Un ciudadano alemán radicado en Hegoalde ha desperdiciado una oportunidad para traer frescura y diversidad al asunto del proceso de paz en Euskal Herria. En un artículo de opinión publicado en el Diario Vasco, el sociólogo Hans Harms acusa de "anacronismo" al independentismo vasco, algo que dice él simplemente "no encaja" en una sociedad culta y boyante en aspectos económicos, aquí lo tienen:
Pero este sentimiento de bienestar al que me acabo de referir, siempre se ha quedado ensombrecido por otra realidad, sobre la que la mayoría de los visitantes querían también ser informados: la del 'conflicto vasco', incluyendo los atentados, las declaraciones políticas, las treguas, las esperanzas -hasta hoy- siempre frustradas, etc. Toda esta 'espinosa' situación, la cual parecía no tener nunca un final, siempre me ha parecido como fuera de lugar -dado el largo tiempo transcurrido y el nivel cultural y económico de la región-, es decir, un auténtico anacronismo y una pesadilla.
Unas líneas después, este sociólogo y guía de turistas hace suya la versión oficial que "justifica" el apartheid político en contra del pueblo vasco:
Es verdad que hasta ahora la historia de Batasuna se ha escrito siempre del lado de ETA, lo que explica el mencionado escepticismo de amplios sectores de la sociedad y del Gobierno español. Pero en este momento -posiblemente único y decisivo- hay que constatar lo siguiente: por primera vez se han dado cambios que muestran una intención política sin parangón. Las declaraciones realizadas el día 7 de febrero suponen una ruptura clara con la intención de conseguir la independencia mediante la fuerza y el acatamiento de unos estatutos que se basan en el fin de la violencia para la consecución de metas políticas
Ya después intenta verse "políticamente correcto" y nos dice que la legalización de Sortu sería un avance democrático. Pues bien, estamos aquí para decirle al alemán que anacrónico es el régimen político que sus antepasados (sí, esos que bombardearon Otxandiano, Durango y Gernika asesinando a cientos de mujeres y niños vascos en un preámbulo de la violencia genocida desatada de 1936 a 1945) impusieron en el estado español con la ayuda de su compinche Benito Mussolini.
Pero ya que está entrado en gastos, estimado Hans, ¿qué opina usted del sionismo y su violencia?
A perdón, de eso no puede hablar, por que en Europa hablar mal de los vascos es un privilegio pero hablar mal de los judíos puede traer consecuencias poco apetecibles. Señor alemán, calladito se ve más bonito.
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