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domingo, 3 de enero de 2016

Un Nepalí en Donostia

Les compartimos esta bonita historia publicada en El Diario Vasco:

«Me llevo 300 nuevos amigos de Euskadi»

Ashok, el nepalí que regenta en la localidad de Pokhara un hotel con el nombre de Donosti, cumple por fin su sueño y visita San Sebastián

Ana Vega
Ha visto el mar por primera vez, ha comido algo que parecen sanguijuelas pero que en realidad son gulas y se lleva besos y abrazos de media ciudad. Ashok Rumba, el joven nepalí que soñaba con visitar Donostia, ha cumplido finalmente su sueño en parte gracias a su esfuerzo y sobre todo gracias a su amigo Txema, un donostiarra al que conoció hace ya doce años en su país y que se ha volcado para que pudiera venir.

Txema Ramos conoció a Ashok cuando, estando de viaje por Nepal, buscaba un guía para realizar una excursión por la zona de Pokhara. Al donostiarra le impresionaron las maneras sencillas y la calidez del nepalí. A éste último le gustó todo lo que aprendió de su nuevo amigo vasco y desde entonces soñaba con venir a San Sebastián y conocer sus gentes, su idioma, su gastronomía y sus montañas. El viajero donostiarra intentó ya hace ocho años que su simpático amigo nos visitara pero la burocracia lo impidió. Entonces Ashok no era, como él asegura que es ahora, «un business man». Y es que, gracias a la ayuda de Txema y mucha otra gente, Ashok abrió hace unos años en la localidad de Pokhara el Hotel Restaurante Donosti que lleva este nombre en homenaje a su amistad. «Ha sido muy duro intentar traerle -asegura Ramos-, han sido meses de burocracia y papeleo para conseguir que se venga un mes de vacaciones. He llegado a firmar papeles en los que dice que iré a la cárcel o que me impondrán multas bárbaras si Ashok se queda aquí para siempre, he tenido incluso que entregar números de cuenta de mi empresa... Ha sido largo y duro pero finalmente hemos conseguido que venga a visitarnos». Al nepalí, que ha estado encantado de visitar la ciudad, le sorprendieron las preguntas que le hicieron en la embajada: «Me preguntaban si pensaba quedarme en España a vivir, y yo les contestaba que cómo iba a quedarme aquí si allí en Pokhara tengo todo lo que amo, que es mi mujer y mis dos hijos. No entendía la pregunta».

Como un turista más

Ashok Rumba ha pasado un mes entre nosotros para hacer lo que muchos otros turistas: visitar el monte Igeldo, pasar de San Pedro a San Juan en barca, e incluso pudo ver jugar a la Real Sociedad en Anoeta. Todo lo cuenta con una sonrisa que no se borra de su boca. Pero lo que más le impresionó fue el mar, algo que no había visto nunca. «Es tan bonito y tan grande». Txema explica que su reacción fue como la de un niño que se acerca temeroso a la orilla y se aleja rápido cuando llegan las olas, «fue un momento muy bonito».

La comida también le ha sorprendido, sobre todo el hecho de que cada día seamos capaces de comer algo distinto. «En Nepal es siempre arroz para comer y arroz para cenar», afirmaba el nepalí. Cuando le dieron a probar las gulas Ashok hizo una foto al plato para enviársela a su mujer y esta le contestó extrañada que «cómo es que me daban sanguijuelas para comer» cuando «creía que me iban a tratar bien aquí». Otra cosa que ha probado ha sido la tortilla de patata que tan famoso le ha hecho en Pokhara y fuera de allí porque desde que Txema le enseñara la receta, la tortilla de patata es el plato estrella en el restaurante del hotel Donosti. A pesar de que ha probado muchas en San Sebastián, el intrépido cocinero considera que la que él hace en su restaurante «está mucho más rica». Eso sí, no quiso irse de la ciudad sin aprender nuevas recetas para luego poder ponerlas en práctica con sus clientes en Nepal. Como él dice: «poliki poliki». Y es que Ashok también está empeñado en aprender euskera. 'Kaixo', 'ongi etorri lagunak' y pimpilinpauxa' son algunas de las palabras que ya ha aprendido y espera que sean muchas más las que aprenda en el futuro.

Ashok ha vuelto a Nepal cargado de regalos para su familia y, tal como asegura él mismo, con «300 nuevos amigos». 



Nos hizo recordar el cortometraje Laguna mina acerca de la amistad entre un colombiano y un vasco:


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