Ortiz de Pinedo Ibarra, Mª Dolores
Ortiz de Pinedo Ibarra, Alejandro
Hinojal Calvo, Jerónimo
Villarreal Santiago, Alicia
de la Fuente Marcos, Ignacio
Santos Postigo, Octavio
Lorenzo Gallego, Mª Trinidad
Lorenzo Gallego, Emilia
Ortega Burgos, Heliodoro
Pérez Pérez, Esther
Pérez Pérez, María
Pérez Pérez, Angel
Zamora Portero, Anastasio
Zamora Portero, Julián
Gil Marin, Araceli
Gil Marin, Purificación
Ortiz de Zarate Fuentes, José Luis
Ortiz de Zarate Fuentes, Mª Teresa
Asencor Rodríguez, Eusebio
Martínez Verguizas, Victoriano
Martínez Verguizas, Herminio
Sagastume Sanz, José
Mesones Roldan, Aurea
Rico Iñiguez, José Mª
Hernández Sanchez, Julio
Fuentes Luis, Amelia
Fuentes Luis, José Luis
González Penagos, Félix
González Penagos, Martín
Sanchez Urquijo, Mª Begoña
Sanchez Urquijo, Esteban
Maleta Gueñes, Jesús
Fernández García, Mª Rosario
Roda Merino, José Luis
Roda Merino, Emilio
García Gutiérrez, Teodoro
García Gutiérrez, Fausto
Merino Santamaría, José Luis
González Obregon, Jesús
González Obregon, Santos
Rubiano Bustillo, Mª Concepción
Rubiano Bustillo, Begoña
Rubiano Bustillo, Antonio
Egusquiza Lecue, Julita
Egusquiza Lecue, Mª Josefa
Egusquiza Lecue, Mª Milagros
Egusquiza Lecue, Mª Ángeles




°

Egaña | Presidentes en Fuga

La fugaz visita del represaliado político catalán Carles Puigdemont es puesta dentro del contexto de la lucha de los pueblos contra el tardo colonialismo español mediante este escrito de nuestro amigo Iñaki Egaña, mismo que pueden encontrar en su perfil de Facebook:


Presidentes en fuga

Iñaki Egaña

La breve escapada desde Bélgica a Barcelona de Carles Puigdemont ha sido mostrada como una aguja en un pajar, en un escenario donde lo lógico y al parecer, era la comparecencia del huido ante la justicia del estado profundo. La imagen del ex president detenido y esposado, trasladado a Madrid para exposición pública, con el añadido de la eficacia policial y el escarnio. Introducido en los calabozos de la Audiencia Nacional y aplicándole el protocolo habitual con los detenidos políticos, desde la desnudez, la requisa de sus pertenencias, las huellas dactilares y, probablemente (de manera alegal), la extracción de ADN para añadirlo a la base de datos engrandada con los ya tomados a los delincuentes habituales (políticos y comunes). Conociendo a los medios españoles y a sus “fuentes”, algún día parte de ese proceso sería filtrado para jolgorio de tertulianos y los “online influencers”, creando el magma propicio para, de nuevo, mostrar esa supremacía histórica de la naturaleza hispana. Para ser buen español, el perfil únicamente obedece a determinadas pautas, conocidas de sobra desde el burladero vasco. Sobran las explicaciones.
Su vuelta, ficticia o real, a Waterloo, descolocó a gran parte de los medios y a sus espectadores. Puigdemont es un cobarde. La crónica política no comenzó ayer, con las olas de calor veraniegas, ni siquiera con los juegos olímpicos y la medalla del combinado futbolístico. La historia cercana tiene una sombra más alargada, sin tener que recurrir a la perspectiva china, esa que lanzó el primer ministro Zhou Enlai cuando le preguntaron por la Revolución francesa y contestó que era demasiado pronto para hacer valoraciones. En las últimas décadas, han sido unos cuantos los presidentes “cobardes”, democráticamente elegidos, perseguidos por España, algunos con visitas fugaces desde el exilio.

