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Partidos, sindicatos, y agentes impulsan una mesa para la resolución del conflicto
Partidos como Batasuna, EA, Aralar y AB, sindicatos como ELA y LAB, y casi una veintena de organizaciones sociales son los primeros firmantes del llamado «acuerdo de base para la resolución del conflicto», sellado ayer en Bilbo y que sitúa la clave final en una consulta a todos los vascos sobre un proceso consensuado. Ahora pondrán en marcha una mesa de diálogo con el reto de acercar a ella a más agentes a los que se va informando de todos estos avances.
A modo de pirámide invertida, los miembros de la Comisión para la Resolución del Conflicto han conseguido plasmar en apenas un par de líneas la multitud de reflexiones, sugerencias y propuestas recabadas en el último año de manos de agentes sociales, políticos y sindicales de Euskal Herria.
Esta labor de síntesis quedó reflejada ayer en un acto formal celebrado en un céntrico hotel de Bilbo, donde los máximos representantes de cerca de treinta organizaciones suscribieron un texto que sitúa la base para alcanzar un acuerdo resolutivo en la consulta a todos los ciudadanos vascos.
El responsable de Comunicación de LAB, Txutxi Ariznabarreta, ejerció de maestro de ceremonias ante un auditorio en el que decenas de periodistas casi igualaban en número a los convocantes.
Fruto de un largo trabajo
Antes de explicar el contenido del documento, Ariznabarreta hizo un breve repaso de la trayectoria desarrollada en el seno del Foro Nacional de Debate hasta alcanzar este marco de acuerdo. Señaló, a este respecto, que este foro elaboró a partir de verano de 2003 un diagnóstico sobre la situación de Euskal Herria, que fue presentado en sociedad a finales de ese mismo año.
En base a su contenido, en el Aberri Eguna del pasado año fueron puestas encima de la mesa sendas iniciativas diferenciadas. Una de ellas iba dirigida a la construcción nacional, y la otra pretende impulsar un acuerdo para la resolución del conflicto político.
En este camino, recordó que se planteó la necesidad de constituir una Mesa para la Resolución, así como un equipo de trabajo cuyo objetivo sería «crear las condiciones y desbrozar el camino hacia esa mesa». Este grupo estuvo compuesto en un principio por seis personas entre las que, además del propio Ariznabarreta, estaban incluídas Arritxu Santamaría, Martin Aranburu, Mertxe Colina, Anjel Mari Elkano e Itziar Fernández. A ellas se les sumaron, algunos meses más tarde, Juan Martin Elexpuru, José Luis Elkoro, Esther Larrañaga y Mikel Muñoa, asumiendo éstas tres últimas personas la labor concreta de «dinamizar las relaciones internacionales».
De hecho, como apuntó Ariznabarreta, el papel de los agentes de ámbito internacional adquirió para ellos una especial importancia, ya que «se vio oportuna la participación de fedatarios y de observadores como garantes de la transparencia y del carácter democrático y participativo del proceso». Así, en las últimas semanas han trabajado con esta comisión, en calidad de fedatarios, tanto el sacerdote irlandés Alec Reid como el ex gobernador del estado norteamericano de Idaho Pete Cenarrusa. Junto a ellos, han adquirido el compromiso de ejercer de observadores Verena Graff, de Suiza, Sutur Skaale, de las Islas Feröe y Aureli Argemi y Mónica Sábata, de Catalunya.
Una vez iniciada su labor, Ariznabarreta explicó que este grupo de trabajo se puso en contacto con todos los agentes sociales, políticos y sindicales de Euskal Herria, «sin excepciones», a quienes «se invitó a que hicieran sus aportaciones sobre el camino a la resolución del conflicto».
«Siempre estará abierto»
Basándose en estas aportaciones, tanto escritas como orales, los miembros de la comisión elaboraron un primer borrador del documento, y se lo hicieron llegar a todos los agentes. A los que habían aportado y a los que no, ya que, según resaltó Ariznabarreta, «se ha seguido trabajando con todos».
