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sábado, 18 de junio de 2005

Gesto

Una reflexión acerca del comunicado más reciente de ETA:

Gesto unilateral y político de distensión

El anuncio de ETA de que «cierra el frente abierto contra los electos de los partidos españoles», además de ser un extraordinario paso de distensión, evidencia la existencia de un avance sustancial en el proceso de normalización democrática de Euskal Herria. Según señala la propia organización armada, dicho avance proviene de los movimientos de la ciudadanía vasca, que en su opinión han llevado a la ruptura del llamado ‘‘Pacto Antiterrorista’’, al fracaso de la estrategia de la ilegalización y a los importantes pasos que se están dando para lograr una solución política del conflicto, entre los que se destaca la firma del Acuerdo Democrático de Bases. En el comunicado no se menciona la existencia de ningún tipo de relación con el Gobierno español, al que, como al francés, se le reclama que dé «una respuesta positiva a la voluntad mostrada por ETA en los últimos meses», al tiempo que se invita a José Luis Rodríguez Zapatero a alejarse «de las cenizas del Pacto».

Pese a que ETA no apunta ningún tipo de progreso en su intención anunciada en abril de abrir una línea de conversación con el Gobierno español, a partir del cese de acciones contra los electos se abrirán numerosas especulaciones y comentarios, políticos y periodísticos, sobre la existencia de dichos contactos. No conviene que la ciudadanía en general, ni los dirigentes políticos en particular, se dejen arrastrar por esa vorágine. Se corre el peligro de que tanto unos como otros se queden pasmados contemplando paralizados la posible existencia de unos contactos en los que no pueden participar, a la espera de que esa vía resuelva todos los problemas existentes. Y no es así. Corresponde a los agentes políticos, sindicales y sociales vascos ­no a ETA y los gobiernos español y francés­ buscar el acuerdo que posibilite el tránsito a una Euskal Herria en el que su ciudadanía sea dueña de su palabra y su decisión. Y corresponde a la sociedad vasca mantenerse activa y adoptar un papel protagonista en ese proceso.

La decisión de ETA es un gesto unilateral que va a aliviar las duras condiciones de vida de miles de cargos públicos del PSOEy del PP. Un gesto que no debe caer en saco roto. Además de activar un proceso que lleve a la normalización democrática de Euskal Herria, haría bien el Gobierno español en utilizar los múltiples instrumentos legales que tiene en su mano para impulsar una dinámica de distensión que contribuya a rebajar el grado de sufrimiento multilateral que lleva aparejado este conflicto. -
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