Un blog desde la diáspora y para la diáspora

sábado, 11 de febrero de 2023

Egaña | La Guerra del Fin del Mundo (yII)

Traemos a ustedes la segunda parte del texto que Iñaki Egaña ha dedicado al análisis de la guerra en el este europeo:


La guerra del fin del mundo (y II)

Iñaki Egaña

Concluyó la Guerra Fría, cayó el Muro de Berlín en 1989, pero la saga bélica no desapareció. Es más, los gastos militares de hoy dejan en entredicho a los de aquella época. El planeta avanza a marchas forzadas hacia su destrucción. No existen armas disuasorias, sino armas letales, diseñadas con el objetivo de ser utilizadas si el contendiente aspira a la hegemonía. Un gigante que lleva desmoronándose cierto tiempo, incapaz siquiera de debatir la tesis de que pueda dejar de ser el “number one” del planeta, nos condiciona el futuro.

Hoy, la OTAN ha recuperado, si es que alguna vez decreció su interés, el carácter agresivo para el que nació. Ideas como el “derecho intangible a las fronteras” o el repudio del agresor, esconden el declarado avance hacia el Este de una organización militar que debió desaparecer, como su homónima, el Pacto de Varsovia, con el final de los bloques militares, políticos y económicos.

Han derrotado a las palomas y han vencido los halcones. No hay interés alguno en que el conflicto se resuelva en una mesa negociadora. ¿Sí? Entonces, ¿por qué y para qué alargar un conflicto sin victoria posible, con equipos artillados Caesar y Himars, tanques Challenger, Leopards y Abrams, o con aviones F16...? Esos aparatos, a la larga, no ayudarán a Ucrania, pero si a los dueños del complejo armamentístico y a los países exportadores (Francia, Alemania, Reino Unido y EEUU) si la contienda no acaba en el fin del mundo que profetizaba Euclides da Cunha y plagió, según Saramago, Vargas Llosa.

¿A quién pudo interesar que se desencadenara una guerra y a quién interesa que la misma se prolongue? A los halcones. El año previo a la guerra de Ucrania, las ventas de armas aumentaron un 2% y las cien mayores empresas armamentísticas del mundo obtuvieron unos beneficios récord de 564.000 millones de euros. De esas empresas, 40 son de Estados Unidos y dominan claramente el mercado mundial representando el 51% de todas las ventas de armas. Prolongar la guerra es un mercado para estas compañías que financian y eligen presidentes.

La guerra de Ucrania ha llevado a máximos históricos las cotizaciones de Lockheed Martin (fabricante de los F16 y misiles varios), de Raytheon Technologies (el mayor productor mundial de misiles, drones y sistemas de defensa aérea), de General Dynamics (productor entre otros del carro de combate M1 Abrams), de Northrop Grumman... La primera empresa europea y la segunda mayor contratista militar del mundo, la británica BAE Systems fabricante de los tanques Challenger, municiones y otros sistemas, se encuentra en máximos históricos, lo mismo que hacen en el resto de bolsas europeas las principales empresas alemanas MTU Aero Engines o Rheinmetall, las francesas Thales o Dassault Aviation, la italiana Leonardo y a un nivel más modesto la española Indra.

Mientras, la carestía de la vida se multiplica exponencialmente. Las industrias bélicas, bancos, grupos alimentarios, empresas energéticas, petroleras... están teniendo ganancias históricas. Hace una semana, Chevron presentó los beneficios de 2022 (35.500 millones de dólares), el doble que en 2021 que ya fue un buen año y más que su récord histórico de beneficios. La otra gran petrolera estadounidense, Exxon Mobil, que ha captado aún más (55.700 millones de dólares), ha superado con creces el doble de lo ganado en 2021 (23.000 millones) obteniendo también los mayores beneficios de su historia. ¿Quién dijo crisis del petróleo y carencia de carburantes por la guerra?

Está por ver lo ganado por las europeas Petronor-Repsol, Total, Shell o BP que ya tuvieron beneficios milmillonarios en 2021 gracias al colosal alza de los precios. Serán nuevamente fabulosos, según los resultados del segundo y tercer trimestre de 2022, superando todos los récords anteriores y duplicando los beneficios del año precedente. También, así lo apuntaban los analistas financieros que aconsejaban a estas cuatro petroleras para triunfar en bolsa en 2023. ¿A ellos han ido las ayudas de 20 céntimos por litro?

Otro tanto sucede con las empresas energéticas, aquellas que suministran servicios básicos como Iberdrola que ganó un 29% más en 2022, y va a obtener un beneficio récord de más de 4.000 millones de euros. Endesa también prevé un 28% más que el año anterior, unos 2.250 millones de euros de los que repartirá 1.600 entre sus accionistas. El alza de los precisos del petróleo, el gas y la electricidad, se ha repercutido en el transporte, la producción y por extensión en todo otro tipo de precios además de la factura de los hogares. Los beneficios de estas empresas, por muy “nacionales” que sean, no son los beneficios de la gente común. Al contrario, conllevan el empeoramiento de las condiciones de trabajo y de vida de la mayoría y la miseria para no pocos. Cuando alguien gana mucho algunos otros tienen que perder.

En la relación facturación/beneficio, la guinda la ponen los bancos que duplican a eléctricas y petroleras. Según van anunciando, los bancos españoles han cerrado 2022 con beneficios superiores a los 25.000 millones de euros. Son, por cierto, los que se sienten agraviados por el tributo a las grandes empresas. Estas cifras dejan una constancia: la banca española ha logrado los mayores beneficios de su historia, las grandes empresas del petróleo, gas o electricidad duplican beneficios, e incluso este 2022 marcado por una crisis bélica de grandes proporciones, también arrojará los mejores de su historia para la siderúrgica Acerinox. Una burla mayúscula.

La guerra es también refugio de especuladores y, siguiendo la idea de David Harvey, de acumulación por desposesión. Primero nos han ido esquilmando y despojando de las empresas públicas, de las cajas de ahorros y de todo lo que podía considerarse propiedad colectiva, pública o bien común y luego manipulan y gestionan las crisis (2008) o la guerra (2022) haciendo repercutir su costo y consecuencias a los trabajadores y a los sectores empobrecidos.

 

 

 

°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario