Traemos a ustedes desde el medio uruguayo M24 esta reseña de una entrevista que han hecho a Gorka Elejabarrieta:
“En una Europa en que la extrema derecha crece y cada vez más recuerda a la Segunda Guerra Mundial, aquellas naciones sin Estado que luchan por la liberación nacional es donde se dan mayorías progresistas, pro-europeas, pro-continentales y anti-belicistas”, explicó el senador español Gorka Elejabarrieta Diaz, de la agrupación Euskal Herria Bildu, en INFO24.
Elejabarrieta contó que mantiene lazos personales con Uruguay además de los que unen a Euskadi con nuestro país y evocó “la solidaridad que el conjunto del pueblo uruguayo demostró hacia aquellos refugiados vascos que fueron extraditados” en 1994 por el gobierno de Luis Lacalle Herrera, “fueron moneda de cambio con el gobierno español” de Felipe González.
Hoy en el País Vasco “estamos en un momento de transición todavía, (…) vivimos durante muchas décadas una situación de confrontación armada que generó mucho dolor, muchas víctimas; la desaparición de la violencia de ETA y la posterior transición política nos ha traído a otro escenario, todavía inconcluso porque quedan cuestiones por resolver de aquella época; y diría que estamos con un pie en aquel pasado y un pie en un nuevo futuro que mira adelante con gafas nuevas pero tiene unos objetivos similares”.
En ese sentido, señaló que “las razones de ese antiguo conflicto que ha enfrentado y sigue enfrentando al País Vasco con el Estado español tiene mucho que ver con la soberanía de los pueblos, con el reconocimiento del País Vasco como nación, como sujeto político con derecho a decidir; y tiene mucho que ver con el respeto del derecho de autodeterminación, porque a fin de cuentas, los vascos, lo que venimos demandando entonces y ahora, de manera mayoritaria, es que podamos decidir qué tipo de relación queremos tener con el conjunto del Estado; más de dos tercios de los diputados del Parlamento vasco están a favor de que el pueblo vasco pueda decidir su futuro de manera libre y democrática, a través de las urnas”.
Y es sabido que el de las nacionalidades en España no es un tema limitado a Euskadi, ya que “Cataluña tiene unos objetivos similares a los del pueblo vasco, pero un camino muy diferente: transitaron hacia ese mismo objetivo, hacia el ejercicio del derecho a decidir, a través de un proceso pacífico y tremendamente democrático, no hubo un muerto en todo el proceso; sin embargo la respuesta del Estado español, del gobierno de Mariano Rajoy en ese momento, fue muy similar a la anterior; a nosotros durante años se nos dijo, al pueblo vasco se le dijo que en democracia todo era posible, y que había que elegir entre las urnas y las balas; bueno, creemos que el caso catalán demuestra que no es tan así como nos decían a nosotros”, lamentó.
En esa dirección apuntó que “cinco años después de aquel referéndum que los catalanes ganaron, (…) hoy en Cataluña hay más independentistas que en 2017; en las recientes elecciones catalanas, celebradas hace algo más de un año, el 52% de los catalanes votaron por partidos independentistas; es la primera vez que en unas elecciones consiguen superar el 50%”, ilustró; “no es sensato pensar que en un contexto europeo en el que se han celebrado referéndum en Escocia” y habrá otros “en el futuro, a catalanes y vascos se nos diga que hacer un referéndum está fuera de todo lugar”, reflexionó.
Destacó que los vascos se consideran “una nación, distinta de la española, ni mejor ni peor, qué duda cabe; no tenemos ningún problema con España, es más, nos encanta, amamos la lengua, la cultura españolas; somos una nación que considera que el mejor desarrollo de su pueblo en tanto que cultura, lengua y sociedad, pasa a día de hoy, en el siglo 21, por la constitución de un Estado soberano; entendiendo la soberanía en el marco del siglo 21 y entendiéndola en el marco de la Unión Europea (UE), donde la cesión o el compartir soberanía se da todos los días; nosotros seguiremos compartiendo muchísimas cosas con el Estado español, y tenemos siempre Bruselas como marco de cooperación y respeto”, subrayó el legislador.
Después remarcó que “el País Vasco es una realidad política, cultural, diferente a la española; en el País Vasco tenemos mayorías progresistas desde hace tiempo, y consideramos que para el desarrollo social, económico, personal de nuestro pueblo nos iría bastante mejor siendo un Estado independiente; por lo tanto tiene mucho de lo nacional pero tiene mucho de lo pragmático, tiene mucho del día a día” su independentismo.
Acerca de la evolución social y cultural en general de los independentismos de Europa Occidental, y en particular de sus tendencias generacionales, el entrevistado resaltó que “el apoyo a la independencia, tanto en Cataluña como en el País Vasco, pero lo mismo ocurre en Escocia, en Irlanda (del Norte) y en otras naciones sin Estado del continente europeo, es muchísimo mayor entre los jóvenes y menor entre los más mayores; en ese sentido todo hace indicar, y lo digo con cautela porque las cosas cambian muy rápido, que el paso del tiempo va a favorecer las tesis independentistas; el independentismo está muy unido, al menos en los contextos que he mencionado: vasco, catalán, irlandés, escocés, a planteos progresistas; en una Europa en la que el populismo, la extrema derecha, está creciendo de manera importante, en una Europa que recuerda a la Segunda Guerra Mundial cada vez más, vemos que es en aquellas naciones sin Estado que están trabajando, luchando por la liberación nacional donde se dan mayorías progresistas, pro-europeas, pro-continentales, anti-belicistas”.
Ejemplificó esa caracterización: “en Reino Unido, Escocia e Irlanda del Norte votaron en contra del ´Brexit´, e Inglaterra votó a favor de abandonar la UE; en el Estado español, Cataluña y País Vasco tienen una mayoría de voto progresista”, al punto de que “si usted descuenta el voto que se ha dado en Cataluña y en el País Vasco, en el resto de España la población ha votado a opciones de derecha o de extrema derecha, lamentablemente”; y el auge actual de la extrema derecha y del nazi-fascismo “nosotros lo vivimos con tremenda preocupación; nos ha tocado vivir una época compleja, porque consideramos que estamos metidos en una transición civilizatoria, donde qué duda cabe que tenemos que corregir muchísimas de las prácticas que hemos venido realizando; tenemos que hacerlo simplemente porque el planeta no da para seguir consumiendo y seguir gastando” como hasta hoy.
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