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viernes, 4 de diciembre de 2020

La Autoría

Con motivo de un aniversario "redondo" más del Proceso de Burgos y en lo que atañe a la ejecución por parte de ETA del terrorista de estado español que respondía al nombre de Melitón Manzanas, Naiz ha publicado este artículo con respecto a la autoría de dicha acción:


¿Quién fue el autor material de la muerte del comisario Melitón Manzanas?

Xabier Izko de la Iglesia fue condenado por la ejecución del torturador, pero no fue él. Pese a ser una cuestión que acaparó máximo interés y recurrente cada aniversario redondo del Proceso de Burgos, nadie ha aportado jamás dato relevante alguno. Algunos silencios sí han sido significativos.

Iñaki Altuna

Con motivo del 20 aniversario del Proceso de Burgos, allá por 1990, el diario ‘Egin’ realizó una entrevista a Jokin Gorostidi, en la que una pregunta, pese a ser formulada una y otra vez, quedó sin respuesta por parte del doblemente condenado a pena de muerte en aquel juicio sumarísimo. Gorostidi fue posteriormente dirigente significado de Herri Batasuna, muy cerca siempre de la tesis de ETA, más concretamente de la ETA de Txomin, Argala y Peixoto, en los años de dudas y divisiones entre milis y polimilis. Como dijera con sorna años después su abogado y compañero de Mesa Nacional Iñaki Esnaola tras un juicio, en aquellos corrillos típicos de pasillo, Gorostidi señalaba con precisión cuándo entró en ETA, pero jamás cuándo había salido de la organización.

La pregunta formulada por el citado diario no era otra que la de quién había sido el autor material de la muerte de Melitón Manzanas, cuestión que acaparó mucha atención desde el mismo momento en el que el régimen franquista puso ahí el foco de su actuación, en una suerte de respuesta rápida y contundente por el atentado contra tan destacado esbirro. Y porque el romanticismo revolucionario de la época era terreno abonado para la construcción de mitos.

El acusado por la muerte del jefe de la Brigada Político-Social en Gipuzkoa fue Xabier Izko de la Iglesia, aunque pudiera haber sido cualquier otro si se atiende al escaso rigor de la actuación policial. Desde ya hace mucho tiempo, todo el mundo descarta que Izko fuera el autor material. Nadie duda de que el régimen buscaba un chivo expiatorio, y de que le tocó a él.

El propio implicado dejó constancia de ello en una declaraciones realizadas en 1977 en Oslo, donde se encontraba tras salir de prisión y ser «extrañado», término que se utilizó para los prisioneros de Burgos que fueron excarcelados aquel año para ser conducidos a diferentes punto de Europa, en un momento crítico en la llamada «transición democrática» española.

«Yo no maté al comisario Manzanas. Aunque en aquella época yo era el dirigente de la fracción militar de ETA, y aunque me sienta plenamente solidario con aquella acción, yo no estaba presente en aquella operación realizada en Irun y, por tanto, yo no disparé contra aquel comisario, hecho por el que se me condenó dos veces a muerte». Son las palabras que se pueden leer en la edición de ‘El País’ del 7 de junio de 1977. En julio, Izko y el resto de «extrañados» se plantaban en tierra vasca.

Responsabilidad colectiva

La cuestión de la autoría sigue, por tanto, sin despejarse, por expreso deseo de los militantes de ETA que pudieran conocer el dato. Seguramente, ello tiene que ver con la propia cultura militante forjada desde sus mismo inicios en esa organización sobre la responsabilidad colectiva y no individual respecto a todas sus acciones.

Esa consideración genérica, sin embargo, debería de saltar por los aires en el caso de aquellos procesados en Burgos que tuvieron notable responsabilidad en ETA y que después se distanciaron de la organización y repudiaron su acervo, hasta cambiarse de bando, por decirlo coloquialmente. Aun así, tampoco esos antiguos militantes han dado nunca dato alguno al respecto. Mario Onaindia falleció en 2003 sin que se le conozcan pronunciamientos reseñables sobre el tema.

En medio de un creciente discurso desde las asociaciones de víctimas para exigir el esclarecimiento total de los «crímenes de ETA», resultan significativas las palabras de hace diez años de otro de los condenados a muerte en Burgos, Eduardo Uriarte, el Teo que acompañó a Onaindia en ese viaje al PSOE y que, posteriormente, siguió su camino escorándose aún más lejos.

En el 40 aniversario del Proceso de Burgos Uriarte manifestó: «La decisión de matar a Melitón Manzanas se tomó en nuestro entorno. Pero nunca supimos ni quisimos saber quién había sido su autor. Nos daba vergüenza matar porque no lo teníamos asumido y porque todavía aquella organización repudiaba el asesinato».

Acción decidida antes de la muerte de Etxebarrieta

Para sostener esta afirmación, Uriarte tuvo que alterar hechos históricos suficientemente contrastados, afirmando que la acción contra Manzanas respondió a un impulso no premeditado de venganza por la muerte de Txabi Etxebarrieta. No es cierto. ETA ya había decidido atentar contra el torturador franquista y colaborador nazi antes de que la Guardia Civil abatiera a Etxebarrieta.

Sea por incomodidad, como en el caso de Uriarte, sea por seguir dentro de los parámetros políticos e ideológicos de la organización, como Gorostidi, nadie ha dado el mínimo detalle sobre esta cuestión. A la pregunta de quién mató a Melitón Manzanas, a día de hoy, solo hay una respuesta: ETA.

 

 

 

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