Hace exactamente cincuenta años, como si se tratase de un bucle interminable y para ajustar las efemérides, otro presidente, esta vez lehendakari, había hecho un viaje similar al de Puigdemont. Se trataba de Jesús María Leizaola, entonces en el exilio, que cruzó clandestinamente la muga y afloró en Gernika para lanzar un pequeño discurso y desaparecer de inmediato. Tal como aquella canción de cantaba Luis Eduardo Aute a la muerte del dictador: “ahora sí, ahora no. Mañana es tarde, hoy es pronto y ayer pasó.”

Más de uno pensará que medio siglo y una convulsión política de por medio (Transición, restauración monárquica, ley de Amnistía de 1977, Estado de las Autonomías, Pactos de la Moncloa, etc.) es suficiente para que la idea de enlazar Leizaola con Puigdemont sea un anacronismo. Que la comparación está introducida con calzador. No tengo una respuesta. Pero en ese continuo debate que necesitamos quienes damos nuestra opinión habitualmente en medios públicos, es decir escuchar más que hablar, me surgió lo que se suele llamar una “duda razonable”. Compartía mesa con viejos disidentes del estatus centralista, algunos con años de presidio a sus espaldas, cuando surgió el tema: “te equivocas cuando escribes sobre el Régimen del 78, su fracaso, la expresión ´de aquellos barros estos lodos´”, me dijeron. “En realidad se trata de la reedición del Régimen del 36”. Y a continuación una cadena de argumentos, el último el de las llamadas Leyes de Concordia que reviven las tesis de los golpistas y vencedores de la guerra civil. También el artículo 8 de la Constitución que avala la intervención militar para atajar las intenciones separatistas e imponer la “unidad patria”. Efectivamente, es muy posible que el Régimen del 78 sea una subcontrata más del Sistema del 36.
La presencia de Leizaola en el Aberri Eguna de 1974, concitó muchos de los detalles que ha vuelto a repetir Puigdemont, con las particularidades territoriales. El lehendakari vivía en París, trabajando en una oficina de mala muerte, en la calle Singer, después de que el Gobierno demócrata francés hubiera expoliado la sede del Gobierno vasco en la Avenida Marceau para ofrecérsela al dictatorial de Franco, que la convirtió, con sarcasmo, en embajada española. Hoy, como los tiempos han cambiado, aquella delegación vasca es la sede del Instituto Cervantes. Taza y media. De París, Leizaola se trasladó a Donibane Lohizune donde unos mugalaris le prepararon el cruce de la frontera, que lo hizo por Bera. Dos años después, en las cercanías de donde había pasado el lehendakari clandestinamente, la Guardia Civil mató a Manuel Mari Garmendia, de Legorreta, cuando cruzaba la muga clandestinamente para dirigirse también al Aberri Eguna de 1976. Leizaola se refugió en Algorta la noche anterior a su presencia en Gernika y tras un breve acto, volvió a retornar al exilio, donde llevaba 37 años. Unos mugalaris le prepararon la huida, sin gorros de paja (los drones pertenecen a la modernidad), quizás con txapelas para evitar la humedad del sirimiri que acompañó el ambiente.
Manuel Azaña, Juan Negrín, Niceto Alcalá Zamora, Largo Caballero, Diego Martínez Barrio… presidentes españoles republicanos en fuga que murieron en el exilio. Por cierto, Azaña, fue enterrado en Montauban bajo la bandera de México porque Francia prohibió hacerlo con la tricolor republicana española. Apenas reconocimiento porque, según el Régimen del 36, también fueron unos “cobardes”.
En el bucle vasco-catalán habría que recordar al president Lluis Companys y al lehendakari José Antonio Agirre. La dictadura puso tras ellos a uno de sus mejores agentes, Pedro Urraca Rendueles, que como el cercano Melitón Manzanas, trabajaba también para la Gestapo. Urraca capturó al catalán que fue ejecutado en el Castell de Montjuïc. Agirre se le escapó y cruzo el océano. De haberlo capturado hubiera tenido el mismo final de Companys. Y lo que es la línea del tiempo. Condenado a muerte en rebeldía por Francia, Madrid reubicó a Urraca, le dio una nueva identidad y lo envió a Bélgica para espiar a los primeros exiliados de ETA. Su sombra estará tras los pasos de Puigdemont.

 

 

 

°