Tras una segunda labor de matización y de correcciones, se elaboró un segundo borrador, que fue el que dio paso al documento definitivo (cuyo contenido se encuentra en su integridad en la parte superior de esta página). El texto tiene dos apartados, explicó Ariznabarreta. En el primero, el prólogo, «se plantean una serie de reflexiones sobre Euskal Herria y sobre el conflicto político», y el segundo «constituye la base para el acuerdo».
Recordó, asimismo, que si bien en un principio este consenso ha sido suscrito por los agentes que acudieron al acto de ayer, «siempre estará abierto a que se sumen nuevas fuerzas» y agregó que ése será el principal objetivo que les guíe a partir de ahora.
Mientras tanto, Alec Reid ya tiene en sus manos un escrito que cuenta con la rúbrica de buena parte de la representación social, política y sindical de este país.
Acuerdo democrático de base para la resolución del conflicto
1. PROLOGO
El Pueblo Vasco es un pueblo con identidad propia situado en los territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, Nafarroa Garaia, Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa. En la actualidad se encuentra dividido en tres realidades jurídico-políticas.
El Pueblo Vasco es poseedor de unas características históricas, sociales y culturales específicas, especialmente el euskara, patrimonio común de todos y todas.
Es un pueblo plural. Responden a esta pluralidad y riqueza las diversas formas de sentimiento y adscripción nacional que se dan en su seno.
El Pueblo Vasco vive inmerso en un conflicto histórico, no resuelto, de naturaleza política con el Estado español y con el Estado francés. En este contexto, la ciudadanía sufre la conculcación de sus derechos más básicos en ausencia de un marco de convivencia en el que todos los derechos de todas las personas sean respetados.
Un conflicto de naturaleza política necesita necesariamente de una solución de carácter político, en forma de acuerdo integrador e inclusivo entre todos los agentes que convivimos en el Pueblo Vasco.
Es por ello que consideramos que la superación de este conflicto se conseguirá como resultado de un proceso de diálogo y negociación política sin exclusiones.
Para la definitiva superación del conflicto, todas las sensibilidades políticas hemos de estar inexcusablemente representadas en ese proceso de diálogo y negociación política.
Ha de ser un proceso en el que ninguna parte venza o quede vencida, que garantice todos los derechos de la ciudadanía sea cual fuere su sensibilidad política, convirtiendo a toda la ciudadanía en copartícipe y máxima beneficiaria del proeso. Con este objetivo deberán abordarse los condicionantes que determinan la diferente participación social de mujeres y hombres a fin de que se garantice la igualdad de derechos y oportunidades.
En este sentido, la decisión sobre el presente y el futuro del Pueblo Vasco corresponde a todas las personas que en él convivimos y trabajamos. El futuro del Pueblo Vasco ha de ser decidido por quienes lo integran de un modo democrático, consensuado entre todos los agentes, que deberán respetar la voluntad de la ciudadanía.
Así pues, como punto de partida del proceso de resolución, consideramos indispensable alcanzar previamente entre todos los agentes un acuerdo democrático de base para la resolución del conflicto.
2. BASE PARA EL ACUERDO
Toda la ciudadanía de Euskal Herria ha de ser consultada sobre su futuro mediante el proceso consensuado entre todos los agentes.
5 de marzo de 2005
Una plural representación a la cabeza
Partidos políticos, sindicatos y movimientos sociales conforman la relación de los primeros firmantes. Seis formaciones políticas han suscrito la iniciativa: AB, Aralar, ANV, Batasuna, EA y Zutik. En el ámbito sindical, EHNE, EILAS, ELA, ELB, ESK, Hiru y LAB lo respaldan. La representación más nutrida corresponde a los movimientos sociales: ABK, Anai Artea, Askatasuna, Bai Euskal Herriari, Bilgune Feminista, EPPK, Iheslarien Kolektiboa, TAT, ESAIT, Etxerat, EHE, Herria 2000 Eliza, Matalas, Duina, Askapena, Behatokia y Segi. -
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